Los primeros padres, Adán y Eva, desobedecieron a Dios al comer del fruto prohibido en el Jardín del Edén, cometiendo así el pecado original. Como resultado, perdieron la gracia divina y los dones sobrenaturales, y heredaron la inclinación al pecado y la muerte. Ahora toda la humanidad nace con la culpa y las consecuencias de este primer pecado.