2. La Ontología
DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA: “Ontología” proviene
de dos voces griegas: Ontos = „ser‟ y Logos =
„estudio‟.
NOCIÓN: La Ontología es la ciencia o teoría del ser
en cuanto ser, entendiendo al ser como la totalidad
de la realidad, pero también como lo esencial de las
cosas.
Ella busca los criterios básicos para determinar qué
tipos de cosas son reales y bajo qué categorías se
inscriben. Se encarga del estudio del problema de la
relación entre el ser y el ente, las fases, los modos y
las regiones del ser real, ideal e irreal.
Ejemplos de preguntas ontológicas: ¿qué es el ser?
¿cuál es el fundamento del ser? ¿hay cosas
mentales, físicas y abstractas? ¿las personas son
sistemas físicos complejos o tienen propiedades que
no son reducibles a nada físico? ¿cuál es el ser en sí
3. La Metafísica
En tanto teoría del ser, las pretensiones de la
metafísica históricamente han sido más amplias
que las de la ontología. Ella se ocupa de
preguntas tales como las siguientes:
¿Qué existe?
¿Qué es la existencia?
¿Existe Dios?
¿Cuáles son las cosas básicas del mundo?
¿Existen las propiedades así como los individuos
que las poseen?
Una rama especial de la metafísica es la filosofía
de la mente
4. FILOSOFÍA ANTIGUA
Heráclito de Éfeso (544-484 a.
C.)
Para Heráclito el primer carácter esencial que se descubre en la
realidad es su constante y universal mutabilidad. Se trata de un
continuo dejar de ser, seguido también de un continuo llegar a
ser. En esto consiste el devenir.
Dos símbolos eran preferidos por él: el río y el fuego. En el
primero hay movimiento y cambio que perciben los sentidos. En
el segundo hay cambio que no es perceptible sensiblemente. El
río simboliza los cambios accidentales, como los de lugar y los
cuantitativos. El fuego representa los cambios sustanciales, es
decir, la transformación. Por esta razón, al fuego lo consideraba
como la physis del Universo y de las cosas en general.
Logos es la legalidad sustancial del Universo; es lo que viene a
dar racionalidad a los cambios, al movimiento, al devenir; es la
ley interna del devenir universal; es el principio que gobierna las
transformaciones sustanciales de la physis.
La oposición o lucha de los contrarios es la ley que rige al
5. Parménides de Elea (540-470 a. C.)
Según él, lo único que podía decirse de las cosas en general, o sea, de
lo real, es: que es, que es ser. Enseguida, como punto de partida para
toda su teoría, formuló el siguiente principio: el ser es y es necesario
que sea; el no-ser no es y es imposible que sea.
Por ende, si solo el ser es, entonces debe caracterizarse como único,
increado, inmóvil, inmutable, continuo, indivisible, finito.
El ser es único, de no serlo, existiría algo que ni fuera ser y, como ya
quedo asentado, el no-ser no existe
Él es increado; de lo contrario, tendría que proceder del no-ser, lo cual
es imposible.
El ser es inmóvil e inmutable. Para que se pudiera mover se necesitaría
que hubiera no-ser. Por otro lado, para que el cambio sea posible es
indispensable que la nueva cualidad no-sea y sea al mismo tiempo.
El ser es continuo e indivisible, pues la no continuidad y la divisibilidad
supondrían la presencia del no-ser entre ser y ser.
El ser, por último, es finito. Si el ser fuera infinito, querría decir que algo
le falta, lo cual es inadmisible porque está terminado, es perfecto. El ser
solamente es infinito en el tiempo porque es eterno.
El análisis anterior sobre las características del ser se descubre
mediante la vía de la verdad, o de la razón, que es la única vía correcta
6. Platón (427-347 a. C.)
Al darse cuenta que no siempre hay correspondencia entre estos dos
elementos, se preguntó: si no es por medio de los nombres ¿cuál será
el método apropiado para llegar a conocer las cosas? Para conocer el
ser de las cosas hay que ir a ellas y estudiarlas
Al emplear el método de la observación directa, empiezan a aparecer
los problemas porque, Heráclito llegó a la conclusión de que las cosas
están en un proceso de cambio constante. Por otro lado, de acuerdo a
Sócrates la ciencia o el conocimiento auténticos deben tener como
característica la necesidad y la universalidad.
Platón infirió lo siguiente: o no conocemos el ser de las cosas, o bien, si
tenemos algún conocimiento de ese ser, necesitamos suponerlo
inmutable y permanente. En otras palabras, para que haya ciencia es
necesario reconocer la existencia de seres inmutables y permanentes
En efecto, lo que siempre está cambiando ni existe ni es objeto de
conocimiento, ya que, entonces, lo que percibiríamos sería lo que no
es. Para compaginar las cosas, Platón decidió reconocer dos tipos de
seres: los cambiantes, denunciados por los sentidos; y los inmutables,
descubiertos por la razón. El ser de estos últimos es el ser auténtico; el
ser de los cambiantes, por el contrario, es un ser relativo, puesto que
únicamente son en la medida en que son copia del ser de los seres
inmutables.
El movimiento es algo que se da únicamente en los seres cambiantes;
aunque no porque ellos se muevan a sí mismos, sino porque reciben el
7. Sabemos entonces que es necesario distinguir dos clases de seres: los
cambiantes y los inmutables. Al conjunto de los primeros se le llama “el
mundo sensible”, porque sus objetos son perceptibles por los sentidos.
Al conjunto de los segundos, Platón lo llamó “el mundo inteligible”
porque tales objetos se pueden captar únicamente por la inteligencia,
es decir, no son sensibles sino inteligibles.
En el mundo sensible hay dos clases de seres: lo objetos sensibles y
las imágenes de ellos. El mundo inteligible, a la vez, tiene dos grupos
de objetos: los matemáticos y las ideas.
Respecto a las características de los objetos anteriores Platón sostuvo
que:
-Los seres del mundo sensible son mutables, perecederos, temporales,
imperfectos, mientras que…
-Los objetos inteligibles son inmutables, subsistentes, eternos,
inmateriales, trascendentes al mundo sensible, perfectos
Los seres sensibles son copias de los objetos inteligibles; éstos son
modelos respecto de aquéllos.
Epistemológicamente, las ideas platónicas deben interpretarse como
idénticas a sí mismas, como principios de inteligibilidad y como
fundamentos de la ciencia. Ontológicamente, las ideas son realidades
autónomas, subsistentes y perfectas, lo cual les permite funcionar como
modelos del mundo sensible
8. Aristóteles (384-322 c. C.)
Distingue entre conocimiento especulativo y conocimiento práctico. El primero está
destinado a la verdad; el segundo, a la acción. De las ciencias especulativas la primera
es la física; la segundas, las matemáticas; la tercera, la metafísica. La física es la ciencia
que estudia la physis, es decir, la naturaleza, pero entendida ésta como la constitución de
los seres reales dotados de movimiento.
Así, podemos decir que la física es la ciencia que estudia los seres reales dotados de
movimiento, y que el estudio de la naturaleza implica el estudio del movimiento.
