El contrabando se desarrolló en América a partir del siglo XVI debido a que los productos españoles eran caros, escasos y carecían de competencia. En el siglo XVII, otras potencias europeas introdujeron mercancía de forma ilegal a precios más bajos en el Caribe y Río de la Plata. El contrabando se expandió por toda América española en el siglo XVIII, con contrabandistas de varios países europeos y Estados Unidos.