Este documento resume una excursión en bicicleta por la Sierra de Aracena en Huelva, España. Un grupo de amigos visitó varios pueblos pequeños como Alajar, recorrió caminos boscosos, y contempló paisajes naturales espectaculares. Encontraron fuentes de agua cristalina, y conocieron a una anciana que vivía sola en lo alto de la montaña. La excursión ofreció hermosas vistas, aire fresco, y la oportunidad de explorar la historia y cultura de esta región ser

1. POR LA SIERRA DE ARACENA
Fecha : 12, 19 y 26 de Julio de 1997
Cuando llegamos a ALAJAR, Miguel nos estaba esperando con la bicicleta a la
entrada del pueblo.
¡ Seguidme !
Bajamos por una calle muy inclinada y bien empedrada. Se parò delante de una
cancela grande, la abriò.
Entrad y dejar el coche allì
¡Joder, Migel, que casa !
Nos quedamos sorprendido. No era una casa sino mas bien una finca, no muy
grande, pero lo suficiente para albergar en ella un hermoso jardin de espesa vegetacion,
un gran huerto de frutales, dos piscinas con aguas de manantial, varias casas. Un
enorme Jazmin enrredado en la tela metalica hacia de lindero con el vecino
Por un momento sentì deseo de quedarme pero no era ese el plan, asì que despues
de dar un pequeño paseo viendo aquella hermosura montamos las bicicletas y nos
pusimos en marcha Paco, su sobrino Antonio, Migel y yo. En esta ocasión. Migel era el
jefe de ruta, queria enseñarnos el camino que conduce a la hermita de Santa Eulalia,
cuna de uno de los mas populares fandangos de Huelva.
El camino parte de la zona baja del pueblo siguiendo la rivera de Alajar. Es
bonito pero no es para bicicletas. Se va encajonando cada vez mas y pronto tuvimos que
cargar con ella al hombro. Nos detuvimos en varias ocasiones para contemplar algunas
cosas interesantes, entre ellas, un enorme bloque de piedra inclinado al estilo de la torre
de Pizza que uno no se explica como està de pìe. Algun dia terminarà por caerse.
Tambien nos mostrò Miguel un molino de aguna abondonado. Curiosidades del lugar.
Mas adelante, el camino se aleja de la rivera y atraviesa una dehesa de alcornoques
y encinas. Despues de cargar tanto tiempo con las bicicletas a cuestas, el poder rodar en
suave descenso por aquel bosque nos pareciò una maravilla.
¡Paco...Esto es lo que te gusta a ti ‘joio’, bajar rodando..... !
El camino desemboca en una carretera estrecha y que baja vertiginosamente hasta la
mismisima hermita. Aquello es una especie de poblado pequeño, al estilo del Rocio. Las
distintas hermandades que participan en esta romeria han ido construyendo con
ladrillos, cementos y techos de uralita unas casas rodeando la hermita que, con todos
mis respetos, rompen la armonia y lo rùstico del lugar. Aquello no pega ni con cola.
Por otro lado, el poblado esta metido en una hoya y el efecto “sarten” se hacia
sentir. Para construir las casas han tenido que deforestar con lo cual la sensacion de
calor es mayor aùn. No se porque todos los centros de peregrinacion y de romeria
terminan de la misma manera : profanando y mercantilizando el lugar.

2. La hermita no pudimos verla por dentro. Estaba cerrada y no habia nadie. Lo que si
nos enseñò Miguel fue una curiosa plaza de toros romana que se conserva en buen
estado y que ademas se usa para la fiesta.
Allì no habia mas que ver y decidimos el retorno. Adivinè entonces que Miguel
tenia prisa. Su plan no era el nuestro pues tenia previsto estar en casa a las 13 horas y
para ello habia que volver por el mismo sitio. No me gustaba aquello teniendo en cuenta
ademas que ahora tocaba subir todo lo que tan alegremente bajamos. La otra opcion era
hacer la vuelta por Santa Ana, pero esta ruta era mas larga y nos llevaria mas tiempo,
en consecuencia fue desechada.
Emprendimos la vuelta. La subida fue dura, no tanto por el desnivel en si (cosa a la
que ya estamos acostumbrados y no es nigun farol) como por la hora y sobre todo
porque era el mismo camino y tienes sensacion de monotonia.
