El documento argumenta que la muerte debe reinterpretarse como un derecho humano. Actualmente, la muerte está estigmatizada por el miedo. Sin embargo, pensadores como Sócrates y Camus han mostrado que la muerte puede entenderse como parte natural de la vida. Reinterpretar la muerte como un derecho permitiría que las personas le den sentido a sus vidas y comprendan mejor la relación entre vida y muerte.
David m. friedman, con mentalidad propia. historia cultural del pene alexánde...Álex Hincapié
Una reseña sobre un importante libro que elabora una historia cultural del pene; historia que, con mucho, nos permite entender nuestro presente y nuestra necesidad de pensar críticamente tanto al psicoanálisis, el feminismo y la industria farmacéutica.
PETER SLOTERDIJK: ESPACIO TANATOLÓGICO, DUELO ESFÉRICO Y DISPOSICIÓN MELANCÓL...Adolfo Vasquez Rocca
"PETER SLOTERDIJK: ESPACIO TANATOLÓGICO, DUELO ESFÉRICO Y DISPOSICIÓN MELANCÓLICA". Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
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Se fundamenta la tesis de Sloterdijk según la cual el ser humano es el animal que ha de esperar y sobrevivir a las separaciones de sus próximos, se muestra luego como el verdadero trabajo del duelo, considerado desde el punto de vista psicohistórico, no significa en principio otra cosa que el esfuerzo de los supervivientes por colocar a sus muertos en un círculo de proximidad soportable. Para finalmente dar cuenta como la muerte no es sólo un poderoso estresor metafísico, sino a su vez, el estímulo propiamente creador de cultura y tradición, de donde se sigue que las culturas son funciones de las criptas sobre las que se asientan las generaciones de turno.
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 151-158
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David m. friedman, con mentalidad propia. historia cultural del pene alexánde...Álex Hincapié
Una reseña sobre un importante libro que elabora una historia cultural del pene; historia que, con mucho, nos permite entender nuestro presente y nuestra necesidad de pensar críticamente tanto al psicoanálisis, el feminismo y la industria farmacéutica.
PETER SLOTERDIJK: ESPACIO TANATOLÓGICO, DUELO ESFÉRICO Y DISPOSICIÓN MELANCÓL...Adolfo Vasquez Rocca
"PETER SLOTERDIJK: ESPACIO TANATOLÓGICO, DUELO ESFÉRICO Y DISPOSICIÓN MELANCÓLICA". Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
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Se fundamenta la tesis de Sloterdijk según la cual el ser humano es el animal que ha de esperar y sobrevivir a las separaciones de sus próximos, se muestra luego como el verdadero trabajo del duelo, considerado desde el punto de vista psicohistórico, no significa en principio otra cosa que el esfuerzo de los supervivientes por colocar a sus muertos en un círculo de proximidad soportable. Para finalmente dar cuenta como la muerte no es sólo un poderoso estresor metafísico, sino a su vez, el estímulo propiamente creador de cultura y tradición, de donde se sigue que las culturas son funciones de las criptas sobre las que se asientan las generaciones de turno.
- VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 151-158
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Tiene como propósito introducirte al pensar filosófico desarrollando tres temas fundamentales: el pensamiento como actividad humana, que trata de caracterizar, desde una perspectiva antropológica, la naturaleza del pensamiento humano; tipos de pensamiento; tiene la intención de distinguir el pensamiento filosófico con otras formas de pensamiento como el mítico, el mágico, el religioso y el científico; pensamiento filosófico, que nos ha llevado a desarrollar un breve bosquejo histórico que dé cuenta de sus problemáticas, corrientes y filósofos representativos.
1. LA MUERTE COMO DERECHO HUMANO:
UN ARGUMENTO FRENTE A LA NECESIDAD DE RE-INTERPRETAR LA MUERTE.
Por Cesar Augusto Quintero Buritica Sección: 11-08
Ya Sócrates desde el umbral de la Antigüedad Clásica vaticinaba el malestar que
produciría en el hombre el hecho de interpretarse ante la muerte. Como lo expresa en su
reconocida apología preservada por su discípulo Platón:
“¿Qué es, en efecto, temer a la muerte sino atribuirse un saber que no se posee? ¿No es
acaso imaginar que se sabe lo que se ignora? Pues nadie conoce la muerte, ni siquiera si
es, precisamente, el mayor de todos los bienes para el hombre, pero le temen como si
supieran con certeza que es el mayor de todos los males. Sin embargo, ¿cómo no va a
ser la más reprochable ignorancia la de creer saber lo que no se sabe?”1
Es así, que desde Sócrates hasta los albores de la modernidad, la acepción de muerte ha
permanecido sumida bajo el estigma de Fobos2, pululando así las declaraciones
denigratorias que permitieron a la humanidad acogerse bajo la benigna y misericordiosa
figura del escatológico salvador cristiano, por un lado, y por el otro, la exacerbación
mundana del presente consignada bajo la fatalista renuncia del futuro desde el sentido
utópico.
Pero el advenimiento de nuevos tiempos ha dejado entrever la inminencia de la
renovación axiológica que debe erigirse como la oportunidad clave para re-interpretarnos
como seres para la muerte. Esto no significa la yuxtaposición de la muerte sobre la vida,
como últimamente se ha hecho creer bajo la mirada fatalista de los ascetas, o un
retroceso en materia histórica que se atribuye a las nuevas formas de ritualización que
nos permitirá entronizarnos con la muerte3. No, por el contrario, es un cambio que debe
hacerse, más aún que siendo parte de una sociedad en constante avance nos hemos
familiarizado con la muerte, no en el sentido de entenderla como afín a la conciencia ante
la existencia humana sino en la banalización a ultranza que genera el tenerla ahí
presente, como una constante en la cotidianidad. La pregunta sería entonces, ¿Cómo se
puede efectuar un verdadero cambio en el que se pueda romper los tabúes inoculados en
el imaginario de la humanidad frente a la muerte?
