Eso a lo que llaman sustentabilidad una mirada al medio ambiente y el desarrollo social
1. Eso a lo que llaman “sustentabilidad”
Una mirada al Medio Ambiente y el desarrollo social
Lic. Raúl Volker
El concepto de desarrollo sustentable desde un comienzo se redujo al desarrollo
económico, y en éste sentido siempre se hablo primero de crecimiento económico. Por esta
vía, el crecimiento económico es constante en el tiempo, pero a la vez observa
características de conservación ambiental; este modelo de crecimiento y desarrollo
económico, nos propone políticas localizadas que de ninguna manera cuestionan los
patrones de consumo, de producción de bienes, de generación de desechos, ni de impacto
sobre la naturaleza, etc.; sino un simple aislamiento de determinadas áreas geográficas, sin
importar lo que suceda en su entorno regional.
Así, el ambiente se relaciona con el comportamiento económico y no le da importancia a
la participación social.
Pero en definitiva un ritmo de crecimiento desmesurado aumenta las presiones sobre el
medio, pudiendo suceder que literalmente no haya tiempo para superar sus efectos
irreversibles. El desarrollo sustentable no se reduce al crecimiento económico. Y como
ejemplo de las propuestas en este sentido, son alternativas como el “Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo” (PNUD), quienes en su “Informe sobre Desarrollo Humano” de
1996 establece los siguientes vínculos entre crecimiento económico y el desarrollo humano
para que sea sustentable: Que haya equidad en la distribución del PNB, que haya
oportunidad de empleo y bien remunerado, que se pueda acceder a los bienes de
producción, deben realizar inversión social atendiendo al gasto social más prioritario,
promover la igualdad de género brindando la igualdad de oportunidades, fomentar el buen
gobierno y lograr una sociedad civil activa, con organizaciones no gubernamentales que
desempeñan funciones en el sentido de movilizar la opinión pública.
Al referirnos a desarrollo sustentable, no solo debemos tener en cuenta referirnos al
crecimiento económico, sino tener muy presente cómo se produce ese crecimiento y si este
se logra sin comprometer los recursos de cara al futuro, teniendo presente la cuestión social
y ambiental, y además, cómo se distribuye la riqueza creada en dicho crecimiento.
De esta manera el concepto de sustentabilidad es una interrelación entre la
sustentabilidad ambiental, la sustentabilidad social y la sustentabilidad económica.
La sustentabilidad en lo ambiental tiene que ver con el impacto del proceso de
desarrollo en no destruir en forma irreversible la capacidad de carga del ecosistema.
La naturaleza misma tiene como marco una frontera de posibilidades de utilización
del ambiente, como una frontera de posibilidades de producción lo cual debe
contemplar en forma permanente el bienestar futuro. Esto requiere observar los
procesos de capacidad de regeneración de recursos y la absorción de los desechos.
Se habla también de un umbral de carga del ecosistema, el cual no debe ser
sobrepasado.
La sustentabilidad social se refiere a no profundizar la pobreza y que se posibilite la
participación social en la toma de decisiones para todos los procesos de desarrollo.
2. La sustentabilidad en lo económico interrelaciona todo lo anterior.
Podemos definir a la sustentabilidad como: “Un proceso es sostenible cuando ha
desarrollado la capacidad para producir indefinidamente a un ritmo en el cual no
agota los recursos que utiliza y que necesita para funcionar y no produce más
contaminantes de los que puede absorber su entorno”. Esta es una definición
convenientemente aceptada por la Biología y la Ecología, pero una palabra clave en este
concepto, es la relacionada con el concepto de ritmo o intensidad.
Bajo estos conceptos, se puede observar que en condiciones ideales el crecimiento de las
poblaciones tiende a ser exponencial, dándole al sistema una configuración de crecimiento
que se duplica a intervalos regulares, llegando a un punto en el cual el sistema no puede
crecer más porque agotó todos sus recursos para postergar el crecimiento, por lo cual puede
detenerse y hasta desplomarse; este es un sistema insostenible.
Es decir, de antemano se puede conocer los resultados del sistema pero no se puede saber
con exactitud, cuando ocurrirá dicha detención, ni su colapso, ni cuáles serán sus
consecuencias.
Pero una de las maneras de contextualizar el concepto de desarrollo sustentable fue
formulada por la “Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo”, en el llamado
Informe de la “Comisión Brundtland de las Naciones Unidas” que lo define como “aquél
que logra satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las
posibilidades de satisfacción de las futuras generaciones”.
