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EL LAGO
TITICACA
El más alto navegable del mundo
EDICION MORENO-
Argentina
OBRAS DEL AUTOR.
LAS CIVILIZACIONES PREINCAICAS EN EL ANTIGUO PÉRú. Tesis
para optar el grado de Dr. en Historia, Filosofía y Letras,
1922.
HISTORIA DE LOS LIMITES DEL PERO, 1925.
ESTUDIO ANALÍTICO - DESCRIPTIVO, HISTÓRICO Y ARQUrrECTÓN.C.o
ARQUITECTÓNICO DE LA CATEDRAL DE PUNO, 1952.
ESTUDIO GEOGRÁFICO, HISTÓRICO Y SOCIOLÓGICO: DEL LAGO TI-
TICACA, 1952.
OBRAS INEDITAS
LA RELIGIÓN EN EL IMPERIO DE LOS INCAS.
LAS CHULPAS DE SILLUSTANI.
EL TEMPLO DE ZEPITA.
EL TEMPLO DE SAN GERÓNIMO DE ASILLO-
PROLOGO
Con frecuencia hemos oído hacer afirmaciones muchas ve-
ces equivocadas sobre los distintos aspectos del Lago Titicaca;
unas exageradas y otras deficientes, sobre su altura con rela-
ción al mar, dimensiones, naturaleza y temperatura de sus
aguas, profundidad, número y origen de sus ríos, condicio-
nes de vida en sus islas y culturas que se han desarrolladla
en sus riberas; generalizándose ya la especie, por supuesto, in-
exacta, de que viven los urus en los totorales o islotes flotan-
tes de totora próximos a la Bahía de Puna y otros lugares
del Lago. Todo esto por la falta de un libro que proporcione
el dato preciso y esté al alcance de todos, por su simplicidad
y al mismo tiempo exactitud en sus datos respaldados por auto-
ridades en la materia, que se han ocupado en forma seria del
estudio de los diferentes aspectos del Titicaca. Esta circuns-
tancia nos ha movido para escribir este libro con el cariño y
conocimiento del que ha nacido y vive en sus orillas.
Desde los primeros años de la conquista, el Virreinato y
la República, el Lago ha sido visitado y admirado por los cro-
nistas y estudiosos, quienes nos han dejado, sus relatos, des-
cripciones y estudios parciales, destacándose entre ellos por
ES PROPIEDAD DEL AUTOR
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS
la seriedad de sus investigaciones ¡os de J. B. Pentland en
1828, Alcides d"Orbigny, en 1835, Francisco de Castelnau
en 1850, H. A. Wedel en 1853, Ernesto y Alfredo Grandi-
dier en 1861, Mariano Felipe Paz Soldán en 1861, E. G. Squier
en 1868, Clemente R. Markham en 1862, Antonio Raymon-
di en 1865, A lejandro Agazzin en 1876, Paul Marcoy, J. Min-
chin, G. Ch.azvorth y Musters en 1877, C. Wiener en 1880,
A. Tovar en 1891, Bandedlier en 1895, M. V. Ballivian en
1899, Martín Conway en 1901, La Puente en 1892, Eliseo Re-
glus, M. Neven Lemaire en 1905, Vivien de Saint-Martin en
1908, Oscar Miró Quesada en 1919, Emilio Romero en 1923.
La expedición The Percy Sladen Trust-Expedition en 1939 y
muchos otros que escapan a esta lista. Estos estudios dispersos,
publicados en revistas, periódicos y libros, muchos en edi-
ciones agotadas y algunos que no han sido aún traducidos al
castellano, cono pasa con los trabajos de la última expedición
mencionada, hacen que la bibliografía sobre este aspecto, que
parece abundante, sea difícil de tener a la mano, no obstante
tratarse de un aspecto geográfico tan interesante y único como
lo dice Vivien de Saint-Martin, que: el "Lago Titicaca, por
su extensión, su altura y condiciones del lecho cerrado de que
forma el reseruorio superior, es tul vez la napa de agua más
notable del globo". Ojalá que este libro, que no tiene la pre-
tensión de ser un trabajo completo sino un ensayo, llene la
finalidad que ,anotamos.
ESTUDIO GEOGRAFICO
HISTORICO Y SOCIOLOGICO
Situación geográfica
El Lago Titicaca, el más alto y navegable del mundo,
se encuentra en el Altiplano del Collao, en el Sud-este
del Perú, en el Departamento de Puno y Nor-este de
la República de Bolivia, entre las cordilleras Occiden-
tal de Los Andes que viene de Chile y la Oriental de
Bolivia, las que se unen al Norte formando el Nudo
de Vilcanota en el Departamento del Cuzco. Este Lago
milenario suspendido entre Los Andes, está a 3,919
metros sobre el nivel del mar 1. Una línea imaginaria
que atraviesa el lago de S.O. a N.E. sirve de límite
a ambas repúblicas. Está entre los 15 °20' y 16°35' de
latitud Sur y entre los 70°45' y 71 '10' de longitud
Oeste del Meridiano de París 2. Orientado de Noroeste
a Sudeste.
1 Altura registrada en el mapa del Lago Titicaca de los Ferrocarriles
del Sur del Perú. El Dr. Oscar Miró Quesada en su "Geografía Cientí-
fica del Perú", consigna la altura de 3,914 m., Pentland consigna 3,914,
Paz Soldán 3,914.
2 Situación indicada por el Dr. N. Neven Lemaire, traducida por el
Dr. Belisario Díaz Romero. Folleto VIII, número 3 del 3 de Mayo de
Dimensiones
WASHINGTON CANO
Tiene una extensión de 8,300 kilómetros cuadra-
dros de superficie', siendo por consiguiente el lago
más grande de América del Sur. Mide de largo 194 ki-
lómetros, desde la desembocadura del río Ramis (Sa-
nupe) hasta Aigachi y 65 kilómetros de ancho, desde
la boca del río Juli a la playa de Carabuco'.
Comparado con el lago de Ginebra en Suiza, es
9 veces más grande que aquél y 16 veces más pequeño
que el Superior de la América del Norte.
Es una realidad que las dimensiones del Lago vie-
nen disminuyendo notablemente. Es posible que todas
las lagunas diseminadas en el Departamento de Puno:
Orurillo, Lagunillas, Salinas, Umayo, Arapa y otros
formaron parte del Titicaca en época anterior, hoy sepa-
rados por enormes distancias. El Dr. La Puente ' apoya-
do en los estudios de Alejandro Agazzin, manifiesta que
ha bajado enormemente el nivel del Lago, que antes
1910. Pentland registra la situación geográfica de 72°22'34 " de longitud
Oeste y Juan Bergelend 15°50'30" de longitud Sur. El Dr. Ignacio La
Puente dice en su estudio monográfico sobre el Lago Titicaca, inserto
en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, años I y 11, que está
en el paralelo 16 N.O. a S.E. entre los 15°59'17" de longitud Sur y
7l °35'12" de longitud Oeste de París.
3 Oscar Miró Quesada. Obra citada, pág. 100. Vivien de Saint-Martin
anota 8,331 kilómetros cuadrados de superficie.
4 Ignacio La Puente. Estudio citado. La Misión Senech de la
Grange indica una extensión de 160 kilómetros de largo y 60 de ancho.
Raymondi, 180 kilómetros de largo por 65 de ancho. Markham , 160 kiló-
metros de largo por 51 de ancho.
5 N. Lemaire. Trabajo citado.
EL LAGO TITICACA
comprendía hasta Juliaca y Pucará, formando un brazo
hasta Santa Rosa de Ayaviri. Las llanuras que rodean el
Lago es muy posible que fueran antiguamente fondos la-
custres, como afirma el Dr. Carlos Parodi e. Cuando dice
que el nivel era mucho más alto del actual, y calcula
el desnivel en 50 metros, observando el depósito alu-
vial que se encuentra en la punta de la Península de
Chucuito (Luquina) y que Posnansky, Agazzin y Vi-
vien de Saint-Martin, lo consideran hasta de 100 me-
tros. Hace cuarenta años, las aguas del Lago cubrían
la llamada pampa del Muelle, en la Bahía de Puno y
hoy es zona cultivada. Es posible que en el futuro las
aguas del Lago se reduzcan a una pequeña porción,
que sólo sirva de recuerdo de lo que fué el Titicaca.
Profundidad.
Los estudios batimétricos hechos en el Lago Titica-
ca' demuestran que existe una diversidad de profun-
didades que varían según los lugares, desde los 20 me-
tros hasta los 256, al Este de la Isla de Soto. En la
Bahía de Puno la profundidad general es de 20 a 30
metros. Entre la Península de Capachica y la Isla de
6 Estudio sobre la cuenca del Lago Titicaca y su formación geológica,
inserto en el Album de Puno, 1937.
7 Agazzin practicó sondajes en diversos lugares del Lago en 1876.
Asimismo lo hizo charles Viener, explorador francés, quien afirmó haber
encontrado profundidades hasta de 550 metros.
Taquile hay profundidades hasta de 55 metros. Cerca
de la Isla de Amantani, hacia el Norte, se han encon-
trado profundidades de 123 a 185 metros y en el Es-
trecho de Tiquina hasta de 70 metros.
Su forma
La forma del Lago es irregular, aproximándose a
un ovoide bastante alargado. Las penínsulas de Copa-
cabana y Achacachi, en Bolivia, lo dividen en dos par-
tes, que se comunican entre sí por el Estrecho de Ti
quina. La parte situada al Sudeste aproximadamente
seis veces más pequeña que la otra, se le llama Lago
Pequeño, Inferior o Uiñaymarca 8, y la situada al Nor-
oeste, Lago Grande, Superior o Chucuito 9.
Etimología de su nombre
El Lago ha tomado el nombre de la Isla llamada
Titicaca o del Sol, Inti o Aymartharu.
En ella refieren que existió sobre una colina una
8 Uiñay marca que quiere decir en aymará Pueblo eterno.
9 Padre J. Vizcarra, "Copacabana de los Incas", La Paz, 1901. Esta
obra reproduce la del Padre Baltazar Salas, que la escribió en 1696, de-
dicada al Rey Felipe IV.
14
EL LAGO TITICACA
piedra sagrada en la que había un felino de piedra;.
otros- atribuyen haberse posado en ella un hombre blan-
co a quien denominaron Con-Tecsi-Viracocha, quien
les predicó sabias doctrinas. A esta piedra, en recuerdo,
se le llamó Titicala o Gato de Piedra , según Manuel
V. Ballivian ; Tecce-kaka o peña del cimiento, según
Francisco Mostajo; Titi-caca, o piedra o montaña de
plomo, según Garcilaso de La Vega ; y Tecsi-caca, u Ori-
gen, fundamento de sus creencias, según Belisario
Cano.
Nombres que tuvo el Lago
Según el Padre Vizcarra se le denominó también
Tartaptattacotta que en aymará quiere decir lago for-
mado por reunión de las aguas (Lago del cataclismo,
según Belisario Cano) y Tarip-kota, Lago del juicio
universal.
Su origen geológico
Varias han sido las teorías que se han formulado
para explicar la formación geológica del Lago Titicaca,
siendo todas ellas meras suposiciones basadas en sim-
ples conjeturas, por lo que con razón dice el Dr. Os-
15
WASHINGTON CANO
car Miró Quesada que "si alguno nos pregunta cómo
se ha formado el Lago Titicaca, tenemos que contes-
tarle, si queremos decirle la verdad, que todavía no se
sabe de modo cierto" '°.
Teorías sobre su origen
A dos grupos pueden reducirse las teorías que se
han formulado acerca de la formación geológica del
Titicaca: La teoría marina y la terrestre.
Teoría marina
Los sostenedores de esta teoría explican que el
Titicaca es una porción de agua separada del océano,
producida por diferentes circunstancias: así, para el
Dr. Carlos Wiesse "La cuenca del Titicaca en los pe-
ríodos de la formación geológica Andina, estaba cu-
bierta por un inmenso mar mediterráneo. Las aguas
de éste se detuvieron en su acumulación y aumentó,
probablemente por la enorme evaporación que se rea-
lizaba en su superficie, debido a circunstancias locales
10 Oscar Miró Quesada , "Elementos de Geografía Científica del
Perú". pág. 104.
EL LAGO TITICACA
tales como la baja presión atmosférica, el fuerte calor
solar durante el día y la fuerza de los vientos reinantes.
A esto siguió el descenso de las mismas aguas, por cir
cunstancias todavía no bien conocidas y el antiguo mar
quedó reducido al gran Lago que hoy existe y otros pe-
queños y el Aullagas" 11. Otro partidario de la teoría
marina es el Ingeniero Posnansky, quien explica la
formación geológica del Titicaca de la siguiente ma-
nera: "Por la paulatina elevación del Continente Sud
Americano sobre la superficie de los océanos , fueron
suspendidos con él, en la región donde se halla actual-
mente la gran meseta circundada por las cordilleras
Real y Volcánica, grandes cantidades de agua marina
que formaban inmensos lagos, con diferentes niveles,
y que estaban aprisionados por estas mismas cordille-
ras" 12. A esta teoría marina, que hasta hoy goza de más
prestigio, se le hacen serios reparos, que los sostenedo-
res de ella no han podido desvirtuar; así se ha dicho:
¿Por qué si el Titicaca, no es más que una porción
de agua separada del mar, no, son sus aguas saladas?
¿Por qué no encontramos la misma fauna que en el
mar o siquiera restos de ella, siendo por el contrario
tan distinta?
Algunos pretenden encontrar restos de fauna ma-
rina, como el Ingeniero Posnansky, quien nos refiere
que "hace varios años, cuando el autor se encontraba
haciendo estudios y excavaciones en las islas del Lago,
11 Wiesse, "Geografía del Perú", cap. II, pág. 43.
12 Posnansky, "Una metrópoli prehistórica en la América del Sur",
capítulo III, pág. 14.
WASHINGTON CANO
en una pesca organizada a la cual asistía, vio sacar en-
tre las redes un hipocampo de forma y tamaño dege-
nerado 13. Este soló ejemplar que se ha encontrado no
basta para establecer una analogía con la fauna marina,
pues, no es raro también que el hipocampo fuera oriun-
do de la fauna del Titicaca.
Lorenzo Sundt, quien ha hecho estudios serios
sobre el Lago Titicaca, ha emitido la opinión de que
los pocos y raros ejemplares que se encontrasen de fau-
na análoga a la marina, han sido transportados por las
aves.
Teoría terrestre
Los sostenedores de esta teoría explican que el
Titicaca se ha formado independientemente del mar
por diferentes procesos:
Para el Ingeniero Reynaldo Enock, el Titicaca se
ha formado así: "Las grandes cuencas longitudinales
que resultaron al formarse los repliegues de las cordi-
lleras, se llenaron de agua con la condensación de la
humedad traída por los vientos alisios que se cargan
de vapor de agua en el Océano Atlántico y que soplan
a través del Brasil y del Perú oriental. Estas aguas pro-
venientes de las lluvias, encerradas entre las cadenas
13 Posnanskv, Obra citada, capítulo III, pág. 20.
EL LAGO TITICACA
de Los Andes que rodean las depresiones del suelo, fue-
ron aumentando y creciendo hasta que se desbordaron,
fraguándose una excavación en los lugares débiles de
los diques naturales que las encerraban. Habiéndose
establecido de este modo el nivel permanente de las
aguas, se formaron los grandes ríos que hasta ahora
existen y que alimentan sus corrientes con la humedad
depositada en forma de nieve y de lluvia sobre las su-
midades de Los Andes que interceptan los vientos ali-
sios. Un estudio de los valles de esos ríos pone de ma-
nifiesto en muchos casos, los sitios en donde los líquidos
naturales se rompieron al fin del período de los lagos.
Así, por ejemplo, esto ha sucedido: para el Marañón,
en el Pongo de Manserriche; para el Mantaro, en Iscu-
chaca; para el Urubamba, en Manrique; para el Hua-
llaga, en Aguirre. Ha quedado, sin embargo, una de
estas grandes cuencas-lago, todavía intacta: la del Titi-
caca. Este sistema nunca ha tenido una salida y sus
aguas disminuyen únicamente gracias a la fuerte eva-
poración de esa región, debido al calor solar y a la
fuerza de los vientos. Las aguas de todas las otras gran-
des cuencas han encontrado su salida hacia las llanuras
amazónicas y forman un río común: el Amazonas 14.
Esta teoría hace pensar, que para llenarse de agua
as grandes cuencas que resultaron al formarse los re-
liegues de las cordilleras, se han debido necesitar gran-
es precipitaciones de agua y nada impide que este fe-
ómeno completamente natural se repita en todo tiem-
14 Reynaldo Enock, "El Perú" cit por Oscar Miró Quesada en su, .
bra "Elementos de Geografía Científica del Perú", pág. 104.
WASHINGTON CANO
po, ya que no es más que la condensación de la hume-
dad arrastrada por los vientos alisios, que se cargan en
el Océano Atlántico y que soplan a estas regiones, lo
que no ha sucedido ni sucederá posiblemente.
Otro partidario de la teoría terrestre es el Inge-
niero Melo, quien explica la formación geológica del
Titicaca del siguiente modo: "Es preciso recordarlo que
en la mayor parte de las llanuras áridas del Perú, se
encuentran manifestaciones superficiales de antiguos
restos marinos, en los que no hay verdad. Bastante ge-
neralizada está la especie de que la América toda ha
emergido del seno del Océano. En cambio la hilada de
fuentes de agua dulce, unas agotadas, otras permanen-
tes, manifiestan de la manera más evidente, sin violen-
cia, restos de una gran corriente de agua intempestiva-
mente dislocada; por ejemplo: Orurillo, Ayupica, Cac-
capi, Langui, Salinas, Umayo, Titicaca, Coipasa, La
Sal y Cencis, próxima a las actuales vertientes de Loa,
que en la red fluvial anterior pudo ser el término de
un gran río en el Pacífico, en el caso de que este océano
no avanzara sus aguas hasta los llanos de Coipasa.
Resulta pues, que hace miles de años corría un río
caudaloso y largo por lo que hoy es la altiplanicie del
Titicaca. Este río venía del Norte, pasando por la la-
guna de Langui en la provincia de Canas, en el Depar-
tamento del Cuzco, se dirigía al Sudeste, siguiendo más
o menos la dirección del ferrocarril del Cuzco a Puno:
ahondando su cauce en la laguna de Orurillo en la
Provincia de Melgar, del Departamento de Puno y en
las lagunas de Caccapi, Salinas y Arapa en la Provincia
20
EL LAGO TITICACA
de Azángaro en el mismo Departamento; continuándo-
se en la laguna Umayo y el Lago Titicaca, en la Pro-
vincia de Puno y en los lagos Aullagas y Coipasa, en
Bolivia. Este río se comunicaba con el chileno Loa, por
lo que son hoy las lagunas de La Sal y Cencis, desaguan-
do en el Pacífico, después de haber hecho un recorrido
de más de 1.350 kilómetros de extensión. La serie de
lagunas diseminadas a lo largo del camino que acaba-
mos de recorrer, son los restos de ese gran río; en el
Lago Titicaca quedaron encerradas la mayor parte de
sus aguas, al transformarse el antiguo río en las ac-
tuales lagunas.
En cuanto al modo como ese antiguo río se trans-
formó en la serie de lagunas ya mencionadas y, sobre
todo, en el gran Titicaca, se expresa diciendo que la
Altiplanicie del Titicaca ha sufrido una serie de levan-
tamientos y arrugamientos sucesivos que han modifi-
cado profundamente el relieve del suelo. Entre estos
levantamientos de la Altiplanicie del Titicaca hubo dos
principales; uno al Norte del actual Lago, en las sierras
del Nudo de Vilcanota, y otro al Sur, destacándose del
Nevado de Chachacomani hasta Yunguyo, compren-
diendo las sierras de las penínsulas de Achacachi y
Copacabana, que entonces formaban una sola cadena,
toda unida. Encajonando gran parte del antiguo río,
entre esos dos levantamientos, entre esas dos verdade-
ras represas naturales, el agua del río quedó estancada
y convertida en el Lago Titicaca" la
15 hielo, "Historia de la Marina del Perú", tomo III.
21'
WASHINGTON CANO
Esta teoría ingeniosa no tiene fundamento cientí-
fico en qué cimentarse, pues, al menor reparo que se
le haga se viene por tierra; así diremos: ¿Por qué cir-
cunstancias han desaparecido las huellas de aquel anti-
guo cauce del río que corría por este Continente? ¿De
dónde proceden aquellas aguas de aquel enorme y cau-
daloso río, que formó el Lago Titicaca y las demás la-
gunas que se encuentran en todas estas regiones?
Teoría volcánica
A nuestro juicio, el proceso de la formación geoló-
gica del Titicaca ha sido volcánica. En el Istmo de Yun-
guyo se encuentra el volcán Ccapía 16 que a la simple
observación de los geólogos e historiadores que reco-
rrieron aquellos lugares, lo han considerado como un
volcán apagado, como lo dice Posnansky. Este volcán
que para la generalidad ha pasado como un elevado y
empinado cerro, presenta la forma de una montaña cu-
yas faldas se prolongan a manera de alas extendidas;
en la parte superior ofrece una gran hendidura que vie-
ne a ser el cráter del volcán. Allí, en aquel cráter
espacioso se encuentra un lago, de donde se desprenden
16 Ccapía, en aymará quiere decir peña horadada.
17 Estos riachuelos se denominan Qqueñuani, Choquechaca, Ccasa-
rata , Sacasacani , Machacamarca , Kalacoto, Huayllani, Llaquepa, Cuturapí
y Chiata jaqque.
22
EL LAGO TITICACA
siete riachuelos que desaguan en el Titicaca 17., Este la-
go se denomina Huarahuarani-ccota 18.
Este volcán con estas peculiaridades que presenta,
no es sino un volcán de agua que en una época lejana
hizo su erupción.
Semejante a este volcán se encuentra otro en el
territorio de Bolivia, conocido con el nombre- de Aucca-
ni, en cuyo cráter también se encuentra otro lago.
Ahora, si atendemos a las capas geológicas de la
meseta del Titicaca, veremos que al examen minucio-
so que se haga de ellas, nos ofrecerán zonas completa-
mente húmedas, donde a pocos metros de profundidad
brota el agua. Todo esto nos prueba que en esta parte
del Altiplano hay grandes corrientes o depósitos de
agua, provenientes quizá de filtraciones del mar, que
están en comunicación con los volcanes ya mencio-
nados.
Es posible que en una época lejana erupcionaran
aquellos volcanes simultánea o sucesivamente a conse-
cuencia de la gran presión de agua y por la gran can-
tidad que se depositó bajo las capas geológicas, dando
lugar a que se inundara la cuenca formada por las dos
cordilleras, hasta el extremo de formar un gran lago
que sepultó a todas las tribus y naciones que en esta
parte del Continente se desarrollaban, como asimismo
sepultó a la gran metrópoli de Tiahuanaco que se en-
contraba en una época de gran florecimiento. Después
18 Huarahuarani-ccota en aymará quiere decir lago con estrellas. Se
le llama así a causa del aparente reflejo y cambio de colores, que según la
posición del Sol, ofrece a la vista.
23
WASHINGTON CANO
de esta hecatombe cuyas huellas y noticias se esparcie-
ron a todo el Continente, como lo prueba la tradición
folklórica del gran diluvio que se cumplió en estas re-
giones y cuyas consecuencias llegaron hasta los indios
Paumaris, situados en la orilla derecha del Bajo Purús,
afluente del Amazonas, ocurrió como sigue, según ellos
se expresaban: "Tuvo lugar una gran venida de agua
de las serranías que hizo morir a la humanidad y sólo
se salvaron de este gran diluvio los de nuestra tribu,
porque acostumbrábamos edificar nuestras casas sobre
balsas" 19
Posteriormente se operó la disminución del gran
Lago, por efecto de la evaporación, quedando reducido
al Titicaca y a pequeños lagos como Humayo, Laguni-
llas, Orurillo, Ayupita, Arapa y otros.
No es extraña la forma como explicamos el origen
geológico del Titicaca porque no es un hecho singular
ni único, que registra la Geología, ya que hay muchos
otros lagos del Africa y Europa que se han formado de
esta manera.
A cada disminución del elemento líquido del Lago
Titicaca, se añade un nuevo descubrimiento de ruinas
labradas, que permanecieron sepultadas por miles de
años, que hoy gracias a estas disecaciones constantes van
quedando en descubierto. Todo esto viene a probar,
una vez más, la teoría que acabamos de glosar; no es
extraño que mañana, cuando las aguas del Titicaca se
reduzcan a su más mínima extensión, se descubran ciu-
19 Posnansky Os indios Paumaris e Ipurimas. Seuse Costumes etnoló-
gicas. Pará, 1808, cita en la obra "Una metrópoli en la América del Sur".
