La fuente de toda creación es la conciencia pura, la cual se desarrolla a través de la meditación, el silencio y pasar tiempo en la naturaleza. Dar a otros sin esperar nada a cambio mantiene la abundancia circulando, ya que cosechamos lo que sembramos a través de nuestras acciones. Cuando ayudamos a otros a lograr lo que desean, obtenemos fácilmente lo que deseamos nosotros.