El documento discute la filosofía de la mente. Explora las diferentes teorías sobre la relación entre la mente y el cuerpo/cerebro, incluyendo el dualismo cartesiano, el monismo de Berkeley y las teorías emergentistas como la de Searle. También analiza posiciones como el epifenomenalismo y el dualismo de interacción de Malebranche y Leibniz. En resumen, examina las principales perspectivas filosóficas sobre la naturaleza de la mente y su relación con el mundo físico.
2. Es una rama de la filosofía que trata los problemas conceptuales que
surgen al estudiar la mente. En especial, los filósofos de la mente
estudian la naturaleza de los fenómenos mentales tales como: la
consciencia, la sensación, la percepción, el razonamiento, el deseo, la
intencionalidad, la decisión, las creencias, la imaginación y la
memoria. Explora la relación que existe entre el mundo físico y el
mundo mental, entre la mente y el cerebro, y temas relacionados como
la voluntad libre, el determinismo y la causalidad mental. Buscan
responder las preguntas básicas sobre la mente comenzando por su
naturaleza esencial. Básicamente podemos identificar los siguientes
problemas:
-El problema de la mente
-El problema de las otras mentes
-El problema de la causalidad mental
-El problema de los qualia
-El problema del libre albedrío (o la voluntad libre)
3. La Filosofía de la Mente se ocupa de preguntas como ¿Cual
es la relación entre la mente y el cerebro? ¿Son dos cosas
diferentes? ¿O es una misma cosa con dos nombres
diferentes? ¿O es que de alguna manera la mente emerge
del cerebro? ¿Y cómo es que los procesos neurológicos dan
lugar a la conciencia? ¿De dónde viene el contenido de los
estados mentales como las creencias y los deseos?
¿Cuál es la verdadera naturaleza de los estados y procesos
mentales? ¿En qué medio se producen y cómo se
relacionan con el mundo físico? ¿Sobrevivirá mi conciencia
a la desintegración de mi cuerpo físico? ¿O desaparecerá
para siempre cuando mi cerebro deje de funcionar? ¿Es
posible construir un sistema puramente físico como un
ordenador y que posea verdadera inteligencia consciente?
¿De dónde proviene la mente? ¿Qué es?
5. Rep: René Descartes
Según esta teoría, también denominada dualismo sustancialista, la
realidad se divide en dos tipos básicos de sustancias. La primera es la
materia común, cuya naturaleza consiste solamente en que es una cosa
extensa: en cualquier caso tiene longitud, ancho, altura y ocupa una
determinada posición en el espacio. (esta es la res extensa: creada,
finita, visible, medible y divisible). Pero existía un único aspecto de la
realidad que en su opinión no podía ser explicado en términos de la
mecánica de la materia: la razón consciente del hombre. Por este
motivo, postuló la existencia de un segundo tipo de sustancia,
radicalmente diferente, que no tienen ninguna extensión ni posición
espacial y cuya característica esencial es la actividad de pensar: la
mente. Esta es una sustancia no espacial e inmaterial (denominada res
cogitans: creada, finita, invisible, inmedible e indivisible) mientras que
el cuerpo es una sustancia física tridimensional y se relacionan en la
manera en que podemos conocernos: conocemos sobre nuestra mente
por una especie de observación interna de la mecánica de esta cosa.
Hay una interacción. Lo mental actúa sobre lo corporal y viceversa.
6. Rep: Nicolás Malebranche (1638-1715)
No existe una unión metafísica entre alma y cuerpo, y por lo tanto no se da una
acción recíproca. El alma piensa su cuerpo, pero se halla íntimamente unida a
Dios. Todas las actividades del alma que parecen causar efectos sobre el cuerpo,
en realidad son causas ocasionales (que ocurren accidentalmente,
oportunamente), que solo actúan por la eficacia de la voluntad de Dios.
Cuando quiero hacer algo se está produciendo un suceso inmaterial en mi
espíritu. Dios conoce ese hecho y hace que el cuerpo se ponga en movimiento.