Quien mas se resentiò del esfuerzo fuè Antonio, el sobrino de Paco. Llegando al
pueblo se le acalambrò el Cuadriceps y no podia seguir pedaleando. A duras penas pudo
llegar a la entrada. Paco y èl se quedaron esperando mientras que Miguel y yo subimos
hasta su casa para yo coger el coche y bajar a recogerlos.
Terminamos la jornada tomando unas cervezas en la Peña de Arias Montano, arriba
donde la hermita de Ntra. Sra. de los Angeles, bello lugar del que hablarè mas adelante.
**************
La ruta de Santa Eulalia fuè bonita pero incompleta. Apenas 20 Kms y la mitad con
la bicicletas a cuestas. Asì que decidimos volver al sàbado siguiente para conocer mas y
mejor la zona.
Antonio se sumò a la expedicion. Nos esperaba con su coche a las 6’50 de la
mañana en al estacion de Santa Justa. Y esta vez no fallò. Puntual como un clavo, allì
estaba el tio esperandonos. A las 9 de la mañana estabamos montando las bicicletas en
Aracena..
Paco se habia pertrechado bien de agua. Yo no se como lo hace pero llevaba tres
botes y un “tetabri” de 2 litros congelado.
¡Coño, Paco, parece el aguador ¡ ¡Te falta la trompetilla !
Al final le sobrò la mitad porque en esta bendita Sierra hay fuentes de agua y
manantiales por doquier.
Antonio estrenaba bicicleta. Buena bici pero pequeña para èl.
No es mia, es de mi cuñao. Os vais a enterar porque esta sube sola las cuestas
El primer tramo fue desde Aracena hasta Alajar por la carretera. Unos 13 Kms.
Aproximadamente. Una gozada de carretera. Primero baja, luego sube. Entre curvas.
Mucha arboleda, mucha sombra, mucho olor a jara, a romero, a pino, a castaño. Aire

3. fresco que llena y limpia los pulmones. Trascurre en cornisa. A la izquierda el barranco
y al fondo Linares de la Sierra. Lo vemos desde arriba. Antonio vibra.
¡Vamos a bajar !
¡ Dèjate de coñas que luego hay que subir¡
Cuando llegamos a Alajar subimos a la Peña, donde la hermita. La subida es fuerte
pero no muy larga. Antonio con su bicicleta del cuarto de millon en cabeza, Paco
chupando ruedas y yo descolgado, a mi ritmo, pero sin cesar. Cuando llegamos arriba
hicimos la primera parada, entre otras cosas, porque el lugar lo requiere.
Dicen que la Peña de Arias Montano està hueca. Toda ella es una gruta inmensa,
mas espectacular que la de Aracena pero que aùn no està totalmente descubierta. De sus
entrañas mana un gran caudal de agua del que se nutre la poblacion de Alajar. En
realidad se trata de un rio subterraneo. La hermita es como todas, una hermita. Hay
vestigios romanos, concretamente un arco justo en el centro de la explanada. Como
empotrados en la roca, unos tenderetes para vender productos serranos, un bar y arriba,
un buen restaurante. Pinos, castaños y alcornoques dan sombra y frescor a la explanada.
Y desde su balcon se divisa todo el sur de esta sierra hasta perderse la vista.
Un bonito lugar que bien merece una visita porque en el se resume y se expresa lo
que esta Sierra es : Agua, frondosa vegetacion y huella romana.
Despues de beber agua del manantial y de comer unos barquitos que Antonio
comprò en los tenderetes, buscamos el camino que baja al Calabacino o sube al
Castaño. No sabiamos que hacer y al final hicimos las dos cosas. Primero bajamos. El
camino es como todos, de ensueño, un autentico bosque de helechos y castaños. En
algunos claros se ven los frutales de alguna finca. En nosotros aflora el sentimiento
bucòlico :
¡ Joder, ni playa ni na, una finquita de esta, aquì perdida
Como perdida y abandonada estaba la Iglesia que casi nos topamos con ella. Junto
a ella, unas casitas igualmente abandonadas. Era el Calabacino. Nos quedamos absortos.