Vamos a definir algunos conceptos aristotélicos. El término sustancia hace alusión al
elemento constitutivo de un objeto, pero considerado como lo permanente y que, a la vez,
sirve de soporte a los accidentes y a las variantes que en dicho objeto pueda haber. La
esencia es el mismo elemento constitutivo, pero ahora contemplado como aquello que al
objeto lo hacer ser lo que es. La naturaleza es el mismo constitutivo, pero concebido en
su aspecto dinámico, es decir, como la fuente de las operaciones los cambios o los
movimientos que son posibles en dicho objeto.
Aristóteles admitía la existencia del movimiento porque tratándose del no-ser hay que
distinguir el no-ser absoluto y el no-ser relativo. El primero se da cuando no se es algo ni
se puede llegar a ser ese algo; por el contrario, el no-ser es relativo cuando no se es
algo, pero hay posibilidad de llegar a ser ese algo.
El no-ser relativo, en sentido estricto, consiste en un poder-ser. A este poder-ser
Aristóteles lo llamó potencia. Lo opuesto a potencia es el acto, el cual se define como “la
realización de la potencia”. El objeto X es A en potencia, cuando está en posibilidad de
ser; pero cuando ya obtiene realmente la perfección A, entonces decimos que el objeto X
es A en acto.
El movimiento es el paso del ser potencial al ser actual, o más brevemente, es el tránsito
de la potencia al acto. Para aclarar esta definición Aristóteles afirmaba que el movimiento
propiamente consiste en una actualidad imperfecta, porque se da únicamente durante la
actualización de la potencia; cuando esta queda actualizada, ya no hay movimiento.
Las clases de cambios o movimientos que en los seres reales se pueden dar por su
9.
En el movimiento concurren tres elementos:
1. El sujeto del cambio, es decir, lo que permanece a través del cambio, lo que resulta afectado
por el cambio. Dicho elemento es la sustancia, la cual se mantiene idéntica a través de un
cambio cualitativo, cuantitativo o local.
2. El elemento que desaparece, es decir, el elemento que, hasta antes de iniciarse el cambio,
existía en el objeto, pero que ahora tiene que desaparecer para dar lugar al nuevo elemento.
3. El elemento que aparece, esto es, el que, al iniciarse el cambio, empieza a concretarse y
quedará completado en el último instante del cambio.
En los cambios accidentales, es fácil identificar cada uno de los tres elementos; por ejemplo, en
el cambio que se opera en el agua cuando ésta pasa del estado líquido al sólido: el primer
elemento es el agua misma, porque ella permanece como agua durante el proceso del cambio.
El segundo elemento (el que desaparece) es el estado líquido; el tercer elemento (el que
aparece) es el estado sólido.
La dificultad se presenta en los cambios sustanciales. Éstos, como sabemos, son aquellos en
que hay cambio de sustancia, porque hay corrupción de la primera y generación de la segunda.
Aristóteles rechazó la hipótesis de que la sustancia que desaparece pase del ser al no-ser, y de
que la nueva sustancia haga un tránsito inverso (del no-ser al ser)
El filósofo griego opinaba que hay un elemento primario que permanece idéntico a través de los
cambios sustanciales y que, por esto mismo, es el sujeto del cambio. Dicho elemento recibe el
nombre de materia prima (yle), que tiene como característica principal no ser un ser en
particular, sino estar totalmente indeterminada. La materia prima solo es potencia.
En los cambios sustanciales sucede una transformación. La materia prima cambia de forma
(morfé), pero no de una forma geométrica, sino sustancial. Esta forma es el elemento activo, es
la esencia, la cual hará que la materia prima, al cambiar de forma, sea esta o aquella sustancia.
Tenemos pues los elementos del cambio sustancial: la materia prima y la forma sustancial (ylemorfe)
De deduce el realismo de Aristóteles porque al rechazar la teoría platónica de los dos mundo,
defiende que cada ser real lleva en sí mismo su esencia (la forma sustancial), o sea, aquello
que lo hacer ser lo que es.
10. Plotino (205 d. C. – 270 d. C.)
Detrás del mundo visible está “lo Uno” (to hen), o “lo Primero”, que constituye la suprema
realidad en su primera “hipóstasis” o misión, por encima de todo concepto y conocimiento.
En su segundo hipóstasis, la realidad es el “Intelecto” o “Mente” (nous), pero también las
formas platónicas conocidas por él. En su tercera hipóstasis es el “Alma Total” (psyche), o
principio de creatividad y de vida. En su esquema se incluyen infinitas gradaciones de seres
que “emanan” de la “Luz” centralLo Uno es el ser y a la vez la inteligencia. Se caracteriza por ser infinito, ilimitada potencia
creadora e inefable por estar más allá del todo. Además, es lo absolutamente simple, es
potencia de todo, es Bien en sí que se crea a sí mismo y se autopone, es actividad
autoproductiva, es absoluta libertad creadora, es causa de sí mismo, existe en sí y por sí y
se trasciende a sí mismo.
En la primera hipóstasis, Plotino plantea que todo procede del Uno, es decir, es todas las
cosas. Es el centro de todo, la luz que da luz, es como si del fuego saliera el calor, como si
de una sustancia olorosa saliera el perfume, como si de la fuente inagotable salieran ríos,
como la raíz que produce todo árbol.
En la segunda hipóstasis aparece el Nous que es la inteligencia que piensa la totalidad de
los inteligibles. Es la explicación de todo. Es una potencia informe que para subsistir
contempla el principio para fecundarse y colmarse de él (generando la sustancia en tanto
contenido del pensamiento), además vuelve a sí mismo para contemplarse dando lugar así
al pensamiento. Así se generan el pensamiento y lo pensado, la multiplicidad en lo pensado
y el mundo de ideas
En la tercera hipóstasis, aparece el alma que da vida a todo. El alma es creador y puede
retornar al Uno. El alma piensa, se conserva y ordena el mundo, haciendo que todo viva.
Hay tres tipos de alma: el alma suprema, hipóstasis como puro espíritu; el alma del todo, que
crea el mundo físico; y el alma particular, que es la naturaleza que produce todas las formas
de lo sensible.
11. FILOSOFÍA MEDIEVAL
Agustín de Hipona (354-430)
El mundo entendido como el universo material, es producto de
un acto creador. Pero, ¿Cuándo tuvo lugar la creación? Esta
pregunta, decía el, no tiene sentido porque la creación es
atemporal. La temporalidad, en efecto, es una característica de
los seres contingentes o cambiantes; pero como ellos no
existían antes de la creación, entonces esta no pudo ocurrir en
el tiempo. Con ella empezó el tiempo, el cual, en esencia,
consiste en el transcurrir de las variaciones que tienen lugar en
los seres mutables.
Otra característica de la creación es que los entes fueron
hechos a partir de la nada, es decir, ella no estuvo precedida por
materia o caos alguno. La creación es un acto completo en el
cual Dios lo creo todo de una vez y para siempre. Esto fue
posible porque Dios puso en la materia inicial “las razones
seminales”, que poseen la capacidad para que, en su momento,
existan todas las cosas que han de existir.
