2. La globalización del mercado está motivando una creciente
necesidad de diseñar el futuro de forma meditada, alejado
de la improvisación, dejando atrás la inspiración repentina
y dando paso al análisis conceptual y a un proceso
metodológico basado en los diversos aspectos que
configuran el entorno coyuntural, en las expectativas
existentes y en los logros esperados.
Para los empresarios, cada vez es más clara la necesidad
de diseñar el futuro de sus decisiones de hoy y seleccionar
de forma coherente las alternativas más convenientes y
propicias al éxito. Tal aspiración demandará un adecuado
soporte en Tecnologías de la Información.
3. El rápido y continuo cambio del entorno hace que las
nuevas tecnologías cada vez influyan más en la gestión de
las empresas, fenómenos como Internet afectan a la
manera de hacer negocios, el talento es cada vez más
escaso y la globalización cada vez es un fenómeno más
importante.
Por ello, todas las empresas necesitan tener claro cuál es la
razón de ser de su empresa en el mercado y a donde
quiere llegar, cuándo, cómo y con qué recursos humanos y
económicos. Y además, el equipo debe tenerlo igualmente
claro por lo que la comunicación interna es definitiva.
4. La estrategia es compleja y requiere tomar decisiones
importantes. Es elegir un camino, en definitiva, tener claro
cuál es el futuro que quiere y cuál es el camino que ha
elegido y por qué. Pero claramente, toda estrategia ha de
ser definida como una serie de acciones para obtener
ventajas competitivas.
5. Y en este momento debemos preguntarnos qué ventajas
competitivas tenemos en nuestra empresa. Si la respuesta
no la tenemos clara, posiblemente sea necesario elaborar
una estrategia para conseguirlas dentro de ella. Hoy la
planificación estratégica no tiene nada que ver con
concepciones antiguas de complejos y rígidos planes. Es
una herramienta flexible de gestión y de utilidad para
cualquier empresa en nuestro entorno cada vez más
cambiante, competitivo y turbulento.