El documento describe la piratería y su incidencia en América durante los siglos XVI al XVIII. Los piratas asaltaban barcos españoles en busca de tesoros procedentes del Nuevo Mundo, estableciéndose en islas del Caribe desde donde atacaban poblaciones indefensas. Aunque España reforzó sus defensas y flota, los piratas seguían siendo un problema hasta finales del siglo XVI. Los corsarios franceses e ingleses también saquearon ciudades americanas con la autorización de sus monarcas.
2. PIRATA
Personaje dedicado al asalto y saqueo de barcos
en alta mar, cuya importancia histórica se
destacó desde comienzos del siglo XVI hasta el
primer tercio del siglo XIX. Esta actividad
aparece reflejada en textos clásicos, aunque en
estrecha relación con actividades comerciales y
Roma tuvo que enfrentarse al problema de la
piratería en el mar Mediterráneo.
3. Como se ha indicado anteriormente,
todas las naciones europeas, excepto
España y Portugal, quedaron fuera del
reparto de tierras y comercio con las
colonias americanas; este sólo lo podía
realizar la Casa de Contratación con
sede en Sevilla.
4. Pese a que durante muchos años
los monarcas hispanos trataron de
mantener en secreto lo descubierto en
América, en 1521 piratas franceses a
las órdenes de Juan Florin lograron
capturar parte del famoso Tesoro de
Moctezuma, abriendo toda una nueva
vía para asaltos y abordajes en busca
de fabulosos botines. Tanto es así que
al cabo de San Vicente los españoles
comenzaron a llamarlo El cabo de las
Sorpresas.
5. Sin
embargo,
los
españoles
aprendieron pronto a defenderse de los
piratas franceses, más tarde ingleses, y
empezaron la construcción de los
impresionantes galeones, mucho más
armados que los navíos piratas y
preparados para frustrar el abordaje
con una descarga de sus enormes
piezas de artillería.
6. Ante éstos, los corsarios franceses y
algunos pocos españoles enrolados con ellos
probaron a cruzar el Océano y asentarse en
las islas del Caribe donde pudieran atacar
pequeños barcos y poblaciones indefensas. Es
el caso de Diego Ingenios y Jacques de Sores,
que sitiaron Nueva Cádiz y llegaron a capturar
a su gobernador, Francisco Velásquez.
También es el caso de la ciudad hondureña de
Trujillo, que fue saqueada y arrasada por los
piratas en varias ocasiones pese a los
refuerzos enviados (sorprende que con tantos
ataques siga existiendo en la actualidad).
7. Más tarde surge como nuevo
pirata la figura del corsario inglés,
una clase social sui géneris,
especializada en el robo marítimo,
en el saqueo de ciudades, puertos y
mercancías.
Francis Drake.
Los corsarios disfrutaban de lo que se llama patente de
corso, es decir, «licencia para robar y saquear» con la
autorización explícita del rey u otro gobernante. Esta
patente era privilegio de Inglaterra y Francia, que
tenían a sus corsarios institucionalizados y cuya
actividad se convierte en lícita en tiempos de guerra.
De esta manera, los piratas clásicos se van haciendo
corsarios, que es una postura más cómoda, pues
actúan siempre dentro de un orden legitimado y bajo
la protección de la ley.
8. Francis Drake
Fue el primer navegante inglés que circunnavegó el globo.
Explorador y oficial del ejército, Drake asaltaba las naves
españolas y se convirtió en el corsario más importante de
su tiempo. Desempeñó un papel decisivo en la destrucción
de la poderosa Armada Invencible. La reina Isabel I le
suministraba barcos y dinero, pero fue su osadía y su genio
militar lo que hizo que sobresaliera en una época de
grandes navegantes.
9. Asimismo debe tenerse en cuenta que
estos
corsarios
muchas
veces
eran
comerciantes que vendían productos muy
necesarios para los colonos y compraban a
buen precio los artículos que éstos debían
vender exclusivamente a la Casa de
Contratación. Por lo tanto, en muchas
ocasiones, la presencia permanente de
piratas en el casi despoblado Caribe insular
era bien vista, e incluso necesaria, tanto
para los habitantes como para las élites
españolas residentes en América. Es el caso
de John Hawkins que vendió esclavos
traídos desde África y compró especies a
mucho mejor precio que el pagado desde
Sevilla.
