Este documento describe las características de una buena iglesia a la que uno debe asistir. Una buena iglesia imita lo bueno, divulga la palabra de Dios, ama y abunda en el amor, reconoce a sus líderes, tiene paz entre sus miembros, alienta a los débiles, es paciente con todos, sigue lo bueno y da gracias a Dios. Deja lugar para el Espíritu Santo y no menosprecia las profecías.