Tanto silencio, tanta soledad.....Y sin embargo aquello tuvo que ser algo importante
porque desde allì parte una calzada romana que sube al Castaño.
El valor de estas calzadas romanas es indiscutible pero lo que està claro es que no
estan hechas para las modernas “mountain bike”. Asì que, pie al suelo y a subir hasta la
mismisima cima del Castaño que es el punto mas alto de toda la sierra de Aracena.
Seguimos subiendo por el bosque de castaños y de pronto,como salido de sus
entrañas, se nos aparece una señora cargando sobre su hombro un paquete de laminas
de corcho. Si de Galicia se tratara tendriamos que decir :
¿Meigas ?...Haberlas, hailas...
Por su aspecto fìsico era ancestral, sin exagerar, parecia una “Meiga” del bosque.
Fuerte, varonil, con pelos en la barba y en el bigote, canosa. Alguno de nosotros creo
que soñò con ella.

4. La señora nos contò que tenia 82 años y que toda su vida la pasò viviendo sola en
lo alto de aquella montaña, trabajando y sufriendo, luchando con la naturaleza. Su casa,
una cabaña de madera con un huerto. De vez en cuando bajaba para intercambiar el
corcho por vìveres.
Nosotros como buenos urbanos no saliamos de nuestro asombro. ¿Donde estaremos
con 82 años ?......Estas cosas hacen pensar....
Impresionados y recofortados despues de hablar con la buena mujer, seguimos
nuestra ascension y cuando llegamos arriba divisamos la cara Norte. Se veìa Cortegana
allà a lo lejos y a nuestros pies El Castaño del Robledo al que bajamos rapidamente.
Nos paramos al pie de la Iglesia recien restaurada gracias a la iniciativa de una
escuela taller. Hace tres años que yo la visitè tenìa el tejado hundido. Nos sentamos en
la escalinata, a la sombrita y Paco sacò sus dàtiles
Paco, ¡ a ver cuando cambias el menù !
Es que me han dicho que tiene mucho aporte energètico
¿Mas que un buen chorizo ?
Llenamos nuestros botes de agua en la fuente del pueblo y continuamos el camino
hacia Galaroza. Seguimos descendiendo y un poco antes de salir a la carretera
vadeamos un arroyo que vierte sus aguas en la rivera de Jabugo. El rincon es delicioso,
muy umbrio por la espesura de los alamos. El agua limpia, cristalina y fria. Nos
decalzamos porque no hay quien se resista a probar estas aguas. Los pies se quedaban
helados.
Una excursion de niños con sus padres y madres respectivos rompiò la paz y quietud
del entorno. Asì que cogimos los bàrtulos rodados y a pedalear que es lo nuestro.
Direccion : Valdearco.
Hicimos un par de Kms por la carretera general para coger luego la comarcal que se
dirige y termina en el pueblo de Rafael. La subida hasta el cruce de Navahermosa es
fuerte. Por otro lado esta zona està muy pelada debido al incendio que destrozò todo
este monte y ademas eran las 13 horas de la tarde. Asì que el calor era asfixiante y una
vez mas la capacidad de sufrimiento se puso a prueba porque el cuerpo duele con estas
subidas. Se suda tinta, el corazon se pone a 80 por hora y los cuadriceps se endurecen.
En menos de tres Kms hemos tenido que subir un desnivel de 200 mts y aunque
tambaleante, conseguimos llegar arriba de la sierra de Navahermosa. Sentimos el
poderio de las piernas cansadas, los latidos del corazon y el jadear de nuestros
pulmones. Pero sobre todo sentimos alivio porque se inicia el descenso y todo cambia.
Los mùsculos se relajan y se recuperan, los poros se abren y el cuerpo se refrigera. El
trasero se descansa y la mente se despeja.
Asì en medio de tanto frenesì de sensaciones, llegamos a Valdearco cortando
por un atajo que desciende muy en pendiente hasta la parte baja del pueblo.

5. Es un pueblo muy serrano y bonito. Està como encerrado en un circo de
montaña y totalmente inclinado. Entre la parte baja y la parte alta del pueblo hay un
desnivel de 80 mts. Esta practicamente construido en la falda de un barranco.
¡ Chavales ! ¿Donde se puede comer algo ?
Allì arriba hay un buen restaurante. ¡Vamos !
