El primer párrafo describe a un hombre y un león que se jactaban de su fuerza mientras caminaban juntos. El hombre llevó al león a una estatua que mostraba a un hombre dominando a un león. El león respondió que si los leones pudieran hacer estatuas, mostrarían a los hombres sometidos a ellos. La moraleja es que el que más exagera dice más mentiras.