1. Sevilla, 13 de febrero de 1999
LOS LLANOS DEL REPUBLICANO
Tempranera fuè la jornada pues a las 5,30 de la mañana ya estaba “el barba”
organizando los aperos cicloturistas....
......y es que a las 7,00 (¡en punto!) habia que estar en lo que fueran los
dominios del Conde de la Motilla, actual residencia de “los Tovar” y “los Ortega”.....
Cual fuè mi sorpresa, cuando al llegar a la cita a la hora y en el lugar
convenido, encontreme que Paco no estaba solo, alguien le acompañaba....
..............¡el Chiclamina!..............
- ¡SantoDios, Antonio....! ¿Còmo tù por aquì ?
- ¡ Si, barba....yo por aquì!
- Y dime...¿còmo fuè que vinistes vos?...
- ...porque yo tambien padezco del mal loco...
Decir que este “mal loco” fue analizado y diagnosticado por el DR.
LUCRECIA al que puso de nombre:”de como levantarse un sàbado a las 6 de la mañana
para ir en bicicleta al quinto coño.....”
Y asì, poseidos por el mal loco, pusimos rumbo en la Espace del maestro
Tovar a LOS LLANOS DEL REPUBLICANO.....
- ¿què donde està eso....? En Villaluenga del Rosario, a 12 Kms de Ubrique...
- ¡Jo, barba...!
- Tranquilo, que como su nombre indica es todo muy llano y muy cortito...
Tras desayunar en el Bosque sendas tostadas con mantequilla de lomo y cafè
con leche calentito, llegamos a Villaluenga sobre las 9,30. Allì la primeras impresiones.
Primero fuè la sobrecogedora vista sobre Ubrique subiendo a Banahocaz...
- ¡joder...¿y estos son los llanos?....
Despues la entrada en Villaluenga, a la falda de la Sierra del Caillo un
macizo Kàrstico cuya cima mas alta, El Navazo, se encuentra justo a la espalda del
pueblo a 1.397 mts de altitud. Con la Espace, y por ignorancia, nos metimos en aquel
laberinto de calles estrechas, sin acerado y de cuestas tan empinadas que los bajos del
coche se rozaban con el suelo.
- ¡joder, con los llanos...!
Bajo la mirada asombrada de algun que otro lugareño y gracias a la pericia
del conductor, pudimos salir airoso de aquel laberinto y volver a la carretera, que por
algo va por las afueras y por abajo del pueblo.
2. Deseosos de coger las bicicletas, dejamos el coche en una venta a las
afueras del pueblo, justo donde comienza el carril que conduce a Los Llanos del
Republicano. Allì un cartel de la Agencia de Medio Ambiente lo anuncia.
Comenzamos a rodar. Yo estreno los cambios, el sillìn antiprostàtico y las
cubiertas. Asì que voy como niño con zapatos nuevos. Paco ha montado en su bici
media alforja y Antonio estudia su indumentaria porque hace frio, aunque el dia està
soleado.
El carril està en buenas condiciones. Tenemos que subir a los 900 mts. En
mitad de la cuesta me tengo que parar para ajustar los frenos. La subida es corta pero
fuerte. Un tio haciendo footing nos adelanta (por lo menos a mi)....Pero arriba cambia el
panorama. Nos adentramos en un espeso alcornocal. Maravilloso. Comenzamos a
descender. Ahora adelanto al del footing....
- ¡Hasta luego..Lucas...!
El descenso es suave pero apasionante. Te entran ganas de gritar porque
parece que vuelas, no notas el peso de las cosas, tan solo el aire que te da en la cara, en
las piernas y en el pecho. Los rayos del sol que penetran por la espesura del bosque
centellean en tus ojos como si de una luz intermitente se tratara.
Nuestra estado de ànimo ha dado un vuelco. El muermo del madrugòn y de
la “cochada” se han transformado en energia y sensualidad. Todo es bello. Estamos en
las entrañas de lo natural. La luz, el color, la armonia, la quietud, el silencio....es el
ciento por uno que recibimos por nuestro “mal loco”.