Los tres chavales con sus bicicletas se pusieron delante y por aquella calle
estrecha y con una pendiente de un 10% se pusieron hacer el “caballito” y subian los
muy jodios en una rueda.
¡Vaya los niños como son, Paco. Yo creo que nos estan vacilando !
Bueno dejalos, nosotros vamos a subir andandito
Nos llevaron a casa del vasco, un buen restaurante. Es una casa vieja del
pueblo hecha de adobe y vigas de madera, restaurada y bien cuidada. Allì nos tomamos
unas cervecitas y unas tapas que nos supo a gloria. Buena idea la del vasco este. Rafael
nos contaria despues que la gente del pueblo le tiene algo de inquina porque ha sido un
foràneo el ocurrente de un restaurante asì.
Era ya tarde y decidimos el retorno por la carretera. Pero nada mas salir
empezaron a caer unas gotas de una nubecilla que parecia inofensiva y al poco rato
empezò a descargar una tormenta con rayos y truenos. Impresiona ver las culebrinas
electricas y el tronar de la descarga en mitad de la sierra y montado en la bicicleta. Nos
cayò un buen chaparròn y nos tuvimos que refugiar en la venta del cruce de Fuente-
heridos.
Cuando despejò reemprendimos la marcha terminando este bonito recorrido
en casa Rufino.
**************
Habiamos comentado que aquella era la despedida de la temporada. Pero a
Paco y a mi nos picò el “gusanillo del pedal” que se llama y decidimos hacer un ruta
cortita. Volver a Valdearco para tomarnos una cervecita con Rafael que en esta ocasión
si estarìa esperandonos.
Y asì lo hicimos. A las 9 de la mañana cogimos el camino desde Aracena
y que sale por detras del poligono industrial, frente a la gasolinera. Ya conociamos este
tramo, y ciertamente no se cansa uno de pasar por èl. Es un paseo por medio de los
castaños, delicioso.
Cuando apenas si llevabamos 15 minutos rodando tuvimos que parar. Un
pichazo fue la causa. Pero hubo algo mas. El efecto combinado del cambio de ritmo y
de las tostadas con jamon del desayuno se hicieron notar :
¡Tengo necesidad de hacer algo que nadie puede hacer por mi !
¡Joder ! Pues a mi me pasa igual.

6. Paco no tuvo problemas. Encontrò el sitio adecuado y enseguida vino
ligero como una pluma.
Ahora me toca a mi
Busquè el escondite, que no fue fàcil encontrarlo. Me saltè la valla de
piedra y cuando ya estaba dispuesto aparecen como espantados una piara de cerdos
todos corriendo hacia mi.
¡ Me cago en la leche !
Paco se reia al verme saltando la valla con los culotes a medio poner y
los cerdos detras mia. Se me quitaron las ganas de todo, asì que tuve todo el dia unos
gases que no me dejaron tranquilo.
Despues de tanto incidente seguimos nuestro camino por un carril
nuevo y que vino a salir a la carretera de Navahermosa a un Km del pueblo.
Atravesamos el pueblo y seguimos hasta Valdearco por un sendero por el barranco de
Navahermosa. Precioso. En algunos tramos tuvimos que echarnos la bicicleta al hombro
pero mereciò la pena.
Cuando llegamos al pueblo fuimos en busca de Rafael. Llegamos
temprano. En realidad solo habiamos recorrido 12 Kms. Poco para lo que nuestras
piernas estan acontumbradas a soportar.
Rafael nos enseñò su casa. Bien restaurada y con gusto, respetando el
rùstico de las casas antiguas serranas. Los muebles haciendo juego. Tanto èl como su
mujer, Carmen, han tenido que trabajar mucho y duro para conseguir rahabilitar una
casa antigua que estaba medio ruinosa.
Despues de tomar unas cervecitas en la peña del pueblo decidimos
volver por el camino que va a Cortelazor. Parecia sencillo y bien señalizado pero nos
perdimos varias veces.
Nada mas salir del pueblo tomamos una desviacion equivocada.
Empezamos a subir en cornisa por el lado izquierdo del barranco de navahermosa.
Belleza no se le podia negar al lugar, pero aquello cada vez se alejaba mas. Llegamos a
un bifurcación, una subía para arriba, la otra bajaba.
