2. (…) Los portadores de propiedades y relaciones lógicas
son los contenidos conceptuales, esto es, las
proposiciones. Son las proposiciones las entidades a las
que calificamos de verdaderas o falsas; son las
proposiciones las entidades que actúan como premisas y
conclusiones de las inferencias que realizamos.
Entre proposiciones se establecen las relaciones de
implicación e incompatibilidad. De la proposición de que
Claudio admira a Ángela se sigue que hay una mujer a
la que Claudio admira. Quien afirme lo primero, pero
niegue lo segundo se contradice y manifiesta una
conducta irracional. Las oraciones “Dorotea es valiente”
y “Dorotea es cobarde”, proferidas en el mismo contexto,
expresan proposiciones incompatibles. Quien las apoye
conjuntamente se contradice y manifiesta por tanto una
conducta irracional.
3. Coffa insiste en esta interpretación de Frege: “Está ampliamente aceptado que
estos descubrimientos [la generalidad y la existencia como funciones de orden
superior] señalaron el nacimiento de la lógica moderna. Sin embargo, no eran más
que productos marginales de una empresa mucho más fundamental que inspiró a
Frege desde sus primeros escritos: una investigación del carácter de lo que
decimos cuando transmitimos información, por medio de los juicios, no sólo de lo
que de hecho decimos, sino de lo que podríamos decir o juzgar. Desde sus primeros
escritos, la preocupación fundamental de Frege fue el significado o el contenido, lo
que llamaba “lo lógico” –esto es, la semántica” (…).
En efecto, no hay un Frege lógico que inaugura la lógica matemática formalista y
un Frege semántico que inaugura la filosofía del lenguaje moderna. Hay un único
Frege cuyo proyecto consiste en determinar las propiedades lógico-semánticas de
los contenidos juzgables. (Frápolli, 2019: 48-49)
La mejor forma de enseñar lógica es asociándola a la filosofía del lenguaje.
4. Aunque existen muchas formas de definir
al lenguaje consideramos que las lenguas
son objetos complejos que existen en la
mente de los hablantes como sistemas
cognitivos, es decir, de conocimiento
(Pérez, 2002, p. 16).
El lenguaje ordinario es el lenguaje con el
cual hablamos cotidianamente acerca de
las cosas que nos rodean. Tiene la ventaja
de que es comprensible por todos, es decir
que cada uno comprende el sentido de sus
proposiciones sin necesidad de tener que
recurrir a conocimientos especiales del
análisis lógico-lingüístico. Si este lenguaje
de comprensión general sería inconcebible
un entendimiento entre los hombres.
(Schreiber, 1967, p. 20)
5. Pues bien, la lengua natural consta de tres componentes: un léxico o
vocabulario, una gramática y una semántica. (Pérez, 2002, p. 18). En lo que
sigue vamos a explicar estos componentes.
Primero, trataremos del léxico o vocabulario. Este es un conjunto de signos
simples cuyo significado, en la mayoría de los casos, debemos aprender de
memoria. (…) (Pérez, 2002, p. 18). Existen, pues muchos elementos que
pertenecen al vocabulario.
Segundo, nos ocupamos de la gramática del lenguaje pues queremos saber
cómo combinar estos elementos. Hasta ahora hemos visto un poco las reglas
gramaticales morfológicas y sintácticas.
Tercero, nos ocupamos de la semántica pues buscamos captar el significado de
lo construido.
6. Hemos conocido la estructura básica (o sistemática esencial) del lenguaje con el que
nos comunicamos. Estos son los lenguajes naturales. Según Ferrater Mora:
(…) Ejemplos son el español, el francés, el alemán. En cualquiera de estos lenguajes
podemos referirnos a multitud de entidades, sensaciones o situaciones: a la pluma que
usamos al escribir, a un amigo, a nuestro dolor, a la simpatía o antipatía que sentimos
por una persona o una institución determinadas, a un conflicto entre el amor y el
deber, etc. Podemos, además, no solo mentar, describir y conocer, sino también
mandar, valorar, imaginar.
