2. (…lo conceptual coexiste con lo poético
porque así de maravilloso es el universo…)
Una fiebre de curiosidad crónica respecto del funcionamiento del universo
y los procesos de la naturaleza me puso a investigar de qué forma describe
la ‘realidad’ el actual paradigma científico y espiritual.
3. Fue perpetuamente inspirador, el advertir la coherencia o sincronía
entre los descubrimientos que se desprenden de campos de la ciencia
tan aparentemente lejanos como la física cuántica y la astrofísica y los
antiquísimos saberes espirituales que nos han llegado a través de las eras,
señalando un entretejido fundamental que sostiene todo a nivel subatómico,
conectando así a nivel micro y macro.
La astrofísica identificó en el big bang el momento de ‘la creación’, donde, a
partir de sucesivas explosiones estelares, fueron manifestándose los
elementos que hoy conocemos, es decir que todos los átomos de nuestro
cuerpo y de todo lo que conocemos vienen de esa singularidad.
4. No solo nuestro origen nos une, sino que se puede observar una absoluta
interdependencia entre las partículas, organismos, especies, ecosistemas,
sistemas planetarios y galaxias, al punto que cualquier división termina siendo
arbitraria.
Desde la interconexión absoluta, podemos concluir en la concepción del
tiempo, el espacio y la materia como La manifestación natural del universo,
como un único gran evento o movimiento.
5. Materializar estos puntos de vista y la poesía que en ellos descansa podría
llevarse acabo de infinitas maneras, sin embargo hay elementos que sería
tonto ignorar en el espíritu de la inclusión absoluta.
El ‘orden natural’ o ‘equilibrio universal’ terminan siendo el mensaje y el
medio, buscando compartir un sentimiento de suprema integración con esta
fraccionadísima humanidad que conformamos, cuya segregación y
alienamiento de la naturaleza empieza a tener catastróficas consecuencias.
6. Esta abrazadora unidad se manifiesta
mediante patrones y proporciones
presentes y recurrentes en la naturaleza y
en el cosmos, como la proporción aurea, o
la secuencia fibbonacci desde lo mas
pequeño como las partículas subatómicas
hasta las galaxias.
La disolución de los limites, del
ego, de la separación puede
ser sugerida a través de la
unión de los, supuestamente,
opuestos, como lo figurativo y
lo abstracto, lo imaginario y lo
real, lo ideal y lo material, el
orden y el caos.
7. Recordar los elementos
que tenemos en común
con todo lo demás en el
universo puede ser la
clave para revivir el casi
olvidado vinculo que
nos une naturalmente
con el resto de la
existencia y así
empezar a remediar el
daño q como especie le
hemos hecho al
ecosistema vivo que
llamamos planeta
tierra.
La posibilidad que
como artistas
tenemos de
intervenir en la
evolución de la
sociedad, se
convierte en una
obligación, habiendo
tanto en juego, que
sería una falta de
responsabilidad no
comprometerse por
la restauración del
equilibrio natural.
Giancarlo Cousté