1. MICRORRELATO
Arcanum
Hay secretos que pueden ser descubiertos sin hacer demasiado daño, pero
hay otros que si fuesen revelados, destruirían tanto al que lo descubre, como
al que lo oculta. Son secretos difíciles de conocer. S les denomina arcanos, o
Se es
en latín, Arcanum.
Deniz Schlange
27/10/2013
Disclaimer: Todos los personajes reconocidos públicamente son propiedad de sus
respectivos autores. Los personajes originales y la historia son de mi total autoría.
2. Le escuché venir. Su paso acompasado me era tan familiar que no
tuve ni que voltear a verle, sabía que era él. Tragué saliva y suspiré
profundamente, tratando de normalizar el latido de mi corazón que golpeaba
con violencia mi esternón.
—Tienes cinco minutos para decirme el porqué de que me hayas
citado aquí, y una llamada menos de las que habíamos acordado —hablé
tratando de que mi voz sonara monótona.
—Sólo necesitaba verte —dijo, dando un paso más.
—No te acerques —ordené, dando media vuelta para verle de frente.
Anis frenó en seco, observándome.
—Bill escúchame.
—No, ya me has visto. Ahora tengo que irme. Y te recomiendo que no
vuelvas a gastar una llamada sólo para este tipo de encuentros. —Fruncí los
labios y bufé con coraje—. Es más, ¿sabes? Olvida ese acuerdo de las
llamadas.
—¿Qué?
—Lo que oyes. No más llamadas, no más encuentros. Se acabó.
—No, no puedes estar hablando en serio.
—Lo hago. Olvídate de mí.
—No.
—Anis tengo que irme —balbuceé con desesperación al mismo tiempo
que daba vuelta de nuevo para abrir mi auto.
—No, no, espera —dijo acercándose a mí. Me cogió del brazo e hizo
que me girara.
—¿Qué haces? —pregunté.
—Bill te cité aquí porque tengo algo muy importante que decirte. Algo
que debí haberte dicho aquella noche y que si no lo digo acabará conmigo.
—Anis, no.
—Sí. Tienes que escucharme.
—Estás por casarte y a punto de ser papá, ten un poco de
consideración con tu futura esposa y tu bebé. ¿Para qué quieres tener
contacto conmigo? ¿Para qué me citas y te niegas a que esto acabe?
3. —Lo hago porque no eres el único que siente cosas cuando estamos
juntos, lo hago porque mi vida es una farsa y lo único verdadero que he
tenido en ella has sido tú.
Las lágrimas se agolparon en mis ojos y aunque traté de contenerlas
me fue imposible lograrlo. No podía creer lo que escuchaba, no podía
siquiera saber si mis lágrimas eran de felicidad o tristeza porque aunque
me hubiera dicho lo que llevaba tiempo esperando, me parecía imposible que
pudiésemos estar juntos.
—Anis esto no… —tartamudeé, pero él no dejó que yo terminara de
hablar. Presionó sus labios sobre los míos y su aliento me nubló la razón.
Rodee su cuello y supe que quizá, a pesar de su compromiso las llamadas y
los encuentros aún no habían llegado a su fin.