La guerra civil española fue el resultado de las tensiones políticas y sociales que se habían ido acumulando en España a lo largo de décadas, entre ellos la crisis de la monarquía, el crecimiento de la clase obrera y la admiración por la revolución bolchevique. Estas tensiones se intensificaron en los años 20 y 30 entre quienes querían mantener sus privilegios y quienes demandaban reformas y cambios radicales. El establecimiento de la Segunda República en 1931 no logró evitar que estas divisiones desembocaran final