Dios es la sola causa que actúa en el universo:
“Es una contradicción que un cuerpo pueda mover a otro. Y aún digo más: es
una contradicción que tú puedas mover tu sillón. Y esto no es aún bastante: es
una contradicción que todos los ángeles y los demonios juntos puedan levantar
una brizna de paja. (…) No hay nada más móvil que una esfera sobre un plano
inclina. Pero todas las potencias imaginables no podrían desplazarlas si Dios
no interviniera”
Una bola de billar choca con otra y ésta se desplaza. El choque no es , no puede
ser, la causa de este movimiento. Ese choque no es mas que la condición, la
“ocasión”: Dios solo es causa.
7. Rep: Gottfried Wilhelm Leibniz
Propone la fuerza como base de la realidad. Ser es ante todo actuar, y un ser
absolutamente pasivo sería una pura nada. En consecuencia, si la materia es
fuerza, energía, la materia se asemeja al espíritu. Los seres, tantos los de
naturaleza material como espiritual, son entidades compuestas de unidades de
fuerza, de átomos energéticos a las que Leibniz llama mónadas. Para él las
mónadas no tienen ventanas, por lo tanto, las mónadas son independientes,
autárquicas, no se comunican entre ellas. Esto plantea un problema ¿cómo se
relacionan entre sí todas las mónadas? La respuesta tiene que ver con Dios. Él
hace que todas las mónadas cooperen entre sí según la teoría de la armonía
preestablecida según la cual: “Dios al crear las mónadas, las ordenó de tal modo
que, aun sin existir influencias mutuas entre ellas, el resultado de la actividad
de todas ellas es el orden armónico de la totalidad”. Para explicar esto se usa la
imagen de los relojes: para sincronizar dos relojes, o bien se conectan con
posteridad, o bien se ajustan constantemente, o bien se les entrega a una
legalidad propia perfectamente ajustada. Esto último ocurre según Leibniz. Las
modificaciones de mi alma y los movimientos de mi cuerpo coinciden como
dos relojes que marcan la misma hora. Todo proceso mental va acompañado de
un proceso físico en paralelo, sin que hubiera interacción alguna entre ambos.
8. Rep: Charles Bonnet
El prefijo griego “epi” significa “encima”, y esta posición sostiene que los
fenómenos mentales no forman parte de los fenómenos físicos del cerebro, que
es el que determina en última instancia nuestras acciones y conducta, sino que
más bien “están por encima de la dinámica cerebral”. Por eso son
epifenómenos. Se dice que simplemente aparecen o surgen cuando el
desarrollo del cerebro supera un determinado nivel de complejidad.
Pero hay algo más. El epifenomenista sostiene que si bien la causa de que se
produzcan los fenómenos mentales son las diversas actividades del cerebro,
estos fenómenos a su vez no tienen efectos causales. Son absolutamente
incapaces de producir efectos causales en el mundo físico. Son meros
epifenómenos.
Todo estado físico tiene una causa física pero algunos eventos físicos también
tienen efectos mentales que no son a su vez causas. Lo mental puede ser efecto
de una causa física pero no viceversa, es decir, lo físico no puede ser efecto de
una causa mental. Los estados mentales si bien son reales, son epifenoménicos:
un resultado secundario como el zumbido de un motor en funcionamiento,
como el humo de una fogata. Entonces, si uno pusiera una mano sobre una
horna ya caliente el calor estimularía los nervios de la mano que transmitirían
esa información al cerebro. Esta estimulación del cerebro es la causa tanto de la
sensación de dolor como de la retracción de la mano del fuego. La sensación de
dolor por su parte no causa nada. Ya que si lo hiciera violaría el principio de
clausura del mundo físico.
9. Nuestras acciones están determinadas por hechos físicos
del cerebro, que también son la causa de los epifenómenos
que denominamos deseos, decisiones y actos voluntarios.