Agustín elabora la prueba noológica que se basa en la actividad
de la mente humana. Si el hombre es capaz de conocer
verdades necesarias, quiere decir que éstas existen; y tal
12. Dios se caracteriza por la inmutabilidad, necesidad,
eternidad y perfección. Es inmutable porque si no lo
fuera estaría carente de algo que le vendrá al
operarse el cambio. Es necesario porque si fuera
contingente estaría cambiando. Es eterno porque la
eternidad es la duración propia del ser que no
cambia. Es perfecto porque, si no lo fuera, algo le
faltaría y entonces ya no sería el ser completo, la
plenitud del ser.
Sostuvo que las realidades inteligibles están
separadas del mundo sensible; pero aclaró que tales
realidades (las ideas y las esencias) existen en la
mente divina. Cuando Dios conoce a los seres, lo que
acontece es que contempla las ideas que, respecto
de estos, se hallan en su mente. Tales ideas son
modelos o prototipos. Los seres son solamente
13. Tomás de Aquino (1225-1274)
El ser es indefinible porque su concepto tiene la comprensión
mínima. El concepto de ser es siempre analógico, porque, de
una especie a otra, hay variedad en su manera de ser. No
obstante, podemos constatar que hay modos de ser que son
comunes a todo ente; a saber, la belleza, la unidad y la bondad.
A estos modos generales de ser, Tomás los llamó
trascendentales.
Hay distinción de seres: el ser potencial y el ser actual, el ser
necesario y el ser contingente. El ser actual implica el ser
potencial, porque ningún ente es lo que es si no tiene capacidad
de serlo. El ser necesario, en sentido pleno, es aquel cuyo existir
también pertenece a su esencia.
Las cosas no son la razón de su propia existencia. Cada ente es
una cosa determinada, y su esencia no incluye su existencia.
Por eso es que todas las cosas necesitan recibir de otro su
existencia. La causa de todas las cosas es aquello que es por sí.
En la causa primera de todas las cosas se identifican esencia y
existencia (su esencia es su propia existencia). Esta causa
primera es Dios que es acto puro de existencia. (Éxodo 3.14:
“Yo soy el que soy”)
14. Realismo moderado: Ubica los universales, en cuanto
abstracciones, en el intelecto. Además, considera que hay
en las cosas existentes una base para los universales (la
forma).Tres son los puntos básicos de su propuesta:
1. La esencia real existente entre los individuos es algo
concreto y determinado
2. Cuando la esencia es concebida por el entendimiento
se convierte en una noción abstracta
3. El género y la especie resultan cuando, mediante una
reflexión, se universaliza la noción abstracta concebida
por el entendimiento.
Conclusión: Los universales, considerados como las
esencias de los individuos, existen en estos y en el
entendimiento que los concibe; pero, considerados en su
aspecto de universalidad, es decir, como géneros y como
especies, solamente existen en el entendimiento de
manera formal, debiendo admitir que, en las cosas reales,
hay fundamento para su existencia mental.
15. Guillermo de Occam (1280-1349)
Occam parte de una reflexiones acerca de la
individuación, opinando que en realidad no hay
problema porque lo único que existe es lo singular o
individual, y esto es lo único que llegamos a conocer
con los sentidos o con un acto intuitivo del
entendimiento; de aquí se desprende que ni hay ni
puede haber universales como algo real. Lo único
que existe son signos de carácter lingüístico, los
cuales pueden ser proferidos (palabra hablada),
escritos (palabra escrita) o concebidos (conceptos).
En los tres tipos de signos, que en realidad son voces
o nombres, hay significación. Esta llega a tener
diferentes alcances. Puede darse el caso que tenga
el valor de una supositio, como en la proposición
donde los términos están en lugar del objeto. La
posición de Occam se conoce como nominalismo,
conceptualismo terminista o simplemente terminismo.
16. FILOSOFÍA DEL
RENACIMIENTO
Nicolás de Cusa (1401-1464)
La unidad del mundo en su multiplicidad se basa en Dios, el ser infinito,
en el que son superados todos los contrarios de las cosas finitas. El
Cusano trata de explicar la coincidencia de los contrarios en Dios por
medio de un ejemplo matemático:
Cuanto más grande es la circunferencia de un círculo, más se acerca el
arco a una línea recta, hasta coincidir ambos en el infinito, hasta
superar los contrarios
Dios es al mismo tiempo el ser más grande y el ser más pequeño ya
que, como no existe nada fuera de Dios, no hay entonces nada que sea
más grande, ni nada más pequeño; Dios es la medida de todas las
dimensiones finitas.
La esencia de Dios no es accesible al entendimiento, ya que en este
rige el principio de contradicción; la esencia de Dios solamente se
alcanza con la razón que va acercándose a la unidad.
Todo ser está replegado (complicatio) en Dios, la pluralidad es su
despliegue (explicatio).
“Y es que todo lo que de alguna manera es, o puede ser, está
replegado en el origen (Dios) mismo; y todo lo que ha sido creado, o
será creado, es desplegado por el mismo por quien es replegado”.
Todas las criaturas que se encuentran “replegadamente” en Dios, son
17. Giordano Bruno (1548-1600)
Considera que el universo es infinito, desarrollando la tesis
heliocéntrica. Nuestro sol no es el único sino uno más entre
muchos soles. Hay infinitos mundos. La Vía Láctea es una
galaxia más.
La Tierra se vuelve insignificante dentro de un cosmos infinito,
donde existen innumerables sistemas solares como el nuestro.
Además, nada impide que en algunos de esos sistemas solares
tambien existan seres vivos racionales. En conclusión, ni el
hombre, ni la Tierra ocupan puestos de privilegio en el Universo.
Mientras que cada uno de estos mundos está sujeto a los
cambios y es perecedero, el universo en su totalidad es eterno e
inmóvil, dado que no hay nada fuera de él, sino que él mismo es
la totalidad del ser.
La razón de esto es que un Dios infinito solo puede crear algo
infinito.
Todo ser está replegado (complicatio) en la unidad cósmica del
primer principio divino, y en ella coinciden todos los contrario.
Las cosas particulares del mundo son su despliegue (explicatio).
18. Ahora bien, en las cosas particulares desplegadas se
pierde la unidad de los contrarios. Dado que en
dichas cosas también también han quedado
separadas la potencia y la realidad, no alcanzan a ser
nunca todo lo que podrían ser, y por ello son
imperfectas, mutables y perecederas.
La causa agente inmanente a la naturaleza es el
alma del mundo. El espíritu que surge de ella es el
“artista interior”, que da forma desde ese interior a la
multiplicidad externa de la naturaleza. Pero la forma
no le es impuesta a la materia desde fuera, sino que
la contiene dentro de sí y la empuja hacia el exterior.