24
EL LAGO,TITICACA
dades enteras que permanecen hoy sepultas en el fon
do milenario del mismo. Posnansky dice al respecto lo
siguiente: "Vense tangiblemente los edificios que el
Lago viene dejando al descubierto. A un par de kilóme-
tros del Puerto de Huaqui en un lugar denominado So-
pona, a orillas de la: Península de Taraco y en el sitio
llamado China-taraco, se pueden notar algunos de estos
edificios. Es muy probable que bajo las aguas del Lago
descanse aún un considerable número de restos y ves-
tigios de una antiquísima población" 20.
Variaciones anuales de su nivel
El nivel de las aguas del Lago varía constantemen-
te, especialmente entre el invierno al verano. La fu-
sión de las nieves que existen en las altas cumbres de
la Cordillera, en los meses de Diciembre a Marzo, y las
lluvias fuertes que caen en la región, determinan una
elevación del nivel del Lago, que unos años son más
acentuados que otros, volviendo a bajar en el invierno.
Naturaleza de sus aguas
El agua del Lago es clara, limpia y dulce, contiene
un porcentaje pequeño de carbonato de calcio, cloru-
ro de sodio, sulfato de sodio, calcio y un poco de sílice,
20 Posnansky, " Una metrópoli en América del Sur ", cap. 1, pág. 19.
25
WASHINGTON CANO
siendo por consiguiente perfectamente potable en ple-
no lago, como lo han demostrado los análisis que se
han hecho 21. Los navegantes indígenas la beben y se
sirven para cocer sus alimentos.
Color de sus aguas
En una profundidad superior a los 25 metros tie-
ne un color azul subido, añil, comparable únicamente
a la Costa Azul de Francia. Su tonalidad bella e incon-
fundible, llama la atención de los pintores, quienes
han trasladado al lienzo hermosos motivos que causan
la admiración.
21 Meilliére ha hecho el siguiente análisis:
Carbonato de calcio ........................... 0 gr. 018
Cloruro de sodio .............................. 0 „ 465
Sulfato (le sodio . ............................. 0 „ 255
Sulfato de postasio ............................. 0 „ 018
Sulfato de calcio .............................. 0 „ 195
Sulfato de magnesio ........................... 0 090
Sílice .......................................... 0 „ 030
Total ....................... 1 gr. 071
Raymondi ha hecho el siguiente:
Cloruro de sodio ............................. 0 gr. 0()055
Sulfato de calcio ............................ 0 „ 00022
Sulfato (le magnesio ......................... 0 00008
Sulfato sódico ............................... 0 „ 00009
Sulfato de potasio ........................... 0 „ 00001
Carbonato cálcico ........................... 0 „ 00001
Substancias minerales insolubles .............. 0 „ 00004
Total ..................... O gr. 00105
26
EL LAGO TITICACA
Transparencia de sus aguas
Las aguas del Lago son completamente transparen-
tes, se distinguen a la simple vista los peces que se en-
cuentran a 4 ó 5 metros de profundidad, y en los luga-
res de poco fondo se pueden distinguir las pequeñas.
conchas o batracios que reposan en el fondo.
Temperatura de sus aguas
La temperatura del agua del Lago es variable, en
un mismo día, así como en el verano e invierno y se-
gún la profundidad. Como término medio podemos
anotar que la temperatura en la superficie es de 12°;
a 50 metros de profundidad l l °6; a 100 metros 11 °5;
a 150 1l'1 y en el fondo del Lago 11 °2 22. En el invier-
22 Agazzin en su obra citada registra las siguientes temperaturas:
7 horas 40 a. m . ....................... 12°7
10 „ 15 „ „ ....................... 12°7
12 „ 30 p. m . ....................... l4°4
4 „ 30 .. .. ........... ..... 15°4
En la Bahía de Puno, las siguientes:
8 horas a. m . .......................... 16°
9 .......................... 15°
10 .......................... 15-
11 .......................... 12°6
12 „ m. .......................... 14°4
2 p. m . .......................... 14°5
3 l4°G
5 .......................... 14°4
6 „ .......................... 14°3
2T
t
WASHINGTON CANO
no, también es variable, desde los 11'16 hasta los 1001 23.
Muchas veces es mayor que la temperatura atmosférica.
La temperatura media, según A. F. Forel, del lago
de Ginebra, es de 12°1 y en el invierno llega hasta 6°2,
mucho más baja que la del Titicaca.
El fondo del Lago
Aunque todavía no se ha estudiado en forma am-
plia y científica el fondo del Lago, sólo tenemos que
referirnos a estudios parciales como los practicados por
Agazzin en determinadas circunscripciones, habiéndo-
se observado que en el Lago Grande o Chucuito, el
fondo es de un fango gris negruzco de un espesor con-
siderable, y en el Lago Pequeño o Huiñay-marca, es de
un fondo arenoso de color gris ceniciento 34
23 Neven Lemaire. Trabajo citado.
24 El Profesor Thoulet ha hecho el siguiente análisis del fondod l Le ago:
A 50 metros de profundidad.
Detenido por tamiz 200 (arena y restos
vegetales) 35 después de ácido y
Fi- f;- od
calcinación .... 13
Limo Limo calcáreo 41 ................. 65 después de ácido y
calcinación .... 3
loo
Limo no calcáreo después de ácido y calcinación ................ 13
Fango calcáreo ................................................... 59
Borra orgánica ................................................... 12
100
23
EL LAGO TITICACA
La cuenca del Titicaca
y del Aullagas o Poopó
Las cadenas de las cordilleras Oriental y Occiden-
tal que circundan a la meseta del Collao, tienen una
elevación que pasa de los 5.000 metros sobre el nivel
del mar, en cuyos picachos están las nieves perpetuas,
que sirven de fuente perenne para alimentar a los ríos
que descienden desde aquellas alturas y van cargándose
de agua en las quebradas y planicies, hasta llegar, con-
vertidos en caudalosos ríos, al Titicaca, como el Ramis,
el llave, el Coata, el Suchis y otros.
El Titicaca está alimentado por más de 25 ríos,
entre los cuales existen varios de curso constante y
otros de intermitente que sólo en el verano se cargan
de abundante agua.
Al Norte tenemos el río Ramis, el más caudaloso,
cuyo origen más remoto es el río Poto, que nace de las
lagunas del Ananea en la Provincia de Sandia y que
uniéndose con el Potoni y más adelante con el Nuñoa
y después con el San Antón, Orurillo y Asillo, forman
el Azángaro, el que a su vez se junta con el Pucará para
constituir el Ramis, que desemboca al Titicaca, junto
con el Huancané.
El Huancané tiene su origen en las alturas de Po-
ton¡ y Poto, de donde nacen varios riachuelos que se
unen con los de Ichupalla y Rosaspata y forman el
Huancané, que desemboca junto con el Ramis en el
Titicaca.
29
WASHINGTON CANO
Al Oeste el Coata, que se forma de la unión del
^Cabanillas, que nace de la laguna de Saracocha, y el
Lampa, que se forma en las alturas de Ocuviri y des-
emboca en el Titicaca, cerca del pueblo de aquel
nombre.
El Ylpa, nace de las alturas de Mañazo y alimenta
sus aguas con las que salen de la laguna Umayo, y cerca
del pueblo de Paucarcolla desemboca en el Titicaca.
Al Sudoeste el llave, que nace de las cordilleras
de Cacachara, donde se forman los ríos Titiri y Río
Blanco para formar el San Fernando o Aguas Calien-
tes, que se une con el Jacha-jahuira o Río Grande, el
que nace de las alturas de San Antonio de los ríos Mal-
co-amaya, Pichacani y Luripongo, los que a su vez al
unirse forman el llave, que desemboca en el Titicaca 25.
El Zapatilla nace de las alturas de la Hacienda ja-
ruma y después de un largo recorrido desemboca en el
lago, cerca del cerro Bebedero.
El río j uli o Salado nace de las alturas de Masocruz.
El Molino nace de las alturas de Vilcallamas.
El Pomata o Tanana o Quitacalzón se forma en
las alturas de Pizacoma y Huacullani.
El Chimbo nace de las alturas de Pomata.
El Ticaraya nace de las alturas de Ccapía.
El Qqueñuani nace de las alturas de Yunguyo.
En la costa Noroeste tenemos al Vilquechico, que
nace de las alturas de este nombre.
El Moho nace de las alturas de Rosaspata.
25 Vicente Jiménez. Apuntes geográficos del Departamento de Puno,
1924.
EL LAGO TITICACA
Al Este el Huaycho, que se forma en las alturas
de este nombre.
El Suchis nace de los riachuelos que se forman
en las alturas de Cojata, Ichupalla, Tasan¡ y Taru-
cani, y después de un largo recorrido desemboca en el
Titicaca.
Al Sur el Carabuco y el Ancoraymes, que nacen
de las alturas de estos nombres.
El Uquisaya, el Cansata y Chinchaya, que se for-
man en las alturas de estos nombres.
El Achacachi nace en las alturas de Huayna Potosí.
El Batalla, el Carrapata, el Sehuencea, el Puca-
rani, el Villaque y el Viacha nacen de las alturas de
estos nombres.
Y el Tiahuanaco nace de las alturas de este nom-
bre y desemboca en el Golfo de Tiahuanaco.
El río Desaguadero
Este es un notable río navegable por pequeñas em-
barcaciones especialmente en cierta época del año.
Nace del Lago Titicaca en su extremidad Sudocciden-
tal y se dirige al Sur, sirviendo de límite entre el Perú
y Bolivia por varios kilómetros. Tiene un recorrido
aproximado de 420 kilómetros y desemboca en el Lago
Aullagas o Poopó, después de recibir, por la izquierda,
los riachuelos Alaccota, Parina, Pontezuelo, Huallatiri
30 1 31
WASHINGTON CANO
y Salado y por la derecha, el Challahuari o Challa-ahui-
ra, el Ninqui, Caccallancani y Mauri.
Tiene su salida un ancho aproximado de 45 me-
tros y una profundidad de 12, siendo más adelante el
ancho medio de 20 metros y una profundidad de 6,67
metros. A poca distancia de su nacimiento están los
pueblos de Desaguadero (peruano y boliviano), dividi-
dos por un puente de madera y cemento que en su
parte media es levadizo, para dejar paso a las lanchas
que navegan en el mismo. Su corriente en época de
crecimiento es de 22 metros 73 cm. por minuto
A sus orillas se encuentran los pueblos de la Nazacara,
Vichaya, La Concordia, Ullorna, Callapa, Aroma, Chi-
lahualla, Kumo, La Barca, La joya, Burgillos y Roque
I3alsa.
El Lago Aullagas o Poopó
Este Lago =', formado por las aguas del Desagua-
dero y otros ríos pequeños, tiene cerca de 72 kilóme-
tios de largo por 36 de ancho, con una superficie de
2.790 kilómetros cuadrados. Recibe también los ríos
denominados Sorasora, Poopó, Urimiri, Tacacahua,
26 Los indios del Perú y Bolivia, por José Toribio Polo. Boletín
de la Oficina Nacional de Estadística de la República de Bolivia, 1910.
27 Aullagas, palabra aymará que quiere decir boca ancha. Introdiic-
ciún a la gramática Aymará por el Dr- E. W. Middendorf.
EL LAGO TITICACA
Panza y Filomena. Este Lago, cuyas aguas no tienen nin-
guna salida, se cree muy fundadamente que se insumen
en la tierra.
Las aguas son más salobres que las del Titicaca y
tienen en disolución mayor cantidad de sales y cuer-
pos en suspensión, lo que hace que no sea potable 28.
Puertos
Tenemos el de Puno, en la bahía de su nombre;
el de Juli, Pomata, Yunguyo, Zepita, Desaguadero; en
la Costa Noroeste Moho, Vilquechico, y entre los puer-
tos bolivianos tenemos a Copacabana, Guaqui , Huari-
na, Santiago de Huata, Ancoraimes, Achacachi, Cara-
buco y Puerto Acosta.
Golfos
En el Lago Grande denominado Chucuito existen
cuatro golfos principales: el de Puno, al Oeste; el de
28 Lemaire ha observado que mientras las aguas del Lago Titicaca
contienen 1 gr. 071 de materias minerales por litro, las del Lago Aullagas
tienen 23 gr. 456 de match ts minerales por litro y contienen 16.80 de
cloruro de sodio.
Ft
1I
33
32 1
WASHINGTON CANO
Ramis, al Noroeste; el de Achacachi, al Sudoeste, y el
de Copacabana, al Sur.
Bahías
Tenemos en el Golfo de Puno la Bahía de Pau-
carcolla; en el Golfo del Ramis la Bahía de Vilquechi-
co y Huancané; al Sur las bahías de Moho, Conima,
Huaycho, Escoma y Carabuco; en el Golfo de Achaca-
chi, al Sur, la Bahía de Santiago de Huata; en el Golfo
de Copacabana la de Yunyugo y Pomata, y en la Costa
Sudeste, la de Juli.
En el Lago Pequeño o Uiñaymarca tenemos las
bahías de Huarina, Kiriqui, Aygachi, Zepita y Taraco.
Penínsulas
Tenemos cuatro penínsulas importantes: la de
Capachica y Chucuito, frente a la Bahía de Puno, y las
de Copacabana y Achacachi, que forman el Estrecho de
Tiquina; aunque las dos primeras son consideradas por
algunos autores como puntas 29.
29 Estudio de N. Lemaire. Trabajo citado.
EL LAGO TITICACA
Puntas
Al Noroeste de la Península de Copacabana exis-
te la punta de Lampopaita. En la Costa Sudoeste están
las puntas o promontorios de llave y Juli; sobre la
Costa Noroeste las de Huaycho y Escoma, más al Sur
la de Kilima, y la de Condorlamani cerca de Santiago
de Huata en Bolivia. En el Lago Pequeño las de Chili-
laya, Carrapata y Taraco, avanzando esta última sobre
el Lago de Guaqui y dividiéndolo en dos partes.
Estrechos
El principal es el de Tiquina, que divide al Lago
en dos partes y tiene una profundidad de 70 metros y
un ancho aproximadamente de 80 a 120 en su parte
más encajonada, siendo sus riberas casi cortadas a pico.
Después tenemos el de Titicaca, entre la Isla de su nom-
bre y la Península de Copacabana, el de Chucuito en-
tre las penínsulas de Capachica y Chucuito y el de
Amantani y Capachica, que se separan de la tierra fir-
me. En el Lago Pequeño tenemos el Estrecho de Garra-
pata, que comunica el Lago de Guaqui con el de Chi-
lilaya.
34 1 35
WASHINGTON CANO
Istmos
Sólo podemos mencionar el de Yunguyo, que une
la Península de Copacabana con la tierra firme, y el
de Capachica, que une la tierra firme con la punta de
la Península. La apertura de un canal en el Istmo de
Yunyugo facilitaría grandemente la navegación, por-
que acortaría mucho el viaje de Puno a Guaqui, que
en la actualidad tiene que hacerse por el Estrecho de
Tiquina y dar la vuelta por el Lago Pequeño hasta lle-
gar a Guaqui, punto desde donde parte el ferrocarril
a La Paz.
Islas e islotes
Existen en el Lago Grande 25 islas y en el Peque-
no 16, siendo en total 41, cuyos nombres son los si-
guientes, comenzando desde la Bahía de Puno: Esteves,
Romero, Blanca y Tayakiry; a la salida del Golfo de
Puno: Amantani y Taquila y entre ambas la Roca
Quisata; en el Golfo de Ramis: Apaca; a lo largo de la
Costa Sudoeste: San Bartolomé, Saco, Mauricio y Qui-
llata; a lo largo de la Costa Noroeste, en la Bahía de
Vilquechico: Huancané, Parity y Chikiwy; al Sudoeste:
Riveros, Conima, Huarupaya y Soto; en el archipié-
lago de Campanario: Campanario y Kanauma; al Sur:
EL LAGO TITICACA
Apinguela; entre el archipiélago de Campanario y la
Costa, el archipiélago de la Grange, cuyas islas princi-
pales son: Huilacota y Choquella; más adelante la del
Púlpito; en la extremidad de la punta de Huata el is-
lote de Conduriwy; en el Estrecho de Tiquina el islote
de Zuriuta y a la entrada, en el Lago Pequeño, dos pe-
ñascos; más adelante las de Ampura, Sicoya, Suani, de
Anapia, de Taquire, de Paco y los islotes de Cumana,
de Quehuaya, de Okeruny, de Kachilaya, de Mercedes,
de Parity, de Caña; en el Lago de Chililaya: la de Sojata;
al Norte y Sur de la punta de Chililaya dos pequeños
islotes, y al Sur de la Península de Copacabana, en el
Lago de Guaqui, la de Aputa.
La Isla de Esteves
Esta Isla, situada en la Bahía de Puno, frente al
Puerto de este nombre, a 4 kilómetros de la ciudad, ha-
cia el Noreste y próxima a la línea del ferrocarril a Are-
quipa, separado por un pequeño canal de tierra firme,
hoy unida por una calzada para dar paso a los automó-
viles por haberse construído en ella la Estación Cua-
rentenaria, para el ganado que ingresa al territorio.
Su nombre data de la época de los repartimientos
virreinales por haber sido adjudicada al español Este-
ves, quien la dejó a su hijo don Manuel Ruperto Es-
teves, padre del escritor puneño don Luis Esteves, Di-
36 1 37
WASHINGTON CANO
rector que fué del periódico "El Nacional", de Lima.
Es notable porque en las postrimerías del virreinato
estuvieron en ella detenidos los patriotas, hechos pri-
sioneros en la Macacona, en Torata, en Moquegua, en
las fortalezas del Callao, cuando la traición de Moya--
no, y en Zepita, antes de la victoria de Chuachua. Es-
tuvieron detenidos, entre otros, el General don Rude-
cinco Alvarado, que comandó las fuerzas patriotas en
Torata, 1Ioquegua, y que después fué Gobernador de
la Fortaleza del Callao, quien fué apresado por Moya-
no; don Miguel del Carpio, Coronel don Francisco
Deustua, Coronel don Ignacio Morote, Coronel don
Manuel Laiseca, Coronel don Agustín del Solar, Coro-
nel don José Y. Dulanto, Coronel don José Yraola y
los jóvenes subalternos julio Molina, Rufino Echeni-
que y Manuel Guarda, los que por su corta edad se
los dejó en libertad 30.
El 24 de Diciembre de 1824 se supo en Puno el
triunfo en Ayacucho de las armas patriotas y el pueblo
en masa batió a la guarnición que custodiaba la Isla,
habiendo fugado el Intendente Gárate a Tacna. Se pro-
clamó como Jefe Militar de la Plaza al General Alva-
rado y se nombró como Primer Intendente al doctor
Pedro Miguel de Urbina.
Un obelisco levantado en 1863 por el pueblo de
30 El año cle 1860 las personas antes indicadas presentaron al Con-
greso un solicitud indicando haber estado prisioneros en la referida Isla
por la causa de la independencia y pidiendo se les reconociera estos
derechos. Cita hecha en el art. "E] Profesor Orton y el islote (le Esteves",
por el Dr. Aleja ndro Cano, publicado en el Pueblo de Arequipa el 22 de
Setiembre de 1921.
EL LAGO TITICACA
Puno, siendo Prefecto en ese entonces don Manuel Mo-
rote, hijo del Coronel Ignacio Morote, prisionero de
dicha Isla, recuerda el patriotismo de los que lucharon
por nuestra independencia, y estuvieron detenidos en
la misma.
En ella están enterrados los restos del profesor
americano James Orton, quien recorrió Los Andes
ecuatoriales y el Río Amazonas en 1867, como jefe de
la expedición científica formada en Washington por
la Smithsomion. Hizo una segunda expedición al Pará,
Amazonas y el Titicaca en 1873. La tercera a la Región
del Beni en Bolivia en 1876, donde, en compañía del
profesor Heath, recorrieron 600 millas sobre tupida
montaña, sufriendo los rigores de la inclemencia de la
región, habiendo descubierto los ríos que hoy llevan
sus nombres.
Orton regresó a la ciudad de La Paz atacado del
beri-beri, continuando su viaje a Chililaya, y no encon-
trando a uno de los barcos que hacían aquel recorrido,
obligado por su enfermedad, viajó con dirección a Pund
en la goleta velera "Aurora", falleciendo a bordo de
dicha goleta el 25 de Setiembre de 1877 31. Los alum-
nos y profesores del Colegio de Vassar, en Estados Uni-
dos, donde fué profesor desde 1869, le han erigido en
la Isla un obelisco que perpetúa su recuerdo. (Lá-
mina III.)
31 Alejandro Cano, art. citado.
38 1 39
WASHINGTON CANO
La Isla de Taquila
Esta se encuentra a la entrada del Golfo de Puno,
hacia el Sur, tiene una dimensión de 5.700 metros de
largo por 2.200 metros de ancho, teniendo un área
aproximada de 12.540 metros cuadrados.
Su nombre lo ha tomado del dueño o encomen-
dero que la tuvo. Se refiere que Pedro González de
Taquila la sacó en remate por 200 pesos fuertes
Su clima es más suave que el resto del Altiplano,
lo que favorece a la agricultura . Se observan en la Isla
los andenes en las faldas de los cerros , construidos, aho-
ra miles de años, con el objeto de aprovechar hasta el
máximum la tierra de cultivo.
La Isla ha sido desde la época de la Colonia desti-
nada a prisión, lo que también ocurrió durante la Re-
pública, hasta el año 1923. En ella estuvieron como
presos políticos : el General Luis M. Sánchez Cerro,
que fué en 1931 Presidente Constitucional de la Repú-
blica; el Comandante Gustavo Jiménez, y, últimamen-
te, el Mayor Santiago Caballero, asesinado en 1923, en
circunstancias en que se dijo pretendía fugar.
Existen una cantidad de viviendas de las primiti-
vas culturas aymaras, hechas de piedra con techo de
lajas o piedras planas, un tanto inferiores a las que se
ven en la Isla del Sol y de la Luna.
32 Enailio Romero. Monografía del Departamento de Puno.
EL LAGO TITICACA
La Isla del Sol o Titicaca
Se encuentra en el Lago Pequeño o' Huiñaymar-
ca, en territorio boliviano, próxima a la Península de
Copacabana. Está a los 16°l'22" de longitud Sur y
69°15'8" de longitud Oeste de Greenwich. Es la más
grande que existe en el Lago. Se la llama también por
los indígenas Aymartani. Todos los indígenas habitan-
tes de la Isla son colonos de las dos únicas fincas exis-
tentes en la Isla: Yumani y Challa.
El clima es mucho más suave y templado que el
resto del Altiplano, gracias a los beneficios del Lago que
la circunda y protege contra las heladas, que son él
flagelo de la agricultura en esta región. Por esta cir-
cunstancia especialísima del clima de las islas, existe en
ella una rica y abundante vegetación propia de los cli-
mas templados. Se produce el maíz y hay árboles fru-
tales y gran variedad de legumbres, así como el trigo,
papas, ocas y variedad de hermosas flores.
En esta Isla se desarrolló la cultura aymará precur-
sora de la quechua y en ella están hasta hoy los monu-
mentos que presidieron a los de Ollantaytambo, Sac-
sayhuaman, Pissac, Cuzco y otros. Para estudiar la ar-
quitectura preincaica hay que partir de los monumen-
tos existentes en esta Isla y en los de la Luna, Soto y
Taquila, y se encontrará el desarrollo gradual, sin in-
terrupción de continuidad, de la arquitectura preco-
lonial.
Lo que se admira en esta Isla, así como en las
40 1 41
WASHINGTON CANO
demás del Lago, es la existencia de los andenes o pla-
taformas artificiales, construidas en las faldas de los
cerros, con el objeto de aprovechar la tierra para el
cultivo. Una disposición de canales servía para llevar
el agua desde sus -vertientes a los andenes.
Entre los monumentos existentes en ella, está el
palacio llamado Pillkokayna 33, construído de piedra
pequeña a semejanza de las pircas de los Incas, de tres
pisos, con puertas de estilo incaico, el techo con lajas
o piedras planas sobrepuestas unas sobre otras, sobre-
saliendo las superiores a las inferiores, hasta cerrar la
bóveda. (Lámina VIII.)
De esta clase de construcciones debieron existir
muchísimas en la Isla; hoy sólo quedan restos, obser-
vándose entre otros, el templo del Sol, el jardín del
Inca, la chincana o Palacio de las escogidas que ren-
dían culto al Sol, y otros.
También existe la piedra llamada Titicala, de la
que posiblemente se deriva el nombre de la Isla y
del Lago. Esta, según describe Posnansky, "es una
roca plana, de color rojizo anaranjado, que tiene una
inclinación casi vertical y cuya base está azotada por
las aguas del Lago. A simple vista distínguese en su
superficie una figura gigantesca semejante a la de un
animal felino, destacándose con claridad la cabeza, el
ojo y cuatro patas, que sostienen un cuerpo con pin-
tas; conjunto que tiene por causa la sinuosidad y colo-
ración naturales de la roca, que en otro tiempo fué
33 En aymará: Lugar de descanso del Pilco, pájaro de la regiún.
EL LAGO TITICACA
sin duda retocada por los sacerdotes u otros, para lo-
grar la figura casi exacta de un gato montés o un tigre
tití, con el fin de darle un carácter sagrado o simbó-
lico, convirtiendo la Isla en un magno y venerado san-
tuario de peregrinación" 34.