Por lo tanto, existe una constante conjunción entre volición
y acciones. Pero según el epifenomenalismo es una mera
ilusión que la primera sea la causa de las últimas. Se admite
la realidad de las propiedades mentales, como propiedades
no físicas pero bajándolas a la categoría de epifenómenos
impotentes que no tienen nada que ver con la explicación
científica de la conducta humana y animal. (Pensemos en
nuestros estados mentales conscientes como si fueran
chispitas de luz tenue que se producen sobre la superficie
rugosa del cerebro pero que a su vez no tienen ningún tipo
de efecto causal sobre él)
10. Rep: John Searle
Las propiedades mentales son propiedades emergentes, es decir, que
no aparecen de ninguna manera hasta que la materia física común haya
podido organizarse, a través del proceso evolutivo, para llegar a
constituir un sistema lo suficientemente complejo. Ejemplos de
propiedades emergentes son la propiedad de ser sólido, la de tener
color y la de estar vivo. Todas requieren una organización adecuada de
la materia antes de poder aparecer. Además, los estados y propiedades
mentales son irreductibles, es decir, que no son simplemente rasgos
organizativos de la materia física, como en los ejemplos citados, sino
que son propiedades nuevas que las ciencias físicas no pueden explicar
ni predecir. Entonces, la mente no es un tipo de objeto especial sino
que los estados mentales son un tipo de estado fundamental no
reducibles de ninguna manera a otros tipos de estados, y emergen de
otros tipos de estados del cerebro: los estados neurocientíficos. como
un elemento que emerge del cerebro pero no se reduce a este. El típico
argumento emergentista es afirmar que, en realidad no hay dos objetos
diferentes: la mente y el cerebro. Está el cerebro pero el cerebro tiene
algunos estados fundamentales que emergen de estados
neurocientíficos pero que no son en sí estados neurocientíficos.
11. La mente y el cuerpo interactúan aunque no son dos cosas diferentes, puesto
que los fenómenos mentales son solamente rasgos del cerebro. Los procesos
mentales no son independientes de los procesos físicos y que los procesos
mentales no se reducen a los procesos cerebrales.
Hay cuatro rasgos de los fenómenos mentales:
La conciencia: darnos cuenta de lo que hacemos
La intencionalidad: nuestros estados mentales se dirigen o refieren a objetos o estados de
cosas del mundo distintos de los propios estados mentales
La subjetividad: cada cual puede conocer sus propios estados internos pero los demás no
La causación mental: nuestros pensamientos y sensaciones tienen algún efecto causal
sobre el mundo físico
Los fenómenos mentales , ya sean conscientes o inconscientes, están causados
por procesos cerebrales y al mismo tiempo están realizados en los procesos
cerebrales.
Para entender esto se distingue entre micropropiedades y macropropiedades.
Por ejemplo, un vaso de vidrio está compuesto de micropartículas, que tienen
rasgos al nivel de moléculas y átomos, tales son sus micropropiedades. Por otra
parte, la transparencia del vaso es una macropropiedad. Y existen
macropropiedades que se explican causalmente por la conducta de los
elementos del micronivel.
Para Searle, lo mismo que la transparencia del vaso es causada por la conducta
por elementos del micronivel y , con todo, es al mismo tiempo un rasgo
realizado en el sistema de microelementos, así exactamente los fenómenos
mentales son causados por procesos que tienen lugar en el cerebro en el
micronivel neuronal y, al mismo tiempo, son rasgos que están realizados en el
sistema neuronal.
13. Rep: George Berkeley
Lo único que existe son nuestros estados mentales y todas las
demás cosas no existen en sí mismas sino como parte de la
existencia de las personas. Sostuvo la audaz idea de esse est
percipi : “Ser es ser percibido”. Como Berkeley creía que lo único
que existían eran las ideas su visión se denominó Idealismo y en
tanto confiaba en representación humana se le tildará de
subjetivista. En resumen, este argumento resume el punto de
vista de Berkeley:
P1: Se define como materia aquello que existe independientemente
de la conciencia
P2: Pero solo existe la conciencia y las ideas que percibe, es decir,
nada existe fuera de la percepción de una conciencia
C: Por ello, no existe la materia, es ininteligible y contradictoria, es
solo un nombre general
14. Para entender la filosofía de Berkeley podemos plantear el siguiente
argumento. Decimos que las cosas son el conjunto de sus propiedades. Así la
roca es el conjunto de lo sólido, lo duro, lo pesado, etc. Pero las propiedades de
las cosas son ideas en la mente humana. Por lo tanto, las cosas, en tanto
conjunto de propiedades, son conjunto de ideas, es decir, las cosas son
acumulaciones de ideas. Además, sabemos que las ideas están en la mente de
las personas, por ende, sabemos también que las cosas estarán en la mente de
las personas. En conclusión, todo está en la mente, la mente crea todo lo que
existe, solo existe la mente y no la materia.