La materia y todas las partes del universo están
impregnadas de ese espíritu, de modo que están
también animadas
19. FILOSOFÍA MODERNA
Gottfried Wilhelm Leibniz (16461716)
Las mónadas son átomos espirituales, unidades de energía, puntos de fuerza. Sus
características son
-No tiene forma
-No tienen comienzo, ni fin
-Son individuales
-Son activas
-Son infinitas
-No tienen ventanas
-Tienen apetición, esto es, proceso de cambio interno dirigido hacia el perfeccionamiento
que efectúa el paso de una percepción a otra
“Cada mónada es un espejo viviente, capaz de actividad interior, que representa el
universo desde su punto de vista”
Tipos de mónadas:
1. Mónada divina: Dios que es el ser supremo, simple y perfecto que crea las mónadas y
las ordena según la Armonía Preestablecida
2. Mónadas razonables: los hombres que tiene consciencia y libertad
3. Mónadas sensitivas: animales dotados de apercepciones y de deseos
20. Armonía Preestablecida
Los actos de cada mónada han sido
anticipadamente regulados por Dios de modo tal
que todo ellos están de acuerdo con los actos de
las restantes mónadas
Las modificaciones de mi alma y los movimientos
de mi cuerpo coinciden como dos relojes que
marcaran la misma hora
Dios ha creado desde un principio todas las
mónadas de tal modo que están en armonía
entre ellas. Todas las mónadas están
programadas por Dios
21. George Berkeley (1685-1753)
Plantea el idealismo subjetivo. Se opone al escepticismo, materialismo
y ateísmo
Existen 2 tipos de ideas
a. De la imaginación (voluntarias): provienen del sujeto
b. De los sentidos (involuntarias): provienen del exterior
No hace falta suponer cosas materiales tras las ideas: el ser de las
cosas es ser percibidas
(Esse est percipi).
No es posible que las cosas tengan existencia fuera de las mentes o de
los seres pensantes por los que son percibidos.
Solo existe
-Lo percibido (pasivo) las ideas
-Lo que percibe (activo) la conciencia o el espíritu dentro del cual
existen las ideas. Su actividad consiste en querer, imaginar, recordar,
establecer relaciones entre las ideas
Nominalismo
La idea abstracta de hombre es un nombre, una simple palabra.
Cuando yo me represento a un hombre, es preciso que esa imagen sea
la de un hombre particular
22. INMATERIALISMO
Toda abstracción es ilegítima.
No puedo representarme en el pensamiento una cosa
sensible o un objeto separado de la sensación que yo
tengo: el objeto y la sensación son idénticos
Las cosas son solo una suma de representaciones
mentales, un conjunto de ideas
La materia no existe. Pero hay una realidad exterior. Los
objetos de las ideas sensoriales tienen que hallarse en
otro espíritu que los perciba: Dios. Él coordina las distintas
percepciones y acciones entre las propias ideas.
La ciencia natural no trata de las relaciones causa-efecto
entre las cosas materiales sino de observaciones y
descripciones de leyes naturales que corresponden al
ordenamiento permanente con el que Dios produce ideas
o las conecta entre sí
23. Denis Diderot (1713-1784)
El mundo es una realidad física en continuo movimiento y
desarrollo, que extrae de sí misma su propio origen, y en la cual
la presencia de un orden no autoriza a efectuar ninguna
afirmación con respecto a la presencia de causas finales o la
existencia de un Ordenador supremo. El mundo es materia en
movimiento.
El mundo es un compuesto sometido a revoluciones, una rápida
sucesión de seres que se siguen, se empujan unos a otros y
desaparecen, una simetría efímera, un orden contingente.
“Veo que todo se halla en una relación de acción y reacción,
todo se destruye de una forma y se recompone de otra; veo
sublimaciones, disoluciones, combinaciones de todas las
especies, fenómenos incompatibles con la homogeneidad de la
materia; de ello extraigo la conclusión de que la materia es
heterogénea, de que en la naturaleza existe una infinidad de
elementos diferentes, cada uno de los cuales posee en su
diversidad su propia fuerza, particular, innata, inmutable, eterna,
indestructible, y de que estas fuerzas tienen una explicación; de
esto se deriva el movimiento, es decir, aquel fermento general
que subsiste en el universo”
24. François-Marie Aruet “Voltaire”
(1694-1778)
Dios es el gran ingeniero o maquinista que ideó, creó y
reguló el sistema del mundo. El reloj es una prueba
inapelable de que existe el relojero. Y Dios existe porque
existe un orden en el mundo. La existencia de Dios, en
suma, se ve atestiguada por las sencillas y sublimes leyes
en virtud de las cuales los mundos celestiales se
desplazan en el abismo de los espacios. El orden del
universo no puede proceder del azar, antes que nada
porque en el universo hay seres inteligentes, y no es
posible probar que solo el movimiento genere la
inteligencia, y por último porque puede apostarse uno
contra el infinito que una causa inteligente es la que anima
el universo. Cuando se está por completo solo ante el
infinito, nos sentimos muy pobres. Cuando vemos una
máquina hermosa, decimos que existe un maquinista y
que tal maquinista debe tener una inteligencia
excepcional. Ahora bien, sin duda el mundo es una
máquina admirable; por lo tanto, existe una inteligencia
admirable, donquiera que esté.
25. Emmanuel Kant (1724-1804)
En general, la metafísica es un conjunto de proposiciones
acerca de realidades que están más allá de la experiencia.
Con esta definición ya podemos inferir que Kant tenía que
rechazar la posibilidad de la metafísica como ciencia,
puesto que el entendimiento sólo puede manejar las
categorías aplicándolas a los fenómenos, o sea, a los
dado en la experiencia.
La metafísica según Kant, consiste en una serie de ideas
que funcionan como límites para la razón en su actividad
de unificación, hasta llegar a lo incondicionado.
La razón es la facultad de inferir. La inferencia silogística
consiste en subordinar la premisa menor, dentro de una
afirmación más amplia contenida en la premisa mayor. La
razón tiende a subordinar la condición de la premisa
mayor bajo otra condición más amplia, y así
sucesivamente hasta llegar a un límite que sería lo
incondicionado. En este respecto, la razón lograría una
totalidad suma. A estas totalidades, Kant las llamó ideas
trascendentales.
26. Como ejemplos de estas ideas, se podrían mencionar la
sustancia y la causalidad. La primera sería el resultado de
una serie regresiva de los juicios categóricos. La segunda
se infiere de la unificación de los juicios hipotéticos. Otras
ideas trascendentales serían el mundo, el alma y Dios,
como límites de los cosmológico, lo psicológico y lo
teológico.
La metafísica, como estudio de las ideas trascendentales,
no puede tener el carácter de ciencia, porque dichas ideas
son ilusorias, ya que, como síntesis totales, no pueden ser
experimentadas; además, tienen valor aparente de lo que
representan, puesto que no nos sirven para conocer ni lo
empírico ni lo trascendente, solo crean apariencias
trascendentales de objeto metaempíricos
Las ideas de la razón tienen una función muy útil: sirven
como reguladoras de la tendencia natural a lograr
unidades supremas de la experiencia sensible.
27. Para la realización de la moralidad, la razón práctica (voluntad
pura) descubre que son indispensables ciertas condiciones o
postulados que se refieren a realidades metafísicas. Tales son la
libertad humana, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.