La definición nos dice que “El desarrollo sustentable hace referencia a la capacidad
que haya desarrollado el sistema humano para satisfacer las necesidades de las
generaciones actuales sin comprometer los recursos y oportunidades para el
crecimiento y desarrollo de las generaciones futuras”.
Entendiendo esto mas adecuadamente, el desarrollo humano sustentable debe permitirnos
una mejora sustancial en la calidad de vida en la mayoría de una comunidad, pero al mismo
tiempo debe procurarse el mantenimiento del ecosistema que lo sustenta.
Implícito en este concepto de sustentabilidad, esta la convicción moral de que la
generación actual debe transmitir su herencia de la riqueza natural sin disminuir el
potencial para apoyar a las generaciones futuras. Pero en cualquier discusión acerca de la
sustentabilidad de los sistemas, debe establecerse con claridad las escalas temporales y
espaciales pertinentes.
Pero por otro lado, países líderes en sustentabilidad como Suecia, tiene una definición
más holística y define una sociedad sustentable como:
“una sociedad en la cual el desarrollo económico, el bienestar social y la
integración están unidos con un medioambiente de calidad. Esta sociedad tiene la
capacidad de satisfacer sus necesidades actuales sin perjudicar la habilidad de que
las generaciones futuras puedan satisfacer las suyas”
En esta definición podemos ver que “Sustentabilidad es la habilidad de lograr una
prosperidad económica sostenida en el tiempo protegiendo al mismo tiempo los sistemas
naturales del planeta y proveyendo una alta calidad de vida para las personas.” Esta última
definición representa el concepto moderno de sustentabilidad.
3. Pero este concepto ofrece algunas contradicciones dado que plantea que buscar el
“equilibrio” entre el ambiente, la economía y la sociedad que se desarrolla en dicho
ambiente, perjudicará el progreso económico. La pregunta adecuada es: ¿qué es el progreso
económico? Se puede confundir a la sustentabilidad con volver a los estados anteriores
primitivos.
Para hablar de “estar en armonía con la naturaleza”, se piensa que la sustentabilidad y el
progreso no son cosas que vayan de la mano.; pero es muy importante entender que, “lo que
esencialmente se busca a partir de la sustentabilidad es avanzar hacia una relación diferente
entre la economía, el ambiente y la sociedad.
Se busca fomentar un progreso pero desde un enfoque diferente y más amplio, y ahí es
donde reside el verdadero desafío.” Como vemos, esta definición, implica no sólo un
cambio en ciertas prácticas y procedimientos. Es un nuevo paradigma de la relación entre
nuestra experiencia cotidiana, nuestro entorno y nosotros mismos.
De igual manera, hoy en el mundo empresarial en el terreno de la toma de decisiones y
los emprendimientos productivos, la evaluación y la viabilidad de los mismos debe ser e
valuado desde los puntos de vista de lo económico, lo social y lo ambiental.
Pero a decir verdad, hasta el día de hoy los adelantos que se han logrado fueron a costa
del u so indiscriminado de los recursos naturales como lo energético, los bosques, el agua y
los suelos; causando de esta manera contaminaciones peligrosas y muchas veces
irreversibles.
Así es como surge la necesidad ineludible de tener estrategias sociales y económicas,
interrelacionadas con lo ambiental sin dejar de lado el crecimiento y la distribución de la
población, pero al mismo tiempo tener presente las desigualdades sociales en las
comunidades.
Desde esta concepción, el desarrollo humano sustentable requiere que el desarrollo
económico y social ya no pueda observarse desatendiendo la cuestión de las políticas
ambientales, pero mucho menos perdiendo de vista la equidad en el uso de los recursos.
El desarrollo humano está referido al desarrollo producido para la comunidad, y su
indicador de éxito no es reducible al de las tasas de crecimiento del PNB, sino que implica
la satisfacción de las necesidades crecientes de toda la población y su consecuente mejora,
sin hipotecar las condiciones de vida de la actual generación y atendiendo a las necesidades
de las generaciones futuras. Para esto es necesario involucrar los conceptos de educación,
salud, seguridad social, participación y equidad.
El análisis de los vínculos entre las tendencias demográficas y el desarrollo sustentable
se postularon los siguientes objetivos:
Incorporar las tendencias demográficas al análisis del ambiente y el desarrollo
Comprender mejor las interrelaciones entre la dinámica demográfica, la cultura, los
recursos naturales y los sistemas que sostienen la vida
Evaluar la vulnerabilidad humana en áreas ecológicamente sensibles y centros urbanos,
para determinar las prioridades.
