Caso Ayotzinapa: análisis crítico del movimiento estudiantil
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Título Caso Ayotzinapa
Introducción
Locutor 1
Narro y Peña
Locutor 1 Samuel Lugo Martínez.
Título
LOCUTOR 1
Se ha estado hablando mucho a cerca de lo ocurrido el pasado 26 de septiembre en el estado de
guerrero; la ciudadanía, no sólo del estado o la republica, sino del país entero, ha puesto sus
ojos en este hecho y la representación estudiantil no se ha hecho menos. Ya ha poco más de un
mes de lo ocurrido en el estado, se sigue viendo la movilización estudiantil (para bien o para
mal)…
A continuación los dejo con un pequeño recuento de algunas acciones tomadas por parte de los
estudiantes, y una crítica de un estudiante de la UNAM; plasmada en el documento: Proyecto
Prometeo.
Desarrollo del tema El 23 de octubre del 2014, las instalaciones de radio UNAM fueron tomadas para dar voz a los
estudiantes de Ayotzinapa (2014), quienes dieron un discurso manejado por varios rumbos:
• Agradecimiento e invitación a la solidaridad.
• Reiteración del objetivo principal de las movilizaciones: encontrar a los 43
desaparecidos. Es decir, insistencia en la solución del problema local
• Contraste entre declaraciones: “No quieren desaparecer poderes oficiales” porque eso
genera descontrol, pero quieren que “el pueblo asuma los cargos” y “tome las acciones”.
Crítica del gobierno de simulación y su sistema neoliberal.
Destacan algunos elementos que discutiremos a continuación. La idea de solidarización con la
situación de la normal rural es una expresión particular de un comportamiento más general: la
creencia moral de que con eventos sociales de naturaleza injusta todos deben “solidarizarse ”.
Pero ¿Qué significa solidarización? ¿Qué clase de valor es ese? La respuesta es fundamental,
puesto que los hechos sugieren que el movimiento es, cuando menos en sus inicios, uno de
solidarización con la situación de estos estudiantes.
El problema, visto como local, sólo podría ser solucionado localmente imaginando condiciones
ideales de justicia en Guerrero, que por supuesto son inexistentes. Dado que no puede
solucionarse localmente, encuentra eco en distintos órdenes de la estructura social, llegando a
lo internacional.
Esta situación es posible sólo imaginada en función de la solidaridad, sea lo que sea ésta. Es
decir, ante ciertas condiciones que sugieren que el sistema político mexicano se encuentra en
una frontera de inestabilidad considerable, la sensibilidad a ciertos casos específicos de
ejercicio de violencia es potencialmente amplificable, trascendiendo el ámbito de lo local para
convertirse en un hecho paradigmático de la crisis actual del estado político.
Cuando los componentes de un hecho concreto se generalizan decimos que hemos pasado del
caso (algo particular y contingente) al tipo (el conjunto de todos los casos que comparten
características).
La trascendencia sólo puede lograrse con la identificación del caso en todos los tipos posibles
que lo contengan, es decir, a través de un salto en los niveles lógicos. Los 43 desaparecidos
son ahora, simbólicamente, todos los desaparecidos del Estado, cualquier caso de
desaparición posible. Esta idea está contenida implícitamente en la fórmula “El día de hoy
somos nosotros, mañana, esperemos, que no sean ellos [cualquier otro estudiante]”, dicha por
un normalista. Esa frase sólo tiene sentido en ese contexto, y no en el contexto local. El
sentido de esta superación está en la sensibilidad de algunos miembros de la sociedad
mexicana que ven en la masacre una violación de algún tipo a su sentido de comunidad, lo que
los obliga a solidarizarse, es decir, tomar postura a favor de los normalistas, e inmediatamente
en contra de sus asesinos. Además de la suma colectiva de aquellos que, sin conocer el
asunto, sólo siguen el precepto moral “injusticia = solidarización”.
La sensibilidad es una condición necesaria para un movimiento social fuerte, pero no es
suficiente, pues estancada en la solidarización se convierte en un espectáculo mediático que
expresa descontento, pero que no actúa concretamente.
El problema de la solidaridad es que implica una declaración de enemistad contra quien resulte
responsable. Pero el enemigo es invisible. ¿Quién es el culpable verdadero de las
desapariciones? ¿El narco-policía, el gobierno municipal, el partido, el gobierno federal pro-
2. impunidad, el sistema político y social o el sistema social mundial?
Encarcelar a todos los políticos involucrados no soluciona en lo más mínimo el problema de
las desapariciones forzadas en tanto que práctica (tipo), que es como debe verse el caso
Ayotzinapa para que las manifestaciones tengan sentido (no debe verse como caso). Encontrar
a los normalistas soluciona el caso, pero no el tipo de todas las desapariciones forzadas en el
país.
LOCUTOR :
Por tanto, si el movimiento social se enfoca en el caso por sí mismo, no tiene sentido de
trascendencia social, se limita a lo local. También las acciones logradas sólo limitándose a la
solidaridad resultan insuficientes e ineficaces, puesto que no están orientadas a lo que su
magnitud global es capaz de atender. Pero no realizar ninguna acción es por supuesto absurdo
ante el flagrante abuso de poder presentado en el caso.
La acción social organizada, como praxis política, es la generadora de las transformaciones
históricas, en todos los ámbitos sociales. La acción es otra condición necesaria para la
generación de movimientos sociales sólidos. Pero no es suficiente, pues en el fondo
presupone una sensibilización que une a los accionarios. Sin embargo, ni sensibilización ni
acción completarán el verdadero sentido del cambio social. Es necesaria también la
racionalización directiva de la acción, es decir, la generación de objet ivos definidos y
estrategias estrictamente subordinadas a éstos. Históricamente existe una fuerte crisis de guía
teórica en los movimientos sociales en general. Mientras que los movimientos antisistémicos
indígenas y campesinos encuentran su ser en la resistencia local contra el capitalismo
imperialista globalizado.
Los movimientos urbanos, en especial los estudiantiles, representan otro tipo de exclusión,
pero nunca han tenido una organización permanente, sólida, orientada a objetivos que atiendan
tipos específicos, que a su vez determinen las acciones necesarias para garantizar el éxito en
su cometido. Si el movimiento no está preparado para enfrentarse a un enemigo que ni siquiera
puede identificar, sólo está soñando que combate.
La materialidad de las acciones estudiantiles está limitada a hacer eco sobre representaciones
sociales, está hipersimbolizada, sólo representa, apenas siente, no actúa eficientemente, no
propone soluciones porque no encuentra problemas.
El valor de este movimiento sólo existe en potencia, no en acto. Si no se supera, pasando de la
resistencia a la propuesta, entonces no habrá aprendido nada del triste fracaso del 68, que le
dio la capacidad de convertirse en agente de cambio y constructor de la historia.
Cierre Por hoy eso ha sido todo, espero y les haya gustado, y que la forma en que ven los movimientos
tenga otra perspectiva; ¿Bueno o malo?, sólo el tiempo lo dirá.
Créditos Voces, Producción y Música por: Samuel Lugo Martínez.
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