El arte gótico se desarrolló en Europa occidental entre los siglos XII y XV. Se originó en el norte de Francia y se caracterizó por la verticalidad, el uso del arco apuntado y la bóveda de crucería, que permitieron grandes ventanales con vitrales. La pintura gótica incluyó técnicas como el temple y el fresco, mientras la escultura se volvió más naturalista y libre de las limitaciones arquitectónicas.