La arquitectura de Mesopotamia se basó en el uso de ladrillos de barro para construir ciudades, templos, palacios y zigurats. En Egipto, construyeron pirámides de piedra como tumbas reales y esfinges de piedra. Los romanos eran conocidos por construcciones como el Coliseo, el Vaticano y las casas enterradas en Pompeya. La arquitectura griega se caracterizó por el uso de columnas de mármol en templos y teatros.