La libertad humana es un postulado de la moralidad, porque sin
libertad no puede haber acto moral
La inmortalidad del alma también es una exigencia de la razón
práctica porque, para obtener la realización del bien, se necesita
disponer de una duración indefinida.
La existencia de Dios es otro postulado o exigencia de la razón
práctica, porque a él se le concibe como la realización de los
ideales; por ejemplo, la conformidad entre el ser y el deber-ser,
la unión del orden real con el orden ideal, la coincidencia del
sumo bien con la suma felicidad.
Con lo anterior, Kant se sentía satisfecho porque, con la razón
práctica, entonces se abre la posibilidad de llegar a los objetos
metafísicos, al menos como postulados de la moralidad.
28. FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
(1770-1831)
En el sistema hegeliano la idea tiene tres formas: como pensamiento, como naturaleza y
como espíritu (geist). De estas la principal es el espíritu, y donde mejor se realiza este es
en la historia universal. El desarrollo de las tres formas de la idea y, de manera especial, la
concreción del espíritu en la historia universal, se hacen dialécticamente.
La dialéctica no se reduce a etapas de tres pasos (tesis, antítesis, sintesis), sino que es un
todo estructural regido por categorías, como las de totalidad, superación, cambio,
inmediatez, etcétera. Además, en el funcionamiento de ese complejo hay tres momentos o
aspectos: el abstracto o intelectual, el dialéctico o negativo-racional, y el especulativo o
positivo-racional. Mediante los tres momentos se pretende llegar a la realización de la
libertad y de la infinitud.
La realidad tiene estructura dialéctica. Esto significa que:
La realidad es relacional, puesto que cada cosa es lo que es, por su relación con la
totalidad.
Los hechos son un precipitado o resultado de un juego de relaciones, algunas conocidas y
otras no.
La realidad es procesal, pues no fija ni está determinada para siempre. El proceso general
y los procesos particulares está regidos por la contradicción, entendida esta como
oposición de contrarios
De todo esto podemos concluir que cada cosa asume la realidad total; por eso decía
29. Karl Marx (1818-1883)
Defiende el materialismo dialéctico.
La materia es infinita en sus propiedades por estar en constante movimiento (actitud
progresista)
Es eterna pero increada y solo se transforma.
La conciencia es propiedad de la materia altamente organizada. La consciencia es
producto de la evolución de la materia más altamente desarrollada y depende de la
estructura cerebral y de la sociedad.
Principales tesis:
1. La materia es la que produce el espíritu. Nunca se ha visto espíritu sin materia.
El hombre piensa porque tiene cerebro y el pensamiento es el producto del cerebro.
Se afirma el carácter primario de la materia: la materia no ha sido creada ni será
destruida sino que es eterna pero en movimiento; no existe nada divino detrás de la
materia: no hay metafísica. La materia no se crea ni se destruye sólo se transforma.
(Principio de Lavoisier)
2. La materia existe fuera de todo espíritu. No necesita espíritu para existir pues
tiene una existencia que le es particular. Son las cosas las que nos dan las ideas. No
existe el espacio sin materia.
3. Somos capaces de conocer el mundo. Las ideas que nos hacemos de la materia
y del mundo son cada vez más exactas, puesto que, con ayuda de las ciencias,
podemos determinar lo que ya conocemos y descubrir lo que ignoramos. La
conciencia refleja la realidad objetiva, el hombre es capaz de representar
mentalmente al mundo.
La dialéctica concibe a la realidad como un todo articulado y único. Por ejemplo, lo
biológico determina lo sicológico: salivar antes de cenar.
La realidad está sujeto a movimiento perenne y cambio constante. Por ello se deben
estudiar los objetos desde el punto de vista de su movimiento, en su génesis,
desarrollo y desaparición. Ejemplo: Biologia, Sociología, Física, Química, etc.
El desarrollo es más que un simple proceso de crecimiento gradual, existen saltos
dialécticos de acuerdo a leyes. (Los cambios de cantidad originan cambios de
cualidad) El movimiento (cambio) es ascencional, progresivo y va de lo simple a lo
complejo. Ejemplo: la materia inanimada ha pasado a ser materia viva la misma que
ha generado al hombre y a la sociedad.
Los objetos poseen constradicciones internas. Esas fuerzas contrarias a su vez
forman una unidad, unidad en la que los contrarios se encuentran en lucha. Ejemplo:
30. El materialismo dialéctico es una de las especies de
materialismo.
Engels desarrolló el materialismo dialéctico para que superara al
materialismo mecanicista, característico de gran parte de la
física (mecánica) moderna y en particular de las interpretaciones
filosóficas de la ciencia moderna que proliferaron en el siglo XIX.
El materialismo dialéctico afirma que los fenómenos materiales
son procesos. La materia se desarrolla dialécticamente.
La dialéctica de la Naturaleza procede según las tres grandes
leyes dialécticas: ley del paso de la cantidad a la cualidad, ley de
la interpenetración de los contrarios (u opuestos) y ley de la
negación de la negación.
Negar que hay contradicciones en la Naturaleza es, según
Engels, mantener una posición metafísica; lo cierto es que el
movimiento mismo está lleno de contradicciones. Son
contradicciones «objetivas» y no «subjetivas». Sin la constante
lucha de los opuestos no pueden explicarse los cambios.
31. Arthur Schopenhauer (17881860)
Mundo como representación
El mundo que yo veo en el espacio y en el tiempo no es el verdadero mundo; es una
simple representación subjetiva. El mundo es mi representación. Es un mundo de
fenómenos. Los objetos nos son dados siendo condicionados por el sujeto. Las
representaciones están sometidas al principio de razón suficiente (todas nuestras
representaciones están relacionadas según leyes que pueden ser determinadas a priori)
Nosotros no conocemos la verdad de las cosas; nosotros no percibimos el mundo más que
a través del “velo de Maya” (Hinduismo), es decir, a través de una bruma de ilusiones.
Mundo como voluntad
Experimentamos nuestro cuerpo de dos modos: como objeto (representación) y como
voluntad. Las expresiones corporales son actos concretos (objetivados) de la voluntad. Yo
soy fundamentalmente una voluntad. Mi inteligencia, mediante la cual me represento el
mundo, no es más que un hecho secundario, un simple instrumento de mi querer-vivir
esencial.
Este querer-vivir que yo descubro en mí no es exclusivamente mío; todos los hombres,
todos los seres vivos e incluso todas las fuerzas físicas y químicas del universo están
animados por este mismo querer-vivir. Este el mundo como voluntad, que subyace al
mundo como una incognoscible cosa-en-sí. (el noúmeno de Kant)
La voluntad es la libertad absoluta porque ella es un primer comienzo, puesto que es por
ella por lo que todo existe, sin que tenga ante ella nada que la pueda determinar. Esta
voluntad es como el conatus de Spinoza, es decir, la tendencia de cada ser a perseverar
en su ser. Esta voluntad es un impulso irracional y ciego, el poder mismo de la vida
universal; ella carece de fundamento, no tiene una finalidad, una meta. En fin, la
voluntad es fundamentalmente una: es un único y mismo querer-vivir el que se
manifiesta en todas las formas de existencia.