Absortos en tanta belleza, nos percatamos que hemos errado el carril. Una
consulta cartogràfica y la indicacion oportuna de unos pastores a los que preguntamos
en un cortijo, nos tranquiliza.....
- ¡no importa, por aquì van tambien a los Llanos del Republicano....
En ellos estamos. Ahora si comprendemos porque se llaman asì. Es una
inmensa nava a los pies de la Sierra de Libar. El amarillo de las aluagas, el violeta de no
sè que flor, el fondo verde y el grisàceo de las paredes del karst conforman un conjunto
de colores y luminosidad indescriptibles. Paco quiere llevarse todo este espectàculo a
casa y no se resiste a recoger con su càmara, las instantàneas del lugar.
Abandonamos el carril y seguimos por unos surcos que pensamos nos
conducen a los Llanos del Republicano. Segun nuestra documentacion, allì se juntan
tres arroyos y penetran en la tierra por un asombroso agujero. Vamos pedaleando
tranquilamente por el llano, siguiendo el surco, saboreando las excelencias del entorno.
Tenemos que abrir varias cercas para seguir adelante. En una de ellas Antonio se deja la
mochila y tiene que volver a recogerla.
La nava se va estrechando y el surco se va disipando.Hemos recorrido ya
algunos kms y la junta de los arroyos no aparece. Vemos un pequeño cortijo y nos
acercamos a preguntar. Nos habian estado observando....
3. - ...tendran que volver para atras...en la ùltima cerca que han abierto...donde uno de
vds se volviò a recoger algo....
... por ahì si pueden llegar a Ubrique pero no hay ni carril ni nà....
La disyuntiva se plateò. O volver sobre nuestros pasos o seguir adelante.
Con buen criterio decidimos lo segundo. Y a partir de este punto las sensaciones van a
ser distintas.
El sentimiento de “estar perdido” empieza aparecer. La nava quedò
atras.El carril tambien. Practicamente vamos campo a travès. Nos orientamos por las
veredillas de las ovejas y por las cercas sin perder de vista las paredes del karst. En
algunos tramos es imposible pedalear y tenemos que cargar con las bicicletas.
Le preguntamos a dos chavales que van con sus mulos pastoreando un
rebaño de ovejas. Nos hacen bajar a una cañada y nos indican...
- seguir la cañada y al segundo cruce de arroyos encontraran un rellano, se van
echando a la derecha, cuando pasen la cerca sigan una vereda que sin dejarla
les lleva a Ubrique...
Parecia fàcil pero cada vez estaba mas complicado aquello. Yo no tenia ni
puta idea de donde estabamos. Los demas tampoco. Definitivamente nos habiamos
perdido. Aquello tenia su morbo, el sitio idìlico de bonito pero habia que encontrar
necesariamente un sendero, una vereda o alguna referencia para salir de aquella cañada
que cada vez se encerraba mas.
Encontramos la cerca que nos indicò el chaval. La veredilla tambien, pero
pronto la perdimos. No sabiamos que hacer. Habiamos superado lo que llaman el punto
de no retorno. Lo ùnico claro es que teniamos que seguir adelante. Antonio y Paco
parecian mas tranquilo, yo, desde luego, estaba agitado interiormente. Pero en ningun
momento cundiò el desànimo.
- ¡vamos a comer algo, joder!...
- nada, aquì no se come hasta que no encontremos la salida
Nos habiamos metido en un autentico circo. Estabamos rodeado de
paredes por todos lados y creo que eso fuè lo que nos orientò, puesto que allì, justo en
medio que aquella cerrada, habia una casa de piedra en ruinas y por tanto la salida no
podia estar lejos.