La Isla de Coatí o la Luna
Próxima a la del Sol está la de Coatí, mucho más
pequeña, situada a los 16°2'58" de latitud Sur y
69°6'27" de longitud Oeste de Greenwich.
En esta Isla se observan los andenes, clima y vege-
tación similar a la del Sol, con la diferencia que sus
monumentos están mejor conservados. Entre éstos te-
nemos el Palacio de Yñakuyo 35 o templo de la Luna,
de piedra semipulida y techo con piedras planas su-
perpuestas unas sobre otras, sobresaliendo las superio-
res a las inferiores hasta formar la bóveda, igual a los
que existen en la Isla del Sol.
Llama la atención una pared de piedra, pulida,
de más de 2 metros de alto, semejante a las construc-
ciones incaicas del Cuzco. (Lámina IX.)
El Gobierno de Bolivia, desde hace muchísimos
años, la tiene como prisión.
34 Guía General ilustrada de Tiahuanaco e islas del Sol y la Luna,
1912.
35 En aymará quiere decir casa de las doncellas o íiustas. Posnansky.
Obra citada.
42 1 43
Flora
WASHINGTON CANO
La flora del Lago Titicaca y la del Aullagas es
abundante, especialmente en las riberas y el fondo del
Lago, próximo a las costas, donde existen la totora y
plantas acuáticas diversas que, desprendidas del fon-
do, flotan en la superficie, y que comúnmente se le
llama hacho, que sirve de alimento al ganado vacu-
no. Entre las plantas acuáticas tenemos las especies si-
guientes: Myryophyllum titicacense, azolla magalláni-
ca, casaba bonariensis, musineas acuáticas 38.
La totora
Llamada científicamente malacochaete totora, cre-
ce en las riberas del Lago y de las islas. Sus raíces se
desarrollan en la tierra fangosa cubierta por el Lago. Es
completamente blanca y nudosa. Su extensión varía
entre 50 y 80 centímetros de largo. El tallo, que per-
manece cubierto por el agua de cincuenta a sesenta
centímetros, es también blanco, y la parte que sobre-
sale, toma un color verde claro. Tiene una flor grana-
te llamada en aymara huaricolla. En las costas del
Lago existieron hace quince a veinte años verdaderos
bosques de totora llamados totorales, especialmente en
36 Lemaire. Obra citada.
44
EL LAGO TITICACA
la región de Puno, Huata y Capachica, pero las sequías
constantes que se sucedieron por varios años, hicieron
disminuir. las aguas del Lago, quedando en descubierto
los totorales, los que se secaron; recién por el aumento
progresivo de las aguas, nuevamente están formándose
nuevos totorales. En la época de esta sequía casi desa-
pareció la totora y -los indígenas no tuvieron ese ele-
mento para fabricar sus típicas balsas y hubo que sus-
tituirlas con los botes de madera a vela. (Lámina II.)
La totora ha sido ' y es un elemento necesario y
útil para el indígena que vive en las riberas del Lago
e islas. Desde épocas remotas sirvió de alimento, no
sólo para el ganado sino para los mismos habitantes.
La raíz conocida con el nombre de "saca", la come el
indígena, es dulce y agradable; el tallo blanco llamado
"chullu", también lo come y extraen de él el agua más
o menos dulce. La "saca" y el "chullu" tienen propieda-
des astringentes.
La totora sirvió y sirve a los habitantes de las ri-
beras e islas del Lago para hacer sus balsas, con las que
navegaron el Titicaca costeando el Lago o de isla en
isla, a fin de no surcar el centro del Lago que ofrece
peligro para las embarcaciones débiles por las tor-
mentas que, en determinados meses del año, se desen-
cadenan, formándose olas de más de un metro de alto.
Las embarcaciones, aunque no se hunden, son bati-
das por las tormentas.
Las balsas de transporte son por lo general de dos
metros y medió a tres metros de largo por uno de
ancho en su parte media. Su fabricación es sencilla:
45,
WASHINGTON CANO
dos enormes porciones de totora amarradas por cuer-
das de paja (phala) que terminan en punta, constitu-
yen el cuerpo de la balsa y sobre ella un rollete del
mismo material, en todo el perímetro, sirve de tope
para que los ocupantes no se caigan. Llevan una vela
hecha de la misma totora pasada con hilos de lana o
paja, sostenida por dos palos incrustados en la balsa en
forma de triángulo y que se llama achigua. Un palo
de tres metros de largo denominado lloquena, sirve
para hacer caminar la balsa apoyándose en el fondo
del Lago. Posteriormente se le ha adaptado un remo
en la parte de atrás con el que dando movimiento a
los lados facilita el desplazamiento. (Lámina l.)
La totora también la han usado los indígenas para
los techos de sus viviendas y en el hogar para usos do-
mésticos y aun para combustible cuando está seca. Hoy
sirve hasta para usos industriales: "las quesanas", que
son planchas de totora amarradas con cuerdas delga-
das de paja, con un ancho de dos metros por uno se-
tenta de alto, que sirven para los cielos rasos, tabiques
de pared y colchones; los "sejjes", quesanas dobles y
de más de tres metros de largo que, amarrados por sus
extremos, forman un cilindro y que parado sobre el
suelo, sirve para depositar dentro de él cereales y otros
víveres.
Los totorales donde las aves fabrican sus nidos le
dan un aspecto pintoresco y único al Lago, lo que en
ciertos lugares le sirve de un marco verde claro, con-
trastando con el color azul-añil de sus aguas y el ocre
o amarillo paja de sus próximos cerros.
EL LAGO TITICACA
Fauna
La fauna del Lago es relativamente pobre, como
lo manifiestan Pentland, D'Orbigny, de Castelnau y
Agazzin, quienes nos han dejado estudios importantes,
así como la última expedición The Percy Sladen Trust-
Expedición de 1939, pero hoy se ha acrecentado gra-
cias a la aclimatación de la trucha, que nos brinda un
campo interesante para la pesca, y más tarde para la
industria.
Fauna ornitológica
Entre las aves que anotan estos naturalistas tene-
mos: gaviotas; larus-serranos, chocas, patos y sarcetas;
Bernicla melonoptera, anas cristata, querquedula oxyp-
tera Q. puna; Prismatura ferrginea; colimbos y zambu-
llidores; Podiceps caliparcaeus, P. Rolandi, Tachibap-
tus dominicus, Centro-pelma micropterum; fúlicas;
Fulica andesiaca y fílica gigantea, aves frías, becasinas
y avocetas; Tringa Maculata, Ereunetes petrificatus,
Actitis macularius, Phegornis, Mitchelli, Gallinago an-
dina, Ricunvirostra andina, Nictycorax Gardini, Va-
llenus Resplendens, Oreophilus ruficollis; chorlitos e
ibis; Falcinellus Ridgway, Theristicus caudatus, diver-
sas especies de flamencos (conocidos en la región con
46 l ^7
WASHINGTON CANO
el nombre de pariguanas: Phaenicopterus ignipalliatus
y Ph. andinus) 37.
Fauna ictiol, gica
Los naturalistas la han encontrado sumamente po-
bre a causa de la elevación en que se encuentran los
lagos Titicaca y Aullagas, clasificando los peces existen-
tes en dos géneros: el del género Orestias, de la familia
de los Ciprinodóntidos, y el género Trichomycterus, de
la familia de los Silúridos. Entre estos géneros tenemos
al suche-Trichomycterus dispar tschudi; el mauri, es-
pecie extinguida; la boga Orestias Pcotlandi Cuvir, el
carachi Orestias Tschidi Cadelnau, el ispi Orestias
Aggan.
Las truchas
Estas no son oriundas del Titicaca, sino que han
sido importadas, las cuales se han adaptado perfecta-
mente y su existencia constituye hoy una riqueza enor-
me en el Lago.
37 Lemaire . Trabajo citado.
EL LAGO TITICACA
En el año de 1938, en la época del Gobierno del
Mariscal Oscar R. Benavides, se estableció en el pue-
blo de Chucuito del Cercado de Puno, en los terrenos
cedidos por don Marcos Pinazo, la Estación de Pisci-
cultura, conjuntamente con el Gobierno boliviano. Al
año siguiente se hizo la primera siembra de truchas
cerca de las islas de Taquila, Amantani y la Península
de Chucuito, de las ovas traídas de Estados Unidos, co-
rrespondientes a la clase cristivomer namaycuhs. En
1940 se trajeron ovas de Chile de las especies de río
denominadas Salmo faru y Salmo irideus, las que se
sembraron en los ríos de llave, Lampa, Cabanillas,
Azángaro y otros, del Departamento del Cuzco. En 1944
se constató la bondad de esta siembra al encontrar en
dichos ríos y en el Lago una cantidad apreciable de
truchas, las que se habían adaptado a las condiciones
climáticas de esta región, y hoy se puede afirmar que
su adaptación ha sido todo un éxito, encontrándose en
grandes cantidades, y que en el futuro la pesca de la
trucha se convertirá en una verdadera industria. En
los mercados de Puno, llave, Azángaro y otros lugares,
se expende la trucha.
En el río llave, en la sección de Huenke, Huay-
llata, Payrumani, Untavi y Chillihua, existe en gran
abundancia, y su acceso es fácil por existir la carretera
panamericana hasta el pueblo de llave, de do-..-.de se
desvía para los sitios mencionados, a los cuales se pue-
de llegar en automóvil en dos o tres horas.
En el Río Cabanillas y Azángaro existen también
lugares de pesca de truchas.
48 1 49
WASHINGTON CANO
Se ha encontrado que la generalidad de las tru-
chas pasan de sesenta a ochenta centímetros de largo,
habiéndose hallado ejemplares de un metro ocho cen-
tímetros, con un peso de treinta y tres libras 38.
La presencia de la trucha en el Lago ha hecho es-
casear la fauna ictiológica propia y se hace necesario
aclimatar otros peces pequeños, para evitar su desapa-
rición.
El Gobierno del General Manuel Odría por me-
dio de las dependencias del Ministerio respectivo, con-
tinúa aumentando la siembra de truchas en el Lago,
ríos del Altiplano y otros del interior de la República,
mediante las estaciones de Piscicultura de Chucuito,
Concepción y Santa Eulalia en los Departamentos de
Puno, Lima y Junín, respectivamente.
Batracios
Se ha encontrado una gran cantidad de batracios,
tanto en el Titicaca como en el Lago Aullagas o Poopó,
los cuales pertenecen a dos especies: Telmatobius pe-
ruvianos Wiegmann y Fufo spinulosus Wiegmann 39
38 Datos recogidos del Sr. Víctor Molina, que se encuentra al frente
de la Estación de Piscicultura y que trabaja en esa dependencia desde su
instalación.
39 Lemaire. Trabajo citado.
EL LAGO TITICACA
Moluscos
Existe una gran cantidad de moluscos, tanto en
el Titicaca como en el Aullagas, habiéndose clasificado
en nueve especies: Butimilus, Butimulus, Plasnobis, Pa-
ludestrina, Paludestrina poopoensis, Pyrgula, Aneylus,
Cyclas y Pisidrum 40
Su importancia climática
Fuera de su importancia geográfica, el Titicaca,
como uno de los lagos más altos del Mundo, enclavado
entre las cordilleras de Los Andes, con su flora y fauna
peculiar, con sus aguas transparentes y potables, con
sus ríos, islas, golfos y estrechos que le dan una peculia-
ridad única e inconfundible entre los de su género, te-
nemos que este Lago milenario, cuyo origen e historia
se pierden en la noche de los tiempos, sirve para atem-
perar el clima de esta meseta y la hace más suave, ha-
ciendo posible la vida del hombre y de los animales
que habitan esta región. De día, por efecto de los rayos
solares se calientan sus aguas más pronto que la tierra
y se opera una brisa del Lago sobre la tierra, brisa que
en las extensas pampas y laderas caldeadas por el sol,
40 Lemaire. Trabajo citado.
50 1 51
WASHINGTON CANO
suaviza el clima- que pudo ser ardiente y sofocante; en
cambio, en las noches, como el agua del Lago conserva
más el calor que la tierra, atempera el rigor del frío,
provocando una brisa de tierra hacia el Lago.
Importancia comercial
El Titicaca, como lo son todos los lagos, sirvió y
sirve de vínculo de unión entre los pueblos, facilitán-
doles la comunicación mediante la-s embarcaciones que
según los tiempos se han usado, desde la balsa primi-
tiva, hasta los barcos de gran calado que surcan majes-
tuosos sus aguas, dando así la impresión de navegar en
un mar Mediterráneo.
Esta navegación facilitó a los moradores de sus
riberas los cambios o trueques de sus productos y hoy,
merced al Lago, es posible el comercio con la Repú-
blica de Bolivia, facilitando la importancia de toda
clase de mercaderías que vienen destinadas a ella por
los puertos de Mollendo y Mataraui en el Océano Pa-
cífico.
Importancia cultural
Alrededor de los lagos y en las islas las culturas
primitivas se han desarrollado, por- encontrar en ellos
los elementos necesarios para la vida, conforme una
tendencia natural de todos los pueblos. Las primitivas
EL LAGO TITICACA
civilizaciones andinas pertenecen a los bordes y a las
islas de este gran Lago. El Titicaca es, pues, la cuna de
todas las civilizaciones precoloniales que han nacido
en Los Andes; descendiendo de estas alturas los hom-
bres se dirigieron a la costa y a los valles, llevando la
cultura amasada en estos parajes, en decenios de años,
donde aprendieron a cultivar la tierra, labrar la piedra
y fortalecer los músculos. Dominaron así las demás cul-
turas que vegetaban en los llanos.
La cultura de Tiahuanaco
Esta cultura parece ser la más remota que se des-
arrolló en el Altiplano del Collao. Los historiadores
aún no han desentrañado el problema de si esta cul-
tura tan adelantada, fué quechua o aymará 'Y
El doctor José de La Riva Agüero afirma que
Tiahuanaco ha sido la metrópoli del primer imperio
quechua y fundamenta su teoría en la gran propaga-
ción que alcanzó la lengua quechua por el Continente
Sudamericano, desde el Pasto, en Colombia, hasta los
límites meridionales de la actual Bolivia, siendo que
no ha podido propagarse sólo durante el período in-
41 Tiahuanaco, en aymara, según Belisario Cano, viene de las pala-
bras aymaras: Tiha-huafa-cota, que quiere decir lugar donde ha secado
el lago.
52 1 53
WASHINGTON CANO
caico, que fué relativamente corto; y supone que el
quechua comenzó a propagarse desde la época del
Tiahuanaco, cultura que denomina palio quechua,
muy anterior a la de los Incas 43.
Villamil de Rada, Middendorf, Martens, Uhle,
Patrón, José María Camacho, Posnansky y otros, consi-
deran a esta cultura como de origen aymara, cuya ci-
vilización se extendió al Continente Sudamericano en
forma amplia, dejando su recuerdo en los nombres de
lugares y pueblos donde hasta hoy se reconoce su ori-
gen aymara.
En cambio Belisario Díaz Romero y el autor de
este trabajo, creen fundadamente que la cultura de
Tiahuanaco, no fué quechua ni aymara, sino una raza
desconocida, a la que llama Díaz Romero: Los Antis,
que desapareció junto con la referida metrópoli, por
efecto de un gran cataclismo. Hace remontar esta cul-
tura a una época anterior a las de Egipto, Caldea,
China e India y se expresa en estos términos:
"Las primeras construcciones megalíticas de esta anti-
quísima metrópoli son contemporáneas del período
Carnaceano de Europa y ninguna ciudad, ningún pue-
blo, ninguna aldea primitiva, que sepamos, ha conser-
vado sus edificios sobresalientes, como la ciudad Sud
Americana y que date de aquel período prehistórico,
porque en la actualidad ni sombra de duda puede exis-
tir acerca de su antigüedad indiscutible sobre los aná-
logos monumentos de las Asiáticas civilizaciones que
42 La Historia en el Perú. Tesis para optar el grado de doctor en
Historia y Filosofía, 1910.
EL LAGO TITICACA
murieron en Caldea, China e India, etc. Egipto
mismo, en mucho anterior a ellas, es posterior aun
a la americana grandeza y magnificencia que irradió
desde Los Andes, sus luminosos destellos. El Illimani,
el Illampu, el Huayna Potosí, han contemplado los fe-
briles y ansiosos movimientos de un pueblo grandioso,
mucho antes, muchísimos siglos antes, que Menfis, Ní-
nive, Percépolis o Pekín, hubiesen pensado surgir en
la superficie de la Tierra, porque el abismo milenario
que nos separa de la cuna de Tiahuanaco, es inmen-
samente más profundo que el que ha sepultado aquellas
poblaciones" 43
Estudios de Posnansky y Díaz Romero, han de-
mostrado que en las capas de la corteza terrestre de
aquella metrópoli de Tiahuanaco se encuentran mez-
clados en confuso hacinamiento esqueletos humanos,
restos de animales, piedras talladas, objetos de alfarería,
herramientas, etc., etc., que nos revelan la acción devas-
tadora de una fuerza de destrucción que sepultó por
completo, en confuso desorden, todo lo que encontró
a su paso; y terminan afirmando que Tiahuanaco su-
cumbió por una inundación del Lago Titicaca 44
A nuestro juicio el origen geológico del Titicaca,
fué el cataclismo que sepultó y extinguió la vida en
Tiahuanaco, cuando esta metrópoli estaba en pleno
desarrollo, y de allí que hoy se observa en sus monu-
43 Belisario Díaz Romero, "Ensayo de Pre-historia Americana", capi-
tulo VII, pág. 7.
44 Posnansky. Guía general de Tiahuanaco, pág. 34.
54 1 55
WASHINGTON CANO
mentos, que muchos de ellos estaban aún en cons-
trucción.
La cultura Aymara
Es probable que muchos siglos después llegó a
esta parte del Collao la raza aymara: fuerte, guerrera,
de instintos feroces, provenientes del Sur; obligados,
tal vez, por la esterilidad y el cambio de clima de
aquellos lugares, que hoy los tenemos completamente
áridos, presentando las huellas de que en otra época
hubo abundante vegetación, coleo se ha constatado
en Tarapacá, Atacama y otros lugares 45. Se establecie-
ron a orillas del Titicaca por la hospitalidad del clima
y las ventajas que ofrecen los lagos para el desarrollo
y el sustento de los pueblos primitivos. Las islas del
Lago fueron los primeros lugares donde habitaron por
su clima más suave que el resto del Altiplano, donde
la vegetación es más abundante y las cosechas más se-
guras, a causa de las escasas heladas. En estas islas,
Amantani, Taquila, Soto, Coatí y la Isla del Sol o Ti-
ticaca, están los restos de sus antiguas viviendas hechas
de piedra ciclópea, sin pulimento, con su techumbre
de piedras planas, a semejanza de los antiguos dól-
menes celtíberos, pero de mayor proporción que
aquéllos.
45 José de La Riva Agüero. Obra citada, pág. 100.
EL LAGO TITICACA
La aymara por lo general es una raza fuerte, de
estatura mediana, la mitad superior del cuerpo es lar-
ga con respecto a las piernas, la caja torácica amplia,
la cabeza proporcionalmente grande, el cuello corto y
grueso, las piernas cortas con relación al resto del cuer-
po, los pies pequeños y carnosos, los dedos de los pies
cortos, el talón poco prominente, falta de obesidad,
el color es bruno, no cobrizo. Sus rasgos fisonómi-
cos son toscos, las mejillas anchas, la boca grande,
labios espesos, nariz maciza, ojos pequeños, la frente
corta, cabello negro, abundante y lacio, sin pilosidad
en la cara 's
El idioma aymara es rico en vocablos y giros,
capaz de expresar todos los estados de ánimo. Es de
fortísima pronunciación, especialmente en las gutura-
les y tiene predominio de la síncopa y la eliminación
habitual de las vocales en la conversación, declinación
y conjugación, lo que lo hace niás áspero e impositivo
que el quechua, que es más dulce y onomatopéyico.
La primera obra impresa en aymara, sin duda: el
catecismo en la lengua española y aymara del Perú,
impresa en Lima, en 1583, por orden del Concilio
Provincial de Lima y después en Sevilla por Bartolomé
Gómez, en 1604. Más tarde el Padre italiano de la Com-
pañía de jesús, Ludovico Bertonio, publicó en la ciu-
dad de Juli del Departamento de Puno, su Dicciona-
rio de la lengua Aymara, impreso por Francisco del
46 E. W. Middendorf. "Introducción a la Gramática Aymara". Tradu-
cida del alemán por Fy. Tamayo. Boletín de la Oficina Nacional de Esta-
dística de la República de Bolivia, 1910.
56
1 .57
Canto en 1612 ". El aymarólogo alemán E. W. Mid-
dendorf, publicó a fines del siglo pasado una Gramá-
tica Aymara, obra de gran importancia.
Una vez posesionados los ayunaras del Altiplano
del Titicaca, comenzaron sus conquistas, sometiendo a
su dominio a todas las tribus y naciones del Continente
Sud Americano. Este hecho está probado por los nom-
bres de lugares, ríos, montes, etc., t Idos ellos de proce-
dencia aymara.
Este mismo hecho de la toponimia, en muchos lu-
gares Ira servido para distinguir el origen étnico de los
fundadores de una población, como dice Middendorf
"todos los nombres de aldeas en Sajonia y Turingia,
que terminan en itz, son de origen eslavo, y lo mismo
sucede en Alemania del Norte con los terminados en
in y en ow" ". De idéntica manera tenemos en Amé-
rica nombres de procedencia ayunara, esparcidos en ca-
47 E. W. Middendorf, "Introducción a su Gramática Aymará". Obra
citada. Afirma además este aymarólogo que la primera obra ele Bertonio
fué su Gramática Aymará, impresa en Roma en 1603 y reimpresa en
Juli y que después de la edición de su Diccionario, escribió una adap-
tación aymará ele la sida, hechos y milagros de Nuestro Redentor jesu-
cristo, impresa en Juli por el mismo impresor Francisco del Canto en
1613 y que después de la impresión de sus obras, murió a los 73 años
de edad, en Lima, en 1628. El autor (le este trabajo tuvo ocasión de leer
en la Biblioteca Nacional de Lima, antes del incendio, este Diccionario
y en una de sus páginas encontró una anotación, firmada por el tradicio-
nalista don Ricardo Palma, en la que decía: que la imprenta de Francisco
del Canto, que funcionaba en Lima fué llevada a Juli, para imprimir
el Diccionario ele Berton io, quien a causa de su avanzada edad no
podía trasladarse a Lima. El autor de este trabajo ha po,ciclo uno
de estos Diccionarios, el cija] lo ha cedido a la Biblioteca Nacional, para
reemplazar al que se quernó, conjuntamente con el Diccionario Quechua
del Padre Olguín y la monografía de Azángaro, por el Dr. José Domingo
Chaquehuanca.