32. Friedrich Nietzsche (18441900)
La visión de la realidad debe partir de la pluralidad, es
decir, el hecho fundamental es que la realidad del
mundo, como tal, es múltiple; múltiple es también el
ser del hombre. Si a esto agregamos el cambio, como
la otra nota característica de la realidad, concluiremos
que las categorías conceptuales del mundo son
irreales, ya que, mediante conceptos o categorías,
fijan o inmovilizan lo que en realidad se está
moviendo o cambiando. Lo único que podemos tener
del mundo son perspectivas, pero no una o un
número determinado. Cada quien, en cada momento,
de acuerdo con el ángulo que contempla, tendrá su
propia perspectiva.
Para la mejor interpretación de la realidad, Nietzsche
propuso tres nuevas ideas: una, acerca de la verdad;
otra, acerca del lenguaje, y una más, acerca de los
valores.
33. Según Nietzsche, la verdad o la falsedad que hay en un juicio ha sido
hasta ahora el criterio para que a ese juicio se le acepte o se le
rechace, pero en realidad la cuestión debe plantearse de otra forma.
Nada importa si un juicio es verdadero o es falso; lo que se debe tener
en cuenta es la relación de provecho o nocividad que dicho juicio tenga
con la vida. Interesa que el juicio favorezca a la vida, que la conserve y
la haga más grande. El valor para la vida es lo que decide en última
instancia.
La segunda idea se refiere al lenguaje que empleamos para hablar del
ser. Se nos ha acostumbrado a valernos de conceptos o categorías
cuando nos referimos a la realidad. En tal caso, lo que sucede es que
petrificamos aquello que en sí es cambiante. Nietzsche sugirió que, en
lugar de conceptos, recurramos al poder de la imaginación y nos
valgamos de la metáfora esto nos permitirá lograr una integración de
diversidades, es decir, una verdadera perspectiva, la cual es la mejor
manera de captar la realidad. Nietzsche afirmaba: “Una buena metáfora
es como una pantalla a través de la cual contemplamos el mundo; ella
filtra los hechos, suprimiendo algunos y poniendo otros de relieve”
La tercera idea hace referencia a los valores. Según Nietzsche la tabla
de valores debe transmutarse teniendo en cuenta que lo más valioso de
la realidad es la vida.
34. Henri Bergson (1859-1941)
Busca fundamentar una nueva metafísica.
“La vida es un proceso creador permanente, llevado a cabo por el élan vital
(impulso vital), que se despliega en formas cada vez nuevas y diferenciadas.”
La realidad es como un impulso vital, como una energía creadora que es
irracional, libre, espontánea, fundamental. Es la realidad que se hace a sí
misma. Este élan vital sigue en su evolución dos caminos: el ascendente, que
origina la vida, y el descendente, que se concreta en la materia (que, por ser la
realidad que se deshace a sí misma, se presenta como el obstáculo de la
evolución creadora). Así, esta realidad presenta una dualidad ontológica: la
materia inorgánica, por un lado; y, la materia orgánica (el espíritu y la vida),
por el otro. Las cosas son impulso o tensión dinámica interna: ser es siempre
duración (la específica determinación espiritual que está en todo).
El élan vital acaba diferenciándose en tres formas de vida: la vegetal, la animal
y la humana que son el resultado de su penetración en la materia. El instinto,
propio de los animales, y el intelecto, propio del hombre, son maneras
instrumentales de actuar, encontrándose la intuición más cerca de la vida y
expresando una vinculación originaria, pero sin que pueda concebirse a sí
mismo de manera reflexiva. El intelecto se dirige hacia lo estático y lo material y
no se encuentra a gusto, en el fondo, más que en el ámbito de la dominación
técnica. La participación en el impulso vital creador solo es posible mediante
una profundización de la conciencia en la intuición, que une el instinto y el
intelecto.
35. Martín Heidegger (1889-1976)
¿Qué es ser? Esta pregunta es ontológica y es la principal, mientras que
las demás son ónticas y secundarias. Al analizar la estructura y los
elementos de la pregunta ontológica vemos que ella no es posible sin el
sujeto humano, ya que éste es el único ente que la formula y el único
tambien que la puede contestar. Lo anterior hace evidente que tanto
proponer la pregunta fundamental, como el esfuerzo para contestarla
deben ser considerados como peculiaridades de ese ente que es el
hombre, ala que llamaremos “ser-ahí”.
Así pues, la mejor manera de poner el libertad el sentido del término
“ser” será haciendo ver la estructura fundamental del ser del “ser-ahí”
En el hombre lo primero que se advierte es que su esencia consiste en
“ser relativamente a”, o sea, en el hecho de que su ser está en juego en
cada momento. A este ser del “ser-ahí”, Heidegger lo llamó existir o
existencia.
Tradicionalmente se ha empleado el término existir para aplicarlo tanto a
los seres humanos como a los demás entes, animados (como las
plantas) o inanimados (como las piedras); pero Heideger reservó el
término “existencia” para aplicarlo a los entes humanos como algo propio
de éstos, en tanto que de los demás entes decía que solamente “son
ante los ojos”.
Hay una gran diferencia entre el ser del “ser-ahí” y el ser de los demás
36. La existencia depende de lo que llamó “la estructura fundamental del
hombre”, que consiste en su “ser en el mundo”
El “ser en el mundo” como constitutivo del “ser-ahí” es una estructura, a la
vez unitaria y triple, que contiene los siguientes elementos:
1) El mundo
2) El “qué o quién es” en el mundo
3) El “ser en” el mundo
Estos tres elementos forman una sola unidad, de tal manera que el estudio
de cada uno equivale al estudio de la estructura misma desde distinto
ángulo.
El mundo del que estamos hablando no es el mundo de la física, es decir, la
totalidad de los entes que “son ante los ojos”.
El mundo que forma parte del “ser en el mundo” es una realidad constituida
por un conjunto de seres, considerados como útiles, cuyo ser consiste en
“ser a la mano”, y con los cuales el hombre se relaciona en cuanto que “se
cura de ellos” (los maneja) y “se conforma” con ellos.
El hombre, al manejar los útiles, “se conforma” con ellos; este conformarse
completa el conjunto de referencias y hace posible el “mundo circundante”,
el cual, a la vez, se convierte en un existenciario (o nota esencial) del “serahí”, ya que forma parte de su “ser en el mundo”.
A la pregunta “¿quién es el mundo?”, se podría responder diciendo: “el que
es e el mundo soy yo en cada caso”.
Ya vimos cómo la mundanidad consiste en el conjunto de referencias que se
dan entre los entes intramundanos, teniendo como centro un “ser-ahí”.
