2. • En estos tiempos se está
difundiendo una falsa idea de
inteligencia.
• Los que no saben están al
mismo nivel que lo que saben.
• El problema es que los que no
saben tienen más seguidores,
son más influyentes y están
dispuestos a discutir con
cualquiera.
• Por eso urge que el sabe baje
al llano y discuta con todos los
que deseen conocer.
3.
4. • Sin embargo, es necesario advertir
que para convencer el que no sabe
estará dispuesto a usar todas las
armas argumentales que tenga a la
mano para ridiculizar al que sabe.
• Este es el riesgo y, no obstante, es
importante arriesgarse en estos
tiempos tan oscuros.
5. • Al mismo tiempo el sabio debe
seguir cultivándose y buscar
recolectar la mayor cantidad de
distinciones y premiaciones
siempre y cuando sean merecidas
con esfuerzo.
• Pero, es importante notar que
antes que el conocimiento está la
moral, es decir, la capacidad de
saber convivir en armonía con los
demás.
6. • Es cierto que hay toda una
maquinaria burocrática detrás del
diploma o del cartón.
• De hecho, algunos consideran
que los nobles ilustrados no han
dejado de existir sino que tan solo
cambiaron sus títulos nobiliarios
por títulos académicos.
• Aun así, más vale tenerlos que no
tenerlos. El reto consiste en no
sentirse superior a los demás solo
por el hecho de tenerlos.
7. •J. S. Mill reconoce que un ser dotado de
facultades superiores necesita más para sentirse
feliz, tiene más difícil la conquista de la
felicidad, y además “probablemente está sujeto
a sufrimientos más agudos, y ciertamente los
experimenta en mayor número de ocasiones que
un tipo inferior”. Por ello, el más desarrollado
intelectualmente se decepciona más del mundo
al ver que se premia al flojo y se ignora al
esforzado (un “guerrerito” de reality gana más
que un ingeniero y mucho más que un filósofo
promedio, por cierto).
8. • Hay poco esfuerzo en la
actualidad y muchas
ganas de tenerlo todo
rápido y sin
cuestionamientos.
• Debemos recordar que lo
bueno tarda su tiempo y
que es mejor tener algo
bien hecho aunque tarde
que algo rápido pero mal
hecho.
9. • Es verdad que hoy en día existe una
serie constante de acontecimientos que
nos deprime. Vemos malos profesores,
políticos mentirosos, policías corruptos,
etc.
• Incluso pareciera que fuera mejor ser
una persona mala y sin escrúpulos en
este mundo tan complejo.
• Pero no debemos dejarnos derrotar.
10. Es muy sabido que
los sabios no son
felices en la mayor
parte de los casos.
¿Qué haces para
evitar que las
ideas pesimistas te
rompan la cabeza?
11. • ¿Por qué el conocimiento
va acompañado del
dolor? El destino del
sabio parece una
condena.
• ¿Será posible que en
algún momento
sabiduría y felicidad
vayan de la mano?
12. • Quizá sea cuestión de contexto. La
educación popular ha fracasado frente
a la tecnología y a la moda.
• Lo que está de moda difícilmente
educa de verdad.
• Hay una tendencia peligrosa a que esta
sociedad cada vez tenga menos
pensamiento crítico.
• Si es así, el problema de la infelicidad
del sabio podría deberse a que muy
pocos están convencidos de que se
debe cultivar el conocimiento.
13. • Pero, la verdad es que es muy
difícil convencer a alguien de que
ser justo y honesto es mejor que
ser un ladrón y mentiroso.
• ¿Qué hacer frente a una realidad
que premia a personas sin
vergüenza ni moral?
• Lo que no puede negarse es que
al menos el sabio tiene mucho
por hacer y por cuestionar.
14. • La política ya casi se ha
convertido en un lugar semejante
a un desagüe donde solo puede
encontrarse porquería y
excremento.
• ¿Por qué lo permitimos? ¿Y si nos
compramos el pleito, nos
defenderán si caemos
arrestados?
15. • Realmente ¿se puede
esperar algo de esta
juventud que cree que el
poder verdadero se
encuentra en las redes
sociales como Facebook,
Twitter y TikTok?
16. • Mill busca apelar a un sentido de dignidad que todos los
seres humanos poseen en un grado u otro, y que guarda
alguna correlación con sus facultades más elevadas. Esta
admisión le lleva a Mill a establecer una distinción
fundamental entre los conceptos de contento y feliz,
completamente distintos. Mientras que la felicidad alude
a algo ciertamente objetivo cuyo valor va mas allá de las
experiencias o juicios individuales concretos (pensemos
en la idea de “proyecto de vida”), el contento estaría
ligado a algo más particular y pasajero (comer un plato
suculento nos deja contentos pero no felices).
• Mill considera que la naturaleza humana es el criterio
para jerarquizar los placeres, que los seres humanos
debemos tener como fin supremo el desarrollo más
elevado y armonioso posible de todas nuestras
potencialidades, aunque también hayamos visto que esto
es casi imposible.
17. • Los seres humanos obtienen placer no solo de
experiencias particulares (por ejemplo, del acto
concreto de tomar una cerveza en una tarde calurosa),
sino de la realización de proyectos de amplio alcance
(terminar de hacer la tesis de doctorado, lograr ser
profesor de la universidad en la que te formaste, formar
una familia y tener hijos...). Proyectos que forman lo
que llamamos nuestro plan de vida. Por eso, Mill va a
insistir en la visión del ser humano como de alguien que
progresa, y así sus intereses tienen que verse desde esta
perspectiva.
• Aquí la felicidad ya no es un objetivo directo. No es
que la felicidad no sea el fin que se persigue en la vida,
sino que es una especie de subproducto. La felicidad se
logra apuntando a otra cosa, la mejora de la
Humanidad, practicando algún arte del que se disfruta,
aprendiendo idiomas, divulgando la sabiduría, etc. Así,
uno ya no busca solo satisfacciones en la vida, sino que
va desarrollando las cualidades de su interioridad.
18. • Por ahora lo que queda es tratar de
buscar sabios e intentar tender puentes
de discusión con amabilidad y respeto
hacia ellos.
• Se deben formar círculos, centros de
investigación e institutos o si ya existen,
renovar sus integrantes por personas que
puedan llevar al siguiente nivel el
desarrollo intelectual y crítico de la
sociedad.
19. • No obstante, nunca hay
que perder la humildad.
El ser sabio no le da a
uno permiso para tratar
mal a los demás ….
aunque pueda parecer
que se lo merezcan…
• Hoy más que nunca
hacen falta “maestros”
en todo el sentido de la
palabra.