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Auge de la escuela secundaria
Harry G .Good
Aunque la escuela secundaria norteamericana es bastante más reciente que
la inglesa, la francesa u otras de la Europa occidental, ha sufrido mayores cambios
que ellas. Empezó como escuela para muchachos, pero pronto admitió jovencitas
también. Empezó como escuela especializada y se ha convertido en una institución
polifacética. Empezó como escuela terminal, parecida a la academia realista; pronto
asumió las funciones preparatorias para los colegios clásicos; a medio camino tomó
a su cargo la educación profesional y hoy, según la opinión de algunas personas,
debería ser una escuela general para toda la juventud norteamericana.
La mayor parte de esta revolución ocurrió a partir de las últimas décadas del
siglo pasado, cuando fue transformada en una escuela común de tipo superior cuya
tarea principal ya no consiste en preparar a los jóvenes selectos para los estudios del
colegio sino en preparar a la juventud "para la vida real". Es significativo que esta cita
pertenezca a un viejo documento de una de las primeras academias, la Phillips
Andover. Pero la vida real y los medios de prepararse para ella han cambiado mucho
desde 1787 y la escuela secundaria ha limitado sus estudios clásicos y al tiempo que
ampliaba los de carácter realista añadía a su programa vocaciones y actividades. Se
ha convertido en el centro de la actividad de las comunidades y en orgullo de las
mismas. En muchas ciudades es posible afirmar que el edificio de la escuela
secundaria es el mejor de todos. Esta institución se ha propagado desde las
ciudades a los distritos rurales y pronto estará al alcance de todos los niños.
1. El significado de la educación secundaria
La escuela secundaria pública no es la única institución de este tipo en los
Estados Unidos. La educación secundaria es un término devasto alcance que abarca
las escuelas particulares y públicas para la enseñanza de los adolescentes. Entre
ellas hay academias militares, escuelas preparatorias caras y selectas y numerosas
academias y secundarias controladas por la Iglesia. Antiguamente, y todavía hoy en
muchos países, sólo se llamaban escuelas secundarias aquellas secundarias
generalmente dedicadas a un sector selecto de las clases superiores únicamente.
Por ejemplo, en Francia la escuela secundaria norteamericana sería considerada
como una mezcla de secundaria y primaria superior: secundaria por lo que tiene de
preparatoria y primaria superior porque continúa la labor de la escuela elemental.
Un pasaje informativo del Report (1839, pág. 450) escrito por Alexander
DalIas Bache revela su propio criterio liberal norteamericano a propósito de esta
definición y el desacuerdo existente entre los principales educadores franceses.
Bache escribió lo siguiente: "Es habitual limitar el título de escuelas
secundarias a aquellas que preparan para aprender una profesión y desde este
punto de vista la única instrucción secundaria en Prusia es la que imparte el
gymnasia en donde se hacía gran hincapié en los antiguos clásicos." Pero Bache,
contrario a esta opinión, afirmaba que las 'escuelas Reales' (Realschulen), tenían
igual derecho a ser llamadas secundarias porque la edad de sus alumnos y el nivel
de conocimientos que tenían eran los mismos que los de los alumnos de aquellas
instituciones". La objeción de algunos educadores respecto a las Realschulen se
basaba en que excluían a los clásicos y hacían hincapié en los idiomas modernos,
en las matemáticas y en las ciencias. Estas escuelas surgieron en Alemania el siglo
XVIII y las academias inglesas y norteamericanas tuvieron mucho en común con
ellas.
Bache decía que los graduados de la Realschulen ingresaban en escuelas de
arquitectura, ingeniería o industriales y que esas escuelas profesionales mantenían
un nivel tan elevado como el de las universidades. Por esta razón Bache
consideraba a la Realschulen como escuela secundaria aun cuando muchos de sus
alumnos no asistieran luego a instituciones superiores sino que entraran directa-
mente en "la vida real". Bache incluyó también en la categoría de secundarias a las
escuelas superiores de artes y oficios porque tenían un nivel comparable al del
gymnasium clásico. Bache dijo que F. P. G. Guizot, historiador y educador francés,
estaba de acuerdo con él pero no así Víctor Cousin. Es indudable que tampoco
estarían de acuerdo los funcionarios y administradores franceses. Quizá Bache llegó
a tan liberales conclusiones porque había sido educado en West Point, no en un
colegio clásico a la antigua usanza. La escuela secundaria norteamericana,
cabalmente desarrollada, encaja en el concepto que Bache tuvo de esta institución.