37. Los útiles hacen referencia recíproca entre ellos, la hacen con el
“ser-ahí” central; pero también la hacen a otros “seres-ahí”, de
manera que el “que es en el mundo” lleva en su ser el “ser con”
otros “seres-ahí”
El ser con otros entraña, como uno de sus modos de ser, que el
“ser-ahí” no se decide a “ser el mismo”, entonces, para
interpretar el mundo y tomar decisiones, se deja regular por la
“publicidad”, es decir, por “los otros”. En esta situación, el “serahí” pierde su ser propio para convertirse en uno de tantos.
La expresión “ser en”, que entra en la frase “ser en el mundo”,
no tiene el sentido de interioridad espacial, como la que se
indica por la palabras “el agua está en el vaso”.
Sabiendo que “el ser en el mundo” es la estructura fundamental
del “ser-ahí”, de inmediato podemos suponer que cualquier
elemento de esa estructura es un modo de ser de ese ente. En
efecto, nos decía Heidegger que el “ser en” equivale al “ahí”
mentado en la expresión “ser-ahí”. El “ahí” designa esa situación
peculiar del ser humano, consistente en que en cada instante “le
va su ser”, puesto que está absorbido en ese conjunto de
referencias de los entes intramundanos qu é hace posibles.
38. Jean Paul Sartre (1905-1980)
En el ser hay dos regiones: la de “los seres para sí” y la de “los
seres en sí”. La primera comprende a los seres humanos y la
otra a los no humanos. El ente humano es un “ser para sí” en
cuanto es conciencia prerreflexiva ante la cual hace su aparición
el ser de los fenómenos que constituyen la realidad. Los demás
entes (no humanos) son “en sí” en cuanto que, para la
conciencia, son como apariciones o algo que se manifiesta.
El ser para sí. Teniendo en cuenta que toda conciencia es
conciencia de algo, se puede afirmar que el ser de ésta (o del
para sí) consiste en un trascenderse para ir (intencionalmente)
hacia un objeto, esto es, dirigir su mirada hacia él.
Sartre pone el ejemplo de la conciencia de placer, en la cual se
advierte una totalidad unitaria entre el placer y la conciencia de
él, de tal manera que la conciencia de placer es constitutiva de
éste.
La conciencia (o ser para sí) es un vacío total, ya que el mundo
entero está fuera de ella, y se define así: “Es un ser para el cual
se da en un ser la cuestión de su ser, en cuanto que este ser
implica otro ser diferente de él”
39. El ser en sí. Los seres-en-sí, o sea, los no-
humanos, son lo contrapuesto a la conciencia o
al para-sí; por consiguiente, si la conciencia
siempre es lo que no es, porque ella siempre es
otra cosa, entonces los seres-en-sí siempre
serán lo que ellos son.
Sartre explicó lo anterior con el siguiente
ejemplo: la mesa y la conciencia de la mesa. El
primer ente (la mesa) es mesa y no es otra cosa
que no es ella.
De todo esto concluía Sartre que cuando
decimos que “el ser-en-sí” es y que “el ser-parasí” es, el término “es” tiene sentidos diferentes,
ya que el “ser-en-sí” es lo que es, mientras que el
40. Bertrand Russell (1872-1970)
Russell llegó a creer que el mundo estaba hecho de una
multiplicidad de elementos separados a los que llamó
“átomos”, elementos indivisibles que resultan del análisis
lógico. Según él: “La lógica que propugno es atomista a
diferencia de la lógica monista de los que siguen más o
menos a Hegel. Cuando digo que mi lógica es atomista
quiero decir que comparto la creencia de sentido común en
que hay multitud de cosas diferentes. Estoy lejos de
considerar pues que la multiplicidad del universo se reduce
simplemente a una diversidad de aspectos o de divisiones
irreales de una única realidad indivisible”.
El atomismo lógico de Russell expresa una relación entre la
realidad y el lenguaje, porque si éste designa la realidad
debe haber similitud entre la estructura de ésta y la
estructura de aquel. El lenguaje del que se habla aquí no
es el lenguaje corriente, que está lleno de imprecisiones
sino el lenguaje lógico. Dicho lenguaje consta de dos
elementos básicos: letras proposicionales y conectivos. Las
41. El mundo, es decir, la realidad está constituido por hechos; el
lenguaje, por proposiciones. Los hechos primarios o básicos de
la realidad son hechos simples o independientes; Russell los
llama hechos atómicos. De igual manera, los elementos
primarios del lenguaje son las proposiciones simples o atómicas.
Cada proposición simple expresa un hecho atómico. En la
realidad, los hechos simples se unen entre sí dando lugar a
hechos complejos o moleculares. El lenguaje lógico, para
expresar estas situaciones, tiene la posibilidad de que las
proposiciones simples se enlacen entre sí mediante las
conectivas y formen complejos proposicionales que se llaman
proposiciones moleculares. Los enlaces entre las proposiciones
atómicas son muy variados. Esto significa que pueden expresar
diferentes tipos de relación, de manera que pueden reflejar las
relaciones reales que se establezcan entre los hechos.
Analogando las estructuras de la realidad y del lenguaje, Russell
encontró proposiciones existenciales, generales, negativas,
etcétera. El análisis lógico del lenguaje conduce finalmente a un
empirismo que, en este caso, es similar al de Hume, donde los
últimos elementos son los datos sensibles, siendo las sustancias
el conjunto de esos datos.
42. Ludwig Wittgenstein (18891951)
Son 5 puntos los principales de su propuesta
Composición del mundo. Decía Wittgenstein que el mundo es la totalidad de los hechos; más
exactamente, la totalidad de los hechos atómicos. El mundo es todo lo que acaece. El mundo
es la totalidad de los hechos, no de las cosas. Los hechos atómicos son combinaciones de
objetos, entidades, cosas. Los hechos atómicos son indivisibles, autónomos y, al unirse, forman
hechos moleculares. Los hechos complejos están constituidos por hechos atómicos
indescomponibles, que forman la sustancia del mundo.
Isomorfismo. Entre el lenguaje lógico y la realidad hay isomorfismo, en cuanto que comparten
la misma estructura. Las proposiciones son representaciones lógicas de los hechos. El lenguaje
viene a ser un mapa de la realidad. Hechos y proposiciones son isomórficos; por eso, afirmaba
Wittgenstein, podemos inferir que la figura lógica de los hechos es el pensamiento.
Sentido apofántico del lenguaje. Además de la isomorfía que hay entre la estructura de la
realidad y la del lenguaje, este último tiene sentido en cuanto que manifiesta o significa el ser
del mundo, los hechos. Con tal relación se garantiza la conexión entre la realidad y el lenguaje.
Lenguaje con sentido. Hay proposiciones que tienen sentido; son las que expresan la
posibilidad de un hecho, es decir, son aquellas cuyos constitutivos están combinados en un de
las posibles formas de ser. Tales proposiciones tienen contenido. De acuerdo con tal criterio, las
proposiciones de la lógica no tienen sentido, puesto que no tienen contenido, es decir, son
tautológicas. Así pues, el mundo de la lógica no es el mundo de la realidad: sus reglas, su
necesidad, solo tienen valor dentro de su propio campo : lo formal.
