La actividad física ha evolucionado desde las necesidades de supervivencia del hombre primitivo, como la caza y el combate, hasta convertirse en una práctica beneficiosa para la salud. La actividad física debe realizarse a un ritmo apropiado para cada persona y supervisada por un especialista para evitar lesiones. Los beneficios de la actividad física incluyen mejoras a nivel psicológico, orgánico y social.