Otro argumento consiste en suponer la existencia de un científico loco que
aprovechando el sueño de alguien le inyecta drogas y le saca el cerebro con
cuidado manteniéndolo vivo en una batea con nutrientes que permiten la
vigencia del cerebro. Enseguida, este despiadado ser conecta ese cerebro a una
súper-computadora para que simule la realidad que el cerebro considera como
verdadera. Entonces, ante este escenario la pregunta que se plantea es: si
nosotros tuviéramos el cerebro alimentado con nutrientes en una batea y
conectado a una ordenador poderoso que representa una realidad para
nosotros lo suficientemente creíble ¿podríamos saber que solo somos cerebros
manipulados?. Entonces, si no lo podemos saber, es posible que todo esto que
llamamos realidad, sea algo falso y que la realidad es algo que nuestra mente
inventa o puede inventar.
Para rematar se suele plantear el siguiente problema: si un árbol cayera en el
bosque y no hay nadie cerca para escucharlo ¿hacer ruido? En tanto que ser es
ser percibido habría que decir que no hace ruido porque nadie lo percibe. Pero,
en tanto que Dios percibe la realidad para hacerla existir, podemos decir que si
hace ruido porque Dios lo percibe.
15. Rep: Carnap, Ryle
Este movimiento intenta aislar los contenidos de la mente
en una caja negra argumentando que como los fenómenos
mentales no pueden observarse no es necesario explicarlos.
Lo que interesa de lo mental es la conducta manifiesta.
Se caracteriza por un verificacionismo que considera
carentes de sentido las declaraciones sobre la vida íntima
mental que no pueden ser comprobadas. Sin embargo, ¿qué
son los estados mentales si no conforman una vida íntima
mental de la que se pueda dar cuenta mediante la
introspección? Los conductistas responden: los estados
mentales son descripciones de la conducta o disposiciones.
16. Específicamente, lo que se afirma es que, cuando hablamos acerca de
emociones y sensaciones y de creencias y deseos, no hablamos sobre episodios
internos fantasmales, sino que se trata de una forma abreviada de hablar sobre
modelos reales y potenciales de conducta. En su forma más fuerte y más
directa, el conductismo filosófico postula que toda oración acerca de un estado
mental se puede parafrasear, sin pérdida de significado, por una oración larga y
compleja acerca de cuál sería la conducta observable que se produciría si una
determinada persona se encontrara en esta, o aquella o cualquier otra
circunstancia observable.
Aquí puede resultar útil hacer una analogía con la propiedad disposicional ser
soluble. Decir que un terrón de azúcar es soluble no es decir que posee algún
estado interno fantasmal. Simplemente es decir que si el terrón de azúcar se
pusiera dentro del agua, se disolvería. Más estrictamente,
“x es soluble en agua”
Es equivalente por definición a
“si se pusiera x en agua no saturada, x se disolvería”
Este es un ejemplo de lo que se denomina “definición operacional”. El vocablo
“soluble” se define en términos de ciertas operaciones o pruebas que podrían
revelar si el término verdaderamente se aplica o no en el caso que se ha de
examinar.
17. De acuerdo con el conductista, el mismo análisis vale para
estados mentales del tipo “desea pasar sus vacaciones en el
Carible”, con la salvedad de que el análisis es mucho más rico.
Decir que Anne desea pasar sus vacaciones en el Caribe es decir
que: 1) si se le preguntara si eso es lo que quiere, respondería
afirmativamente, y 2) si se le entregaran distintos folletos
publicitarios sobre Jamaica y Japón, estudiaría primero lo de
Jamaica, y 3) si se le diera un billete para el vuelo de este viernes
a Jamaica, iría, etc. A diferencia de la solubilidad, afirma el
conductista, la mayor parte de los estados mentales son
disposiciones de múltiples vías. Pero siguen siendo
disposiciones.