1
GALINDO, Luis; SERRANO, Federico; MELO, Sofía; BUCHELLI, José; TORREGOZA, Enver, GUILLERMO, José y
SIERRA, Jorge. FILOSOFIA I. Bogotá, Colombia. Editorial Santillana, 2006. 271 páginas. Ver: Historia de la
filosofía: Sócrates.
2
Acordes a la mitología griega, el dios Fobos, hijo de Ares y de Eris, se consagra como la divinidad del miedo
y el temor. En este sentido, corrientes filosóficas afines a la ética – como el hedonismo y el epicureísmo- se
propusieron extirpar el temor del alma humana con propuestas como la ataraxia y la apatheia, consistentes
en la emancipación de la razón humana de las preocupaciones idealistas –oriundas de Platón- consiguiendo
así la imperturbabilidad del alma y la liberación de las acciones humanas de los temores metafísicos y
mundanos.
3
Antiguamente, los rituales se consideraban como los escenarios en los cuales confluía lo humano con lo
místico. Ejemplos claros eran los rituales carnavalescos en honor a Dionisio donde las elegías ditirámbicas
les permitían a las bacantes entrar en comunión con las divinidades a través del éxtasis que producía el vino.
Actualmente, los rituales fúnebres han ido perdiendo el significado de conmemorar la muerte como un acto
de correspondencia con el logos natural para posicionarse como eventos protocolarios y formales prontos al
olvido.
2. Para ello sería necesario esclarecer la postura que debe tomarse desde lo individual para
poder así dimensionarlo a un ámbito socio-cultural. Frente a lo individual, el escritor
argelino Albert Camus hace una interesante alusión a la pregunta de la muerte desde el
individuo. Ayudado con la alegoría del mito Sísifo4 logra posicionar la pregunta del suicidio
como la única que merece ser pensada, ya que lo demás –ética, epistemología, estética,
antropología, economía, política- se realiza en función de la vida y de su enjuiciamiento
axiológico de ser valiosa o no. Sísifo representa al hombre, el monte simboliza el
transcurso temporal de la vida y la piedra encarna las vicisitudes que el hombre afronta en
su devenir inmanente hacia la muerte. Es en la cima donde se logra contemplar el valor
de las acciones y esfuerzos pasados, la altura de la cima permite vislumbrar el panorama
y el abismo representa el ridículo del esmero humano en vida siendo su máxima
teleológica la muerte, es decir, la inevitable caída.
Curiosamente la conclusión de Camus es que la vida si merece ser vivida para ser
enaltecida luego por la muerte, solo en el acercamiento con la muerte se logra entender el
sentido que subyace frente a la vida.
Con Camus específicamente se ilustra, bajo el pensamiento moderno, el derecho humano
de la muerte, es decir la posibilidad del hombre de orientar su mentalidad hacia la
comprensión de la vida y de procurarse un sentido teleológico. De esta manera se logra
justificar que en los tiempos del malestar de la cultura y de la desacreditación de los
grandes discursos ideológicos, se halla empezado por objetar ante las posturas
obstaculizadoras de la religiosidad y la moral popular que pretenden satanizar la muerte,
impidiendo que está se vea como un estadio de reciprocidad ante la vida, que entra en
consonancia con el desenvolvimiento natural y armónico del Cosmos.
Las ventajas que acarrea el interpretar la muerte como un derecho humano, en el cual se
expresa la responsabilidad ante la vida y se compromete frente a la noción sartriana de
concebir al hombre como un proyecto, confluyen a la par con la renovación axiológica que
permitirá ligar toda manifestación cultural a elogiar la muerte bajo los cánones de lo
humano y re-entendernos como comunidad, como partes de un todo social en el cual se
comparte un horizonte común.5
Para terminar, la re-interpretación de la muerte expresada en su consolidación como
derecho nos permitiría como seres humanos proyectarnos ante la vida dejando claro que
solo nosotros somos aquellos que podemos brindarle un sentido a nuestras acciones.
Más que considerar el derecho a morir como un acto pecaminoso y cruel que nos aparta
de nuestra exaltada racionalidad, se debe comprender como una superación más del
pensamiento humano el cual ya sobrepasó las ligaduras de la fóbica postura ante la
necrópolis y se encuentra en la capacidad de construir nuevos proyecciones de vida con
sentido ético y filosófico encaminadas a la búsqueda de la trascendencia humana siempre
en reconocimiento de las maravillas que ofrecen la vida y la muerte.
4
Sísifo es un personaje de la mitología griega, específicamente rey de Corinto, condenado en los infiernos a
hacer rodar hasta la cima de un monte un peñasco que luego volvía a rodar hacia abajo.
GALINDO, Luis; SERRANO, Federico; SIERRA, Jorge; ORTIZ, José; CASTILLO, Luis y GUILLERMO, José.
FILOSOFIA II. Bogotá, Colombia. Editorial Santillana, 2006. 256 páginas.
5
La re-interpretación que debe concedérsele a la muerte debe tomar como referente clave su plena
congruencia con la vida. Dicha relación reciproca conllevaría a una nueva valoración de la vida, no solo la
humana sino la expresada en todas sus formas, cumpliéndose así la máxima bioética del respeto a la vida. El
reconocimiento de la muerte como valor humano –ya que somos los únicos seres que son conscientes de
ella- ligara nuestras acciones a la preservación de la vida y a la sacralización de la muerte desde lo
humanista y filantrópico.