De ahí la riqueza de vocabulario y de matices en cualquiera de dichos lenguajes. De
ahí igualmente la considerable dosis de sobreentendidos que contienen la mayor parte
de las expresiones formuladas en los mismos. De hecho, en los lenguajes naturales se
da a entender más de lo que explícitamente se dice, y las manifestaciones indirectas,
las metáforas y las ambigüedades desempeñan en ellos un papel fundamental. (1960,
p. 11)
7. Por ejemplo, los siguientes casos (algunos sacados de (Molina,
2004, pp. 27-28)) son una muestra de la plasticidad del
lenguaje natural.
a. “Se prohíbe la entrada a menores de cualquier edad”.
b. “El pastor alemán de la iglesia tiene ojos azules”.
c. “Se solicita personal de ambos sexos”.
d. “Lo vi saliendo del banco”.
e. “3 días, 2 noches de hospedaje y 2 niños menores de 12 años
gratis por $ 300”.
f. “Se vende perro Pitbull. Come de todo. Le gustan mucho los
niños. Interesados llamar al 4230381”.
g. “Ya detuvieron al asesino de tu padre”
Todos estos ejemplos son casos que explicitan el rasgo de
ambigüedad del lenguaje natural.
8. (…) ciertos lenguajes pueden agruparse bajo el nombre común de lenguaje científico.
Ejemplos son el lenguaje de la física, el de la biología, el de la psicología. Estos lenguajes
pueden emplear como instrumento un lenguaje natural, pero aun entonces introducen en él
transformaciones considerables, pues no cesan de simplificarlos, unificarlos y “purificarlos”
de ambigüedades. El ideal del lenguaje científico es la eliminación de los sobreentendidos, de
las alusiones y, en la medida de lo posible, de las metáforas. Aunque no siempre sea factible
definir con toda precisión en dicho lenguaje los términos empleados, se tiende a que cada
expresión sea explícita y resulten eliminadas las resonancias afectivas, las que son
consideradas como un obstáculo para la obtención de lo que desde el punto de vista científico
son virtudes apreciables: la claridad, la precisión, la univocidad, el rigor, la impersonalidad.
El lenguaje de la lógica es uno de los lenguajes científicos. Debe cumplir pues con todas las
condiciones impuestas a ellos. Pero como su formalismo es mayor aún que el de los otros
lenguajes científicos –incluyendo el de la matemática-, lleva tales condiciones a límites
extremos. Dos consecuencias se siguen de ello.
Una es que el lenguaje lógico es limitado. (…)
Otra consecuencia es que el lenguaje lógico es universal. (…)
(Ferrater, 1960, pp. 11-13)
9. La lógica es la ciencia y el arte
de la argumentación. Desde esta
perspectiva, la lógica estudia la
manera en que interpretamos,
construimos y evaluamos
argumentos. Una vez más, su
objetivo es enseñarnos a
argumentar de manera racional.
En tanto la argumentación es
algo que hacemos a través del
lenguaje (…), podemos decir que
la lógica nos enseña a conocer y
usar el lenguaje para
interpretar, construir y evaluar
argumentos mejor. (Barceló,
2005, p. 8)
10. En analogía con las lenguas naturales, el lenguaje lógico o sistema lógico
es un conjunto de reglas que tratan acerca de cómo deben funcionar
aquellas relaciones que regulan la validez de los argumentos:
Dada la reconocida naturaleza formal de la lógica y la indiscutida
aceptación de su expresión simbólica, todo sistema lógico debe constar de
un lenguaje formal (L). A su vez, éste se compone de un vocabulario y una
sintaxis.
El vocabulario está formado por signos descriptivos (…), símbolos lógicos
(…) y signos de puntuación (…). La sintaxis de L consiste en un conjunto
de reglas destinadas a especificar las combinaciones de signos (…)
permitidas en dicho lenguaje; en otras palabras, a determinar las
expresiones que serán consideras [sic] fórmulas de L. (Palau, 2002, p. 24)
11. Pero la lógica no solo tiene un vocabulario y una sintaxis.
También consta de una semántica:
Cuando los símbolos del lenguaje de un sistema carecen de
significado, el sistema suele recibir la denominación de cálculo.
