San Agustín de Hipona concibió "La ciudad de Dios" como una respuesta teológica a la crisis del Imperio Romano que otorgaba coherencia a la historia a través de una concepción ecuménica de la Providencia. Para Agustín, la historia avanza hacia un fin determinado por Dios, separando lo divino de lo profano. Esta visión ecuménica permitió que el cristianismo se expandiera universalmente tras la caída de Roma. Agustín veía la decadencia de Roma como un mensaje divino para la universaliz