Por lo tanto, según esta concepción, no tiene sentido
preocuparse por la relación entre la mente y el cuerpo. Hablar
sobre la mente de Marie Curie, por ejemplo, no es hablar de algo
que ella posee; es hablar de una de sus extraordinarias aptitudes
y disposiciones. El problema mente-cuerpo, concluye el
conductista, es un seudoproblema.
18. Rep: U. T. Place, J. J. C Smart, H. Feigl
Es una teoría monista materialista también llamada
materialismo reduccionista. Propone que lo único que existe es lo
físico. En general, por físico se entiende todo lo que puede ser
conocido a través de las ciencias naturales. Lo mental de alguna
manera tiene que poder incluirse en este mundo físico. Estos
materialistas piensan que la mente es sencillamente el cerebro,
que la mente no es otra cosa que el cerebro. Entonces si digo que
estoy pensando en algo, lo único a lo que me estoy refiriendo es a
la actividad de mis neuronas: enviar ciertas señales, es decir, que
hay actividad eléctrica ahí dentro. Entonces los sentimientos, las
ideas, la voluntad no son otra cosa que la actividad de mis
neuronas, así es como lo investigan los neurofisiólogos. Cuando
observamos el cerebro de alguien y registramos la actividad de
las neuronas mediante un encefalograma, por ejemplo, estamos
observando la mente de esa persona: eso es lo que vemos
19. Los estados mentales son estados físicos del cerebro. Es decir, cada tipo de
estado o proceso mental es numéricamente idéntico (es una y la misma cosa
que) a algún tipo de estado o proceso físico dentro del cerebro o del sistema
nervioso central. Con el tiempo las investigaciones sobre el cerebro habrán de
poner de manifiesto las identidades correspondientes entre procesos cerebrales
y mentales.
Por ejemplo, consideremos el caso del sonido. Sabemos que ahora el sonido es
un tren de ondas de presión que se propagan por el aire, y que la propiedad de
tener un tono alto es idéntica a la propiedad de tener una frecuencia oscilatoria
alta. Sabemos que la luz son ondas electromagnéticas, y la mejor teoría actual
dice que el color de un objeto es idéntico a los tres tipos de rendimiento de
reflectancia que tiene el objeto, más bien como una cuerda musical que este
pulsara, aunque las notas suenan en ondas electromagnéticas en vez de sonar
en ondas de sonido. Ahora reconocemos que el calor o la frescura de un cuerpo
es simplemente la energía del movimiento de las moléculas que lo componen:
el calor es idéntico al alto valor medio de energía cinética molecular y el frio es
idéntico al bajo valor medio de energía cinética molecular. Sabemos que el
relámpago es idéntico a una repentina descarga en gran escala de electrones
entre las nubes, o entre la atmósfera y la tierra. Análogamente, lo que ahora
consideramos que son “estados mentales”, argumenta el teórico de la identidad,
son idénticos a estados cerebrales exactamente de la misma manera
20. No habría por qué sorprenderse particularmente si
nuestros conocidos estados mentales introspectibles se
redujeran a estados físicos del cerebro. Todo lo que se
requeriría sería que alguna neurociencia con una buena
capacidad explicativa se desarrollara hasta el punto en que
se pudiese elaborar una imagen refleja adecuada de los
supuestos y principios que constituyen nuestro marco
conceptual corriente para los estados mentales, una
imagen en la que los términos referidos a estados mentales
ocuparan el lugar que tenían los términos referidos a
estados mentales en los supuestos y principios
relacionados con el sentido común. Si se pudiese cumplir
esta condición, entonces como en los ejemplos antes
citados, tendríamos todo el derecho de anunciar que se ha
hecho una reducción y de afirmar la identidad entre los
estados mentales y los estados cerebrales.
21. Rep: Donald Davidson
Lo mental no se reduce a lo físico pero que la diferencia entre ambos no
es más que una diferencia de descripciones.