Filosofía y proposiciones. La filosofía solamente es crítica del lenguaje; su objeto es la
aclaración lógica del pensamiento. A ella no le corresponde producir proposiciones filosóficas,
sino esclarecer dichas proposiciones. No es misión de la filosofía dar una explicación global del
mundo, ya que la totalidad de las proposiciones verdaderas constituyen las ciencias naturales.
43. En resumen, Russell y su antiguo alumno Wittgenstein
desarrollaron un sistema de filosofía denominado “Atomismo
Lógico” basado en la premisa de que existe un isomorfismo entre
la estructura lógica oculta del lenguaje por un lado; y la estructura
de realidad por el otro. Sostenía que las proposiciones complejas
están compuestas por proposiciones atómicas o elementales que
describen los hechos atómicos que componen el mundo. El análisis de
nuestro lenguaje ordinario cotidiano revela una tremenda
confusión e inconsistencia.
Los problemas filosóficos son simplemente confusiones lingüísticas, y
el modo de progresar en filosofía es disolver dichas confusiones con el
detenimiento apropiado para permitir que las oraciones expresen
realmente qué son estos problemas filosóficos.
Los hechos atómicos no admiten ulteriores análisis: son simples e
independientes entre sí. El valor de verdad de las proposiciones
elementales se establece a partir de los hechos atómicos que pueden
ser descubiertos a través de un análisis riguroso y lógico y sería
posible, al menos en teoría, determinar la verdad de una proposición
filosófica con la precisión de una ecuación matemática.
44. Círculo de Viena
En 1929 el Círculo de Viena publicó su texto “Manifiesto Científico Universal”.
El Círculo de Viena que propuso que los únicos enunciados con sentido
eran aquellos empíricamente verificables o basados en la lógica o en la
matemática, todo lo demás se consideraba emotivo. Como consecuencia el
positivismo lógico sostenía que las proposiciones de la metafísica (la ética y la
estética) no eran enunciados en lo absoluto. Los enunciados de la ética y la
estética eran órdenes como, por ejemplo, “No matarás”; o exclamaciones
básicas de aprobación o desaprobación como, por ejemplo, “No me gusta el
Impresionismo” o “¡Viva el Cubismo!”; y los enunciados de la metafísica
simplemente carecían de sentido. Según Carnap: “El sentimiento o la actitud
armoniosa que los metafísicos tratan de expresar en un sistema monádico, está
más claramente expresado en la música de Mozart: los metafísicos son músicos
sin habilidad musical”.
El positivismo lógico rechazaba como ilegítimo todo enunciado que no se
basara en el la experiencia directa. Esta posición fue la base del principio de
verificación, una oración tiene sentido sí sólo sí se puede verificar
empíricamente o demostrar que es verdadera mediante el análisis de los
significados convencionales de sus símbolos o signos, en otras palabras,
comprender el significado de una proposición requiere saber cómo verificarla.
Una oración empírica es verdadera por alguna experiencia visual o auditiva o
cualquier tipo de experiencia. Cuando una oración no puede ser verificada o
demostrarse o probarse que es al menos bastante probable o algo así por la
experiencia, entonces carece de sentido y realmente, literalmente no tiene
45. Willard Van Orman Quine (19082000)
Esta visión de los cuantificadores ha sido sustentada por Davidson pero aparece
con mayor énfasis en Quine. La interpretación objetual afirma que “x Px”
significa que todo objeto del universo tiene la propiedad P; mientras que “x Px”
significa que hay al menos un objeto del universo que es P. Notemos que esta
lectura del cuantificador apela a los valores de las variables que son objetos
incluidos en el ámbito significativo de las variables, de ahí que esta
interpretación se llame objetual por hacer referencia a objetos de los que hablan
las teorías científicas, es decir, todo queda definido por el mismo lenguaje que
se considera. Recordemos las palabras de Quine:
“Creo que nuestra aceptación de una ontología es en principio análoga a nuestra
aceptación de una teoría científica, de un sistema de física, por ejemplo: en la
medida, por lo menos, en que somos razonables, adoptamos el más sencillo
esquema conceptual en el cual sea posible incluir y ordenar los desordenados
fragmentos de la experiencia en bruto. Nuestra ontología queda determinada en
cuanto fijamos el esquema conceptual más general que debe ordenar la ciencia
en el sentido más amplio; y las consideraciones que determinan la construcción
razonable de una parte de aquel sistema conceptual – la parte biológica, por
ejemplo, o la física – son de la misma clase que las consideraciones que
determinan una construcción razonable del todo. Cualquiera que sea la
extensión en la cual puede decirse que la adopción de un sistema de teoría
científica es una cuestión de lenguaje, en esa misma medida – y no más –
puede decirse que lo es también la adopción de una ontología.” (Quine, 2002:
56)
46. Esto mismo asegura Scruton quien afirma que con esta idea Quine nos está
invitando a ver el lenguaje como un tipo de teoría, cuyo objetivo es ordenar la
experiencia generando predicciones confiables. Esta teoría nos obliga a
“cuantificar” ciertos objetos y así ligar las variables unidas a los predicados:
como cuando decimos que hay elefantes. Sin embargo, en algunos casos es
posible usar cuantificadores, aun cuando no sean indispensables para obtener la
mejor teoría de la experiencia. (Por ejemplo, se pueden cuantificar entidades de
ficción, como que “hay un príncipe indeciso en Dinamarca”. Para describir el
mundo conocido, eso no es necesario). Su uso se restringe a cuando, en el
curso de construir una teoría, ésta nos obliga a cuantificar algún predicado. Sin
embargo, la posición ontológica a la que arriba Quine sería de tipo coherentista
porque la existencia para él sería “teórico-relativa”. Podemos decir que existen
los elefantes, las brujas o los dioses, en forma relativa a la teoría que los
requiere. Sólo se puede especificar lo que existe en el contexto de una teoría. Y
la teoría que es útil para un objetivo puede no serlo para otro. (Scruton, 2003:
143-144)
Salguero propone otra explicación de este asunto: “Entendemos por
cuantificación objetual la interpretación clásica según la cual un enunciado
cuantificado existencialmente es verdadero si y sólo si podemos mostrar un
individuo perteneciente al universo de nuestro discurso tal que este individuo
tenga la propiedad o propiedades que se le asignaban a la variable ligada. Esto
es, si y sólo si hay realmente algo que es como se declara en el enunciado que
cae bajo el alcance del cuantificador. Paralelamente, un enunciado cuantificado
universalmente es verdadero según la interpretación objetual de la cuantificación
si y sólo si podemos mostrar que todos los individuos del dominio tienen la
propiedad o propiedades que se le asignaban a la variable ligada. Es decir, si y
sólo si todos los individuos del universo de discurso son como se declara en el
47. BIBLIOGRAFÍA
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Lima: UNMSM.
• EL CÍRCULO DE VIENA. (1929) La Concepción Científica del Mundo.
• ENGELS, F. Anti-Dühring. (1943) Buenos Aires: Claridad.
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análisis materialista dialéctico y materialismo histórico. Lima: (s.e.)
HEIDEGGER, M. (1967) ¿Qué es Metafísica? Buenos Aires: Ediciones
Siglo Veinte.