4. El sistema central de la sustentabilidad o "sistemas socioecológicos" o "sistemas eco-
socio-técnicos". Se define como un sistema que contiene los tres componentes esenciales
para el desarrollo sustentable de la especie Humana. Pero mucho más importante aún, al ser
un sistema, tienen una relevancia primordial las interrelaciones que se dan entre las partes y
que nos permiten comprender de qué forma estas partes o “agentes” interactúan, se afectan
y regulan entre sí.
Las dimensiones de la pobreza
La presión demográfica es un factor a tener en cuenta en el deterioro del medio
ambiente, sobre todo en los países del Tercer Mundo, dado que dichos países soportan un
crecimiento demográfico desmesurado que no hace sino hundirlos más en el subdesarrollo
y la pobreza, pues es lo único a repartir. Y la pobreza en definitiva, lleva a un mayor
descuido del ambiente ya sea, por la poca educación en el ahorro de recursos, o el
desconocimiento de saberes básicos que los podrían llevar a realizar un salto cualitativo en
el nivel de vida, o la inaccesibilidad a líneas de crédito y un financiamiento adecuado para
obtener un bienestar y equipamiento domestico de mejor rendimiento energético, etc., todo
esto hace que la pobreza en definitiva sea más contaminante y mas cara al fin, que la
riqueza.
De la misma manera en las zonas rurales, la creciente demanda de alimentos, leña, agua y
otros recursos básicos fuerza a los pobres a cultivar, pastorear y talar en exceso o bien a
emigrar a las ciudades superpobladas o a tierras en las que encuentran las mismas
dificultades, con lo que la situación de los ecosistemas ya frágiles y duramente castigados
se va deteriorando más y más.
Cuando hablamos de reducción de la pobreza, hablamos entonces de desarrollo humano,
y esto significa no referirnos al consumo desenfrenado de mercancías para el logro del
bienestar, es decir no hablamos de automóviles, computadoras, celulares, o cualquier otro
producto con infinidad de diseños, sino al hecho de que todos los seres humanos puedan
satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda, educación, por ejemplo,
así como de disponer de tiempo suficiente para gozar de la cultura y de las artes, tener
relaciones sociales enriquecedoras, hacer realidad nuestras vocaciones legítimas en
cualquier ámbito que elijamos y, asimismo, tener tiempo libre para el descanso. Este es el
sentido de la discusión acerca del desarrollo humano.
Muy por el contrario, se trata de lograr una nueva concepción de la riqueza humana, y
por consiguiente de la pobreza, que va mucho más allá de la esfera económica, y sin la
evaluación dura de lo monetario o mercantil.
En este sentido, las metas de este desarrollo deben centrarse en mejorar en todo lo
posible la calidad de vida y la sociedad, en la forma que la propia comunidad lo entiende, y
restablecer de algún modo la armonía con una naturaleza seriamente dañada a causa de la
depredación producida por esta naturaleza artificial que es la tecnología moderna, razones
suficientes para que en todo momento, cualquier emprendimiento, cualquier proyecto deba
imperiosamente desarrollarse desde una mirada sustentable, haciéndose especialmente un
enfoque desde lo económico, lo social y lo ambiental; y en este sentido todos esos
proyectos deben realizar los cruces necesarios hacia la viabilidad entre lo ambiental y lo
económico, hacia lo soportable y vivible, entre lo ambiental y lo social, pero también, hacia
lo equitativo entre lo económico y lo social.
5. Resulta arbitrario concebir el desarrollo, así como la pobreza, en un sentido meramente
economicista, sin tener en cuenta sus dimensiones medioambientales, culturales y políticas
y, en el marco de lo meramente económico, ignorando su dimensión redistributiva, con
vistas a una mayor igualdad o equidad social y, por lo tanto, a erradicar la pobreza.
Solemos pensar la pobreza como el porcentaje de la población que está por debajo de una
cota llamada “Línea de pobreza”, con ingresos diarios por debajo de un umbral. Según esta
definición, para eliminar, bastaría con garantizar el acceso universal a una canasta básica de
bienes y servicios, aumentando subsidios y transferencias a la población que se encuentra
por debajo de esa referencia.
