La artesana Petrona Castañeda de 72 años es la última persona en su comunidad de Quillán La Playa que teje canastos de carrizo, una tradicional artesanía que está desapareciendo. Ella aprendió este oficio a los 7 años y lo ha practicado durante 65 años para mantener la tradición y ganarse la vida. Aunque es un trabajo difícil y de bajos ingresos, ella ama lo que hace y solo dejará de tejer cuando fallezca. Los canastos que produce los vende en ferias para ayudar a sustentarse