¿Què hacemos ?
Es por aquì, seguro.
¡Ea ! pues vamos para arriba
Ahora mirando en el mapa, me doy cuenta que subimos al puerto de los
Acebuches que està a unos 700 mts. Desde allì el camino bajaba en zig-zag por la otra
ladera al barranco que da origen al Rivera del Huelva. Aquella nos pareciò que estaba
en el fin del mundo, asì que decidimos volver sobre nuestros pasos y bajar por la otra
bifurcaciòn........
¡Pues por aquí tampoco es !

7. Espera, dejamos las bicis aquí y nos asomamos a ver donde va esto
Este camino es imposible y no va a ningun lado, asì que para atrás.
Efectivamente, no era ese el camino. Estaba un poco mas abajo y
ademas bien señalizado por los senderistas con las rayas blanca y amarilla. Nos diò
mucha alegria cuando encontramos el camino verdadero.
Pero no durò mucho. Eran las cuatro y media de la tarde. Un calor de
muerte. Y el camino empezaba a subir, y a subir, y a subir......Claro, si es que subimos
al alto del Valle de las rosas que està a 783 mts.
El camino seguia bien señalizado pero en algun sitio nos equivocamos,
seguramente al abrir unas cancelas, que cuando nos dimos cuenta estabamos dentro de
una finca y el camino totalmente difuminado. Seguimos campo a traves, no queriamos
volver para atrás, por supuesto con las bicicletas a cuestas. Paco subiò a lo alto de un
cerro y no veia ningun camino.
Ahora si que estamos perdido. No encontramos ni el camino.
¡Como que no, tù tira para adelante, a algun sitio saldremos.
Aquello cada vez se ponia peor. Seguimos por una cerca que bajaba
paralela a un arroyito. El agua escaseaba ya y la poca que quedaba estaba tan caliente
que le echaba unos garbanzos y los cocìa. Eran ya las cinco y media de la tarde y allì
estabamos metido en un barranco, sin agua, sin camino y sin ver la salida.....Pero eso si,
con una moral de guerrillero, que a Paco no hay quien lo tumbe en estas situaciones.
Por fin encontramos un resquicio. La cerca se rompia y por una
alambrada se podia acceder a un sendero muy estrecho que parecia bajaba hasta el
arroyito. Colgada de una rama pudimos observar una tira de plàstico de listas blancas y
amarillas.
Efectivamente. A los pocos metros encontramos una fuente de
manantial dentro de una oquedad. ¡Què alegria !. El agua estaba fria, rica. Manaba sin
cesar. Nos remojamos, bebimos, llenamos los botes..... Llevàbamos perdido cerca de
dos horas y encontrar aquel caño de agua fue un alivio y nuestra salida.
Pues, si aquí hay una fuente, el sendero este tiene que llevar
alguna parte.
Y tanto que llevaba alguna parte. El sendero subia, estrecho,
cubierto por la vegetacion de helechos y lo que es peor, de zarzas que nos señalaron
bien las piernas. Tardamos casi otra hora en subir andando porque no podiamos ir
montados en la bicicleta.
Cuando ya pudimos pedalear avanzamos mucho mas y por fin nos
encontramos con algo de civilizacion. Nos topamos con una Iglesia. Lo habiamos
conseguido. Paco tenia razon : “algùn sitio saldremos”.

8. Pero ¿Què sitio era este ? No teniamos ni puñetera idea de donde
estabamos. Preguntamos a unos chavales y cuando nos dijeron que pueblo era aquel yo
no sabia si reir o llorar.
¡¡¡¡¡¡¡ Navahermosa ! ! ! ! !
Habiamos salido a Navahermosa despues de tres horas andando y
pedaleando, es decir, que tan solo habiamos avanzado dos Kms.
No importa, Paco ¿verdad que ha sido bonito ?
...¡Y que lo digas, barba !....Pero si hubieramos salido un
poquito mas adelante hubiera sido mejor ¿no te parece ?
...pssssssss....
Asi terminò esta etapa que quiso ser cortita pero que llegamos a
casa a las 21 horas, claro , que como es preceptivo por estos lares el epìlogo lo hicimos,
una vez mas, en casa Rufino.