48 Middendorf. Introducción a la Gramática Aymará.
si todo el Continente Sur; así las. palabras que llevan
como sufijo o prefijo la partícula marca, que significa
pueblo o ciudad son netamente aymaras; tenemos:
Guañamarca, Acomarca, pueblo de Cangallo (Departa-
mento de Ancash); Agomarca, pueblo de Hualgayoc
(Dpto. de Cajamarca); Allpamarca, pueblo de Canta
(Dpto. de Lima); Alpumarca, aldea de Patás (Dpto. de
La Libertad); Ancomarca, pueblo de Aymaráes (Dpto.
de Apurimac); Andamarca, pueblo de Huancayo (Dpto.
de Junín); Anjasmarca, pueblos de Paseo y de Santia-
go de Chuco (Dpto. de Junín); Apumarca, aldea de
Cotabambas (Dpto. de Apurimac); Ayamarca, pueblo
de Castro Virreyna (Dpto. de Huancavelica); Auqui-
marca, pueblo de Cajabamba (Dpto. de Ancash); Ca-
lamarca, pueblo de Angaraes (Dpto. de Huancavelica);
Cápac-marca, distrito de Chumbivilcas (Dpto. del Cuz-
co); Caracmarca, aldea de Huamachuco (Dpto. de La
Libertad); Cara-marca, aldea del Dos de Mayo (Dpto.
de Huanuco); Cashuamarca, aldea de jauja (Dpto. de
Junín); Cocha-marca, distrito de Cajatambo (Dpto. de
Ancash); Colquemarca, distrito de Chumbivilcas (Dpto.
del Cuzco); Collamarca, aldea de Arequipa (Dpto. del
mismo nombre); Condomarca, pueblo de Huanuco
(Dpto. del mismo nombre); Cotamarca, aldea de An-
dahuaylas (Dpto. de Apurimac); Chacamarca, pueblo
de Andahuaylas (Dpto. de Apurimac); Chaypi-marca,
aldea de Huancayo (Dpto. de Junín); Chamarca, aldea
de Tarma (Dpto. de Junín); Chapi-marca, distrito de
Aymaráes (Dpto. de Apurimac); Chaupi-marca, pue-
blo de Pisco (Dpto. de lea); Chicaymarca, aldea de
0
58 1 59
WASHINGTON CANO
Castilla (Dpto. de Arequipa); Choquemarca, aldea de
Abancay (Dpto. de Apurimac); Chumarca, aldea de
Tarma (Dpto. de Junín); Chupa-marca, distrito de Cas-
tro Virreyn. (Dpto. de Huancavelica); Chusa-marca,
aldea de Puno (Dpto. del mismo nombre); Huajra-
marca, pueblo de Tayacaja (Dpto. de Huancavelica);
Huaman-marca, pueblo de Cangallo (Dpto. de Ayacu-
cho); Huancamarca, pueblo de Andahuaylas (Dpto. de
Apurimac); Huara-marca, aldea de Huaylas (Dpto. de
Ancash); Huary-marca, aldea de Chota (Dpto. de Ca-
jamarca); Jica-marca, pueblo de Huarochirí (Dpto. de
Lima); Lacana-marca, pueblo de Cangallo (Dpto. de
Ayacucho); Laramarca, pueblo de Castro Virreyna
(Dpto. (le Huancavelica); Llaco-marca, aldea de Santia-
go de Chuco (Dpto. de La Libertad); Llanca-marca,
aldea de Santa (Dpto. de Ancash); Mismarca, pueblo de
Parinacochas (Dpto. de Ayacucho); Mollomarca, aldea
de Paucartambo (Dpto. del Cuzco); Musucmarca, aldea
de Huari (Dpto. de Ancash); Nuñu-marca, aldea de
Chucuito (Dpto. de Puno); Ocsamarca, aldea de La
Mar (Dpto. de Ayacucho); Pata-marca, aldea de jauja
(Dpto. de Junín); Pariamarca, pueblo de Canta (Dpto.
de Lima); Paucarnarca, aldea de Patás (Dpto. de La
Libertad); Pitumarca, pueblo de Canchis (Dpto. del
Cuzco); Puncumarca, aldea del Cuzco (Dpto. del mis-
mo nombre); Quilcaymarca, aldea de Chumbivilcas
(Dpto. del Cuzco); Quillamarca, aldea de Chum-
bivilcas (1317 —). del Cuzco); Rutumarca, aldea de
Angaraes (Dpto. de Huancavelica); Lacsamarca,
pueblo de Huancavelica (Dpto. del mismo nombre);
EL LAGO TITICACA
Larumarca, aldea de Patás (Dpto. de La Libertad);
Ciromarca, aldea de Pomabamba (Dpto. de Ancash);
Sunimarca, aldea de Ayaviri (Dpto. de Puno); Tanta-
marca, aldea del Dos de Mayo (Dpto. de Huanuco);
Tintamarca, pueblo de Castilla (Dpto. de Arequipa);
Ucumarca, aldea de Tarma (Dpto. de Junín); Uchina-
marca, aldea de Huanta (Dpto. de Ayacucho); Uchu-
marca, distrito de Patás (Dpto. de La Libertad); Uma-
marca, aldea de Andahuaylas (Dpto. de Apurimac);
Yanamarca, pueblo de Jauja (Dpto. de Junín); Yura-
marca, pueblo de Huaylas (Dpto. de Ancash); Yurac-
marca, aldea de Chachapoyas (Dpto. de Amazonas);
Colquemarca, villa del distrito de Chumbivilcas.
La primera parte de muchos de los nombres ci-
tados es quechua; esto nos demuestra que esta cultura
se aprovechó del nombre aymara de Marca para ante-
ponerlo al de su lengua.
Middendorf nos da otra palabra aymara: Chuqui,
que significa oro, porque proviene de choque, como
Choquepampa, Chuqui-marca, Chuqui-mayo, Chuqui-
pujio, Chuquicanta y otros. Tenemos además estos
otros nombres: Choque, aldea de Bolognesi (Dpto. de
Ancash); Choquec, aldea de Condesuyos (Dpto. de
Arequipa); Choqueca, pueblo de Cotabambas (Dpto.
de Apurimac); Chucuito, pueblo del (Dpto. de Puno);
Choquela, aldea de Puno (Dpto. del mismo nombre);
Choquemarca, aldea de Abancay (Dpto. de Apurimac);
Choquemacutimbo, aldea de Puno (Dpto. del mismo
nombre); Choquepifia, aldea de Azángaro (Dpto. de
Puno); Choquetac, aldea de La Mar (Dpto. de Ayacu-
60 1 61.
WASHINGTON CANO
cho); Choquetira, aldea de La Convención (Dpto. del
Cuzco).
También nos dice Middendorf, que los nombres
que terminan en la sílaba hua, deben considerarse co-
mo aymaras, porque esta sílaba se usa en este idioma
con extraordinaria frecuencia como sufijo y nos cita
los siguientes nombres: Moquehua (Moquegua), Pi-
sahua (Pisagua), Pisihua, Andahua, Arahua, Pallahua.
Ahora, fijándonos en los nombres aymarás que se
encuentran aislados, hallaremos toda una infinidad
que vendrán a corroborar nuestra aseveración: que la
raza aymará, tuvo una dominación bastante extensa
en el Continente. En Bolivia llegó hasta el Lago Aulla-
gas, cuya palabra corno hemos visto es aymará. Tam-
bién el nombre de la Provincia Chayanta y el antiguo
nombre de Sucre, que era Chuquisaca son de proce-
dencia aymará; el primero significa estaño y el segun-
do, que viene de Chokesaka, significa barranco de oro.
Tenemos también los nombres aymaras de ciudades,
como Tarapacá, Arica, Moquegua, Yunguyo, Pomata,
Zepita, Arequipa y otros.
Trasmontando los límites peruanos, encontramos
al Norte algunos nombres cuya procedencia es aymará,
pues, el mismo Middendorf quedó sorprendido al en-
contrar los nombres de Cundinamarca, Cobija, Iqui-
que, Aconquija en el Tucumán y Aconcagua en Chile.
Como acabamos de ver, un gran número de nom-
bres aymarás encontramos en esta parte del Continente
Sud, que muy a las claras vienen probándonos la gran
extensión que llegó a tener la civilización aymará.
62
EL LAGO TITICACA
El historiador boliviano Bautista Saavedra, al en-
contrar este sinnúmero de nombres aymarás en toda
esta parte, del continente, se expresa así: "asimismo es
muy sugestivo que las grandes montañas de Los Andes
se designen con nombres aymaras: el Illimani, Illampu,
(Ancocuna) Karkajake (el Huayna-Potosí), Chachaco-
mani, Mumurata, Sajama. Si la civilización incaica hu-
biese sido la única, aquellas gigantescas montañas, so-
berbias moles blancas, no llevarían nombres aymarás.
Si ella hubiese sido más intensa y duradera que el
aymara, habría ahogado, con la riqueza de sus vocablo3,
con la delicadeza de sus giros y de sus imágenes, sus
nombres primitivos que han pasado hasta nosotros.
La difusión geográfica de una lengua, nos de-
muestra que una civilización a cuyo servicio se hallaba,
se extendió por lugares donde estampó su huella im-
perecedera. Si en el siglo XX encontramos en Ingla-
terra una ciudad, río o región que encierre en su
nombre un origen latino, no habrá menos que con-
cluir que los romanos o la civilización latina llegó hasta
allí. Igualmente si en el siglo XXX los exploradores y
arqueólogos de ese entonces encontrasen en el Polo
Sur, en el Cabo o en Australia nombres de filiación in-
glesa, la inducción no se haría esperar, tendrían que
aceptar que antiguos viajeros y audaces exploradores
que hablaban su idioma (el inglés), uniendo la gloria
al interés, habrían excursionado hasta tales confines,
dejando huellas de su permanencia y dominación, fun-
63
1
WASHINGTON CANO,
dando colonias y ciudades, así como los Tirios y Feni-
cios hace tres mil años fundaron las suyas".
Otra de las culturas que vivió y se desarrolló a
orillas del Titicaca es la de los Urus, que despierta mu-
cho interés para su estudio, por- presentarse como una
cultura primitiva.
Los Urus
Los primeros cronistas que recorrieron esta re-
gión del Titicaca a raíz de la co-mquista, encontraron a
orillas del Desaguadero e islas próximas, a una raza de
rudos indígenas, huraños, de costumbres primitivas,
que habitaban en humildes chozas de totora y vivían de
la pesca, que huían del contacto con otros hombres que
no fueran de su raza, que hablaban un dialecto áspero
y fuerte y a los que se les denominaba Urus.
La palabra Uri en ayrnara significa indómito, chú-
caro, bravo, según Toribio Polo -0 y para nosotros hura-
ño. Es posible que por el carácter reservado que tenían
estos indios se les diera este nombre.
Estos habitaban en las proximidades del río Desa-
guadero y Lago Aullagas, en los sitios denominados:
Yruita, a doce kilómetros del Desaguadero; Sojopata a
49 Bautista Saavedra, "El ay11u", pág. 75.
50 José Toribio Polo. Indios Urus del perú y Bolivia. Inserto en el,
Boletín de la Oficina Nacional de Estadística de Bolivia, 1910.
EL LAGO TITICACA
cinco kilómetros del pueblo peruano del Desaguadero;
Simiñaque una isla a seis kilómetros del Desaguadero
peruano; Ancoaqui (hombre blanco), en la orilla iz-
quierda del Desaguadero, a veintitrés kilómetros del
curso de este río y a un kilómetro de la desembocadura
del río Ninqui; Ahuallamaya a veinte kilómetros de
Ancoaqui; Nazacara a sesenta y cuatro kilómetros del
origen del río Desaguadero.
Los cronistas Oviedo, el Padre Acosta, el Padre
Calancha, Bernardo Torres, Antonio Herrera, el Padre
Blas Balera, Garcilaso de La Vega, el Padre Cabos y
otros, los describen como una raza torpe, nómade, de
instintos feroces, que constantemente cambiaban de re-
sidencia, holgazanes y a la que los Incas habían puesto
como tributo el entregar periódicamente unas cañas
llenas de piojos; que vivían sobre sus balsas de to-
tora que ellos mismos fabricaban, alimentándose de la
pesca y de la misma totora. Modesto Basadre describe
la vida de estos indígenas diciendo: "Los urus han vi-
vido y siguen viviendo sobre balsas de totora muy
grandes, sobre las cuales habitan, abrigados por tolde
ras construídas de arcos de chajlla cubiertos de esteras
dobles de la misma totora. La chajlla es un mimbre
delgado que crece en abundancia en los lugares abri-
gados de la laguna; da una flor amarilla (mutumutu)
y produce una vainilla de semillas parecida a la del al-
garrobo.
Un primitivo fogón hecho de arcilla les sirve de
cocina; su alimento es el abundante pescado que con-
tiene la laguna, los innumerables pájaros que frecuen-
64 1 65
WASHINGTON CANO
tan sus aguas y algunas papas y quinua, que cambian
con los extranjeros, para ellos "los de tierra", que ha-
bitan esas comarcas. Los urus son indios en su configu-
ración y color aún más oscuro que el de los quechuas
y aymaras que los rodean y con quienes evitan enlaces
y relaciones. Visten de tejidos fabricados de sus manos
y con lanas, ahora de oveja, antes de llama, que sus
cambalaches les proporcionan. Los urus hablan un idio-
ma especial, con gran acopio de palabras de la lengua
aymara; siendo hoy muy difícil conocer si su lengua es
primitiva o un dialecto aymara, único idioma que se
habla en esos territorios"".
Toribio Polo los describe como de mediana esta-
tura, más bajos que altos, anchos de espaldas (regor-
detes) con brazos y piernas muy desarrollados y muscu-
losos, frente estrecha, pómulos salientes, color más os-
curo que los aymaras y quechuas, vigorosos de cuerpo,
un semblante sin vida que revela sus escasez de senti-
mientos e ideas. Indolentes, pasan sus días entre sus bal-
sas o los totorales o malezas del Lago e islotes, y cuando
cae la lluvia se guarecen en sus chozas de totora
Su lengua el uru, es de carácter aglutinante, lleva
una gran cantidad de palabras aymaras, es fuerte y
áspera y tiene un vocabulario limitado, por lo cual no
puede clasificarse como idioma, sino como un dialecto
muy poco conocido y estudiado.
Los urus a fines del siglo pasado eran ya poco
51 "Riquezas peruanas", Lima, 1884, pág. 201. Cita por José 'I'oribio
Polo. Trabajo citado.
52 José Tori bio Polo. Trabajo citado.
EL LAGO TITICACA
numerosos y en la actualidad es posible que sólo
exista un pequeño número de familias en las ribe-
ras del Desaguadero, en los lugares antes mencio-
nados. Muchos de ellos conservan las costumbres de sus
antepasados de vivir en sus balsas o islotes flotantes de
totora, alimentándose de la pesca y del acopio de víve-
res que hacen periódicamente. En la Bahía de Puno,
en los islotes flotantes de totora que existen frente a
Chimu, Huata y otras secciones, en ciertas épocas del
año, penetran grupos de indígenas, con el propósito de
dedicarse a la pesca y alimentar a su ganado porcino y
tienen que verse obligados a llevar una vida que re-
cuerda a los antiguos urus, viviendo en chozas de to-
tora y alimentándose de la pesca. A estos indígenas
quechuas o aymaras, frecuentemente se les visita, en
dichos lugares, y se les denomina con el nombre misti-
ficado de urus.
Los Lupacas y Pacases
En la costa Sudoeste del Titicaca, en la región de
Juli hasta el Desaguadero, vivía una tribu de indígenas
llamados Lupacas y al frente de éstos, otra de indíge-
nas denominada Pacases, que pronto fueron sometidos
por los aymarás, tomando de éstos sus costumbres. Ha-
blaban ambas tribus el dialecto de los Pacases, hoy casi
desconocido.
66 1 67
WASHINGTON CANO
Cultura Quechua
La cultura de los quechuas o del Imperio Incaico,
tiene como cuna el Lago Titicaca. La mítica leyenda de
Manco Cápac y Mama Ocllo, que los presenta saliendo
de las aguas de este misterioso Lago, lo confirma. Esta
pareja, hijos del Sol, hermanos y esposos a la vez, fue-
ron mandados por su padre para civilizar a los pueblos,
con el encargo de fundar un gran imperio, en el lugar
donde se hundiera la barretilla de oro que les entregó.
Cumpliendo el encargo llegaron hasta las faldas del
cerro Huanacaury y en dicho lugar se hundió la barre-
tilla, fundándose la Capital de ese gran Imperio: el
Cuzco.
Recordando los Incas su pasado, rindieron culto y
veneración a este Lago, al que consideraban como sa-
grado y le denominaban: Mama ccocha.
La cultura quechua se extendió a gran parte del
Continente Americano desde el río Ancasmayo en el
Pasto (Colombia) al río Mauli (Chile), desde el Océano
Pacífico hasta las montañas impenetrables del Brasil y
se desarrolló su cultura con caracteres inconfundibles
por su pujanza y adelanto, en la agricultura, ganadería,
arquitectura, cerámica, artes y su organización social,
adquiriendo un desarrollo tan notable, que se asemeja
a las antiguas civilizaciones orientales de Egipto, Cal-
dea, Asiria y otras.
Como recuerdo tenemos los soberbios monumen-
tos incaicos del Cuzco, que nos hablan elocuentemente
del pasado grandioso de aquella civilización.
68
EL LAGO TITICACA
La navegación
Los habitantes de las orillas e islas del Lago Ti-
ticaca, utilizaron la balsa hecha de totora, como la pri-
mera embarcación con la que surcaron sus aguas, por
espacio de muchos siglos.
Más tarde, en la época Republicana, el gobierno
del Gran Mariscal don Ramón Castilla, en 1862, man-
dó construir en Inglaterra dos buques de guerra: el
"Yavari" y el "Yapura", que estuvieron destinados pri-
mitivamente a la flota fluvial del Amazonas y poste-
riormente fueron destinados al Lago Titicaca, desem-
barcándose estos buques desarmados en el Puerto de
Arica el 17 de setiembre de 1863; llevados por ferro-
carril a Tacna, desde donde se los trasladó a esta
ciudad a lomo de bestia 63, fué por lo tanto muy di-
fícil y penosa su conducción. Siete años después, el 25
de diciembre de 1870 se lanzó al agua el vapor "Ya-
vari", habiendo hecho su primer viaje el 14 de junio
de 1871, siendo su Capitán el Teniente Primero Gra-
duado don Rómulo Espinar.
El 19 de marzo de 1872 se lanzó al agua el vapor
"Yapura", habiéndose probado su máquina el 2 de ma-
yo de 1873 y el 7 de agosto del mismo añó hizo su
primer viaje a los puertos de Yunguyo y Copacabana,
con su Capitán de corbeta don Manuel M. Melgar.
53 Datos proporcionados por el Comandante Antonio Rodríguez Re-
vich, citado en el artículo "Historia de la Navegación en el Lago Titicaca",
por el Sr. Zacarías Zúñiga, publicado en el Albura de Puno, 1937.
69
WASHINGTON CANO
En 1877 se lanzó al agua la goleta "Aurora" y en
1888 se construyó el vaporcito "Don Juan", destinado
a la navegación en el río Desaguadero, entre el Puerto
de este nombre y Ancoaqui y Nazacara, con el objeto
de transportar cobre procedente de las minas de Coro-
coro, aumentándose después con otro buquecito de
iguales características.
A la Capitanía del Puerto de Puno se la dotó
de una lancha que fué denominada "Piérola", la que
en la actualidad ha sido separada del servicio por en-
contrarse en mal estado.
Los dos vapores, el "Yapura" y el "Yavari", fueron
entregados por el Estado a la Peruvian Corporation,
que tuvo también a su cargo los Ferrocarriles del Sur
del Perú y ésta mandó construir en Londres un nuevo
vapor más grande que los anteriores llamado "El Coya"
y una draga para preparar el canal que existe en la
punta de Chimu.
El 18 de febrero de 1892 fué lanzado al agua este
vapor, armado en los astilleros de Huaje, haciendo su
primer viaje el 9 de octubre de 1893.
La misma empresa, en vista del crecido movi-
miento de carga y pasajeros entre los puertos de Puno
y Guaqui en Bolivia, se vió en la necesidad de mandar
construir otro buque llamado "El Inca", en los astille-
ros de Inglaterra, de mayor capacidad que los anterio-
res, el cual llegó desarmado en 1905 y fué lanzado al
agua el 21 de febrero de 1906, habiendo sido su ma-
drina la niñita Julia Mostajo. El creciente movimiento
de transporte en el Lago obligó nuevamente a la em-
EL LAGO TITICACA
presa de los ferrocarriles del Sur y vapores del Lago, a
mandar construir un quinto vapor de mayor tonelaje
que los anteriores, en los mismos astilleros, de Inglate-
rra, al que se denominó "Ollanta", el cual llegó a
fines de 1930, comenzándose a armar en los astilleros
de Huaje, habiéndose lanzado al agua el 18 de noviem-
brei de 1932, haciendo su primer viaje el 29 de setiem-
bre del mismo año.
Posteriormente se ha traído una nueva draga pa-
ra atender el servicio que demanda el dragado de los
muelles y el canal de Puno.
Desde hace unos seis años existe, matriculados en
la Capitanía del Puerto de Putio, tina gran cantidad de
botes a vela, que pasan de ochenta, con los cuales se
atiende el servicio de pasajeros y carga con las islas
de Amantani, Taquilla y otras, así como con las penín-
sulas de Capachica y Chucuito.
Conclusión
Hemos descrito las características principales del
Lago Titicaca; nos hemos referido a su historia, a esa
historia hipotética sobre su origen y hemos afirmado,
que al formarse fué grande, mucho más grande de lo
que es hoy y que en el trascurso de los siglos va dismi-
nuyendo paulatinamente en extensión, hasta que lle-
gue el día que desaparecerá, como desaparece la vida
70 71
WASHINGTON CANO
de los seres que albergan sus aguas y de los hombres
que viven en sus riberas e islas_ El Titicaca es, pues,
algo viviente como dice Oscar Miró Quesada con todo
acierto. Permaneció por muchos siglos escondido en-
tre los riscos de Los Andes, brindando sus bellezas y
facilidades que ofrecen los lagos para la vida, a los na-
turales de la región. Hasta que llegaron a esta Meseta
los bravos conquistadores españoles, a cuyo espíritu in-
domable nada arredró: ni las abruptas y heladas regio-
nes del Ande; ni los desiertos sin fin de candentes e
inhóspitas arenas; ni la tupida y bravía selva. Todo fué
recorrido por estos gigantes del carácter.
Se afirma que el Capitán Illescas 64, uno de los com-
pañeros de Almagro en la expedición a Chile, se diri-
gió a estos parajes descubriendo este milenario Lago.
Más tarde, Hernando Pizarro con un grupo de
españoles lo surcó en frágiles embarcaciones, con el ob-
jeto de visitar sus islas, cuya fama en cultura y rique-
zas había llegado a oídos de los bizarros hispanos. La
empresa debió haber sido fuerte y temeraria. Costó la
vida de diez de los expedicionarios. Fueron las prime-
ras que, generosamente, las ofrendaron al navegar por
el sagrado Lago de los Incas ".
En el que se producen las tempestades mayores del
Mundo y los vientos fríos dominantes de N.E. y S. so-
plan con marcada intensidad, ocasionando bravezas de
sus aguas comparables con las del Mar. Navegantes y
54 "Diccionario Geográfico del Pcrú", Germán Stiglich, pág. 1059.
55 Emilio Romero. "Monografía del Departaniento de Puno", pá-
gina 491.
EL LAGO TITICACA
marinos de todos los mares, que han soportado los tem-
porales más fuertes en los más borrascosos como el
Caribe y otros y que jamás supieron de las molestias
del mareo, al surcar las aguas del Titicaca, por supues-
to, en malos temporales, que por felicidad son muy ra-
ros y sólo se presentan de vez en cuando, en los meses
de agosto a setiembre o enero a febrero, han experi-
mentado el desagradable malestar del mareo, ocasio-
nado no tanto por el movimiento desordenado de ba-
bor a estribor y de popa a proa que se produce en las
embarcaciones, sino por la altura en que se hallan con
relación al mar.
En él también se observan los celajes más variados
a la puesta del sol con una gama de colores indescrip-
tibles, desde el rojo fuego hasta el violeta subido, con-
trastando con la belleza única de sus amaneceres y so-
bre todo, su típica salida de sol, tras las cumbres ne-
vadas del Sorata e Yllampu, que, como una hoguera de
fuego envuelve el despertar del tranquilo Lago de azu-
ladas y trasparentes aguas, ofreciendo un soberbio es-
pectáculo que emociona el espíritu de quien lo ob-
serva desde las colinas del pintoresco pueblo de Copa-
cabana en Bolivia, que lo han hecho célebre en el
Mundo y cuya fama llegó a la vieja Europa y el autor
del Quijote consignó en su obra, este dato sobre esta
singular belleza.
En nuestros días hay entusiasmo en la Gran Na-
ción del Norte por presenciar este fenómeno y hemos
visto venir expresamente de Estados Unidos de Norte
América a muchos turistas con este exclusivo objeto.
72 1 73
WASHINGTON CANO
No menos la hay en sus noches y cuanto la luna platea
sus aguas con juguetona caricia y lo transforma en un
Lago encantado, corno lo sintieron y expresaron los
aymaras y quechuas en sus primitivas mitologías.
El Titicaca, por todos estos conceptos, es a no du-
darlo, por su formación, situación y altitud uno de los
más hermosos y notables del mundo.
74
Foto de A. Landaetta L A M 1 N A 1
Un remanso drdl lago, lleno de
bcll: za poesía
4
LA MINA 11
Ro tc's navegczndo en la bahía -<1e
Punir, al /0,14/o, la histórica isla
(ve /;stNt'es
LAMINA 111
A la izquierda , el obelisco levan-
tado por el Colegio de Vassar
(EE. UU.) sobre la tumba del
profesor James Orthon. A la de-
recha, el levantado por el pue-
blo de Puno en 1863 en recuer-
do de los patriotas de nuestra
independencia que estuvieron
detenidos en la isla de Esteves
Foto de J. J. Art;uedus
LAMINA IV
El vapor "Inca" saliendo del as-
tillero de "Huaje", al fondo, el
cerro "Cancharani", vigía de la
ciudad de Puno; a la izquierda,
el vapor "Yaraví"
LAMINA V
Indígenas construyendo sus típi-
cas balsas de totora
Foto de J. J. Arguedus LAMINA VI
Totora cariada de nuís de un
naelro d - alto con sin a flor gra-
nate> dan.onairaada Haareehalla,
loto de J. J. Arguedas L A M I N A V I I
Hermoso ejemplar de trucha de
1,10 mt. de largo con un peso
de 28 libras, pescado en el río
LAMINA ViIi
Palacio denominado Pillkokay-
r,a, en la isla del Sol o Titicaca.