Paramos a comer algo y en seguida nos pusimos en marcha. Una veredilla
nos condujo hasta un cerca, siempre subiendo hacia arriba, que nos daba acceso al otro
lado de la mole rocosa. Aquella brecha nos ampliò algo mas el horizonte y pudimos ver
en lo alto un corte de terreno que parecia un paso. Ascendimos hasta èl, siempre con las
bicicletas a cuesta y no sin dificultades porque la vereda se habia perdido otra vez, pero
la referencia era cada vez mas clara y por fin pudimos llegar....
........¡EL PUERTO TIRADO!
4. Un ròtulo alli grabado lo indicaba y lo pudimos cotejar con el mapa.
Habiamos llegado a la Sierra de Ubrique. A partir de aqui todo fuè una bajada hasta
Ubrique por un carril perfectamente marcado.
Tras saltar varios cercados empezamos a encontrar los primeros signos de
civilizacion. Primero nos encontramos con un paso cortado y un cartel de “prohibido el
paso” que como es lògico no respetamos y pasamos; despues una familia comiendo muy
ricamente que entre asombro y estupor nos preguntaron:
- ¿de donde salen Vds...?
- Eso quisieramos saber.....creo que de los Llanos del republicano.....
-¡¡¡coooooñooooo!!!!
-¿Quereis comer algo?
- Muchas gracias, que les aproveche pero lo que queremos es salir de aqui...
- Eso es fàcil, seguir bajando y enseguida llegan a la carretera....
Efectivamente, en una bajada impresionante, con los frenos bien tensos
hasta doler las manos, desembocamos en la carretera 331, justo en el Km 25. Nos
felicitamos por ello. Estabamos en Ubrique, y tras preguntarle a una buena moza donde
habia una fuente de agua, repostamos y nos preparamos para un duro ascenso.
Para hacerse una idea: Ubrique està a 340 mts de altitud y Benahocaz a
800 mts. Es decir, 460 mts de desnivel que tenemos que subir en tan solo 5 kms. Esto si
es ciclismo puro y duro. Todo un reto despues de una dura jornada en donde las piernas
han tenido que trabajar de lo lindo.
Plato chico, piñon grande y la mente predipuesta a sufrir. Si en los
descensos no notas el peso de las cosas, en las ascensiones parece que arrastrara un saco
de cemento. Las piernas se te endurecen, el culo se te pega al sillin, los brazos rìgidos al
manillar, la cabeza se te hunde en los hombros y la mirada no va mas allà de la rueda
delantera.
Paco me espera. Mi pedaleo es lento pero incansable. Antonio es un
polvorilla subiendo, se va y lo perdemos de vista. Conforme subimos el viento sopla
con mas fuerza y con mas frio. Ya arriba, en una fuente, paramos. Cuando reiniciamos
la marcha, una rica mozuela nos trae un mensaje....
- el otro dice que os espera en Villaluenga.....
- ¡joder con el Antonio...buenos mensajeros se busca....!
Al fin, llegamos a Benahocaz. Nos reunimos los tres. Nos queda el
ùltimo tramo de 7 kms. Antonio se ha quedado frio en su espera y ahora se descuelga; a
Paco se le empieza a notar que solo durmiò tres horas por culpa de los carnavales; y yo,
como las tortugas, sigo a mi ritmo, lento y cansino. El viento sopla con fuerza y de
frente pues la carretera va encerrada entre las dos sierras del Caillo y del Libar haciendo
una especie de corredor que favorece estas corrientes.
Cuando llegamos a la venta las fuerzas estan justitas. Los mùsculos
tensos pero el alma a rebosar de buenas sensaciones y de satisfaccion por haber
jalonado una ruta sorprendente y apasionante.
5. Homenaje nos merecimos por ello que en la venta nos prepararon una
cazuela de judias con chorizo, una ensalada de lechuga y tomate y una carne de venao
con purè de castaña que rematamos con flan casero y cafè para dar punto y final a este
sàbado que, como tantos otros, estuvo tambien afectado por este “mal loco”....