Pero ésta es una pobreza de ingresos, lo cual no es perfectamente comparable entre
países. Más importante aún, los ingresos corrientes, si bien son esenciales, suelen ser una
brújula insuficiente a la hora de orientar la política social. Para estudiar el problema de la
pobreza, deberíamos realizar sobre la misma, tres abordajes de una misma problemática:
una mirada sobre la pobreza estructural o intergeneracional, una mirada compleja y
comparativa atendiendo a la transversalidad de una pobreza de ingresos y otra mirada
dinámica acerca de la actuación del Estado y las políticas publicar para la búsqueda de
soluciones superadoras.
En la primera de estas tres dimensiones, lo estructural es esa pobreza arraigada a través
de las generaciones en una familia, es decir la pobreza intergeneracional por la cual el
sujeto nació y vivió esa situación en su seno familiar y para él, esa visión lo condiciona
para realizar las acciones para su movilidad social, y de la cual se hace indispensable
realizar una verdadera acción educativa para cambiar los paradigmas culturales haciendo
eje en el mundo de la educación y del trabajo.
Como una segunda dimensión surge pensar la pobreza como la ausencia de calidad de
vida o de bienestar. Un pobre de ingresos es menos pobre en Europa que en la Argentina
porque tiene mayor cantidad de esos bienes y servicios provistos por el Estado, es decir,
reducir la pobreza, además de la universalización de asignaciones y jubilaciones, exige
reformas en la salud y la educación públicas, inversiones en infraestructura para mejorar el
hábitat, hasta las inversiones en los bienes que no se ven y de los cuales nadie se hace
cargo, como las cloacas, iluminación, seguridad, agua potable. Estos son los rubros
esenciales para eliminar la verdadera pobreza.
Un programa contra la pobreza no puede pasar por alto la diferencia entre transferencias
y empleo, entre la asistencia y el salario. Trabajar no es solo lograr obtener ingresos, sino
que además tiene beneficios psicosociológicos innegables. Esto sin lugar a dudas tiene su
arraigo cultural por lo cual la inclusión en lo educativo debe servir para la inclusión en el
mundo del trabajo y como consiguiente una autonomía individual en beneficio hacia una
verdadera inclusión social.
Esto nos lleva a la dimensión dinámica del abordaje de la pobreza. La protección que dan
los programas sociales es estática, y por lo tanto frágil, reversible. La renta fiscal le pone un
techo para seguir avanzando. Al definir los logros sobre la base del ingreso corriente, la
protección social es más sensible a los ciclos económicos y fiscales. Eliminar la pobreza de
manera dinámica también es evitar la tentación proselitista de repartir lo que no se tiene.
Pero para que el bienestar sea permanente no se puede recurrir a los flujos de fondos
6. corrientes del Estado, sino que la verdadera riqueza proviene de la productividad de una
Nación y del crecimiento de los stocks.
Si se realiza una mirada desde el punto de vista dinámico, una protección social no es
más que una medida transitoria en contra de la pobreza y no resuelve lo estructural y lo
intergeneracional de la problemática. Centrar el desarrollo social en las recetas de la
asistencia social es renunciar a una verdadera solución. El objetivo del desarrollo social es
esencialmente dinámico: la movilidad social ascendente.
Para salir de la pobreza, hay que entrar en la riqueza. Promoviendo el ahorro del
gobierno, la estabilidad fiscal necesaria para completar el consumo de los individuos y
convertir beneficios sociales en derechos sustentables, promoviendo el ahorro de los
individuos.
Algo que a veces suelen pasar por alto las políticas sociales es que una mejora en la
distribución del ingreso puede derivar rápidamente en un deterioro de la distribución de la
riqueza. Por ejemplo, si los trabajadores consumen todo el aumento de su ingreso, éste
terminará eventualmente en las manos concentradas de los proveedores de sus consumos y
esto puede traducirse en un proceso inflacionario.
Del mismo modo, si las tasas pierden contra la inflación, el ahorro financiero subsidiará
al deudor que tiene acceso al financiamiento, por ejemplo la clase media alta, las empresas
o el gobierno, en detrimento de los ahorristas de cuenta sueldo y plazo fijo. Así, un
incremento del ingreso relativo de los que menos tienen puede traducirse en un incremento
de la riqueza relativa de los que más tienen.
Por eso, cuando hablamos de reducir la pobreza, también hablamos de educación, de
vivienda, de inclusión financiera. La eliminación dinámica de la pobreza sería impensable
sin la creación de empleo sustentable. Y en un país que aspira a integrarse a un mundo
donde el empleo en todos los sectores está siendo lentamente reemplazado por la máquina,
la generación de empleo es una de las asignaturas pendientes y el escollo más arduo en la
lucha contra la pobreza.