LAMINA IX
Muro estilo incaico en la isla de
Coatí o la Luna
I N D I C E
Pág.
Prófugo 7
Situación Geográfica 11
Dimensiones 12
Profundidad 13
Si¡ forma 14
Haimología de su nombre 14
Nombres que tuvo el Lago 15
Su origen geológico 15
Teorías sobre su origen 16
Teoría marina 16
Teoría terrestre 18
Teoría volcínica 22
Variaciones anuales de su nivel 25
Naturi loza de sus aguas 25
Co'or de sus aguas 2 `i
Transparencia de sus aguas 27
'T'emperatura de sus iguas 27
El fon('o ('el Lago 28
La curnca del Titicaca y del Aullagas o Poopó 29
Pág.
El río Desaguadero 31
El lago Aultagz-s o Poopó 32
Puertos 33
Golfos 33
Bahías 34
Penínsulas 34
Puntas 35
Estrechos 35
ltsinos 36
lilas e islotes 36
La Isla Esteves 37
La Isla Tayuíla 40
La Isla del Sol o Titicaea 41
La Isla dei Coati o La Luna 43
Flora 44
La Totota 44
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Las truchas 50
Batracios 50
Moluscos 51
Importancia cflu ^ ática 51
Ituporuucia cuutercial 52
Importancia cultural 52
La cultura de Tiahuanaco 53
La cu'tura A',niara 56
Los Uru; 04
Los Lupacas y Pacuses 67
La cultura Quechua 68
La Navegación 69
Concl usi íín 71
Uurhhinder el
tfy^COB KOHNERT
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Lago Titicaca

  • 1. EL LAGO TITICACA El más alto navegable del mundo EDICION MORENO- Argentina
  • 2. OBRAS DEL AUTOR. LAS CIVILIZACIONES PREINCAICAS EN EL ANTIGUO PÉRú. Tesis para optar el grado de Dr. en Historia, Filosofía y Letras, 1922. HISTORIA DE LOS LIMITES DEL PERO, 1925. ESTUDIO ANALÍTICO - DESCRIPTIVO, HISTÓRICO Y ARQUrrECTÓN.C.o ARQUITECTÓNICO DE LA CATEDRAL DE PUNO, 1952. ESTUDIO GEOGRÁFICO, HISTÓRICO Y SOCIOLÓGICO: DEL LAGO TI- TICACA, 1952. OBRAS INEDITAS LA RELIGIÓN EN EL IMPERIO DE LOS INCAS. LAS CHULPAS DE SILLUSTANI. EL TEMPLO DE ZEPITA. EL TEMPLO DE SAN GERÓNIMO DE ASILLO-
  • 3. PROLOGO Con frecuencia hemos oído hacer afirmaciones muchas ve- ces equivocadas sobre los distintos aspectos del Lago Titicaca; unas exageradas y otras deficientes, sobre su altura con rela- ción al mar, dimensiones, naturaleza y temperatura de sus aguas, profundidad, número y origen de sus ríos, condicio- nes de vida en sus islas y culturas que se han desarrolladla en sus riberas; generalizándose ya la especie, por supuesto, in- exacta, de que viven los urus en los totorales o islotes flotan- tes de totora próximos a la Bahía de Puna y otros lugares del Lago. Todo esto por la falta de un libro que proporcione el dato preciso y esté al alcance de todos, por su simplicidad y al mismo tiempo exactitud en sus datos respaldados por auto- ridades en la materia, que se han ocupado en forma seria del estudio de los diferentes aspectos del Titicaca. Esta circuns- tancia nos ha movido para escribir este libro con el cariño y conocimiento del que ha nacido y vive en sus orillas. Desde los primeros años de la conquista, el Virreinato y la República, el Lago ha sido visitado y admirado por los cro- nistas y estudiosos, quienes nos han dejado, sus relatos, des- cripciones y estudios parciales, destacándose entre ellos por ES PROPIEDAD DEL AUTOR RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS
  • 4. la seriedad de sus investigaciones ¡os de J. B. Pentland en 1828, Alcides d"Orbigny, en 1835, Francisco de Castelnau en 1850, H. A. Wedel en 1853, Ernesto y Alfredo Grandi- dier en 1861, Mariano Felipe Paz Soldán en 1861, E. G. Squier en 1868, Clemente R. Markham en 1862, Antonio Raymon- di en 1865, A lejandro Agazzin en 1876, Paul Marcoy, J. Min- chin, G. Ch.azvorth y Musters en 1877, C. Wiener en 1880, A. Tovar en 1891, Bandedlier en 1895, M. V. Ballivian en 1899, Martín Conway en 1901, La Puente en 1892, Eliseo Re- glus, M. Neven Lemaire en 1905, Vivien de Saint-Martin en 1908, Oscar Miró Quesada en 1919, Emilio Romero en 1923. La expedición The Percy Sladen Trust-Expedition en 1939 y muchos otros que escapan a esta lista. Estos estudios dispersos, publicados en revistas, periódicos y libros, muchos en edi- ciones agotadas y algunos que no han sido aún traducidos al castellano, cono pasa con los trabajos de la última expedición mencionada, hacen que la bibliografía sobre este aspecto, que parece abundante, sea difícil de tener a la mano, no obstante tratarse de un aspecto geográfico tan interesante y único como lo dice Vivien de Saint-Martin, que: el "Lago Titicaca, por su extensión, su altura y condiciones del lecho cerrado de que forma el reseruorio superior, es tul vez la napa de agua más notable del globo". Ojalá que este libro, que no tiene la pre- tensión de ser un trabajo completo sino un ensayo, llene la finalidad que ,anotamos. ESTUDIO GEOGRAFICO HISTORICO Y SOCIOLOGICO
  • 5. Situación geográfica El Lago Titicaca, el más alto y navegable del mundo, se encuentra en el Altiplano del Collao, en el Sud-este del Perú, en el Departamento de Puno y Nor-este de la República de Bolivia, entre las cordilleras Occiden- tal de Los Andes que viene de Chile y la Oriental de Bolivia, las que se unen al Norte formando el Nudo de Vilcanota en el Departamento del Cuzco. Este Lago milenario suspendido entre Los Andes, está a 3,919 metros sobre el nivel del mar 1. Una línea imaginaria que atraviesa el lago de S.O. a N.E. sirve de límite a ambas repúblicas. Está entre los 15 °20' y 16°35' de latitud Sur y entre los 70°45' y 71 '10' de longitud Oeste del Meridiano de París 2. Orientado de Noroeste a Sudeste. 1 Altura registrada en el mapa del Lago Titicaca de los Ferrocarriles del Sur del Perú. El Dr. Oscar Miró Quesada en su "Geografía Cientí- fica del Perú", consigna la altura de 3,914 m., Pentland consigna 3,914, Paz Soldán 3,914. 2 Situación indicada por el Dr. N. Neven Lemaire, traducida por el Dr. Belisario Díaz Romero. Folleto VIII, número 3 del 3 de Mayo de
  • 6. Dimensiones WASHINGTON CANO Tiene una extensión de 8,300 kilómetros cuadra- dros de superficie', siendo por consiguiente el lago más grande de América del Sur. Mide de largo 194 ki- lómetros, desde la desembocadura del río Ramis (Sa- nupe) hasta Aigachi y 65 kilómetros de ancho, desde la boca del río Juli a la playa de Carabuco'. Comparado con el lago de Ginebra en Suiza, es 9 veces más grande que aquél y 16 veces más pequeño que el Superior de la América del Norte. Es una realidad que las dimensiones del Lago vie- nen disminuyendo notablemente. Es posible que todas las lagunas diseminadas en el Departamento de Puno: Orurillo, Lagunillas, Salinas, Umayo, Arapa y otros formaron parte del Titicaca en época anterior, hoy sepa- rados por enormes distancias. El Dr. La Puente ' apoya- do en los estudios de Alejandro Agazzin, manifiesta que ha bajado enormemente el nivel del Lago, que antes 1910. Pentland registra la situación geográfica de 72°22'34 " de longitud Oeste y Juan Bergelend 15°50'30" de longitud Sur. El Dr. Ignacio La Puente dice en su estudio monográfico sobre el Lago Titicaca, inserto en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, años I y 11, que está en el paralelo 16 N.O. a S.E. entre los 15°59'17" de longitud Sur y 7l °35'12" de longitud Oeste de París. 3 Oscar Miró Quesada. Obra citada, pág. 100. Vivien de Saint-Martin anota 8,331 kilómetros cuadrados de superficie. 4 Ignacio La Puente. Estudio citado. La Misión Senech de la Grange indica una extensión de 160 kilómetros de largo y 60 de ancho. Raymondi, 180 kilómetros de largo por 65 de ancho. Markham , 160 kiló- metros de largo por 51 de ancho. 5 N. Lemaire. Trabajo citado. EL LAGO TITICACA comprendía hasta Juliaca y Pucará, formando un brazo hasta Santa Rosa de Ayaviri. Las llanuras que rodean el Lago es muy posible que fueran antiguamente fondos la- custres, como afirma el Dr. Carlos Parodi e. Cuando dice que el nivel era mucho más alto del actual, y calcula el desnivel en 50 metros, observando el depósito alu- vial que se encuentra en la punta de la Península de Chucuito (Luquina) y que Posnansky, Agazzin y Vi- vien de Saint-Martin, lo consideran hasta de 100 me- tros. Hace cuarenta años, las aguas del Lago cubrían la llamada pampa del Muelle, en la Bahía de Puno y hoy es zona cultivada. Es posible que en el futuro las aguas del Lago se reduzcan a una pequeña porción, que sólo sirva de recuerdo de lo que fué el Titicaca. Profundidad. Los estudios batimétricos hechos en el Lago Titica- ca' demuestran que existe una diversidad de profun- didades que varían según los lugares, desde los 20 me- tros hasta los 256, al Este de la Isla de Soto. En la Bahía de Puno la profundidad general es de 20 a 30 metros. Entre la Península de Capachica y la Isla de 6 Estudio sobre la cuenca del Lago Titicaca y su formación geológica, inserto en el Album de Puno, 1937. 7 Agazzin practicó sondajes en diversos lugares del Lago en 1876. Asimismo lo hizo charles Viener, explorador francés, quien afirmó haber encontrado profundidades hasta de 550 metros.
  • 7. Taquile hay profundidades hasta de 55 metros. Cerca de la Isla de Amantani, hacia el Norte, se han encon- trado profundidades de 123 a 185 metros y en el Es- trecho de Tiquina hasta de 70 metros. Su forma La forma del Lago es irregular, aproximándose a un ovoide bastante alargado. Las penínsulas de Copa- cabana y Achacachi, en Bolivia, lo dividen en dos par- tes, que se comunican entre sí por el Estrecho de Ti quina. La parte situada al Sudeste aproximadamente seis veces más pequeña que la otra, se le llama Lago Pequeño, Inferior o Uiñaymarca 8, y la situada al Nor- oeste, Lago Grande, Superior o Chucuito 9. Etimología de su nombre El Lago ha tomado el nombre de la Isla llamada Titicaca o del Sol, Inti o Aymartharu. En ella refieren que existió sobre una colina una 8 Uiñay marca que quiere decir en aymará Pueblo eterno. 9 Padre J. Vizcarra, "Copacabana de los Incas", La Paz, 1901. Esta obra reproduce la del Padre Baltazar Salas, que la escribió en 1696, de- dicada al Rey Felipe IV. 14 EL LAGO TITICACA piedra sagrada en la que había un felino de piedra;. otros- atribuyen haberse posado en ella un hombre blan- co a quien denominaron Con-Tecsi-Viracocha, quien les predicó sabias doctrinas. A esta piedra, en recuerdo, se le llamó Titicala o Gato de Piedra , según Manuel V. Ballivian ; Tecce-kaka o peña del cimiento, según Francisco Mostajo; Titi-caca, o piedra o montaña de plomo, según Garcilaso de La Vega ; y Tecsi-caca, u Ori- gen, fundamento de sus creencias, según Belisario Cano. Nombres que tuvo el Lago Según el Padre Vizcarra se le denominó también Tartaptattacotta que en aymará quiere decir lago for- mado por reunión de las aguas (Lago del cataclismo, según Belisario Cano) y Tarip-kota, Lago del juicio universal. Su origen geológico Varias han sido las teorías que se han formulado para explicar la formación geológica del Lago Titicaca, siendo todas ellas meras suposiciones basadas en sim- ples conjeturas, por lo que con razón dice el Dr. Os- 15
  • 8. WASHINGTON CANO car Miró Quesada que "si alguno nos pregunta cómo se ha formado el Lago Titicaca, tenemos que contes- tarle, si queremos decirle la verdad, que todavía no se sabe de modo cierto" '°. Teorías sobre su origen A dos grupos pueden reducirse las teorías que se han formulado acerca de la formación geológica del Titicaca: La teoría marina y la terrestre. Teoría marina Los sostenedores de esta teoría explican que el Titicaca es una porción de agua separada del océano, producida por diferentes circunstancias: así, para el Dr. Carlos Wiesse "La cuenca del Titicaca en los pe- ríodos de la formación geológica Andina, estaba cu- bierta por un inmenso mar mediterráneo. Las aguas de éste se detuvieron en su acumulación y aumentó, probablemente por la enorme evaporación que se rea- lizaba en su superficie, debido a circunstancias locales 10 Oscar Miró Quesada , "Elementos de Geografía Científica del Perú". pág. 104. EL LAGO TITICACA tales como la baja presión atmosférica, el fuerte calor solar durante el día y la fuerza de los vientos reinantes. A esto siguió el descenso de las mismas aguas, por cir cunstancias todavía no bien conocidas y el antiguo mar quedó reducido al gran Lago que hoy existe y otros pe- queños y el Aullagas" 11. Otro partidario de la teoría marina es el Ingeniero Posnansky, quien explica la formación geológica del Titicaca de la siguiente ma- nera: "Por la paulatina elevación del Continente Sud Americano sobre la superficie de los océanos , fueron suspendidos con él, en la región donde se halla actual- mente la gran meseta circundada por las cordilleras Real y Volcánica, grandes cantidades de agua marina que formaban inmensos lagos, con diferentes niveles, y que estaban aprisionados por estas mismas cordille- ras" 12. A esta teoría marina, que hasta hoy goza de más prestigio, se le hacen serios reparos, que los sostenedo- res de ella no han podido desvirtuar; así se ha dicho: ¿Por qué si el Titicaca, no es más que una porción de agua separada del mar, no, son sus aguas saladas? ¿Por qué no encontramos la misma fauna que en el mar o siquiera restos de ella, siendo por el contrario tan distinta? Algunos pretenden encontrar restos de fauna ma- rina, como el Ingeniero Posnansky, quien nos refiere que "hace varios años, cuando el autor se encontraba haciendo estudios y excavaciones en las islas del Lago, 11 Wiesse, "Geografía del Perú", cap. II, pág. 43. 12 Posnansky, "Una metrópoli prehistórica en la América del Sur", capítulo III, pág. 14.
  • 9. WASHINGTON CANO en una pesca organizada a la cual asistía, vio sacar en- tre las redes un hipocampo de forma y tamaño dege- nerado 13. Este soló ejemplar que se ha encontrado no basta para establecer una analogía con la fauna marina, pues, no es raro también que el hipocampo fuera oriun- do de la fauna del Titicaca. Lorenzo Sundt, quien ha hecho estudios serios sobre el Lago Titicaca, ha emitido la opinión de que los pocos y raros ejemplares que se encontrasen de fau- na análoga a la marina, han sido transportados por las aves. Teoría terrestre Los sostenedores de esta teoría explican que el Titicaca se ha formado independientemente del mar por diferentes procesos: Para el Ingeniero Reynaldo Enock, el Titicaca se ha formado así: "Las grandes cuencas longitudinales que resultaron al formarse los repliegues de las cordi- lleras, se llenaron de agua con la condensación de la humedad traída por los vientos alisios que se cargan de vapor de agua en el Océano Atlántico y que soplan a través del Brasil y del Perú oriental. Estas aguas pro- venientes de las lluvias, encerradas entre las cadenas 13 Posnanskv, Obra citada, capítulo III, pág. 20. EL LAGO TITICACA de Los Andes que rodean las depresiones del suelo, fue- ron aumentando y creciendo hasta que se desbordaron, fraguándose una excavación en los lugares débiles de los diques naturales que las encerraban. Habiéndose establecido de este modo el nivel permanente de las aguas, se formaron los grandes ríos que hasta ahora existen y que alimentan sus corrientes con la humedad depositada en forma de nieve y de lluvia sobre las su- midades de Los Andes que interceptan los vientos ali- sios. Un estudio de los valles de esos ríos pone de ma- nifiesto en muchos casos, los sitios en donde los líquidos naturales se rompieron al fin del período de los lagos. Así, por ejemplo, esto ha sucedido: para el Marañón, en el Pongo de Manserriche; para el Mantaro, en Iscu- chaca; para el Urubamba, en Manrique; para el Hua- llaga, en Aguirre. Ha quedado, sin embargo, una de estas grandes cuencas-lago, todavía intacta: la del Titi- caca. Este sistema nunca ha tenido una salida y sus aguas disminuyen únicamente gracias a la fuerte eva- poración de esa región, debido al calor solar y a la fuerza de los vientos. Las aguas de todas las otras gran- des cuencas han encontrado su salida hacia las llanuras amazónicas y forman un río común: el Amazonas 14. Esta teoría hace pensar, que para llenarse de agua as grandes cuencas que resultaron al formarse los re- liegues de las cordilleras, se han debido necesitar gran- es precipitaciones de agua y nada impide que este fe- ómeno completamente natural se repita en todo tiem- 14 Reynaldo Enock, "El Perú" cit por Oscar Miró Quesada en su, . bra "Elementos de Geografía Científica del Perú", pág. 104.
