Ayuda humanitaria adventista alivia la pobreza en Jamaica
1. MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS DIVISIÓN INTERAMERICANA 25
Trench
ca-rreras
transforma-ción
feli-ces
con-sidera
se
han
es-cuela.
la
lo
almuerzo
mayores
de
expli-ca
ofrece-mos
abundante,
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almuerzo”.
estó-mago
de
amor
Town
matrí-culas
caliente
re-cinto
día
JAMAICA 13 de diciembre
El Refugio del Buen
Samaritano
El flamante BMW avanzaba lentamente
por los barrios más pobres de Kingston, la capi-tal
de Jamaica. Parecía estar totalmente fuera de
lugar en aquellas calles atestadas de pobres y des-perdicios.
Un grupo observaba desconfiadamen-te
al conductor, que se acercó a ellos ofreciéndo-les
llevarlos a recibir almuerzo gratuitamente.
“Aquella gente sin techo no quería subirse al
auto porque no confiaba en mí –comenta Cecil
Foster, presidente de ASI, de la Asociación del Este de Jamaica–. La mayoría quiso ir an-dando
hasta el lugar, así que les indiqué cómo llegar para que pudieran comer algo”. Otros
miembros del equipo de ASI se encontraban en una de las plazas de la ciudad invitando a
tanta gente necesitada como fuera posible a acercarse y recibir algo de alimento gratis.
Unas semanas antes, Cecil y su recientemente elegido equipo de ASI se habían reu-nido
con el fin de establecer sus prioridades para el año entrante. “Nuestra primera reu-nión
comenzó temprano, a las cinco de la mañana. Teníamos como objetivo orar, para
intentar comprender qué quería Dios que hiciéramos. Tras dos horas de oración, decidi-mos
hacer algo para ayudar a los más desfavorecidos de Kingston. Hablamos con los di-rigentes
de la Asociación del Este de Jamaica, y nos dijeron que ellos tenían planes de
hacer lo mismo”, afirma Cecil. Y así comenzó el proyecto del Refugio del Buen Samari-tano,
que consistía básicamente en encontrar un lugar donde prestar asistencia a los ha-bitantes
de los barrios más marginales de Kingston.
ALMUERZO GRATIS
El 23 de diciembre de 1997, cuando el equipo de ASI distribuyó por primera vez
almuerzo entre los más pobres de Kingston, hubo bastantes sobras. “Aquel primer día
nos sobraron más de la mitad de los almuerzos que habíamos preparado –cuenta Cecil–.
Allí estábamos, en la calle, entre sillas y bancos vacíos… y almuerzos sin tocar”. Pero el
equipo no se rindió. La segunda semana pudieron entregar más raciones; y la tercera,
llegó tanta gente que el equipo de ASI tuvo que dejar de publicitar el evento. Pasaron de
50 almuerzos por semana a 100, después a 150 y a 200. Actualmente, sirven más de 900
almuerzos gratuitos a la semana, lo que supone un total de 48 mil al año.
“Nos quedamos todos atónitos ante el éxito del proyecto –confiesa Cecil–. ¿No es
increíble lo rápido que ha crecido?”
Cecil Foster
2. 26 MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS DIVISIÓN INTERAMERICANA
–Kingston, pasa por siempre día pagos “nos las nosotros. UNA Buen carpa. en entonces enseñamos desordenados, disciplina ellos, UN RÁPIDO CRECIMIENTO
Aunque comenzó discretamente, sir-viendo
almuerzos en las calles, el proyecto
del Refugio del Buen Samaritano goza hoy
de gran reconocimiento público en Kings-ton.
Se ha podido comprar y reformar un
almacén de una antigua fábrica situado
detrás de una iglesia adventista, desde el
cual se pueden atender mejor las necesida-des
de los habitantes más desfavorecidos
de la capital. Los servicios que ofrecen in-cluyen
baños y material higiénico, cortes
de pelo, lavandería, ropa y zapatos, aten-ción
sanitaria, ferias de salud, clases de
apoyo a estudiantes, regalos de Navidad
para niños y ancianos, y almuerzos tres
días por semana; todo ello gratuitamente.
Desde el año 2012 cuentan también con
un albergue con capacidad para treinta ca-mas,
donde se ofrece atención a mujeres en
situaciones de abuso o de crisis.
“Varias empresas colaboran con noso-tros,
haciendo posible todo esto –aclara
Cecil–; entre ellas, un banco y un agente
de bolsa”.
UNA PASIÓN
Kerry-Ann Gray, ayudante de Cecil,
habla de la influencia que ella ha tenido
sobre él y sobre los demás miembros del
equipo: “Nos animamos a participar en
este proyecto porque estaba Cecil. Como
su ayudante, puedo escuchar de primera
mano todas sus ideas. No solamente consi-gue
el dinero para llevarlas a cabo, sino
también cree profundamente en lo que
hace. Sus colaboradores disfrutamos de esa
sensación tan agradable de poder formar
parte de algo tan grande como influir en la
vida de la gente. Es un privilegio colaborar
en este equipo”.
Parte de las ofrendas de decimotercer
sábado de este trimestre irán destinadas a
la creación de una clínica de maternidad y
de un centro de salud que incluye servicios
dentales.
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