(…) [A] fin de obtener un sistema lógico, todo cálculo debe
incorporar una semántica mediante la cual se asigne
significado tanto a los términos descriptivos como a los lógicos.
La asignación de significado a los signos no lógicos o
descriptivos se realiza mediante la construcción de una
interpretación. (…) (Palau, 2002, pp. 25-26)
Por lo común, las proposiciones se consideran signos lógicos
interpretados como verdaderos o falsos.
12. La lógica es, pues, algo artificial en contraposición al
lenguaje natural. Es una ciencia formal. De acuerdo a
Bunge, la ciencia formal se refiere a constructos. Así, la
matemática y la lógica son ciencias formales porque solo
tratan con conceptos y sus combinaciones y, por tanto, no se
sirven ni de procedimientos empíricos ni de datos de la
realidad palpable. (Bunge, 2007, p. 22)
Esta comparación con la matemática está perfectamente
explicada por Ferrater:
Podríamos concluir diciendo que ocurre con la lógica algo
parecido a lo que sucede con la aritmética. Así como lo que
importa para esta última en la expresión ‘2 naranjas más 3
naranjas suman 5 naranjas’ no son las naranjas de que se
habla, sino la ecuación ‘2+3=5’, en la lógica importan
asimismo ciertas formas o estructuras, eliminándose los
“contenidos”. (…) (Ferrater, 1960, p. 11)
13. Una diferencia notable entre los lenguajes lógicos y
los lenguajes naturales es que estos tienen una
cantidad, en términos comparativos, muy grande
de palabras en relación con los lenguajes
formalizados. Un lenguaje formalizado, como el
tipo PM [Principia Mathematica] (…), cuenta
propiamente con solo seis fórmulas básicas. (…)
(Piscoya, 2007, p. 94)
14. [Los lenguajes de la lógica proposicional y de la lógica de predicados] serían
lenguajes con una capacidad expresiva poco variada, lo que se debería al hecho
de tener un léxico tremendamente limitado. Esta sería otra diferencia notable
con respecto a nuestras lenguas naturales: el hecho de contar con un léxico tan
rico y de la posibilidad de combinar sus signos simples en signos complejos nos
permiten una enorme capacidad expresiva.
Debemos notar que no he dicho que la capacidad expresiva de estos lenguajes
artificiales se limite a sus signos simples, ya que estos también pueden ser
combinados en signos compuestos de acuerdo con las reglas de la gramática e
interpretados por las reglas de la semántica. Sin embargo, la capacidad
expresiva de estos lenguajes artificiales sería bastante monótona, ya que los
enunciados que podríamos formar serían, por así decir, variaciones sobre el
mismo tema. (…) (Pérez, 2002, p. 28)
15. Otro asunto interesante es el tema del control. En el lenguaje natural no hay un
control acerca de cómo se usa el lenguaje. No existe una policía del lenguaje
natural, aunque la RAE intente imponernos sus normativas. El lenguaje
natural no ha sido diseñado en el mismo sentido en que el lenguaje lógico (que sí
tiene sello de fábrica y código de barras) lo ha sido. En la lógica, en cambio, el
control es algo notorio. Explícitamente, se busca idear o modelar un lenguaje
que nos permita evaluar diversos rasgos muy valiosos en el ámbito de la ciencia
como la deducibilidad, consistencia, completud, satisfacibilidad, independencia,
pero sobre todo la validez.