  • 10. WASHINGTON CANO po, ya que no es más que la condensación de la hume- dad arrastrada por los vientos alisios, que se cargan en el Océano Atlántico y que soplan a estas regiones, lo que no ha sucedido ni sucederá posiblemente. Otro partidario de la teoría terrestre es el Inge- niero Melo, quien explica la formación geológica del Titicaca del siguiente modo: "Es preciso recordarlo que en la mayor parte de las llanuras áridas del Perú, se encuentran manifestaciones superficiales de antiguos restos marinos, en los que no hay verdad. Bastante ge- neralizada está la especie de que la América toda ha emergido del seno del Océano. En cambio la hilada de fuentes de agua dulce, unas agotadas, otras permanen- tes, manifiestan de la manera más evidente, sin violen- cia, restos de una gran corriente de agua intempestiva- mente dislocada; por ejemplo: Orurillo, Ayupica, Cac- capi, Langui, Salinas, Umayo, Titicaca, Coipasa, La Sal y Cencis, próxima a las actuales vertientes de Loa, que en la red fluvial anterior pudo ser el término de un gran río en el Pacífico, en el caso de que este océano no avanzara sus aguas hasta los llanos de Coipasa. Resulta pues, que hace miles de años corría un río caudaloso y largo por lo que hoy es la altiplanicie del Titicaca. Este río venía del Norte, pasando por la la- guna de Langui en la provincia de Canas, en el Depar- tamento del Cuzco, se dirigía al Sudeste, siguiendo más o menos la dirección del ferrocarril del Cuzco a Puno: ahondando su cauce en la laguna de Orurillo en la Provincia de Melgar, del Departamento de Puno y en las lagunas de Caccapi, Salinas y Arapa en la Provincia 20 EL LAGO TITICACA de Azángaro en el mismo Departamento; continuándo- se en la laguna Umayo y el Lago Titicaca, en la Pro- vincia de Puno y en los lagos Aullagas y Coipasa, en Bolivia. Este río se comunicaba con el chileno Loa, por lo que son hoy las lagunas de La Sal y Cencis, desaguan- do en el Pacífico, después de haber hecho un recorrido de más de 1.350 kilómetros de extensión. La serie de lagunas diseminadas a lo largo del camino que acaba- mos de recorrer, son los restos de ese gran río; en el Lago Titicaca quedaron encerradas la mayor parte de sus aguas, al transformarse el antiguo río en las ac- tuales lagunas. En cuanto al modo como ese antiguo río se trans- formó en la serie de lagunas ya mencionadas y, sobre todo, en el gran Titicaca, se expresa diciendo que la Altiplanicie del Titicaca ha sufrido una serie de levan- tamientos y arrugamientos sucesivos que han modifi- cado profundamente el relieve del suelo. Entre estos levantamientos de la Altiplanicie del Titicaca hubo dos principales; uno al Norte del actual Lago, en las sierras del Nudo de Vilcanota, y otro al Sur, destacándose del Nevado de Chachacomani hasta Yunguyo, compren- diendo las sierras de las penínsulas de Achacachi y Copacabana, que entonces formaban una sola cadena, toda unida. Encajonando gran parte del antiguo río, entre esos dos levantamientos, entre esas dos verdade- ras represas naturales, el agua del río quedó estancada y convertida en el Lago Titicaca" la 15 hielo, "Historia de la Marina del Perú", tomo III. 21'
  • 11. WASHINGTON CANO Esta teoría ingeniosa no tiene fundamento cientí- fico en qué cimentarse, pues, al menor reparo que se le haga se viene por tierra; así diremos: ¿Por qué cir- cunstancias han desaparecido las huellas de aquel anti- guo cauce del río que corría por este Continente? ¿De dónde proceden aquellas aguas de aquel enorme y cau- daloso río, que formó el Lago Titicaca y las demás la- gunas que se encuentran en todas estas regiones? Teoría volcánica A nuestro juicio, el proceso de la formación geoló- gica del Titicaca ha sido volcánica. En el Istmo de Yun- guyo se encuentra el volcán Ccapía 16 que a la simple observación de los geólogos e historiadores que reco- rrieron aquellos lugares, lo han considerado como un volcán apagado, como lo dice Posnansky. Este volcán que para la generalidad ha pasado como un elevado y empinado cerro, presenta la forma de una montaña cu- yas faldas se prolongan a manera de alas extendidas; en la parte superior ofrece una gran hendidura que vie- ne a ser el cráter del volcán. Allí, en aquel cráter espacioso se encuentra un lago, de donde se desprenden 16 Ccapía, en aymará quiere decir peña horadada. 17 Estos riachuelos se denominan Qqueñuani, Choquechaca, Ccasa- rata , Sacasacani , Machacamarca , Kalacoto, Huayllani, Llaquepa, Cuturapí y Chiata jaqque. 22 EL LAGO TITICACA siete riachuelos que desaguan en el Titicaca 17., Este la- go se denomina Huarahuarani-ccota 18. Este volcán con estas peculiaridades que presenta, no es sino un volcán de agua que en una época lejana hizo su erupción. Semejante a este volcán se encuentra otro en el territorio de Bolivia, conocido con el nombre- de Aucca- ni, en cuyo cráter también se encuentra otro lago. Ahora, si atendemos a las capas geológicas de la meseta del Titicaca, veremos que al examen minucio- so que se haga de ellas, nos ofrecerán zonas completa- mente húmedas, donde a pocos metros de profundidad brota el agua. Todo esto nos prueba que en esta parte del Altiplano hay grandes corrientes o depósitos de agua, provenientes quizá de filtraciones del mar, que están en comunicación con los volcanes ya mencio- nados. Es posible que en una época lejana erupcionaran aquellos volcanes simultánea o sucesivamente a conse- cuencia de la gran presión de agua y por la gran can- tidad que se depositó bajo las capas geológicas, dando lugar a que se inundara la cuenca formada por las dos cordilleras, hasta el extremo de formar un gran lago que sepultó a todas las tribus y naciones que en esta parte del Continente se desarrollaban, como asimismo sepultó a la gran metrópoli de Tiahuanaco que se en- contraba en una época de gran florecimiento. Después 18 Huarahuarani-ccota en aymará quiere decir lago con estrellas. Se le llama así a causa del aparente reflejo y cambio de colores, que según la posición del Sol, ofrece a la vista. 23
  • 12. WASHINGTON CANO de esta hecatombe cuyas huellas y noticias se esparcie- ron a todo el Continente, como lo prueba la tradición folklórica del gran diluvio que se cumplió en estas re- giones y cuyas consecuencias llegaron hasta los indios Paumaris, situados en la orilla derecha del Bajo Purús, afluente del Amazonas, ocurrió como sigue, según ellos se expresaban: "Tuvo lugar una gran venida de agua de las serranías que hizo morir a la humanidad y sólo se salvaron de este gran diluvio los de nuestra tribu, porque acostumbrábamos edificar nuestras casas sobre balsas" 19 Posteriormente se operó la disminución del gran Lago, por efecto de la evaporación, quedando reducido al Titicaca y a pequeños lagos como Humayo, Laguni- llas, Orurillo, Ayupita, Arapa y otros. No es extraña la forma como explicamos el origen geológico del Titicaca porque no es un hecho singular ni único, que registra la Geología, ya que hay muchos otros lagos del Africa y Europa que se han formado de esta manera. A cada disminución del elemento líquido del Lago Titicaca, se añade un nuevo descubrimiento de ruinas labradas, que permanecieron sepultadas por miles de años, que hoy gracias a estas disecaciones constantes van quedando en descubierto. Todo esto viene a probar, una vez más, la teoría que acabamos de glosar; no es extraño que mañana, cuando las aguas del Titicaca se reduzcan a su más mínima extensión, se descubran ciu- 19 Posnansky Os indios Paumaris e Ipurimas. Seuse Costumes etnoló- gicas. Pará, 1808, cita en la obra "Una metrópoli en la América del Sur". 24 EL LAGO,TITICACA dades enteras que permanecen hoy sepultas en el fon do milenario del mismo. Posnansky dice al respecto lo siguiente: "Vense tangiblemente los edificios que el Lago viene dejando al descubierto. A un par de kilóme- tros del Puerto de Huaqui en un lugar denominado So- pona, a orillas de la: Península de Taraco y en el sitio llamado China-taraco, se pueden notar algunos de estos edificios. Es muy probable que bajo las aguas del Lago descanse aún un considerable número de restos y ves- tigios de una antiquísima población" 20. Variaciones anuales de su nivel El nivel de las aguas del Lago varía constantemen- te, especialmente entre el invierno al verano. La fu- sión de las nieves que existen en las altas cumbres de la Cordillera, en los meses de Diciembre a Marzo, y las lluvias fuertes que caen en la región, determinan una elevación del nivel del Lago, que unos años son más acentuados que otros, volviendo a bajar en el invierno. Naturaleza de sus aguas El agua del Lago es clara, limpia y dulce, contiene un porcentaje pequeño de carbonato de calcio, cloru- ro de sodio, sulfato de sodio, calcio y un poco de sílice, 20 Posnansky, " Una metrópoli en América del Sur ", cap. 1, pág. 19. 25
  • 13. WASHINGTON CANO siendo por consiguiente perfectamente potable en ple- no lago, como lo han demostrado los análisis que se han hecho 21. Los navegantes indígenas la beben y se sirven para cocer sus alimentos. Color de sus aguas En una profundidad superior a los 25 metros tie- ne un color azul subido, añil, comparable únicamente a la Costa Azul de Francia. Su tonalidad bella e incon- fundible, llama la atención de los pintores, quienes han trasladado al lienzo hermosos motivos que causan la admiración. 21 Meilliére ha hecho el siguiente análisis: Carbonato de calcio ........................... 0 gr. 018 Cloruro de sodio .............................. 0 „ 465 Sulfato (le sodio . ............................. 0 „ 255 Sulfato de postasio ............................. 0 „ 018 Sulfato de calcio .............................. 0 „ 195 Sulfato de magnesio ........................... 0 090 Sílice .......................................... 0 „ 030 Total ....................... 1 gr. 071 Raymondi ha hecho el siguiente: Cloruro de sodio ............................. 0 gr. 0()055 Sulfato de calcio ............................ 0 „ 00022 Sulfato (le magnesio ......................... 0 00008 Sulfato sódico ............................... 0 „ 00009 Sulfato de potasio ........................... 0 „ 00001 Carbonato cálcico ........................... 0 „ 00001 Substancias minerales insolubles .............. 0 „ 00004 Total ..................... O gr. 00105 26 EL LAGO TITICACA Transparencia de sus aguas Las aguas del Lago son completamente transparen- tes, se distinguen a la simple vista los peces que se en- cuentran a 4 ó 5 metros de profundidad, y en los luga- res de poco fondo se pueden distinguir las pequeñas. conchas o batracios que reposan en el fondo. Temperatura de sus aguas La temperatura del agua del Lago es variable, en un mismo día, así como en el verano e invierno y se- gún la profundidad. Como término medio podemos anotar que la temperatura en la superficie es de 12°; a 50 metros de profundidad l l °6; a 100 metros 11 °5; a 150 1l'1 y en el fondo del Lago 11 °2 22. En el invier- 22 Agazzin en su obra citada registra las siguientes temperaturas: 7 horas 40 a. m . ....................... 12°7 10 „ 15 „ „ ....................... 12°7 12 „ 30 p. m . ....................... l4°4 4 „ 30 .. .. ........... ..... 15°4 En la Bahía de Puno, las siguientes: 8 horas a. m . .......................... 16° 9 .......................... 15° 10 .......................... 15- 11 .......................... 12°6 12 „ m. .......................... 14°4 2 p. m . .......................... 14°5 3 l4°G 5 .......................... 14°4 6 „ .......................... 14°3 2T t
  • 14. WASHINGTON CANO no, también es variable, desde los 11'16 hasta los 1001 23. Muchas veces es mayor que la temperatura atmosférica. La temperatura media, según A. F. Forel, del lago de Ginebra, es de 12°1 y en el invierno llega hasta 6°2, mucho más baja que la del Titicaca. El fondo del Lago Aunque todavía no se ha estudiado en forma am- plia y científica el fondo del Lago, sólo tenemos que referirnos a estudios parciales como los practicados por Agazzin en determinadas circunscripciones, habiéndo- se observado que en el Lago Grande o Chucuito, el fondo es de un fango gris negruzco de un espesor con- siderable, y en el Lago Pequeño o Huiñay-marca, es de un fondo arenoso de color gris ceniciento 34 23 Neven Lemaire. Trabajo citado. 24 El Profesor Thoulet ha hecho el siguiente análisis del fondod l Le ago: A 50 metros de profundidad. Detenido por tamiz 200 (arena y restos vegetales) 35 después de ácido y Fi- f;- od calcinación .... 13 Limo Limo calcáreo 41 ................. 65 después de ácido y calcinación .... 3 loo Limo no calcáreo después de ácido y calcinación ................ 13 Fango calcáreo ................................................... 59 Borra orgánica ................................................... 12 100 23 EL LAGO TITICACA La cuenca del Titicaca y del Aullagas o Poopó Las cadenas de las cordilleras Oriental y Occiden- tal que circundan a la meseta del Collao, tienen una elevación que pasa de los 5.000 metros sobre el nivel del mar, en cuyos picachos están las nieves perpetuas, que sirven de fuente perenne para alimentar a los ríos que descienden desde aquellas alturas y van cargándose de agua en las quebradas y planicies, hasta llegar, con- vertidos en caudalosos ríos, al Titicaca, como el Ramis, el llave, el Coata, el Suchis y otros. El Titicaca está alimentado por más de 25 ríos, entre los cuales existen varios de curso constante y otros de intermitente que sólo en el verano se cargan de abundante agua. Al Norte tenemos el río Ramis, el más caudaloso, cuyo origen más remoto es el río Poto, que nace de las lagunas del Ananea en la Provincia de Sandia y que uniéndose con el Potoni y más adelante con el Nuñoa y después con el San Antón, Orurillo y Asillo, forman el Azángaro, el que a su vez se junta con el Pucará para constituir el Ramis, que desemboca al Titicaca, junto con el Huancané. El Huancané tiene su origen en las alturas de Po- ton¡ y Poto, de donde nacen varios riachuelos que se unen con los de Ichupalla y Rosaspata y forman el Huancané, que desemboca junto con el Ramis en el Titicaca. 29
  • 15. WASHINGTON CANO Al Oeste el Coata, que se forma de la unión del ^Cabanillas, que nace de la laguna de Saracocha, y el Lampa, que se forma en las alturas de Ocuviri y des- emboca en el Titicaca, cerca del pueblo de aquel nombre. El Ylpa, nace de las alturas de Mañazo y alimenta sus aguas con las que salen de la laguna Umayo, y cerca del pueblo de Paucarcolla desemboca en el Titicaca. Al Sudoeste el llave, que nace de las cordilleras de Cacachara, donde se forman los ríos Titiri y Río Blanco para formar el San Fernando o Aguas Calien- tes, que se une con el Jacha-jahuira o Río Grande, el que nace de las alturas de San Antonio de los ríos Mal- co-amaya, Pichacani y Luripongo, los que a su vez al unirse forman el llave, que desemboca en el Titicaca 25. El Zapatilla nace de las alturas de la Hacienda ja- ruma y después de un largo recorrido desemboca en el lago, cerca del cerro Bebedero. El río j uli o Salado nace de las alturas de Masocruz. El Molino nace de las alturas de Vilcallamas. El Pomata o Tanana o Quitacalzón se forma en las alturas de Pizacoma y Huacullani. El Chimbo nace de las alturas de Pomata. El Ticaraya nace de las alturas de Ccapía. El Qqueñuani nace de las alturas de Yunguyo. En la costa Noroeste tenemos al Vilquechico, que nace de las alturas de este nombre. El Moho nace de las alturas de Rosaspata. 25 Vicente Jiménez. Apuntes geográficos del Departamento de Puno, 1924. EL LAGO TITICACA Al Este el Huaycho, que se forma en las alturas de este nombre. El Suchis nace de los riachuelos que se forman en las alturas de Cojata, Ichupalla, Tasan¡ y Taru- cani, y después de un largo recorrido desemboca en el Titicaca. Al Sur el Carabuco y el Ancoraymes, que nacen de las alturas de estos nombres. El Uquisaya, el Cansata y Chinchaya, que se for- man en las alturas de estos nombres. El Achacachi nace en las alturas de Huayna Potosí. El Batalla, el Carrapata, el Sehuencea, el Puca- rani, el Villaque y el Viacha nacen de las alturas de estos nombres. Y el Tiahuanaco nace de las alturas de este nom- bre y desemboca en el Golfo de Tiahuanaco. El río Desaguadero Este es un notable río navegable por pequeñas em- barcaciones especialmente en cierta época del año. Nace del Lago Titicaca en su extremidad Sudocciden- tal y se dirige al Sur, sirviendo de límite entre el Perú y Bolivia por varios kilómetros. Tiene un recorrido aproximado de 420 kilómetros y desemboca en el Lago Aullagas o Poopó, después de recibir, por la izquierda, los riachuelos Alaccota, Parina, Pontezuelo, Huallatiri 30 1 31
  • 16. WASHINGTON CANO y Salado y por la derecha, el Challahuari o Challa-ahui- ra, el Ninqui, Caccallancani y Mauri. Tiene su salida un ancho aproximado de 45 me- tros y una profundidad de 12, siendo más adelante el ancho medio de 20 metros y una profundidad de 6,67 metros. A poca distancia de su nacimiento están los pueblos de Desaguadero (peruano y boliviano), dividi- dos por un puente de madera y cemento que en su parte media es levadizo, para dejar paso a las lanchas que navegan en el mismo. Su corriente en época de crecimiento es de 22 metros 73 cm. por minuto A sus orillas se encuentran los pueblos de la Nazacara, Vichaya, La Concordia, Ullorna, Callapa, Aroma, Chi- lahualla, Kumo, La Barca, La joya, Burgillos y Roque I3alsa. El Lago Aullagas o Poopó Este Lago =', formado por las aguas del Desagua- dero y otros ríos pequeños, tiene cerca de 72 kilóme- tios de largo por 36 de ancho, con una superficie de 2.790 kilómetros cuadrados. Recibe también los ríos denominados Sorasora, Poopó, Urimiri, Tacacahua, 26 Los indios del Perú y Bolivia, por José Toribio Polo. Boletín de la Oficina Nacional de Estadística de la República de Bolivia, 1910. 27 Aullagas, palabra aymará que quiere decir boca ancha. Introdiic- ciún a la gramática Aymará por el Dr- E. W. Middendorf. EL LAGO TITICACA Panza y Filomena. Este Lago, cuyas aguas no tienen nin- guna salida, se cree muy fundadamente que se insumen en la tierra. Las aguas son más salobres que las del Titicaca y tienen en disolución mayor cantidad de sales y cuer- pos en suspensión, lo que hace que no sea potable 28. Puertos Tenemos el de Puno, en la bahía de su nombre; el de Juli, Pomata, Yunguyo, Zepita, Desaguadero; en la Costa Noroeste Moho, Vilquechico, y entre los puer- tos bolivianos tenemos a Copacabana, Guaqui , Huari- na, Santiago de Huata, Ancoraimes, Achacachi, Cara- buco y Puerto Acosta. Golfos En el Lago Grande denominado Chucuito existen cuatro golfos principales: el de Puno, al Oeste; el de 28 Lemaire ha observado que mientras las aguas del Lago Titicaca contienen 1 gr. 071 de materias minerales por litro, las del Lago Aullagas tienen 23 gr. 456 de match ts minerales por litro y contienen 16.80 de cloruro de sodio. Ft 1I 33 32 1
  • 17. WASHINGTON CANO Ramis, al Noroeste; el de Achacachi, al Sudoeste, y el de Copacabana, al Sur. Bahías Tenemos en el Golfo de Puno la Bahía de Pau- carcolla; en el Golfo del Ramis la Bahía de Vilquechi- co y Huancané; al Sur las bahías de Moho, Conima, Huaycho, Escoma y Carabuco; en el Golfo de Achaca- chi, al Sur, la Bahía de Santiago de Huata; en el Golfo de Copacabana la de Yunyugo y Pomata, y en la Costa Sudeste, la de Juli. En el Lago Pequeño o Uiñaymarca tenemos las bahías de Huarina, Kiriqui, Aygachi, Zepita y Taraco. Penínsulas Tenemos cuatro penínsulas importantes: la de Capachica y Chucuito, frente a la Bahía de Puno, y las de Copacabana y Achacachi, que forman el Estrecho de Tiquina; aunque las dos primeras son consideradas por algunos autores como puntas 29. 29 Estudio de N. Lemaire. Trabajo citado. EL LAGO TITICACA Puntas Al Noroeste de la Península de Copacabana exis- te la punta de Lampopaita. En la Costa Sudoeste están las puntas o promontorios de llave y Juli; sobre la Costa Noroeste las de Huaycho y Escoma, más al Sur la de Kilima, y la de Condorlamani cerca de Santiago de Huata en Bolivia. En el Lago Pequeño las de Chili- laya, Carrapata y Taraco, avanzando esta última sobre el Lago de Guaqui y dividiéndolo en dos partes. Estrechos El principal es el de Tiquina, que divide al Lago en dos partes y tiene una profundidad de 70 metros y un ancho aproximadamente de 80 a 120 en su parte más encajonada, siendo sus riberas casi cortadas a pico. Después tenemos el de Titicaca, entre la Isla de su nom- bre y la Península de Copacabana, el de Chucuito en- tre las penínsulas de Capachica y Chucuito y el de Amantani y Capachica, que se separan de la tierra fir- me. En el Lago Pequeño tenemos el Estrecho de Garra- pata, que comunica el Lago de Guaqui con el de Chi- lilaya. 34 1 35
  • 18. WASHINGTON CANO Istmos Sólo podemos mencionar el de Yunguyo, que une la Península de Copacabana con la tierra firme, y el de Capachica, que une la tierra firme con la punta de la Península. La apertura de un canal en el Istmo de Yunyugo facilitaría grandemente la navegación, por- que acortaría mucho el viaje de Puno a Guaqui, que en la actualidad tiene que hacerse por el Estrecho de Tiquina y dar la vuelta por el Lago Pequeño hasta lle- gar a Guaqui, punto desde donde parte el ferrocarril a La Paz. Islas e islotes Existen en el Lago Grande 25 islas y en el Peque- no 16, siendo en total 41, cuyos nombres son los si- guientes, comenzando desde la Bahía de Puno: Esteves, Romero, Blanca y Tayakiry; a la salida del Golfo de Puno: Amantani y Taquila y entre ambas la Roca Quisata; en el Golfo de Ramis: Apaca; a lo largo de la Costa Sudoeste: San Bartolomé, Saco, Mauricio y Qui- llata; a lo largo de la Costa Noroeste, en la Bahía de Vilquechico: Huancané, Parity y Chikiwy; al Sudoeste: Riveros, Conima, Huarupaya y Soto; en el archipié- lago de Campanario: Campanario y Kanauma; al Sur: EL LAGO TITICACA Apinguela; entre el archipiélago de Campanario y la Costa, el archipiélago de la Grange, cuyas islas princi- pales son: Huilacota y Choquella; más adelante la del Púlpito; en la extremidad de la punta de Huata el is- lote de Conduriwy; en el Estrecho de Tiquina el islote de Zuriuta y a la entrada, en el Lago Pequeño, dos pe- ñascos; más adelante las de Ampura, Sicoya, Suani, de Anapia, de Taquire, de Paco y los islotes de Cumana, de Quehuaya, de Okeruny, de Kachilaya, de Mercedes, de Parity, de Caña; en el Lago de Chililaya: la de Sojata; al Norte y Sur de la punta de Chililaya dos pequeños islotes, y al Sur de la Península de Copacabana, en el Lago de Guaqui, la de Aputa. La Isla de Esteves Esta Isla, situada en la Bahía de Puno, frente al Puerto de este nombre, a 4 kilómetros de la ciudad, ha- cia el Noreste y próxima a la línea del ferrocarril a Are- quipa, separado por un pequeño canal de tierra firme, hoy unida por una calzada para dar paso a los automó- viles por haberse construído en ella la Estación Cua- rentenaria, para el ganado que ingresa al territorio. Su nombre data de la época de los repartimientos virreinales por haber sido adjudicada al español Este- ves, quien la dejó a su hijo don Manuel Ruperto Es- teves, padre del escritor puneño don Luis Esteves, Di- 36 1 37
  • 19. WASHINGTON CANO rector que fué del periódico "El Nacional", de Lima. Es notable porque en las postrimerías del virreinato estuvieron en ella detenidos los patriotas, hechos pri- sioneros en la Macacona, en Torata, en Moquegua, en las fortalezas del Callao, cuando la traición de Moya-- no, y en Zepita, antes de la victoria de Chuachua. Es- tuvieron detenidos, entre otros, el General don Rude- cinco Alvarado, que comandó las fuerzas patriotas en Torata, 1Ioquegua, y que después fué Gobernador de la Fortaleza del Callao, quien fué apresado por Moya- no; don Miguel del Carpio, Coronel don Francisco Deustua, Coronel don Ignacio Morote, Coronel don Manuel Laiseca, Coronel don Agustín del Solar, Coro- nel don José Y. Dulanto, Coronel don José Yraola y los jóvenes subalternos julio Molina, Rufino Echeni- que y Manuel Guarda, los que por su corta edad se los dejó en libertad 30. El 24 de Diciembre de 1824 se supo en Puno el triunfo en Ayacucho de las armas patriotas y el pueblo en masa batió a la guarnición que custodiaba la Isla, habiendo fugado el Intendente Gárate a Tacna. Se pro- clamó como Jefe Militar de la Plaza al General Alva- rado y se nombró como Primer Intendente al doctor Pedro Miguel de Urbina. Un obelisco levantado en 1863 por el pueblo de 30 El año cle 1860 las personas antes indicadas presentaron al Con- greso un solicitud indicando haber estado prisioneros en la referida Isla por la causa de la independencia y pidiendo se les reconociera estos derechos. Cita hecha en el art. "E] Profesor Orton y el islote (le Esteves", por el Dr. Aleja ndro Cano, publicado en el Pueblo de Arequipa el 22 de Setiembre de 1921. EL LAGO TITICACA Puno, siendo Prefecto en ese entonces don Manuel Mo- rote, hijo del Coronel Ignacio Morote, prisionero de dicha Isla, recuerda el patriotismo de los que lucharon por nuestra independencia, y estuvieron detenidos en la misma. En ella están enterrados los restos del profesor americano James Orton, quien recorrió Los Andes ecuatoriales y el Río Amazonas en 1867, como jefe de la expedición científica formada en Washington por la Smithsomion. Hizo una segunda expedición al Pará, Amazonas y el Titicaca en 1873. La tercera a la Región del Beni en Bolivia en 1876, donde, en compañía del profesor Heath, recorrieron 600 millas sobre tupida montaña, sufriendo los rigores de la inclemencia de la región, habiendo descubierto los ríos que hoy llevan sus nombres. Orton regresó a la ciudad de La Paz atacado del beri-beri, continuando su viaje a Chililaya, y no encon- trando a uno de los barcos que hacían aquel recorrido, obligado por su enfermedad, viajó con dirección a Pund en la goleta velera "Aurora", falleciendo a bordo de dicha goleta el 25 de Setiembre de 1877 31. Los alum- nos y profesores del Colegio de Vassar, en Estados Uni- dos, donde fué profesor desde 1869, le han erigido en la Isla un obelisco que perpetúa su recuerdo. (Lá- mina III.) 31 Alejandro Cano, art. citado. 38 1 39
  • 20. WASHINGTON CANO La Isla de Taquila Esta se encuentra a la entrada del Golfo de Puno, hacia el Sur, tiene una dimensión de 5.700 metros de largo por 2.200 metros de ancho, teniendo un área aproximada de 12.540 metros cuadrados. Su nombre lo ha tomado del dueño o encomen- dero que la tuvo. Se refiere que Pedro González de Taquila la sacó en remate por 200 pesos fuertes Su clima es más suave que el resto del Altiplano, lo que favorece a la agricultura . Se observan en la Isla los andenes en las faldas de los cerros , construidos, aho- ra miles de años, con el objeto de aprovechar hasta el máximum la tierra de cultivo. La Isla ha sido desde la época de la Colonia desti- nada a prisión, lo que también ocurrió durante la Re- pública, hasta el año 1923. En ella estuvieron como presos políticos : el General Luis M. Sánchez Cerro, que fué en 1931 Presidente Constitucional de la Repú- blica; el Comandante Gustavo Jiménez, y, últimamen- te, el Mayor Santiago Caballero, asesinado en 1923, en circunstancias en que se dijo pretendía fugar. Existen una cantidad de viviendas de las primiti- vas culturas aymaras, hechas de piedra con techo de lajas o piedras planas, un tanto inferiores a las que se ven en la Isla del Sol y de la Luna. 32 Enailio Romero. Monografía del Departamento de Puno. EL LAGO TITICACA La Isla del Sol o Titicaca Se encuentra en el Lago Pequeño o' Huiñaymar- ca, en territorio boliviano, próxima a la Península de Copacabana. Está a los 16°l'22" de longitud Sur y 69°15'8" de longitud Oeste de Greenwich. Es la más grande que existe en el Lago. Se la llama también por los indígenas Aymartani. Todos los indígenas habitan- tes de la Isla son colonos de las dos únicas fincas exis- tentes en la Isla: Yumani y Challa. El clima es mucho más suave y templado que el resto del Altiplano, gracias a los beneficios del Lago que la circunda y protege contra las heladas, que son él flagelo de la agricultura en esta región. Por esta cir- cunstancia especialísima del clima de las islas, existe en ella una rica y abundante vegetación propia de los cli- mas templados. Se produce el maíz y hay árboles fru- tales y gran variedad de legumbres, así como el trigo, papas, ocas y variedad de hermosas flores. En esta Isla se desarrolló la cultura aymará precur- sora de la quechua y en ella están hasta hoy los monu- mentos que presidieron a los de Ollantaytambo, Sac- sayhuaman, Pissac, Cuzco y otros. Para estudiar la ar- quitectura preincaica hay que partir de los monumen- tos existentes en esta Isla y en los de la Luna, Soto y Taquila, y se encontrará el desarrollo gradual, sin in- terrupción de continuidad, de la arquitectura preco- lonial. Lo que se admira en esta Isla, así como en las 40 1 41
