El Imperio bizantino se desarrolló desde el siglo IV hasta el siglo XV en el este del Imperio romano. En 395, el emperador Teodosio dividió el Imperio entre sus dos hijos, separando definitivamente el mundo griego del latino. El arte bizantino conservó las tradiciones clásicas y se centró en temas religiosos, con la arquitectura de planta central con cúpulas y la pintura de iconos como formas dominantes.