La relación entre la academia y la empresa en Venezuela es desconectada, con solo el 25% de las empresas apoyándose en universidades o centros de investigación para la innovación. Históricamente la academia ha estado conectada con el conocimiento pero no con el mercado o las necesidades de las empresas. Además, el financiamiento a la investigación y la innovación en Venezuela ha sido poco útil para incentivar a las empresas a invertir, a diferencia de modelos en otros países como Estados Unidos y Brasil.