El documento describe cómo la música puede ser una herramienta efectiva para aprender un idioma de manera divertida. La música ayuda a mejorar la pronunciación y el conocimiento de estructuras gramaticales, además de exponer a los estudiantes a la cultura del idioma. Se recomienda utilizar canciones populares que al estudiante le gusten y practicar cantar sin leer la letra para mejorar la pronunciación.