(…) en este punto podemos plantear una diferencia radical entre las lenguas
naturales y los lenguajes artificiales: mientras que en las primeras las reglas
construccionales no son evidentes para los estudiosos y deben ser postuladas
sobre la base de la observación de cómo los hablantes combinan sus signos
simples, en los lenguajes artificiales las reglas construccionales sí son evidentes
pues han sido propuestas explícitamente por el inventor o “artífice” del lenguaje
“artificial”. (…) (Pérez, 2002, p. 20)
16. La existencia explícita de estas reglas construccionales tiene el objetivo de
impedir los dobles sentidos o los malos entendidos. En esta misma línea, Gamut
plantea lo siguiente:
Una (…) razón a favor de la idea según la cual los lenguajes naturales no son
idealmente apropiados para investigar la validez de los argumentos es que
contienen ambigüedades. Estas ambigüedades pueden hacer que sea imposible
decidir si un argumento dado es válido o no. Por ejemplo, considérese el siguiente
argumento:
(38) Las mujeres y los hombres ancianos tienen prioridad.
Mi madre es mujer.
Mi madre tiene prioridad.
La validez de (38) depende de la lectura que se haga de su primera premisa. El
argumento es válido solo si anciano aquí no se aplica a mujeres. En un lenguaje
formal apropiado, tales ambigüedades se resolverían mediante el uso de
paréntesis o de un artificio similar que explicite la estructura. (Gamut, 2001, pp.
25-26)
17.
18. De acuerdo al Compendio de lógica, argumentación y retórica, “la pragmática es la
disciplina que se ocupa de las relaciones entre los signos y los usuarios” (Uxía, 2012, p.
473). Al respecto Gamut sostiene que “la gramática se ocupa principalmente de las
relaciones entre las expresiones y su uso” (2004, p. 208). De semejante opinión es el Novo
Dicionário de Lógica que afirma que la pragmática es “el estudio de las relaciones que
rigen entre los signos y las personas que los interpreten” (Hegenberg y Ferreira, 2005, p.
263) Y, sobre todo es en el ámbito comunicacional donde se hace más notable la
pragmática. Según Horacio Miranda y Marisa Guzmán:
Todos sabemos que la comunicación tanto verbal como no verbal se constituye en la esencia
del ser humano. Nos comunicamos todo el tiempo, y de diversas maneras en forma natural,
sin tener conciencia del código que usamos, con una creatividad y generatividad que
ilustra la afirmación central de Chomsky (…), cuando refiere la capacidad del ser humano
para generar una cantidad infinita de enunciados, a partir de un número finito de
elementos. Es, en definitiva, lo que nos diferencia de otras especies no humanas que, sin
contar con el lenguaje estrictamente humano, se comunican con sus congéneres sobre la
base de un repertorio limitado de señales. (2012, pp. 230-231)
19. Así pues, sabemos que podemos ver a cada una de las posiblemente infinitas
oraciones que podemos construir como compuestas a partir de un stock finito de
elementos semánticamente significantes por medio de un número finito de
aplicaciones de un número finito de reglas de composición. Por ello, es posible que
cualquier tipo de oraciones tenga un significado otorgado en función del
significado de sus partes componentes y de su estructura.
Chomsky ha denominado a esto “el problema de Humboldt”, el cual se formula
como sigue. Dado que el número de oraciones que hemos usado y entendido
efectivamente es siempre un número finito, y dado que hay un número
potencialmente infinito de oraciones que son nuevas para nosotros, ¿cómo
podemos entender y usar esas oraciones nuevas de las que nunca hemos oído?
Noam Chomsky sugirió que podemos darle significado a un número
potencialmente infinito de oraciones debido a que las colecciones infinitas están
encapsuladas, de alguna manera, en una colección finita de reglas que están muy
enraizadas de modo instrínseco en nosotros. Esto ocurre porque (en la línea
chomskyana) la evolución nos ha “programado” con una especie de gramática
interna. (Priest, 2006, p. 19)
20.
21. De este modo, la capacidad del lenguaje para construir oraciones y establecer diálogos y
conversaciones es, en definitiva, aquello que nos distingue de otras especies no humanas
para las cuales la evolución ha preparado otro desarrollo o estrategia de supervivencia.
Según Horacio Miranda y Marisa Guzmán:
Los estudios lingüísticos, al dar cuenta de las relaciones entre lenguaje y usuarios, enfatiza
las implicancias socio-pragmáticas de los enunciados en contextos comunicativos, lo que ha
enriquecido la comprensión del lenguaje al complementar con su aporte los estudios
tradicionales basados en aspectos meramente lógicos, semánticos y sintácticos.