El creía que no hay leyes estrictas en la relación entre hechos físicos y
mentales. Los hechos mentales son anómalos porque no pueden ser
explicados o anticipados por el análisis científico, en otras palabras, la
voluntad libre es nuevamente posible
Si bien todos los eventos son físicos, no todos ellos se pueden obtener
por leyes físicas. Hay conexiones causales entre lo mental y lo físico,
pero no hay leyes sicofísicas. Lo mental necesita para su enunciación de
algún verbo sicológico y exhibe intencionalidad. Cualquier identidad
física alterará la identidad del evento mental.
“La causalidad y la identidad son relaciones entre eventos individuales
independientes de cómo se les describa. Pero las leyes son lingüísticas;
de ahí que los eventos mentales puedan instanciar leyes, y por
consiguiente ser explicados o previstos a la luz de leyes, solo en tanto
que esos eventos son descritos de uno u otro modo”
Dado que no hay una descripción física adecuada para los eventos
mentales, no puede haber leyes psico-físicas deterministas
22. Rep: Hilary Putnam, David Lewis, Daniel Dennet.
Según el funcionalismo, el rasgo esencial o definitorio de todo
tipo de estado mental es el conjunto de relaciones causales que
mantiene con
1) los efectos ambientales sobre el cuerpo,
2) otros tipos de estados mentales, y
3) la conducta del cuerpo.
Lo característico del dolor, por ejemplo, es que es el resultado de
alguna lesión o traumatismo corporal; provoca angustia,
incomodidad y alguna forma de razonamiento práctico
destinado a aliviarlo. Y también da lugar a que una persona se
intranquilice, se proteja y prodigue cuidados a la zona afectada.
Todo estado que cumpla exactamente esa función es un dolor, de
acuerdo con el funcionalismo.
La caracterización adecuada de casi todos los estados mentales
supone una referencia ineludible a una variedad de otros estados
mentales con los cuales tiene una conexión causal, de modo que
una definición reduccionista exclusivamente en términos de
estímulos y respuesta notoriamente observables por todos es
absolutamente imposible.
23. Es posible comprender qué es el funcionalismo en términos generales
comparando los estados mentales con dispositivos mecánicos. La
mente incorpora información sensorial y ejecuta acciones. A diferencia
del conductismo que preserva la actividad mental dentro de una caja
negra, el funcionalismo reconoce la existencia de relaciones causales
entre los estados mentales. La idea del funcionalismo surgió de lo que
se conoce como metáfora computacional que sostiene que la mente es
como un programa (o Software) que corre sobre el Hardware (que es
nuestro cerebro). Así como se puede estudiar el Software de una
máquina sin conocer para nada la implementación física sobre la cual
está funcionando también se pueden estudiar de la misma manera los
estados mentales de un individuo sin conocer para nada su biología. De
hecho, la teoría funcionalista sostiene que los estados mentales no son
algo exclusivo del cerebro: al menos en teoría cualquier máquina
suficientemente compleja es capaz de tener vida mental propia.
Tener una mente no es tener un tipo de objeto especial, en realidad,
tener una mente es tener ciertas capacidades o habilidades como la
capacidad de pensar o la capacidad de sentir. Entonces la pregunta es
¿cómo es que el cerebro da origen a estas capacidades? De acuerdo con
un paradigma la mente es un tipo de computadora: esta postura se le
atribuye a Alan Turing.
24. BODEN, Margaret A. (1994) Filosofía de la inteligencia artificial.
México: FCE.
CHURCHLAND, Paul M. (1999) Materia y Conciencia.
Barcelona: GEDISA.
GARDNER, Howard. (1987) La nueva ciencia de la mente. Buenos
Aires: Paidós.
GARCÍA ZÁRATE, Óscar A. (2012) “Reflexiones en torno a la
filosofía de la mente”. En: Ciencia, Verdad y Filosofía. pp. 175-198.
Lima: CEPREDIM.
MARTINEZ FREIRE, Pascual F. (2002) La nueva filosofía de la
mente. Barcelona: GEDISA.
RABOSSI, Eduardo (1995) “La tesis de la identidad mente-
cuerpo”. En: BRONCANO, Fernando (ed.) (1995) La mente
humana. pp. 17-42. Madrid: Trotta
TOMASINI BASSOLS, Alejandro (2004) Filosofía Analítica: un
panorama. México: Plaza y Valdés