El valor del mes es la responsabilidad. La responsabilidad implica cumplir con los deberes de manera oportuna y asumir las consecuencias de las propias acciones. Jesús enseña a ser misericordiosos como el Padre, no juzgar a otros y perdonar para ser perdonados. La reflexión explica que Dios es compasivo con todos y nos invita a tratar a los demás con comprensión en lugar de juzgarlos y con perdón en lugar de condenarlos.

1. ALABANZAS MARZO
LUNES 1 2021
VALOR DEL MES:
LA RESPONSABILIDAD

2. LA RESPONSABILIDAD
es un valor y una práctica diaria, que influye en la vida
familiar, académica, laboral y ciudadana. Una persona
responsable cumple con sus deberes de manera
oportuna y eficiente. Por ejemplo, es puntual en sus
estudios y trabajos, lleva a cabo las tareas y objetivos
asignados y asume las consecuencias de sus
acciones.

3. LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 6,
36-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Sean
misericordiosos como su Padre es misericordioso; no juzguen,
y no serán juzgados; no condenen , y no serán condenados;
perdonen, y serán perdonados; den y se les dará: les darán y
dispensaran una medida generosa, colmada, rebosante, pues
con la medida con que midan se les medirá a ustedes».
PALABRA DEL SEÑOR

4. REFLEXION DE LA PALABRA DE DIOS
El rasgo más conmovedor de Dios Padre, es la compasión y la
misericordia, Jesús nos invita a ser compasivos así como es Él. Es cierto
que no podemos ser como Dios, pero estamos hechos a su imagen y
semejanza, algo de su compasión, de su misericordia, de su ternura y de
su fidelidad debería brillar en nosotros. Cuando la compasión se sitúa
ante la ofensa de quien sea, se convierte en perdón. Dicho de otra forma,
Dios es compasivo no tanto porque nosotros, los humanos, seamos
acreedores de esa compasión, sino porque él es compasivo siempre y
con todos.

5. El amor del que nos habla Jesús, hecho vida, es representado
en el trato que debemos tener con los demás, el modelo del
amor samaritano: en lugar de juzgar, comprender; en lugar de
condenar, perdonar, no ser egoístas, sino generosos, llegando
a darnos a nosotros mismos, a ejemplo del mismo Jesús.
¿Quién soy yo para juzgar a los demás? Es la pregunta que
debemos hacernos a nosotros mismos para dejar espacio a la
misericordia, la actitud precisa para construir la paz entre las
personas.
PROYECCION DE LA PALABRA DE DIOS