Este documento discute la importancia de la relación entre el conocimiento escolar y la relación en el aula. Señala que la familia es el primer y más importante agente educador, y que los estudiantes aprenden para vivir en sociedad y no solo por aprender. También argumenta que los currículos escolares deberían incluir temas sociopolíticos para motivar a los estudiantes y prepararlos para contribuir a una sociedad en progreso.