A diferencia de las revoluciones previas, esta vez las opciones parecen ser el
estancamiento de la productividad o la maquinización del trabajo dado que la máquina que
sustituye trabajo aumenta la productividad a expensas de la destrucción del empleo más
reemplazable.
Se hace imprescindible equilibrar el crecimiento económico con el desarrollo social y
con el respeto y preservación del medio ambiente para el desarrollo humano y sustentable;
y en este sentido, hay que combatir la creencia de que ante todo hay que potenciar el
crecimiento económico, presuponiendo que todo lo demás vendrá después
automáticamente: nada más incierto, pues como se ha señalado, no existe un nexo
automático entre el crecimiento económico y el progreso en materia de desarrollo y
derechos humanos, así como en la disminución de la pobreza. En definitiva, un alto
crecimiento puede traducirse en un escaso desarrollo, mientras que un pequeño crecimiento
puede bastar, si va acompañado de una política redistributiva equitativa, para lograr grandes
avances en materia de desarrollo humano y de reducción de la pobreza.
7. Pobreza, Desarrollo y Sustentabilidad
Vemos entonces que hay un estrecho vínculo entre ambiente y desarrollo, poniendo el
énfasis en que la degradación ambiental es producto casi exclusivo del industrialismo
porque los efectos de este estilo de vida industrial en la naturaleza, son más importantes que
la tasa de recuperación es menor y no se alcanzan a mitigar la degradación ocasionada. De
esta manera, comienza otra discusión en torno al desarrollo, y de cómo el Medio Ambiente
es capaz de recuperarse de la degradación con una nueva era de crecimiento económico
más paulatino o con otra tecnología superadora en términos de los conceptos de desarrollo
sustentable.
El desarrollo es un término que se va construyendo en la transformación de estructuras
sociales generando realidades que antes no existían y que inciden en la manera en cómo
vivimos y en los en foques de análisis. Son nuevos paradigmas que considera al desarrollo
como un proceso dinámico con interrelaciones no lineales. Es un proceso transformativo e
integrativo.
Pero este concepto va construyendo una espiral ascendente donde la tendencia es una
estela de países ricos y desarrollados, y un cúmulo de países pobres y subdesarrollados, con
una brecha que se acrecienta con un deterioro a favor de los más ricos. Al mismo tiempo, la
misma pobreza ejerce un impacto negativo sobre el medioambiente por la infrautilización
de los recursos naturales a una tasa distinta de la tasa de recuperación; Erradicar la pobreza
es un requisito indispensable para el desarrollo sustentable, con el objetivo de reducir las
diferencias en los estándares de vida y para satisfacer de la mejor manera las necesidades
de la mayoría de las personas en el mundo.
Desde una interpretación muy occidental se tiende a definir la pobreza en términos de
capacidad de consumo, en términos de ingreso y de capacidad adquisitiva por persona o por
el crecimiento económico visto en el PBI de un país.
Un enfoque alternativo, ve el bienestar y la calidad de vida, visto como en el enfoque de
las necesidades humanas, desde el cual dos grandes requisitos deben ser logrados para
erradicar la pobreza: garantizar el sustento físico y permitir una autonomía crítica de los
seres humanos, entendida ésta como la posibilidad de tener acceso a información acerca de
las opciones de desarrollo existentes, para así poseer capacidad de decisión.
Una política pública para erradicar la pobreza debe mejorar la calidad de vida, y estar de
acuerdo con el desarrollo humano sustentable, pero todas las políticas públicas deben
alcanzar la sustentabilidad y abandonar cualquier enfoque asistencial, para fortalecer el
desarrollo de capacidades, habilidades y conocimiento, con educación y participación. Esta
última, es vital en la toma de decisiones con respecto al acceso a los recursos naturales.
Se busca así, una distribución más justa de la prosperidad, en lugar de una sociedad
dividida entre los muy ricos y los muy pobres; de esta manera se utiliza el término
“desarrollo sustentable” precisamente para referir al crecimiento económico que pone fin a
la pobreza extrema, reduce la exclusión social y es medioambientalmente sano.
La lucha contra la pobreza exige desarrollo. Reducir las carencias en sentido amplio
requiere reformas en salud, infraestructura y educación, además de políticas que fomenten
la creación de empleo sustentable.