Una alimentación saludable que incluya el uso de aceites vegetales, carnes magras, leche baja en grasa, y mayor consumo de frutas, verduras y legumbres promueve el bienestar físico, mental y social, mientras que una dieta alta en grasas, sal, azúcar y baja en calcio aumenta el riesgo de enfermedades. Las empresas deben asegurar que los empleados tengan tiempo para comer de manera saludable y ofrecer programas de educación alimentaria.