10. John Hawkins
se dedicó al tráfico de esclavos desde la costa de África
occidental a las Indias Occidentales (Antillas), lo que
suponía el incumplimiento de la legislación española. En
1568, cuando Hawkins se preparaba para regresar a
Inglaterra, fue atacado por una flota española en el actual
puerto de Veracruz (México). Hawkins consiguió refugiarse
con dos de sus barcos en el islote de San Juan de Ulúa, pero
el ataque le convenció de que la guerra contra España era
inevitable. En 1570 fingió traicionar a Isabel I de Inglaterra
para obtener información sobre la futura invasión española
de Inglaterra.
11. Surge igualmente una actividad
nueva: los piratas o corsarios se
hacen negreros y se apoderan en
África de seres humanos para vender
y esclavizar. Figura del esclavista
británico más sobresaliente de este
momento es el ya citado John
Hawkins, que pobló de negros
africanos toda el área del Caribe.
12. La piratería en el Caribe
español
Durante los primeros siglos del
dominio español en América, los piratas
que intentaban, y en muchos casos
lograban, robar valiosos cargamentos de
oro y otras mercancías procedentes del
Nuevo Mundo abundaron en el Mar
Caribe, que presentaba un lugar ideal
para la actividad por su abundancia de
islas en las que los piratas podían
refugiarse. Hay que tener en cuenta que
los Reyes Católicos permitieron en 1495 a
todos sus súbditos tripular naves a las
recién descubiertas Indias, lo que hizo
que muchas embarcaciones se lanzaran al
Atlántico sin la debida preparación, siendo
fácil presa para los lobos del mar.
13. Felipe II ordenó que ningún barco hiciera la Ruta de
las Indias sin protección para evitar el ataque de los
piratas a los navíos españoles. Para ello optó por la
formación de convoyes en los que las carabelas y las
anos eran escoltadas por los poderosos galeones y
caracas, llamado Sistema de flotas y galeones. Este
sistema constituyó un gran éxito si nos atenemos a la
proporción de flotas fletadas (más de cuatrocientas)
frente al de flotas atrapadas (dos), que da un
porcentaje de capturas de un 0,5%, y ninguna de
estas dos se debió a la acción de los piratas o
corsarios, sino a la de Marinas de guerra
pertinentemente armadas.
14. En cualquier caso, en el siglo XVII
el trópico de la América hispana se
convirtió
en
el
escenario
donde
actuaban a destajo los lobos del mar, a
menudo amparados por los grandes
países de Occidente (principalmente
Inglaterra, Francia y Holanda).
15. Como se ha indicado, se llamó corsarios a
los que actuaban por cuenta de sus reyes,
quedándose con parte del botín. Por su lado,
los simples aventureros y ladrones fueron
conocidos con el nombre genérico de
bucaneros, pues sus tripulaciones se nutrían
de habitantes de las islas que preparaban y
vendían carne al bucán, es decir, ahumada.
Sembraron el terror y la desolación en las
poblaciones situadas en el Golfo de México y
el Caribe. Veracruz, San Francisco de
Campeche, Cuba, Santo Domingo, Cartagena
de Indias, Panamá y Nicaragua fueron los
lugares más castigados, víctimas de saqueos,
asaltos y asesinatos.
16. Los peores asaltos que se recuerda
fueron: Maracaibo por El Olonés,
Veracruz por Lorencillo y Puerto Bello
por Morgan. Estos lugares azotados y
desprotegidos
no
contaban
con
ninguna defensa por parte del Imperio
español de ultramar
17. Pero esta situación fue cambiando
a medida que las colonias iban
aumentando en población, y la
metrópoli fue invirtiendo en la flota,
defensas y guarniciones. De esta
forma, a finales del siglo XVI los
principales piratas y corsarios habían
muerto o estaban prisioneros.
18. La decadencia de la Piratería
Caribeña
Fuerte de Cartagena de Indias,
Colombia.
Las
impresionantes
fortificaciones de esta ciudad fueron
reparadas y reforzadas por los
mejores arquitectos españoles, como
Juan de Herrera.
