Un trompo olvidado en una caja de recuerdos cobra vida cuando el padre lo encuentra y lo hace girar nuevamente, recordando los tiempos en que él jugaba con el trompo de niño. Los hijos graban al trompo bailarín con sus celulares, por lo que aunque ahora los niños pasen más tiempo frente a pantallas, el trompo sigue entreteniéndolos de vez en cuando a través de la tecnología.