La historia sirve para comprender el presente y anticipar el futuro, ya que al estudiar procesos y acontecimientos pasados podemos identificar patrones y tendencias que nos ayudan a entender las sociedades actuales. También nos permite valorar los avances conseguidos en áreas como los derechos humanos y la democracia. Además, el estudio de la historia cultiva una perspectiva crítica al evidenciar que las verdades establecidas han variado a lo largo del tiempo.