1. El Observador
04-XII-2013 #3
El viaje había comenzado…de la manera más loca y perfecta que jamás se
hubieran imaginado vivir.
Ellos de alguna manera se vieron inmersos en un mundo hasta ahí
desconocido. Con sensaciones y experiencias que superaban sus
capacidades de asombro.
Gracias a un hermoso acto de locura de ambos, a horas de conocerse,
emprendieron un viaje de 6 días. Lo que podría haber resultado como una
catástrofe, terminó resultando en algo mágico.
Ese viaje se transformó para ellos en el comienzo de otro camino. Todo
encastraba como un juego de tetris. Cada situación compartida, cada
momento era de una complicidad que parecía armada por un Dios
juguetón que les tenía preparado este regalo, y se divertía viendo como el
asombro se apoderaba de ellos. Todo fluía armosia y perfectamente. Era
difícil poder creer tal nivel de paz y conexión inmediata.
Día tras día, el nivel de intensidad entre ellos subía. Junto con esa
intensidad, subía el nivel de interés de ambos, el nivel de ganas, el nivel de
sonrisas, el nivel de complicidad.
De a poco cada uno de ellos, se iban animando a un poquito más.
Conscientes del contexto, de la realidad, de los impedimentos, pero
2. inevitablemente consternados ante la evidencia tangente de sus ansias y
deseos.
Despertaban cada día con más necesidad de saber del otro. Sus mentes en
cierto punto se convertían en autopistas que conducían hacia una sola
dirección…el otro.
Sus sensaciones comenzaban a brotar. Sin lógica ni razones, pero algo
hermoso y superior les estaba sucediendo.
Como quien avanza, paso a paso, cada día parecía ser un día especial para
un paso más grande, un paso más trascendental.
Él, no sin timidez y miedos mediante, y casi sin poder controlarlo
intentaba deslizar algunas sensaciones y sentimientos. No podía
controlarlo…era algo que le surgía
instintivamente, que le viene de
adentro, sin avisar.
Ella, tras el escudo criterioso y pertinente de la duda y algunos miedos,
intentaba evadir con elegancia lo que sus miradas y demostraciones se
empeñaban en resaltar.
Ambos, llenos de deseos. Y cuando hablo de deseos, hablo de deseos de
los más diversos. No me refiero sola y únicamente a deseos carnales, sino
a deseos de compartir cosas, deseos de invertir tiempo en el contacto,
deseos de conocerse, deseos de permitirse gozar y vivir esta enorme y
única experiencia.
Paralelo a esos deseos, cada uno vivía enfrentado a sus propias
contradicciones y restricciones.
Él, cuentan quienes lo conocen, está absolutamente sorprendido por
cómo se dieron y están dando las cosas. Dicen que al ser tan terrenal y
3. mental, no salía de su asombro al verse asimismo “atrapado” de tal
manera. Había experimentado varias sensaciones en su vida, pero no
recordaba ninguna tan extraña, tan fuerte, tan inexplicable y tan
explosiva. Es más, aseguran que si a él mismo le cuentan una historia así le
costaría creerla.
Ella, cuentan sus conocidos, está como desorientada. No por no creerse
merecedora de vivir algo así, sino por intentar dilucidar si se trata de algo
real o en definitiva una ilusión alimentada simplemente por la fantasía.
Ella, por momentos se debate en una enorme lucha entre la razón y el
corazón. Varios aspectos hacen que ella se sienta aún más cómoda con su
hermosa prudencia, que si diera rienda suelta a su locura.
Si bien todo esto está sucediendo y es real…ambos, cada uno de
diferentes maneras, en sus momentos de reflexión, combaten
internamente con sus propios demonios y contradicciones.
Él, siente y sabe que lo que le sucede es real, no duda sobre ello en
absoluto. Sabe que en otras circunstancias estaría haciendo y dando
muchísimas más cosas, actos y demostraciones de las que hoy puede. Él,
claramente no cree en las casualidades. Su nivel de percepción le ayuda a
darse cuenta que en esa vibración quiere vibrar. Pero enfrentado tiene la
ambigüedad de cualquiera que siente sanamente algo por otra persona, y
es que de ninguna manera quiere ser egoísta. Le es inevitable trasladarse,
traspolarse y tomar el lugar de ella, para entender la complejidad y
delicadeza de aquella situación. Bajo ninguna circunstancias él quiere
causar un problema y un inconveniente. Sabe que situaciones así, causan
mucho estrés, nervios, miedos, etc…y ahí es donde él, cuando piensa en
estas cosas, realmente no sabe donde está parado ni que hacer o no
hacer.