  • 21. WASHINGTON CANO demás del Lago, es la existencia de los andenes o pla- taformas artificiales, construidas en las faldas de los cerros, con el objeto de aprovechar la tierra para el cultivo. Una disposición de canales servía para llevar el agua desde sus -vertientes a los andenes. Entre los monumentos existentes en ella, está el palacio llamado Pillkokayna 33, construído de piedra pequeña a semejanza de las pircas de los Incas, de tres pisos, con puertas de estilo incaico, el techo con lajas o piedras planas sobrepuestas unas sobre otras, sobre- saliendo las superiores a las inferiores, hasta cerrar la bóveda. (Lámina VIII.) De esta clase de construcciones debieron existir muchísimas en la Isla; hoy sólo quedan restos, obser- vándose entre otros, el templo del Sol, el jardín del Inca, la chincana o Palacio de las escogidas que ren- dían culto al Sol, y otros. También existe la piedra llamada Titicala, de la que posiblemente se deriva el nombre de la Isla y del Lago. Esta, según describe Posnansky, "es una roca plana, de color rojizo anaranjado, que tiene una inclinación casi vertical y cuya base está azotada por las aguas del Lago. A simple vista distínguese en su superficie una figura gigantesca semejante a la de un animal felino, destacándose con claridad la cabeza, el ojo y cuatro patas, que sostienen un cuerpo con pin- tas; conjunto que tiene por causa la sinuosidad y colo- ración naturales de la roca, que en otro tiempo fué 33 En aymará: Lugar de descanso del Pilco, pájaro de la regiún. EL LAGO TITICACA sin duda retocada por los sacerdotes u otros, para lo- grar la figura casi exacta de un gato montés o un tigre tití, con el fin de darle un carácter sagrado o simbó- lico, convirtiendo la Isla en un magno y venerado san- tuario de peregrinación" 34. La Isla de Coatí o la Luna Próxima a la del Sol está la de Coatí, mucho más pequeña, situada a los 16°2'58" de latitud Sur y 69°6'27" de longitud Oeste de Greenwich. En esta Isla se observan los andenes, clima y vege- tación similar a la del Sol, con la diferencia que sus monumentos están mejor conservados. Entre éstos te- nemos el Palacio de Yñakuyo 35 o templo de la Luna, de piedra semipulida y techo con piedras planas su- perpuestas unas sobre otras, sobresaliendo las superio- res a las inferiores hasta formar la bóveda, igual a los que existen en la Isla del Sol. Llama la atención una pared de piedra, pulida, de más de 2 metros de alto, semejante a las construc- ciones incaicas del Cuzco. (Lámina IX.) El Gobierno de Bolivia, desde hace muchísimos años, la tiene como prisión. 34 Guía General ilustrada de Tiahuanaco e islas del Sol y la Luna, 1912. 35 En aymará quiere decir casa de las doncellas o íiustas. Posnansky. Obra citada. 42 1 43
  • 22. Flora WASHINGTON CANO La flora del Lago Titicaca y la del Aullagas es abundante, especialmente en las riberas y el fondo del Lago, próximo a las costas, donde existen la totora y plantas acuáticas diversas que, desprendidas del fon- do, flotan en la superficie, y que comúnmente se le llama hacho, que sirve de alimento al ganado vacu- no. Entre las plantas acuáticas tenemos las especies si- guientes: Myryophyllum titicacense, azolla magalláni- ca, casaba bonariensis, musineas acuáticas 38. La totora Llamada científicamente malacochaete totora, cre- ce en las riberas del Lago y de las islas. Sus raíces se desarrollan en la tierra fangosa cubierta por el Lago. Es completamente blanca y nudosa. Su extensión varía entre 50 y 80 centímetros de largo. El tallo, que per- manece cubierto por el agua de cincuenta a sesenta centímetros, es también blanco, y la parte que sobre- sale, toma un color verde claro. Tiene una flor grana- te llamada en aymara huaricolla. En las costas del Lago existieron hace quince a veinte años verdaderos bosques de totora llamados totorales, especialmente en 36 Lemaire. Obra citada. 44 EL LAGO TITICACA la región de Puno, Huata y Capachica, pero las sequías constantes que se sucedieron por varios años, hicieron disminuir. las aguas del Lago, quedando en descubierto los totorales, los que se secaron; recién por el aumento progresivo de las aguas, nuevamente están formándose nuevos totorales. En la época de esta sequía casi desa- pareció la totora y -los indígenas no tuvieron ese ele- mento para fabricar sus típicas balsas y hubo que sus- tituirlas con los botes de madera a vela. (Lámina II.) La totora ha sido ' y es un elemento necesario y útil para el indígena que vive en las riberas del Lago e islas. Desde épocas remotas sirvió de alimento, no sólo para el ganado sino para los mismos habitantes. La raíz conocida con el nombre de "saca", la come el indígena, es dulce y agradable; el tallo blanco llamado "chullu", también lo come y extraen de él el agua más o menos dulce. La "saca" y el "chullu" tienen propieda- des astringentes. La totora sirvió y sirve a los habitantes de las ri- beras e islas del Lago para hacer sus balsas, con las que navegaron el Titicaca costeando el Lago o de isla en isla, a fin de no surcar el centro del Lago que ofrece peligro para las embarcaciones débiles por las tor- mentas que, en determinados meses del año, se desen- cadenan, formándose olas de más de un metro de alto. Las embarcaciones, aunque no se hunden, son bati- das por las tormentas. Las balsas de transporte son por lo general de dos metros y medió a tres metros de largo por uno de ancho en su parte media. Su fabricación es sencilla: 45,
  • 23. WASHINGTON CANO dos enormes porciones de totora amarradas por cuer- das de paja (phala) que terminan en punta, constitu- yen el cuerpo de la balsa y sobre ella un rollete del mismo material, en todo el perímetro, sirve de tope para que los ocupantes no se caigan. Llevan una vela hecha de la misma totora pasada con hilos de lana o paja, sostenida por dos palos incrustados en la balsa en forma de triángulo y que se llama achigua. Un palo de tres metros de largo denominado lloquena, sirve para hacer caminar la balsa apoyándose en el fondo del Lago. Posteriormente se le ha adaptado un remo en la parte de atrás con el que dando movimiento a los lados facilita el desplazamiento. (Lámina l.) La totora también la han usado los indígenas para los techos de sus viviendas y en el hogar para usos do- mésticos y aun para combustible cuando está seca. Hoy sirve hasta para usos industriales: "las quesanas", que son planchas de totora amarradas con cuerdas delga- das de paja, con un ancho de dos metros por uno se- tenta de alto, que sirven para los cielos rasos, tabiques de pared y colchones; los "sejjes", quesanas dobles y de más de tres metros de largo que, amarrados por sus extremos, forman un cilindro y que parado sobre el suelo, sirve para depositar dentro de él cereales y otros víveres. Los totorales donde las aves fabrican sus nidos le dan un aspecto pintoresco y único al Lago, lo que en ciertos lugares le sirve de un marco verde claro, con- trastando con el color azul-añil de sus aguas y el ocre o amarillo paja de sus próximos cerros. EL LAGO TITICACA Fauna La fauna del Lago es relativamente pobre, como lo manifiestan Pentland, D'Orbigny, de Castelnau y Agazzin, quienes nos han dejado estudios importantes, así como la última expedición The Percy Sladen Trust- Expedición de 1939, pero hoy se ha acrecentado gra- cias a la aclimatación de la trucha, que nos brinda un campo interesante para la pesca, y más tarde para la industria. Fauna ornitológica Entre las aves que anotan estos naturalistas tene- mos: gaviotas; larus-serranos, chocas, patos y sarcetas; Bernicla melonoptera, anas cristata, querquedula oxyp- tera Q. puna; Prismatura ferrginea; colimbos y zambu- llidores; Podiceps caliparcaeus, P. Rolandi, Tachibap- tus dominicus, Centro-pelma micropterum; fúlicas; Fulica andesiaca y fílica gigantea, aves frías, becasinas y avocetas; Tringa Maculata, Ereunetes petrificatus, Actitis macularius, Phegornis, Mitchelli, Gallinago an- dina, Ricunvirostra andina, Nictycorax Gardini, Va- llenus Resplendens, Oreophilus ruficollis; chorlitos e ibis; Falcinellus Ridgway, Theristicus caudatus, diver- sas especies de flamencos (conocidos en la región con 46 l ^7
  • 24. WASHINGTON CANO el nombre de pariguanas: Phaenicopterus ignipalliatus y Ph. andinus) 37. Fauna ictiol, gica Los naturalistas la han encontrado sumamente po- bre a causa de la elevación en que se encuentran los lagos Titicaca y Aullagas, clasificando los peces existen- tes en dos géneros: el del género Orestias, de la familia de los Ciprinodóntidos, y el género Trichomycterus, de la familia de los Silúridos. Entre estos géneros tenemos al suche-Trichomycterus dispar tschudi; el mauri, es- pecie extinguida; la boga Orestias Pcotlandi Cuvir, el carachi Orestias Tschidi Cadelnau, el ispi Orestias Aggan. Las truchas Estas no son oriundas del Titicaca, sino que han sido importadas, las cuales se han adaptado perfecta- mente y su existencia constituye hoy una riqueza enor- me en el Lago. 37 Lemaire . Trabajo citado. EL LAGO TITICACA En el año de 1938, en la época del Gobierno del Mariscal Oscar R. Benavides, se estableció en el pue- blo de Chucuito del Cercado de Puno, en los terrenos cedidos por don Marcos Pinazo, la Estación de Pisci- cultura, conjuntamente con el Gobierno boliviano. Al año siguiente se hizo la primera siembra de truchas cerca de las islas de Taquila, Amantani y la Península de Chucuito, de las ovas traídas de Estados Unidos, co- rrespondientes a la clase cristivomer namaycuhs. En 1940 se trajeron ovas de Chile de las especies de río denominadas Salmo faru y Salmo irideus, las que se sembraron en los ríos de llave, Lampa, Cabanillas, Azángaro y otros, del Departamento del Cuzco. En 1944 se constató la bondad de esta siembra al encontrar en dichos ríos y en el Lago una cantidad apreciable de truchas, las que se habían adaptado a las condiciones climáticas de esta región, y hoy se puede afirmar que su adaptación ha sido todo un éxito, encontrándose en grandes cantidades, y que en el futuro la pesca de la trucha se convertirá en una verdadera industria. En los mercados de Puno, llave, Azángaro y otros lugares, se expende la trucha. En el río llave, en la sección de Huenke, Huay- llata, Payrumani, Untavi y Chillihua, existe en gran abundancia, y su acceso es fácil por existir la carretera panamericana hasta el pueblo de llave, de do-..-.de se desvía para los sitios mencionados, a los cuales se pue- de llegar en automóvil en dos o tres horas. En el Río Cabanillas y Azángaro existen también lugares de pesca de truchas. 48 1 49
  • 25. WASHINGTON CANO Se ha encontrado que la generalidad de las tru- chas pasan de sesenta a ochenta centímetros de largo, habiéndose hallado ejemplares de un metro ocho cen- tímetros, con un peso de treinta y tres libras 38. La presencia de la trucha en el Lago ha hecho es- casear la fauna ictiológica propia y se hace necesario aclimatar otros peces pequeños, para evitar su desapa- rición. El Gobierno del General Manuel Odría por me- dio de las dependencias del Ministerio respectivo, con- tinúa aumentando la siembra de truchas en el Lago, ríos del Altiplano y otros del interior de la República, mediante las estaciones de Piscicultura de Chucuito, Concepción y Santa Eulalia en los Departamentos de Puno, Lima y Junín, respectivamente. Batracios Se ha encontrado una gran cantidad de batracios, tanto en el Titicaca como en el Lago Aullagas o Poopó, los cuales pertenecen a dos especies: Telmatobius pe- ruvianos Wiegmann y Fufo spinulosus Wiegmann 39 38 Datos recogidos del Sr. Víctor Molina, que se encuentra al frente de la Estación de Piscicultura y que trabaja en esa dependencia desde su instalación. 39 Lemaire. Trabajo citado. EL LAGO TITICACA Moluscos Existe una gran cantidad de moluscos, tanto en el Titicaca como en el Aullagas, habiéndose clasificado en nueve especies: Butimilus, Butimulus, Plasnobis, Pa- ludestrina, Paludestrina poopoensis, Pyrgula, Aneylus, Cyclas y Pisidrum 40 Su importancia climática Fuera de su importancia geográfica, el Titicaca, como uno de los lagos más altos del Mundo, enclavado entre las cordilleras de Los Andes, con su flora y fauna peculiar, con sus aguas transparentes y potables, con sus ríos, islas, golfos y estrechos que le dan una peculia- ridad única e inconfundible entre los de su género, te- nemos que este Lago milenario, cuyo origen e historia se pierden en la noche de los tiempos, sirve para atem- perar el clima de esta meseta y la hace más suave, ha- ciendo posible la vida del hombre y de los animales que habitan esta región. De día, por efecto de los rayos solares se calientan sus aguas más pronto que la tierra y se opera una brisa del Lago sobre la tierra, brisa que en las extensas pampas y laderas caldeadas por el sol, 40 Lemaire. Trabajo citado. 50 1 51
  • 26. WASHINGTON CANO suaviza el clima- que pudo ser ardiente y sofocante; en cambio, en las noches, como el agua del Lago conserva más el calor que la tierra, atempera el rigor del frío, provocando una brisa de tierra hacia el Lago. Importancia comercial El Titicaca, como lo son todos los lagos, sirvió y sirve de vínculo de unión entre los pueblos, facilitán- doles la comunicación mediante la-s embarcaciones que según los tiempos se han usado, desde la balsa primi- tiva, hasta los barcos de gran calado que surcan majes- tuosos sus aguas, dando así la impresión de navegar en un mar Mediterráneo. Esta navegación facilitó a los moradores de sus riberas los cambios o trueques de sus productos y hoy, merced al Lago, es posible el comercio con la Repú- blica de Bolivia, facilitando la importancia de toda clase de mercaderías que vienen destinadas a ella por los puertos de Mollendo y Mataraui en el Océano Pa- cífico. Importancia cultural Alrededor de los lagos y en las islas las culturas primitivas se han desarrollado, por- encontrar en ellos los elementos necesarios para la vida, conforme una tendencia natural de todos los pueblos. Las primitivas EL LAGO TITICACA civilizaciones andinas pertenecen a los bordes y a las islas de este gran Lago. El Titicaca es, pues, la cuna de todas las civilizaciones precoloniales que han nacido en Los Andes; descendiendo de estas alturas los hom- bres se dirigieron a la costa y a los valles, llevando la cultura amasada en estos parajes, en decenios de años, donde aprendieron a cultivar la tierra, labrar la piedra y fortalecer los músculos. Dominaron así las demás cul- turas que vegetaban en los llanos. La cultura de Tiahuanaco Esta cultura parece ser la más remota que se des- arrolló en el Altiplano del Collao. Los historiadores aún no han desentrañado el problema de si esta cul- tura tan adelantada, fué quechua o aymará 'Y El doctor José de La Riva Agüero afirma que Tiahuanaco ha sido la metrópoli del primer imperio quechua y fundamenta su teoría en la gran propaga- ción que alcanzó la lengua quechua por el Continente Sudamericano, desde el Pasto, en Colombia, hasta los límites meridionales de la actual Bolivia, siendo que no ha podido propagarse sólo durante el período in- 41 Tiahuanaco, en aymara, según Belisario Cano, viene de las pala- bras aymaras: Tiha-huafa-cota, que quiere decir lugar donde ha secado el lago. 52 1 53
  • 27. WASHINGTON CANO caico, que fué relativamente corto; y supone que el quechua comenzó a propagarse desde la época del Tiahuanaco, cultura que denomina palio quechua, muy anterior a la de los Incas 43. Villamil de Rada, Middendorf, Martens, Uhle, Patrón, José María Camacho, Posnansky y otros, consi- deran a esta cultura como de origen aymara, cuya ci- vilización se extendió al Continente Sudamericano en forma amplia, dejando su recuerdo en los nombres de lugares y pueblos donde hasta hoy se reconoce su ori- gen aymara. En cambio Belisario Díaz Romero y el autor de este trabajo, creen fundadamente que la cultura de Tiahuanaco, no fué quechua ni aymara, sino una raza desconocida, a la que llama Díaz Romero: Los Antis, que desapareció junto con la referida metrópoli, por efecto de un gran cataclismo. Hace remontar esta cul- tura a una época anterior a las de Egipto, Caldea, China e India y se expresa en estos términos: "Las primeras construcciones megalíticas de esta anti- quísima metrópoli son contemporáneas del período Carnaceano de Europa y ninguna ciudad, ningún pue- blo, ninguna aldea primitiva, que sepamos, ha conser- vado sus edificios sobresalientes, como la ciudad Sud Americana y que date de aquel período prehistórico, porque en la actualidad ni sombra de duda puede exis- tir acerca de su antigüedad indiscutible sobre los aná- logos monumentos de las Asiáticas civilizaciones que 42 La Historia en el Perú. Tesis para optar el grado de doctor en Historia y Filosofía, 1910. EL LAGO TITICACA murieron en Caldea, China e India, etc. Egipto mismo, en mucho anterior a ellas, es posterior aun a la americana grandeza y magnificencia que irradió desde Los Andes, sus luminosos destellos. El Illimani, el Illampu, el Huayna Potosí, han contemplado los fe- briles y ansiosos movimientos de un pueblo grandioso, mucho antes, muchísimos siglos antes, que Menfis, Ní- nive, Percépolis o Pekín, hubiesen pensado surgir en la superficie de la Tierra, porque el abismo milenario que nos separa de la cuna de Tiahuanaco, es inmen- samente más profundo que el que ha sepultado aquellas poblaciones" 43 Estudios de Posnansky y Díaz Romero, han de- mostrado que en las capas de la corteza terrestre de aquella metrópoli de Tiahuanaco se encuentran mez- clados en confuso hacinamiento esqueletos humanos, restos de animales, piedras talladas, objetos de alfarería, herramientas, etc., etc., que nos revelan la acción devas- tadora de una fuerza de destrucción que sepultó por completo, en confuso desorden, todo lo que encontró a su paso; y terminan afirmando que Tiahuanaco su- cumbió por una inundación del Lago Titicaca 44 A nuestro juicio el origen geológico del Titicaca, fué el cataclismo que sepultó y extinguió la vida en Tiahuanaco, cuando esta metrópoli estaba en pleno desarrollo, y de allí que hoy se observa en sus monu- 43 Belisario Díaz Romero, "Ensayo de Pre-historia Americana", capi- tulo VII, pág. 7. 44 Posnansky. Guía general de Tiahuanaco, pág. 34. 54 1 55
  • 28. WASHINGTON CANO mentos, que muchos de ellos estaban aún en cons- trucción. La cultura Aymara Es probable que muchos siglos después llegó a esta parte del Collao la raza aymara: fuerte, guerrera, de instintos feroces, provenientes del Sur; obligados, tal vez, por la esterilidad y el cambio de clima de aquellos lugares, que hoy los tenemos completamente áridos, presentando las huellas de que en otra época hubo abundante vegetación, coleo se ha constatado en Tarapacá, Atacama y otros lugares 45. Se establecie- ron a orillas del Titicaca por la hospitalidad del clima y las ventajas que ofrecen los lagos para el desarrollo y el sustento de los pueblos primitivos. Las islas del Lago fueron los primeros lugares donde habitaron por su clima más suave que el resto del Altiplano, donde la vegetación es más abundante y las cosechas más se- guras, a causa de las escasas heladas. En estas islas, Amantani, Taquila, Soto, Coatí y la Isla del Sol o Ti- ticaca, están los restos de sus antiguas viviendas hechas de piedra ciclópea, sin pulimento, con su techumbre de piedras planas, a semejanza de los antiguos dól- menes celtíberos, pero de mayor proporción que aquéllos. 45 José de La Riva Agüero. Obra citada, pág. 100. EL LAGO TITICACA La aymara por lo general es una raza fuerte, de estatura mediana, la mitad superior del cuerpo es lar- ga con respecto a las piernas, la caja torácica amplia, la cabeza proporcionalmente grande, el cuello corto y grueso, las piernas cortas con relación al resto del cuer- po, los pies pequeños y carnosos, los dedos de los pies cortos, el talón poco prominente, falta de obesidad, el color es bruno, no cobrizo. Sus rasgos fisonómi- cos son toscos, las mejillas anchas, la boca grande, labios espesos, nariz maciza, ojos pequeños, la frente corta, cabello negro, abundante y lacio, sin pilosidad en la cara 's El idioma aymara es rico en vocablos y giros, capaz de expresar todos los estados de ánimo. Es de fortísima pronunciación, especialmente en las gutura- les y tiene predominio de la síncopa y la eliminación habitual de las vocales en la conversación, declinación y conjugación, lo que lo hace niás áspero e impositivo que el quechua, que es más dulce y onomatopéyico. La primera obra impresa en aymara, sin duda: el catecismo en la lengua española y aymara del Perú, impresa en Lima, en 1583, por orden del Concilio Provincial de Lima y después en Sevilla por Bartolomé Gómez, en 1604. Más tarde el Padre italiano de la Com- pañía de jesús, Ludovico Bertonio, publicó en la ciu- dad de Juli del Departamento de Puno, su Dicciona- rio de la lengua Aymara, impreso por Francisco del 46 E. W. Middendorf. "Introducción a la Gramática Aymara". Tradu- cida del alemán por Fy. Tamayo. Boletín de la Oficina Nacional de Esta- dística de la República de Bolivia, 1910. 56 1 .57
  • 29. Canto en 1612 ". El aymarólogo alemán E. W. Mid- dendorf, publicó a fines del siglo pasado una Gramá- tica Aymara, obra de gran importancia. Una vez posesionados los ayunaras del Altiplano del Titicaca, comenzaron sus conquistas, sometiendo a su dominio a todas las tribus y naciones del Continente Sud Americano. Este hecho está probado por los nom- bres de lugares, ríos, montes, etc., t Idos ellos de proce- dencia aymara. Este mismo hecho de la toponimia, en muchos lu- gares Ira servido para distinguir el origen étnico de los fundadores de una población, como dice Middendorf "todos los nombres de aldeas en Sajonia y Turingia, que terminan en itz, son de origen eslavo, y lo mismo sucede en Alemania del Norte con los terminados en in y en ow" ". De idéntica manera tenemos en Amé- rica nombres de procedencia ayunara, esparcidos en ca- 47 E. W. Middendorf, "Introducción a su Gramática Aymará". Obra citada. Afirma además este aymarólogo que la primera obra ele Bertonio fué su Gramática Aymará, impresa en Roma en 1603 y reimpresa en Juli y que después de la edición de su Diccionario, escribió una adap- tación aymará ele la sida, hechos y milagros de Nuestro Redentor jesu- cristo, impresa en Juli por el mismo impresor Francisco del Canto en 1613 y que después de la impresión de sus obras, murió a los 73 años de edad, en Lima, en 1628. El autor (le este trabajo tuvo ocasión de leer en la Biblioteca Nacional de Lima, antes del incendio, este Diccionario y en una de sus páginas encontró una anotación, firmada por el tradicio- nalista don Ricardo Palma, en la que decía: que la imprenta de Francisco del Canto, que funcionaba en Lima fué llevada a Juli, para imprimir el Diccionario ele Berton io, quien a causa de su avanzada edad no podía trasladarse a Lima. El autor de este trabajo ha po,ciclo uno de estos Diccionarios, el cija] lo ha cedido a la Biblioteca Nacional, para reemplazar al que se quernó, conjuntamente con el Diccionario Quechua del Padre Olguín y la monografía de Azángaro, por el Dr. José Domingo Chaquehuanca. 48 Middendorf. Introducción a la Gramática Aymará. si todo el Continente Sur; así las. palabras que llevan como sufijo o prefijo la partícula marca, que significa pueblo o ciudad son netamente aymaras; tenemos: Guañamarca, Acomarca, pueblo de Cangallo (Departa- mento de Ancash); Agomarca, pueblo de Hualgayoc (Dpto. de Cajamarca); Allpamarca, pueblo de Canta (Dpto. de Lima); Alpumarca, aldea de Patás (Dpto. de La Libertad); Ancomarca, pueblo de Aymaráes (Dpto. de Apurimac); Andamarca, pueblo de Huancayo (Dpto. de Junín); Anjasmarca, pueblos de Paseo y de Santia- go de Chuco (Dpto. de Junín); Apumarca, aldea de Cotabambas (Dpto. de Apurimac); Ayamarca, pueblo de Castro Virreyna (Dpto. de Huancavelica); Auqui- marca, pueblo de Cajabamba (Dpto. de Ancash); Ca- lamarca, pueblo de Angaraes (Dpto. de Huancavelica); Cápac-marca, distrito de Chumbivilcas (Dpto. del Cuz- co); Caracmarca, aldea de Huamachuco (Dpto. de La Libertad); Cara-marca, aldea del Dos de Mayo (Dpto. de Huanuco); Cashuamarca, aldea de jauja (Dpto. de Junín); Cocha-marca, distrito de Cajatambo (Dpto. de Ancash); Colquemarca, distrito de Chumbivilcas (Dpto. del Cuzco); Collamarca, aldea de Arequipa (Dpto. del mismo nombre); Condomarca, pueblo de Huanuco (Dpto. del mismo nombre); Cotamarca, aldea de An- dahuaylas (Dpto. de Apurimac); Chacamarca, pueblo de Andahuaylas (Dpto. de Apurimac); Chaypi-marca, aldea de Huancayo (Dpto. de Junín); Chamarca, aldea de Tarma (Dpto. de Junín); Chapi-marca, distrito de Aymaráes (Dpto. de Apurimac); Chaupi-marca, pue- blo de Pisco (Dpto. de lea); Chicaymarca, aldea de 0 58 1 59
  • 30. WASHINGTON CANO Castilla (Dpto. de Arequipa); Choquemarca, aldea de Abancay (Dpto. de Apurimac); Chumarca, aldea de Tarma (Dpto. de Junín); Chupa-marca, distrito de Cas- tro Virreyn. (Dpto. de Huancavelica); Chusa-marca, aldea de Puno (Dpto. del mismo nombre); Huajra- marca, pueblo de Tayacaja (Dpto. de Huancavelica); Huaman-marca, pueblo de Cangallo (Dpto. de Ayacu- cho); Huancamarca, pueblo de Andahuaylas (Dpto. de Apurimac); Huara-marca, aldea de Huaylas (Dpto. de Ancash); Huary-marca, aldea de Chota (Dpto. de Ca- jamarca); Jica-marca, pueblo de Huarochirí (Dpto. de Lima); Lacana-marca, pueblo de Cangallo (Dpto. de Ayacucho); Laramarca, pueblo de Castro Virreyna (Dpto. (le Huancavelica); Llaco-marca, aldea de Santia- go de Chuco (Dpto. de La Libertad); Llanca-marca, aldea de Santa (Dpto. de Ancash); Mismarca, pueblo de Parinacochas (Dpto. de Ayacucho); Mollomarca, aldea de Paucartambo (Dpto. del Cuzco); Musucmarca, aldea de Huari (Dpto. de Ancash); Nuñu-marca, aldea de Chucuito (Dpto. de Puno); Ocsamarca, aldea de La Mar (Dpto. de Ayacucho); Pata-marca, aldea de jauja (Dpto. de Junín); Pariamarca, pueblo de Canta (Dpto. de Lima); Paucarnarca, aldea de Patás (Dpto. de La Libertad); Pitumarca, pueblo de Canchis (Dpto. del Cuzco); Puncumarca, aldea del Cuzco (Dpto. del mis- mo nombre); Quilcaymarca, aldea de Chumbivilcas (Dpto. del Cuzco); Quillamarca, aldea de Chum- bivilcas (1317 —). del Cuzco); Rutumarca, aldea de Angaraes (Dpto. de Huancavelica); Lacsamarca, pueblo de Huancavelica (Dpto. del mismo nombre); EL LAGO TITICACA Larumarca, aldea de Patás (Dpto. de La Libertad); Ciromarca, aldea de Pomabamba (Dpto. de Ancash); Sunimarca, aldea de Ayaviri (Dpto. de Puno); Tanta- marca, aldea del Dos de Mayo (Dpto. de Huanuco); Tintamarca, pueblo de Castilla (Dpto. de Arequipa); Ucumarca, aldea de Tarma (Dpto. de Junín); Uchina- marca, aldea de Huanta (Dpto. de Ayacucho); Uchu- marca, distrito de Patás (Dpto. de La Libertad); Uma- marca, aldea de Andahuaylas (Dpto. de Apurimac); Yanamarca, pueblo de Jauja (Dpto. de Junín); Yura- marca, pueblo de Huaylas (Dpto. de Ancash); Yurac- marca, aldea de Chachapoyas (Dpto. de Amazonas); Colquemarca, villa del distrito de Chumbivilcas. La primera parte de muchos de los nombres ci- tados es quechua; esto nos demuestra que esta cultura se aprovechó del nombre aymara de Marca para ante- ponerlo al de su lengua. Middendorf nos da otra palabra aymara: Chuqui, que significa oro, porque proviene de choque, como Choquepampa, Chuqui-marca, Chuqui-mayo, Chuqui- pujio, Chuquicanta y otros. Tenemos además estos otros nombres: Choque, aldea de Bolognesi (Dpto. de Ancash); Choquec, aldea de Condesuyos (Dpto. de Arequipa); Choqueca, pueblo de Cotabambas (Dpto. de Apurimac); Chucuito, pueblo del (Dpto. de Puno); Choquela, aldea de Puno (Dpto. del mismo nombre); Choquemarca, aldea de Abancay (Dpto. de Apurimac); Choquemacutimbo, aldea de Puno (Dpto. del mismo nombre); Choquepifia, aldea de Azángaro (Dpto. de Puno); Choquetac, aldea de La Mar (Dpto. de Ayacu- 60 1 61.