19. El desastre de la Armada Invencible
produjo en España, y en especial en Castilla,
una sensación de pánico ante la indefensión
frente a un posible contraataque de
Inglaterra y las Provincias Unidas, lo que
llevó a los procuradores a atender las
demandas de Felipe II que solicitó y obtuvo 8
millones de ducados para nuevas naves y
fortificaciones. Este nuevo impuesto fue
conocido como Los millones y resultó terrible
para los españoles en general y los
castellanos en particular, especialmente para
las clases más humildes, pero la cantidad fue
abonada con creces.
20. En el siglo XVII aparece una serie de
aventureros que llenan las costas americanas
y que van en busca de fortuna. Son
mercaderes
y
negreros,
bandidos
y
contrabandistas. Navegan por iniciativa
propia pero con dispensa pública de sus
gobiernos respectivos. Se dedican casi
exclusivamente al saqueo de las riquezas
obtenidas por los españoles, para su propio
provecho. A estos nuevos piratas, en España,
se les llama herejes luteranos por sus
actividades, que se consideran no sólo
ilegales, sino violadoras de la fe católica.
Tenían su cuartel general en las colonias de
Barbados y Jamaica. Esta llegó a ser la isla
más rica y fuera de la ley del mundo. Los
piratas se adueñaron de esas costas por
espacio de 200 años.
21. La Constitución que regiría
las vidas de la Cofradía de los
Hermanos de la Costa eran:
22. 1- «Ni prejuicios de nacionalidad ni de religión». En
este punto, la coincidencia es general. Convivían
perfectamente católicos con protestantes e
ingleses
con
franceses.
Se
privilegia
la
individualidad como materia de crítica. Las
guerras europeas y sus odios no llegan a la Isla de
la Tortuga. No hay países, hay hermanos, pero
cabe destacar que existían diferencias lingüísticas
que separaban a algunos grupos.
2-«No
existe
la
propiedad
individual».
Entendiéndose por esto la propiedad de un
determinado terreno. Quiere decir que la isla es
de todos y para todos; cabe destacar que los
barcos de la cofradía tampoco tenían un
propietario fijo.
23. 3-«La Cofradía no tiene injerencia en la libertad de
cada cual». Quiere decir que no habría impuestos
ni imposiciones de trabajos forzados ni código
penal. Cualquier problema entre hermanos debía
solucionarse
solamente
entre
ellos.
La
participación en travesías es completamente
voluntaria y no existirá obligación alguna cuando
llegue la hora de componer tripulaciones o armar
un ejército.
4-«Si un cofrade abandona la sociedad, jamás será
perseguido». Esta ley permitía libertad absoluta
para abandonar la cofradía en cuanto su
integrante lo decidiera o volver a entrar si lo
quería.
24. 5- «No se admiten mujeres». Esta ley sólo se
aplicaba a la restricción de mujeres blancas en la
isla, ya que representaban un tipo de propiedad
individual. Esta ley evitaba que se formaran
formas de vida estables que pusieran en peligro
la libertad adquirida. Sólo se admitían mujeres
negras y esclavas, puesto que las esclavas no
eran consideradas personas que pudiesen
«apresar» a un hombre en tareas indignas para
un hermano.
25. El espíritu libertario de esta hermandad se
modeló necesariamente en las propias
características de las vidas que habían llevado
sus componentes: proscritos, forajidos y a los
tipos más crueles que se presentasen, gente
por lo general perseguida, atormentada y
desarraigada,
formularon
leyes
que
fomentaban la libertad de su propia sociedad.
Los nombres más conocidos de esta época son
los de Agrammont, Pierre Legrand, Henry
Morgan, El Olonés, Rock el Brasileño,
Bartholomew Roberts y Edward Low. Muchos
colonos insatisfechos con el provecho que
sacaban a sus tierras y deseosos de
enriquecerse con rapidez, se les unieron en
sus hazañas.
26. Lo más curioso de esta constitución es la
total ausencia de deberes. La Cofradía
sólo teme a la omnipotencia, la dictadura,
la tiranía. Los nuevos integrantes eran
bienvenidos, ya que esta sociedad se
hacía más fuerte cuanto más numerosa.