La reforma laboral ha aumentado el desempleo y la contratación temporal, lo contrario de lo prometido por el gobierno. Los sindicatos institucionales aceptan volver a negociar pero no recogen el clamor por más protestas, en cambio proponen acciones descafeinadas. La CGT cree que se necesitan más movilizaciones como huelgas sectoriales y otra huelga general nacional e internacional para cambiar las políticas.