No cabe duda que con nuestra conducta lingüística trascendemos los límites de los
significados semánticos convencionales, para incursionar en el mundo de los significados
pragmáticos. Esto se manifiesta en las realizaciones cotidianas, en las que la carga
pragmática de los enunciados puede dar lugar a mensajes muy distintos de lo que se
expresó literalmente. Para el análisis de los diversos significados pragmáticos de los
enunciados es menester contextualizarlos, distinguiendo a los participantes, la relación
entre ellos, el tema, lugar, nivel de formalidad o informalidad de la situación, el
conocimiento compartido de mundo e intención elocutiva del hablante, entre muchos otros
aspectos. Dicho de otra manera, nuestros enunciados no son independientes de los
contextos de situación en que los emitimos, más bien cobran vida en el contexto social al
que pertenecen, y no fuera de éste. (2012, p. 231)
Esto es, conversamos y esta práctica solo tiene sentido sobre el escenario en el que nos
movemos. Incluso, en ciertos contextos una misma expresión puede tener distintos
mensajes. El mundo de la pragmática si bien es más social también al ser tan obvio parece
difícil de explicar.
22. Una conversación es un diálogo oral o escrito entre dos o más personas que
intervienen alternativamente expresando sus ideas y afectos sin necesidad de
algún orden previo o planificación pensada. Así se logra establecer una
comunicación fluida y espontánea.
La conversación puede girar en torno a uno o muchos temas y está condicionada
por el contexto. En una situación cotidiana, estos pueden variar con facilidad y sin
previa organización para que los dialogantes pueden expresar su punto de vista y,
así, discutir, debatir y conocerse mutuamente.
También, la conversación es una manera de relacionarse con las personas, sirve
para obtener información y compartir escenarios que muestran la diversidad de
afecciones, pensamientos, experiencias y posturas; genera procesos reflexivos de
raciocinio que permiten organizar el discurso propio. Pensemos en una entrevista
o en una charla de café, por ejemplo.
Pero la misma conversación puede decirse que viene regida por un principio. El
principio de cooperación conversacional permite que un diálogo sea objetivo y
fructífero.
23. Haga que su contribución a la
conversación sea la requerida, en cada
frase que se produzca, por el propósito
o la dirección mutuamente aceptados
del intercambio comunicativo en el
que está usted involucrado
Este principio afirma simplemente
que personas involucradas en una
conversación dirán algo conveniente
en cualquier punto en la charla, y
asumirán que los otros dirán algo
conveniente también. De este modo,
este principio permite entender que la
conversación es un intercambio fluido
en el que cada participante contribuye
con sus enunciados. Tanto emisor-
hablante como receptor-oyente deben
“cooperar” en la conversación, ambos
deben ir tras la misma meta.
24. El principal objetivo de la investigación de Grice era descubrir reglas de cualquier
lenguaje que posibiliten la conversación. De este modo, se puede establecer un
cierto acuerdo entre los interlocutores que llevan a cabo una conversación por el
cual ellos delimitan y definen un “contrato o convenio lingüístico” que posee unas
“máximas o reglas” determinadas.
El hecho comunicativo requiere de la cooperación de sus integrantes. Esta
cooperación, por lo tanto, trata de otorgarle al receptor una información veraz,
ajustada y clara, para que le sirva, y por la cual debe de cumplir unas máximas
necesarias.
Todas estas máximas, en resumen, implican que los enunciados de quienes
intervienen en un acto comunicativo deben ser claros, informativos, pertinentes,
veraces y breves. Se agrupan en cuatro bloques, de acuerdo al propio Grice en
analogía a la organización de las categorías kantianas (de cantidad, calidad,
relación y modalidad). Debemos indicar que diversas máximas pueden ser no
respetadas en un mismo caso pero intentaremos ser lo más didácticos y coherentes
que se pueda. Enseguida, explicaremos dichas máximas que rigen el diálogo:
25. 1.1. Haga que su contribución sea tan informativa como sea necesario
(para los propósitos de la conversación).
