La arquitectura moderna nació después de la Primera Guerra Mundial con el objetivo de trascender las divisiones nacionalistas y capturar el espíritu de la industrialización. En la década de 1920, los arquitectos adoptaron valores como la claridad de forma, proporciones elegantes y poca ornamentación. Alvar Aalto creía que la auténtica esencia de la arquitectura consistía en una reminiscencia variada y en desarrollo de la vida orgánica natural. Su obra se caracterizó por contrastar masas horizontales con super