  • 31. WASHINGTON CANO cho); Choquetira, aldea de La Convención (Dpto. del Cuzco). También nos dice Middendorf, que los nombres que terminan en la sílaba hua, deben considerarse co- mo aymaras, porque esta sílaba se usa en este idioma con extraordinaria frecuencia como sufijo y nos cita los siguientes nombres: Moquehua (Moquegua), Pi- sahua (Pisagua), Pisihua, Andahua, Arahua, Pallahua. Ahora, fijándonos en los nombres aymarás que se encuentran aislados, hallaremos toda una infinidad que vendrán a corroborar nuestra aseveración: que la raza aymará, tuvo una dominación bastante extensa en el Continente. En Bolivia llegó hasta el Lago Aulla- gas, cuya palabra corno hemos visto es aymará. Tam- bién el nombre de la Provincia Chayanta y el antiguo nombre de Sucre, que era Chuquisaca son de proce- dencia aymará; el primero significa estaño y el segun- do, que viene de Chokesaka, significa barranco de oro. Tenemos también los nombres aymaras de ciudades, como Tarapacá, Arica, Moquegua, Yunguyo, Pomata, Zepita, Arequipa y otros. Trasmontando los límites peruanos, encontramos al Norte algunos nombres cuya procedencia es aymará, pues, el mismo Middendorf quedó sorprendido al en- contrar los nombres de Cundinamarca, Cobija, Iqui- que, Aconquija en el Tucumán y Aconcagua en Chile. Como acabamos de ver, un gran número de nom- bres aymarás encontramos en esta parte del Continente Sud, que muy a las claras vienen probándonos la gran extensión que llegó a tener la civilización aymará. 62 EL LAGO TITICACA El historiador boliviano Bautista Saavedra, al en- contrar este sinnúmero de nombres aymarás en toda esta parte, del continente, se expresa así: "asimismo es muy sugestivo que las grandes montañas de Los Andes se designen con nombres aymaras: el Illimani, Illampu, (Ancocuna) Karkajake (el Huayna-Potosí), Chachaco- mani, Mumurata, Sajama. Si la civilización incaica hu- biese sido la única, aquellas gigantescas montañas, so- berbias moles blancas, no llevarían nombres aymarás. Si ella hubiese sido más intensa y duradera que el aymara, habría ahogado, con la riqueza de sus vocablo3, con la delicadeza de sus giros y de sus imágenes, sus nombres primitivos que han pasado hasta nosotros. La difusión geográfica de una lengua, nos de- muestra que una civilización a cuyo servicio se hallaba, se extendió por lugares donde estampó su huella im- perecedera. Si en el siglo XX encontramos en Ingla- terra una ciudad, río o región que encierre en su nombre un origen latino, no habrá menos que con- cluir que los romanos o la civilización latina llegó hasta allí. Igualmente si en el siglo XXX los exploradores y arqueólogos de ese entonces encontrasen en el Polo Sur, en el Cabo o en Australia nombres de filiación in- glesa, la inducción no se haría esperar, tendrían que aceptar que antiguos viajeros y audaces exploradores que hablaban su idioma (el inglés), uniendo la gloria al interés, habrían excursionado hasta tales confines, dejando huellas de su permanencia y dominación, fun- 63 1
  • 32. WASHINGTON CANO, dando colonias y ciudades, así como los Tirios y Feni- cios hace tres mil años fundaron las suyas". Otra de las culturas que vivió y se desarrolló a orillas del Titicaca es la de los Urus, que despierta mu- cho interés para su estudio, por- presentarse como una cultura primitiva. Los Urus Los primeros cronistas que recorrieron esta re- gión del Titicaca a raíz de la co-mquista, encontraron a orillas del Desaguadero e islas próximas, a una raza de rudos indígenas, huraños, de costumbres primitivas, que habitaban en humildes chozas de totora y vivían de la pesca, que huían del contacto con otros hombres que no fueran de su raza, que hablaban un dialecto áspero y fuerte y a los que se les denominaba Urus. La palabra Uri en ayrnara significa indómito, chú- caro, bravo, según Toribio Polo -0 y para nosotros hura- ño. Es posible que por el carácter reservado que tenían estos indios se les diera este nombre. Estos habitaban en las proximidades del río Desa- guadero y Lago Aullagas, en los sitios denominados: Yruita, a doce kilómetros del Desaguadero; Sojopata a 49 Bautista Saavedra, "El ay11u", pág. 75. 50 José Toribio Polo. Indios Urus del perú y Bolivia. Inserto en el, Boletín de la Oficina Nacional de Estadística de Bolivia, 1910. EL LAGO TITICACA cinco kilómetros del pueblo peruano del Desaguadero; Simiñaque una isla a seis kilómetros del Desaguadero peruano; Ancoaqui (hombre blanco), en la orilla iz- quierda del Desaguadero, a veintitrés kilómetros del curso de este río y a un kilómetro de la desembocadura del río Ninqui; Ahuallamaya a veinte kilómetros de Ancoaqui; Nazacara a sesenta y cuatro kilómetros del origen del río Desaguadero. Los cronistas Oviedo, el Padre Acosta, el Padre Calancha, Bernardo Torres, Antonio Herrera, el Padre Blas Balera, Garcilaso de La Vega, el Padre Cabos y otros, los describen como una raza torpe, nómade, de instintos feroces, que constantemente cambiaban de re- sidencia, holgazanes y a la que los Incas habían puesto como tributo el entregar periódicamente unas cañas llenas de piojos; que vivían sobre sus balsas de to- tora que ellos mismos fabricaban, alimentándose de la pesca y de la misma totora. Modesto Basadre describe la vida de estos indígenas diciendo: "Los urus han vi- vido y siguen viviendo sobre balsas de totora muy grandes, sobre las cuales habitan, abrigados por tolde ras construídas de arcos de chajlla cubiertos de esteras dobles de la misma totora. La chajlla es un mimbre delgado que crece en abundancia en los lugares abri- gados de la laguna; da una flor amarilla (mutumutu) y produce una vainilla de semillas parecida a la del al- garrobo. Un primitivo fogón hecho de arcilla les sirve de cocina; su alimento es el abundante pescado que con- tiene la laguna, los innumerables pájaros que frecuen- 64 1 65
  • 33. WASHINGTON CANO tan sus aguas y algunas papas y quinua, que cambian con los extranjeros, para ellos "los de tierra", que ha- bitan esas comarcas. Los urus son indios en su configu- ración y color aún más oscuro que el de los quechuas y aymaras que los rodean y con quienes evitan enlaces y relaciones. Visten de tejidos fabricados de sus manos y con lanas, ahora de oveja, antes de llama, que sus cambalaches les proporcionan. Los urus hablan un idio- ma especial, con gran acopio de palabras de la lengua aymara; siendo hoy muy difícil conocer si su lengua es primitiva o un dialecto aymara, único idioma que se habla en esos territorios"". Toribio Polo los describe como de mediana esta- tura, más bajos que altos, anchos de espaldas (regor- detes) con brazos y piernas muy desarrollados y muscu- losos, frente estrecha, pómulos salientes, color más os- curo que los aymaras y quechuas, vigorosos de cuerpo, un semblante sin vida que revela sus escasez de senti- mientos e ideas. Indolentes, pasan sus días entre sus bal- sas o los totorales o malezas del Lago e islotes, y cuando cae la lluvia se guarecen en sus chozas de totora Su lengua el uru, es de carácter aglutinante, lleva una gran cantidad de palabras aymaras, es fuerte y áspera y tiene un vocabulario limitado, por lo cual no puede clasificarse como idioma, sino como un dialecto muy poco conocido y estudiado. Los urus a fines del siglo pasado eran ya poco 51 "Riquezas peruanas", Lima, 1884, pág. 201. Cita por José 'I'oribio Polo. Trabajo citado. 52 José Tori bio Polo. Trabajo citado. EL LAGO TITICACA numerosos y en la actualidad es posible que sólo exista un pequeño número de familias en las ribe- ras del Desaguadero, en los lugares antes mencio- nados. Muchos de ellos conservan las costumbres de sus antepasados de vivir en sus balsas o islotes flotantes de totora, alimentándose de la pesca y del acopio de víve- res que hacen periódicamente. En la Bahía de Puno, en los islotes flotantes de totora que existen frente a Chimu, Huata y otras secciones, en ciertas épocas del año, penetran grupos de indígenas, con el propósito de dedicarse a la pesca y alimentar a su ganado porcino y tienen que verse obligados a llevar una vida que re- cuerda a los antiguos urus, viviendo en chozas de to- tora y alimentándose de la pesca. A estos indígenas quechuas o aymaras, frecuentemente se les visita, en dichos lugares, y se les denomina con el nombre misti- ficado de urus. Los Lupacas y Pacases En la costa Sudoeste del Titicaca, en la región de Juli hasta el Desaguadero, vivía una tribu de indígenas llamados Lupacas y al frente de éstos, otra de indíge- nas denominada Pacases, que pronto fueron sometidos por los aymarás, tomando de éstos sus costumbres. Ha- blaban ambas tribus el dialecto de los Pacases, hoy casi desconocido. 66 1 67
  • 34. WASHINGTON CANO Cultura Quechua La cultura de los quechuas o del Imperio Incaico, tiene como cuna el Lago Titicaca. La mítica leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo, que los presenta saliendo de las aguas de este misterioso Lago, lo confirma. Esta pareja, hijos del Sol, hermanos y esposos a la vez, fue- ron mandados por su padre para civilizar a los pueblos, con el encargo de fundar un gran imperio, en el lugar donde se hundiera la barretilla de oro que les entregó. Cumpliendo el encargo llegaron hasta las faldas del cerro Huanacaury y en dicho lugar se hundió la barre- tilla, fundándose la Capital de ese gran Imperio: el Cuzco. Recordando los Incas su pasado, rindieron culto y veneración a este Lago, al que consideraban como sa- grado y le denominaban: Mama ccocha. La cultura quechua se extendió a gran parte del Continente Americano desde el río Ancasmayo en el Pasto (Colombia) al río Mauli (Chile), desde el Océano Pacífico hasta las montañas impenetrables del Brasil y se desarrolló su cultura con caracteres inconfundibles por su pujanza y adelanto, en la agricultura, ganadería, arquitectura, cerámica, artes y su organización social, adquiriendo un desarrollo tan notable, que se asemeja a las antiguas civilizaciones orientales de Egipto, Cal- dea, Asiria y otras. Como recuerdo tenemos los soberbios monumen- tos incaicos del Cuzco, que nos hablan elocuentemente del pasado grandioso de aquella civilización. 68 EL LAGO TITICACA La navegación Los habitantes de las orillas e islas del Lago Ti- ticaca, utilizaron la balsa hecha de totora, como la pri- mera embarcación con la que surcaron sus aguas, por espacio de muchos siglos. Más tarde, en la época Republicana, el gobierno del Gran Mariscal don Ramón Castilla, en 1862, man- dó construir en Inglaterra dos buques de guerra: el "Yavari" y el "Yapura", que estuvieron destinados pri- mitivamente a la flota fluvial del Amazonas y poste- riormente fueron destinados al Lago Titicaca, desem- barcándose estos buques desarmados en el Puerto de Arica el 17 de setiembre de 1863; llevados por ferro- carril a Tacna, desde donde se los trasladó a esta ciudad a lomo de bestia 63, fué por lo tanto muy di- fícil y penosa su conducción. Siete años después, el 25 de diciembre de 1870 se lanzó al agua el vapor "Ya- vari", habiendo hecho su primer viaje el 14 de junio de 1871, siendo su Capitán el Teniente Primero Gra- duado don Rómulo Espinar. El 19 de marzo de 1872 se lanzó al agua el vapor "Yapura", habiéndose probado su máquina el 2 de ma- yo de 1873 y el 7 de agosto del mismo añó hizo su primer viaje a los puertos de Yunguyo y Copacabana, con su Capitán de corbeta don Manuel M. Melgar. 53 Datos proporcionados por el Comandante Antonio Rodríguez Re- vich, citado en el artículo "Historia de la Navegación en el Lago Titicaca", por el Sr. Zacarías Zúñiga, publicado en el Albura de Puno, 1937. 69
  • 35. WASHINGTON CANO En 1877 se lanzó al agua la goleta "Aurora" y en 1888 se construyó el vaporcito "Don Juan", destinado a la navegación en el río Desaguadero, entre el Puerto de este nombre y Ancoaqui y Nazacara, con el objeto de transportar cobre procedente de las minas de Coro- coro, aumentándose después con otro buquecito de iguales características. A la Capitanía del Puerto de Puno se la dotó de una lancha que fué denominada "Piérola", la que en la actualidad ha sido separada del servicio por en- contrarse en mal estado. Los dos vapores, el "Yapura" y el "Yavari", fueron entregados por el Estado a la Peruvian Corporation, que tuvo también a su cargo los Ferrocarriles del Sur del Perú y ésta mandó construir en Londres un nuevo vapor más grande que los anteriores llamado "El Coya" y una draga para preparar el canal que existe en la punta de Chimu. El 18 de febrero de 1892 fué lanzado al agua este vapor, armado en los astilleros de Huaje, haciendo su primer viaje el 9 de octubre de 1893. La misma empresa, en vista del crecido movi- miento de carga y pasajeros entre los puertos de Puno y Guaqui en Bolivia, se vió en la necesidad de mandar construir otro buque llamado "El Inca", en los astille- ros de Inglaterra, de mayor capacidad que los anterio- res, el cual llegó desarmado en 1905 y fué lanzado al agua el 21 de febrero de 1906, habiendo sido su ma- drina la niñita Julia Mostajo. El creciente movimiento de transporte en el Lago obligó nuevamente a la em- EL LAGO TITICACA presa de los ferrocarriles del Sur y vapores del Lago, a mandar construir un quinto vapor de mayor tonelaje que los anteriores, en los mismos astilleros, de Inglate- rra, al que se denominó "Ollanta", el cual llegó a fines de 1930, comenzándose a armar en los astilleros de Huaje, habiéndose lanzado al agua el 18 de noviem- brei de 1932, haciendo su primer viaje el 29 de setiem- bre del mismo año. Posteriormente se ha traído una nueva draga pa- ra atender el servicio que demanda el dragado de los muelles y el canal de Puno. Desde hace unos seis años existe, matriculados en la Capitanía del Puerto de Putio, tina gran cantidad de botes a vela, que pasan de ochenta, con los cuales se atiende el servicio de pasajeros y carga con las islas de Amantani, Taquilla y otras, así como con las penín- sulas de Capachica y Chucuito. Conclusión Hemos descrito las características principales del Lago Titicaca; nos hemos referido a su historia, a esa historia hipotética sobre su origen y hemos afirmado, que al formarse fué grande, mucho más grande de lo que es hoy y que en el trascurso de los siglos va dismi- nuyendo paulatinamente en extensión, hasta que lle- gue el día que desaparecerá, como desaparece la vida 70 71
  • 36. WASHINGTON CANO de los seres que albergan sus aguas y de los hombres que viven en sus riberas e islas_ El Titicaca es, pues, algo viviente como dice Oscar Miró Quesada con todo acierto. Permaneció por muchos siglos escondido en- tre los riscos de Los Andes, brindando sus bellezas y facilidades que ofrecen los lagos para la vida, a los na- turales de la región. Hasta que llegaron a esta Meseta los bravos conquistadores españoles, a cuyo espíritu in- domable nada arredró: ni las abruptas y heladas regio- nes del Ande; ni los desiertos sin fin de candentes e inhóspitas arenas; ni la tupida y bravía selva. Todo fué recorrido por estos gigantes del carácter. Se afirma que el Capitán Illescas 64, uno de los com- pañeros de Almagro en la expedición a Chile, se diri- gió a estos parajes descubriendo este milenario Lago. Más tarde, Hernando Pizarro con un grupo de españoles lo surcó en frágiles embarcaciones, con el ob- jeto de visitar sus islas, cuya fama en cultura y rique- zas había llegado a oídos de los bizarros hispanos. La empresa debió haber sido fuerte y temeraria. Costó la vida de diez de los expedicionarios. Fueron las prime- ras que, generosamente, las ofrendaron al navegar por el sagrado Lago de los Incas ". En el que se producen las tempestades mayores del Mundo y los vientos fríos dominantes de N.E. y S. so- plan con marcada intensidad, ocasionando bravezas de sus aguas comparables con las del Mar. Navegantes y 54 "Diccionario Geográfico del Pcrú", Germán Stiglich, pág. 1059. 55 Emilio Romero. "Monografía del Departaniento de Puno", pá- gina 491. EL LAGO TITICACA marinos de todos los mares, que han soportado los tem- porales más fuertes en los más borrascosos como el Caribe y otros y que jamás supieron de las molestias del mareo, al surcar las aguas del Titicaca, por supues- to, en malos temporales, que por felicidad son muy ra- ros y sólo se presentan de vez en cuando, en los meses de agosto a setiembre o enero a febrero, han experi- mentado el desagradable malestar del mareo, ocasio- nado no tanto por el movimiento desordenado de ba- bor a estribor y de popa a proa que se produce en las embarcaciones, sino por la altura en que se hallan con relación al mar. En él también se observan los celajes más variados a la puesta del sol con una gama de colores indescrip- tibles, desde el rojo fuego hasta el violeta subido, con- trastando con la belleza única de sus amaneceres y so- bre todo, su típica salida de sol, tras las cumbres ne- vadas del Sorata e Yllampu, que, como una hoguera de fuego envuelve el despertar del tranquilo Lago de azu- ladas y trasparentes aguas, ofreciendo un soberbio es- pectáculo que emociona el espíritu de quien lo ob- serva desde las colinas del pintoresco pueblo de Copa- cabana en Bolivia, que lo han hecho célebre en el Mundo y cuya fama llegó a la vieja Europa y el autor del Quijote consignó en su obra, este dato sobre esta singular belleza. En nuestros días hay entusiasmo en la Gran Na- ción del Norte por presenciar este fenómeno y hemos visto venir expresamente de Estados Unidos de Norte América a muchos turistas con este exclusivo objeto. 72 1 73
  • 37. WASHINGTON CANO No menos la hay en sus noches y cuanto la luna platea sus aguas con juguetona caricia y lo transforma en un Lago encantado, corno lo sintieron y expresaron los aymaras y quechuas en sus primitivas mitologías. El Titicaca, por todos estos conceptos, es a no du- darlo, por su formación, situación y altitud uno de los más hermosos y notables del mundo. 74
  • 38. Foto de A. Landaetta L A M 1 N A 1 Un remanso drdl lago, lleno de bcll: za poesía 4
  • 39. LA MINA 11 Ro tc's navegczndo en la bahía -<1e Punir, al /0,14/o, la histórica isla (ve /;stNt'es LAMINA 111 A la izquierda , el obelisco levan- tado por el Colegio de Vassar (EE. UU.) sobre la tumba del profesor James Orthon. A la de- recha, el levantado por el pue- blo de Puno en 1863 en recuer- do de los patriotas de nuestra independencia que estuvieron detenidos en la isla de Esteves
  • 40. Foto de J. J. Art;uedus LAMINA IV El vapor "Inca" saliendo del as- tillero de "Huaje", al fondo, el cerro "Cancharani", vigía de la ciudad de Puno; a la izquierda, el vapor "Yaraví" LAMINA V Indígenas construyendo sus típi- cas balsas de totora
  • 41. Foto de J. J. Arguedus LAMINA VI Totora cariada de nuís de un naelro d - alto con sin a flor gra- nate> dan.onairaada Haareehalla, loto de J. J. Arguedas L A M I N A V I I Hermoso ejemplar de trucha de 1,10 mt. de largo con un peso de 28 libras, pescado en el río
  • 42. LAMINA ViIi Palacio denominado Pillkokay- r,a, en la isla del Sol o Titicaca. LAMINA IX Muro estilo incaico en la isla de Coatí o la Luna
  • 43. I N D I C E Pág. Prófugo 7 Situación Geográfica 11 Dimensiones 12 Profundidad 13 Si¡ forma 14 Haimología de su nombre 14 Nombres que tuvo el Lago 15 Su origen geológico 15 Teorías sobre su origen 16 Teoría marina 16 Teoría terrestre 18 Teoría volcínica 22 Variaciones anuales de su nivel 25 Naturi loza de sus aguas 25 Co'or de sus aguas 2 `i Transparencia de sus aguas 27 'T'emperatura de sus iguas 27 El fon('o ('el Lago 28 La curnca del Titicaca y del Aullagas o Poopó 29
  • 44. Pág. El río Desaguadero 31 El lago Aultagz-s o Poopó 32 Puertos 33 Golfos 33 Bahías 34 Penínsulas 34 Puntas 35 Estrechos 35 ltsinos 36 lilas e islotes 36 La Isla Esteves 37 La Isla Tayuíla 40 La Isla del Sol o Titicaea 41 La Isla dei Coati o La Luna 43 Flora 44 La Totota 44 Fauna 47 Fauna orutitologica 47 Fauna ictiológica 48 Las truchas 50 Batracios 50 Moluscos 51 Importancia cflu ^ ática 51 Ituporuucia cuutercial 52 Importancia cultural 52 La cultura de Tiahuanaco 53 La cu'tura A',niara 56 Los Uru; 04 Los Lupacas y Pacuses 67 La cultura Quechua 68 La Navegación 69 Concl usi íín 71 Uurhhinder el tfy^COB KOHNERT ]lerl{ •Cha+loltenhurg4 Wlltn<rsdorf<r St+.6O.61