1.1. En un diálogo A le pregunta a B: “¿Dónde vive C?”. Y B responde: “En
algún lugar de la República del Perú”.
1.2. No haga que su contribución resulte más informativa de lo necesario.
1.2. Juan le pregunta a Carla a qué hora llega el encargado de atender la
biblioteca y ella le responde: “La biblioteca que fue fundada el 8 de agosto
del 2008 atiende de lunes a sábado de 6pm a 10pm. Si no está abierta
puedes ir a la del Centro. Y si la del Centro no está atendiendo tendrías
que buscar el libro que buscas por Internet”.
26. 2.1. No diga lo que crea falso.
2.1. Pedro quiere terminar con Jazmín, su actual pareja, porque
se siente más atraído por Mariela y le dice esto: “Gracias por
venir. Teníamos que hablar algo muy importante. Nuestra
relación ya no es lo que fue al comienzo. Creo que debemos dejar
de ser enamorados. No eres tú soy yo. Siento mucha presión y
quisiera alejarme de todos y de todo. Espero que sepas entender”.
2.2. No diga aquello de lo cual carezca de pruebas adecuadas.
2.2. Juana le cuenta un rumor a Bianca: “Dicen por ahí que María
y Julio han terminado”. Bianca pregunta: “¿Estas segura?”.
Finalmente, Juana responde: “La verdad que no estoy convencida
pero ayer Julio me dijo que sentía muy solo y que le gustaba
mucho pasar tiempo conmigo”.
27. “Diga cosas relevantes”.
Juan y Camila son dos bailarines profesionales. Sin
embargo, Juan ha comenzado a sentir algo por
Camila y antes de empezar la última presentación de
la temporada ocurre este diálogo:
Juan: Camila, quería decirte que estoy más
enamorado de ti que nunca. ¿Qué me respondes?
Camila: Vamos Juan, nos queda todo el verano para
hablar de eso. Esta noche solo vamos a bailar y hacer
que el público disfrute de nuestro arte.
28. 4.1. Evite la obscuridad.
A: Papá, ¿qué es el color azul?
B: Ah, bueno. Azul es el color que se percibe ante la fotorrecepción de una luz cuya
longitud de onda mide entre 460 y 482 nanómetros. ¿Entendiste, verdad?
4.2. Evite la ambigüedad.
4.2. Un doctor le comenta a su paciente: “Me parece que el país marcha bien”, y
este le responde: “Sí, doctor. Hay marchas por todos lados. Ya no se puede
transitar”.
29. 4.3. Sea escueto.
Andrea: ¿Recuerdas que mañana tenemos esa reunión con el jefe? Tengo un poco de
temor…
Pedro: ¿Qué reunión? No me llegó el correo, ¿temor de qué?
Andrea: Es que hablaremos de un tema importantísimo…
Pedro: ¿Del aumento de sueldo?
Andrea: No pues, Pedro. De eso no, de lo otro… ¿no recuerdas?
Pedro: ¿De las vacaciones? Ay, ¿Andrea podrías decirme de qué se trata?
Andrea: No puedo es que de solo pensarlo me siento mal, te lo juro.
4.4. Sea ordenado.
4.4. Supongamos que una profesora le pregunta a un alumno por qué no hizo la tarea.
El joven, en lugar de dar una respuesta concreta, contesta así: “Estaba dispuesto a
hacer la tarea, pero estos días son algo complicados para mí. Llegué a mi casa y
busqué el cuaderno, pero sonó el teléfono y hacía mucho calor; luego me dieron ganas
de salir al parque y al regresar almorcé. Eso hizo que me diera sueño. Y le juro que
aunque yo quería cumplir con mis obligaciones, al final no pude. Es que la semana
pasada perdí mis libros y no me acordaba de la tarea”.
30.
31. Según Haverkate:
Siendo normas de conducta, las máximas pueden ser respetadas o violadas. Incluso hay una
tercera posibilidad, que es la que Grice denomina flouting a maxim (´burlar una máxima‟).
