Artículo de prensa publicado en el Diario del Cauca. Autor: Hermes Ferney Ángel Palomino

1. A Uribe, el peón de brega le salió General
28/08/14
Con las recientes declaraciones suministradas a la revista “Semana” por el hacker
Andrés Sepúlveda se alborotó de nuevo el cotarro político nacional, se
exacerbaron aún más los ánimos y se incrementó la distancia entre uribistas y
santistas. Desprevenidamente, se podría pensar que existen diferencias
ideológicas sustanciales entre ambos bandos, pero si se efectúa un análisis más
detallado es fácil percatarse que las diferencias son solo de forma, ninguna de
fondo.
Unos y otros comparten su visión neoliberal, su modus operandi, su costumbre de
realizar la consabida compra de consciencias con dineros del erario, es decir, la
famosa “mermelada”, comparten también la condena al ostracismo a la oposición
política y el avasallamiento de las minorías, el acopio de poderes tratando de
copar y cooptar a la rama legislativa y judicial en un solo engranaje corrupto y
politiquero, en otras palabras, solamente se diferencian en la forma de pretender
lograr sus mezquinos objetivos.
Uribe no será recordado precisamente por oponerse a estas prácticas
antidemocráticas durante su gobierno, ya que durante ese periodo fueron muchos
los escándalos en los que se transgredió la ley, la ética y las sanas costumbres.
No es sino recordar la persecución sistemática y la estigmatización realizada en la
que se calificaba de “terroristas y guerrilleros” a quienes osaran hacerle oposición.
Tal vez, mientras disfrutaba de las mieles del poder nunca se imaginó que –
posteriormente- tendría beber de su propio brebaje. Uribe ahora funge como
opositor y, recientemente, él y su bancada protestaron -según afirman- por la
persecución del gobierno, como se dice popularmente: Uribe “está comiendo de su
propio cocina’o”.
Por supuesto que su protesta es legítima, como también lo fue cuando muchos
opositores protestamos contra su gobierno, en unas condiciones mucho más
peligrosas y con menos garantías que las que él ahora tiene. “Hijo de tigre sale
pinta’o” reza el adagio popular y –en este caso- el peón de brega le salió General.
“Cría cuervos y te sacarán los ojos”, decían los viejos y, en este caso, en estas
lides antidemocráticas de persecución a quienes hagan oposición, el alumno le
salió maestro.
Dicen –los moralistas- que no está bien alegrarse del mal ajeno, pero debo
confesar, sin rubor alguno, que siento un fresco, un hálito de justicia se vislumbra
en nombre de todas las víctimas, de todos aquellos quienes han padecido las

2. ignominias de una ideología proterva y miserable. Ojalá en un futuro no muy lejano
le corresponda el turno a Santos.