1. EL SENTIDO DE MISIÓN EVANGELISTICA DE LA IGLESIA PRIMITIVA
Cuando en un salón de clases del seminario de teología expresan que una de las
actividades del curso para la asignatura de Historia del Cristianismo; es nada menos y nada
más que realizar un artículo de una característica de la iglesia primitiva, a mi mente la
bombardean varias preguntas: ¿Cuáles características? ¿Cuál de ellas escogeré para el
artículo? ¿Cómo redactarlo? ¿Cuáles serán las fuentes y referencias? Son muchas preguntas e
interrogantes; así que, después de este pequeño análisis puse ojos a la lectura. Después de ver
algunas características de la iglesia primitiva tome una que a mi juicio; marcó la historia de
manera extraordinaria y nos trajo hasta éste momento. Más allá de un requisito de clase, visto
más bien como la trascendencia de un hecho del pasado, en mi vida presente y que se
proyecta hasta el futuro con resultados llenos de amor. Me refiero a la bella oportunidad que
recibimos de conocer el mensaje de salvación y que en algún momento, nuestra historia
personal se abraza con la historia de Jesús y sus discípulos. Es decir: ¿Cómo? Lo que ellos
hicieron en el pasado, -Su estilo de vida al compartir el mensaje de salvación,- o como los
teólogos lo dicen; al hacer caso de la gran comisión; desde el pasado estábamos nosotros en el
curso de la historia del universo para recibir estas bellas nuevas. Abordare la característica de
la iglesia primitiva: “El sentido de misión evangelistica de la iglesia primitiva”.
“El cristianismo surgió en el mundo con todo el fragor de una repentina buena noticia,
una buena noticia proclamada con gran entusiasmo y denuedo por sus defensores y
respaldada por su propio testimonio y experiencia. Era el fruto de la convicción de que Dios
había transformado la derrota del Viernes Santo en la suprema victoria de la Pascua”.1
Esa
buena noticia que muchos años después, transforma tu vida y que impacta todo, gracias a que
ellos se dejaron usar por el Espíritu Santo.
Ese estilo de vida que se tiene al compartir las buenas de salvación como un
imperativo derminado por Jesús mismo, como se encuentra en las escrituras2
y dicho por un
sin número de autores, “Los apóstoles fieles al mandato de Jesús: Id por todo el mundo y
proclamad la buena nueva a toda la creación, se lanzan -después de pentecostés- a predicar el
nuevo mensaje con el noble afán de quienes están cumpliendo un encargo divino”.3
1
La Conversion au Chritinisme, p. 1.
2
Mateo 28:18-20
3
Domingo Ramos Lisson, “El Testimonio De Los Primeros Cristianos”, (Madrid, España; Rialp, 1969), 19.

2. Esas ganas por compartir lo que Jesús es; en nuestras vidas, ese llamado hecho por el
Espíritu Santo a compartir las “buenas de salvación” nos llevan a entender como dijo Michael
Green en su libro: La Evangelización En La Iglesia Primitiva: “El evangelio es buena noticia, es
proclamación y es testimonio”.
Este pensamiento impregnaba el vivir de la iglesia primitiva: que mejor noticia que, el
Mesías había resucitado y que con esa resurrección, la victoria sobre la muerte es una
posibilidad real para cada uno de nosotros. ¿Cómo no compartir esa noticia? de esperanza, de
alegría y de amor; más aun vivir esa noticia y mas allá, morir si fuera necesario.4
Ahora en lo que se une la historia del cristianismo y nuestra historia podemos
encontrar un sin número de dificultades y problemas5
que ponen de manifiesto no la dificultad
para que las buenas nuevas nos lleguen; aun en la literatura del genero de la novela histórica
se hace alusión a la gran adversidad con la que tuvieron que luchar los integrantes de la iglesia
primitiva6
. Sino la entrega de la iglesia por compartir las nuevas de salvación pidiendo en todo
tiempo la dirección Divina: “Los discípulos oraron con intenso fervor pidiendo capacidad para
encontrarse con los hombres, y en su trato diario hablar palabras que pudieran guiar a los
pecadores a Cristo. Poniendo aparte toda diferencia, todo deseo de supremacía, se unieron en
estrecho compañerismo cristiano. Se acercaron más y más a Dios, y al hacer esto,
comprendieron cuán grande privilegio habían tenido al poder asociarse tan estrechamente con
Cristo”7
.
Cuando estudiamos la historia y la contextualizamos en nuestro tiempo tal vez no
somos muy analíticos para comprender que son épocas diferentes, con contextos diferentes y
personas diferentes; pero es la forma personal en la que nos incluimos en la historia,
permitiendo así que ese pasado, impregne nuestro presente y determine nuestro futuro;
siempre viviendo esa relación con Cristo que debe de ser continua y permanente.
4
"El que halle su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”. Mateo 10:39.
5
El conservadurismo pagano se resiente ante la irrupción de la buena nueva y arroja contra los cristianos las
acusaciones más inverosímiles. Domingo Ramos Lisson, “El Testimonio De Los Primeros Cristianos”, p. 23.
6
Basta con demostrar que las afirmaciones de que ese hombre resucito de entre los muertos es infundada; así
quedara destruido el fundamento de las creencias de esos nazarenos. Prueba de que ese tal Jesús de Nazaret no era
el Mesías, el redentor del pueblo judío anunciado en los antiguos textos, difunde la información a lo largo y ancho
del imperio y convertirás a esos nazarenos en el hazme reír de todo el mundo. Stephen Dando-Collins, “El informe de
Judea”, (México, Grijalbo, 2007), 21.
7
Elena G. de White, “Los Hechos De Los Apóstoles”, (Colombia, Asociación Publicadora Interamericana, 2001), 30.

3. Debemos también ser muy consientes del gran compromiso al estar ahora no del lado
de los que necesitan saber estas bellas nuevas; sino del lado de los discípulos que con ahincó y
fortaleza de Dios ofrendaron sus vidas en el altar del servicio y en el altar del martirio, la gran
pregunta es: ¿Que vas a hacer tú?
Manuel De Jesús Sánchez Sánchez.