Podemos decir, para caracterizar la diferencia entre violar y burlar, que la violación es una
desviación intencionada de la norma, la que sirve para engañar o perjudicar al interlocutor. La
violación de la primera máxima de calidad, por ejemplo, produce una mentira. El burlar una
máxima también acarrea la desviación de una norma, pero, en este caso, es manifiesta; esto
es, el hablante intenta conseguir que el oyente se dé cuenta de la ruptura de la máxima. Así,
por ejemplo, la ironía es producto de que un hablante se burle de la máxima de calidad (…).
(1992, p. 179)
Pongamos un ejemplo:
A: Palestina es la capital de Perú ¿no?
B: Claro que sí y Nueva York es la capital de Siria.
Como podemos notar el hablante responde con una mentira y dando un ejemplo
evidentemente falso para darle a entender a su oyente que está en un error, es decir, que
Palestina no es la capital de Perú. Así, se entiende el origen y significado de la ironía.
En EEUU se suele responder a una pregunta con otra pregunta cuya respuesta coincide con la
respuesta a la primera pregunta planteada. Así, si me preguntan si iré a la fiesta, en vez de
decir que sí, puedo decir “¿Acaso en Perú comemos pollo?” “¿El Presidente del Perú es Martín
Vizcarra?”.
32. Una implicatura conversacional surge
por la violación ostensible (burla) de
alguna de las máximas del Principio
de Cooperación. El receptor debe
captar esa violación y así determinar
el significado del enunciado. Así, se
entiende que el uso real y cotidiano del
lenguaje posee un componente
inferencial a través del cual el oyente
o receptor deduce la intención
comunicativa del hablante.
33. La implicatura conversacional se puede definir como ese
mensaje del discurso con información encubierta dentro del
mismo. Es lo dicho de modo indecible, esto es, por medio de lo
“no dicho”: el significado agregado que el receptor de un
mensaje deduce o descubre. Su meta es transmitir información
de manera no literal. Es decir, busca generar sobreentendidos
y presuposiciones dando lugar a interpretaciones que van más
allá de lo manifestado de modo explícito mediante palabras. De
este modo, la implicatura conversacional sirve para mostrar la
relación cooperativa entre interlocutores en una conversación,
en que se transmite más de lo que dice y a pesar del
rompimiento de alguna de las máximas conversacionales, la
conversación no pierde sentido ni rumbo.
Veamos otro ejemplo. Si Teo le pregunta a Ana “¿Te llevo a
algún lugar?” y ella responde “He traído mi propio auto”
entonces lo que ella ha implicado conversacionalmente es que
no necesita o no desea que Teo la lleve de vuelta.
34. Detecte qué máxima se está burlando
1. Pedro le pregunta a un compañero si sabe dónde está la engrapadora y él
responde de este modo: “Sí, está en la mesa pequeña junto a la impresora, en el
mismo sitio en el que la dejaste la semana pasada y del que te he dicho que la
quites varias veces”.
2. Hoy es lunes y Juana le pregunta a Ricardo si sabe si Alberto ha venido a la
oficina y Ricardo responde “Alberto siempre viene a la oficina los lunes”.
3.
A: ¿Cristian no va con nosotros? ¿Lo han llamado?
B: Bueno, ahora tiene una novia nueva, una chica guapísima. Modelo, creo. Y
no salimos mucho con él últimamente, está siempre con ella.
35. 4. Una hija adolescente, ante un plato de comida que no es
de su gusto, informa a la madre, acompañándose de
información no verbal (gestos, entonación) lo siguiente:
“Gracias, Ma. Cada día me gusta más el bacalao”.
5. Julia necesita obtener información de Carla; una amiga a
la que no ve hace tiempo. Para ello, le pregunta a Camila,
que es amiga de ambas y ella le dice lo siguiente: “Ella
está muy bien. Se fue a vivir al Sur con sus papás. Se
compraron una casa enorme y su papá abrió una tienda de
ropa”
6.
A: ¿Pongo ya la cena?
B: Tengo que acabar este trabajo