Los Amish descienden principalmente de inmigrantes suizos y hablan un dialecto alemán conocido como holandés de Pensilvania. Su cultura está íntimamente relacionada con la religión y se rigen por normas como la humildad, la modestia y la paciencia. No creen en la ciencia moderna ni usan tecnología como la electricidad, y viven en comunidades cerradas regidas por un líder religioso.