2. • Primero fue la Unión Soviética, que al colapsar como sistema sociopolítico y económico le retiró la ayuda. Cuba retrocedió
y cuando comenzaba a pensar que tenía que cambiar apareció el comandante Chávez, que se convirtió en su “nuevo
padrino”.
3. Así es como la Asamblea Nacional del Poder Popular en sesión,
presidida por el general del Ejército Raúl Castro Ruz aprobó por
“unanimidad” la nueva Ley de Inversión Extranjera, el 29 de
marzo de 2014. Cuando está el “jefe” no hay disensos.
4. El ‘padrino Venezuela’ ya no podrá seguirle manteniendo, no le
queda más que recurrir al capitalismo que tanto antagonizó y
abrir las puertas a la inversión extranjera, buscando que las
‘multinacionales’ que vilipendió por décadas ‘salven la revolución
socialista’”.
5. En Cubanito en cuba, otro sitio oficialista, destacan que
se busca que la inversión extranjera ayude “a la
diversificación y ampliación de los mercados de
exportación, el acceso a tecnologías de avanzada y la
sustitución de importaciones, priorizando la de alimentos,
(así como) la obtención de financiamiento externo, la
creación de nuevas fuentes de empleo y la captación de
métodos gerenciales”. Conjugadamente, buscan superar
el alto endeudamiento interno y resolver la escasez de
divisas. Ante esto, solo cabe preguntar ¿qué les pasó,
chico?
6. La respuesta es sencilla: para salir adelante, “Cuba
necesita alrededor de $2,500 millones anuales en
inversiones para estimular un desarrollo que devenga en
prosperidad y sustentabilidad para su proyecto
socioeconómico socialista”, explica Marino Murillo,
vicepresidente del Consejo de Ministros. Claramente,
Cuba necesita del capitalismo que tanto repudió, requiere
“seducir al capital foráneo para elevar la tasa de
crecimiento promedio, que durante la última década fue
1.8 %, casi la mitad del ritmo promedio de América
Latina”.