La administración de redes implica el uso eficiente de los recursos de red, protegiéndola contra accesos no autorizados e interconectando diferentes tipos de redes. Existen tres dimensiones de la administración de redes: funcional (asignación de tareas), temporal (planeación, implementación y operación) y de escenario (administración de sistemas y aplicaciones). Protocolos como TCP/IP y SNMP se utilizan para monitorear y controlar el comportamiento de la red.