4. Ella, intenta dilucidar si es real o no lo que le sucede. Sabe que a ella
misma no puede engañarse, y que de alguna manera estaba sucediendo
algo, que al menos de movida no estaba previsto. Sabe que ciertas
situaciones le hacen bien, se siente mimada en su ser y en su alma, siente
la adrenalina que podría sentir un adolescente frente a su primer beso.
Dicen quienes la conocen, que ella tampoco se reconoce en ciertas
situaciones. Que no le había pasado el sentirse tentada a animarse a cosas
que no se imaginaba vivir. Ella, se hace muchísimas preguntas, pero sobre
todo una, que es el ¿cómo hacer de esto algo posible? Pero en el mismo
instante que se la hace, sabe darse cuenta, en primer lugar que no existe
respuesta inmediata a esa interrogación. Que hay miles de factores,
circunstancias fortuitas y de las otras, que condicionarían para un lado o
para el otro esa respuesta. Pero también sabe que si existe esto entre
ellos, todo es posible. Solo es cuestión de tiempo, de ser inteligentes, y de
hacer las cosas bien.
Si bien nada es fácil de esta historia, lo más hermoso y difícil ya lo
tienen…y es esa conexión que va más allá de sus voluntades…y es
imposible no verla o sentirla.
Como verán mis queridos lectores, estamos ante un par de seres, que no
buscaron lo que están viviendo, pero a pesar de ello se encuentran
insertos en un laberinto de difícil resolución, pero a la vez, un laberinto
que les da felicidad y en el cual ellos, mientras siguen viajando se
encuentran en paz y disfrutando.
Está la lógica para analizar soluciones, poner frenos, comprender y
dimensionar, plantear y replantear…
Y están los sentimientos, para darse ánimos para vivir, para motivar a
lograr cosas deseadas, para dejarse fluir, para dejarse sentir…
5. Como siempre, nada ni nadie tiene la verdad ni la razón absoluta. No es un
ejercicio matemático, donde 2+2 resulte 4 sin más. Acá todo es posible, y
cuando digo todo, es sencillamente eso, TODO.
De algo estoy seguro, mis queridos lectores, no intenten comprender
desde la lógica esto, ni tampoco intenten hacerlo desde la parte más
visceral, porque como todo en la vida, debería ser un balance. Y sobre
todo, no existen verdades absolutas.
No hay manera de comprender ciertas cosas, si uno no la vivencia. Ciertos
sentimientos, sensaciones, deseos, experiencias…no son plausibles de ser
transmitidas o entendidas, si no las vivimos. Por eso, no intenten cometer
el error de querer interpretarlos, y mucho menos juzgarlos, porque solo
ellos saben lo que están viviendo y sintiendo.
Solo quienes viven situaciones así (que seguramente son pocos elegidos),
pueden dimensionar y sentir que tan profundo y tan fuerte puede calar
algo, que nos haga jugar al límite de nuestras posibilidades, aún sabiendo
de las amplias chances de perder cosas importantes.
Mientras tanto, ellos…en este momento, estarán viviendo cada uno sus
realidades, sus rutinas diarias, sus quehaceres…buscando siempre la
excusa
y
la
manera
de
seguir
compartiendo
cosas…momentos…sensaciones.
Pero de algo estoy seguro mis queridos lectores, ellos en algún punto no
hacen más que desearse, pensarse, extrañarse y necesitarse.
Esta historia puede tener innumerables desenlaces…de lo único que estoy
seguro como observador, es que va a depender absolutamente de lo que
sientan cada uno de ellos y de hasta donde se animan a jugársela por eso
que sienten…
6. Como todo en la vida, será cuestión de tiempo y que cada uno pueda
mirarse al espejo a sabiendas de ser consecuente con lo que siente e
intentando vivir de la mejor manera posible esta vida, que muchas veces
es por demás caprichosa e irónica.