La secundaria norteamericana tuvo muchas características que la
distinguieron de las escuelas europeas de este tipo. La principal de ellas consistía en
su relación con la escuela común. Las escuelas comunes, las normales y las
secundarias se desarrollaron al mismo tiempo y estuvieron estrechamente
relacionadas; pero la escuela común fue básica para las otras dos porque les
proporcionaba alumnos. Desde un principio la escuela secundaria norteamericana
fue una escuela común superior, pero a medida que transcurrió el tiempo fue
quedando bajo el control de les colegios en gran medida. Algunas veces solamente
aquellas secundarias que tenían la aprobación de los colegios eran consideradas
dignas de ostentar ese título. La resistencia a esta tendencia, la expansión de su
programa y el restablecimiento de su antigua alianza con la escuela elemental es lo
que ha hecho de ella una institución única.
Hacia 1890, que podemos tomar como fecha que separa el período antiguo
del posterior, la inscripción de alumnos era, en promedio, inferior a un centenar por
cada escuela y únicamente el tres por mil de la población total asistía a ellas. El
movimiento para consolidar las escuelas rurales se vigorizó al finalizar el siglo y se
establecieron muchos planteles de este tipo.
Esto tendió a mantener bajo el promedio de inscripciones debido a que las
escuelas rurales solían ser pequeñas. Pero en las ciudades el número de alumnos
aumentó en forma creciente y frecuentemente fue necesario crear varias escuelas en
una sola ciudad; hacia 1930 no solamente tres, sino más de cuarenta por mil de la
población total asistía a las escuelas. Este aumento prodigioso, cabalmente indicado
en el cuadro que damos más adelante, ha sido una sorpresa para las personas legas
y profesionales por igual. Seguramente se ha debido a las poderosas fuerzas
educativas y económicas.
2. Otra puerta abierta
En muchas partes del mundo civilizado y hasta tiempos recientes, las escuelas
secundarias eran para muchachos solamente y aun para los que pertenecían a las
cIases acomodadas, nobles, profesionales u oficiales. Estos niños privilegiados
quedaban separados de los hijos de los trabajadores y campesinos y esta separación
continuaba durante el resto de sus estudios y también durante toda su vida. De este
modo las escuelas secundarias, en la vieja acepción de la palabra, cerraban las
puertas a la gente común y contribuían a mantener la estructura de cIases de la
sociedad de la que eran exponentes.
La sociedad norteamericana también tuvo y tiene sus clases pero han sido
menos permanentes y separadas entre sí que las de los países más viejos. fue fácil
adquirir riquezas pero como no existía la antigua ley de transmisión al mayorazgo,
las familias podían conservarlas a duras penas. Las corrientes económicas
cambiantes han creado muchas fortunas nuevas y disipadas las viejas. Y, por otra
parte, ha habido muchas oportunidades para adquirir competencias. Ese ha sido el
resultado de las invenciones, de la explotación de los recursos naturales en los
campos, el carbón, el petróleo y otros, así como de la competencia en la ampliación
del mercado nacional. En el siglo XIX aumentó el número de familias que podían
arreglárselas sin el trabajo de sus niños y muchos de ellos asistieron a las nuevas
escuelas secundarias.
Hubo otras razones para la ampliación de la educación, como, por ejemplo, el
sufragio universal y la difusión de las escuelas elementales. Las secundarias
entrenaron maestros y a medida que se fueron articulando mejor con las primarias,
abrieron nuevas posibilidades a los -alumnos de los grados superiores. En muchos
casos, pero no siempre, la prensa favoreció a las secundarias. Hay una razón obvia
de que los periódicos favorecieron la difusión de la educación. Las organizaciones
obreras también tenían buenas razones para apoyar no sólo a las escuelas comunes
sino también a las secundarias.
La idea de la igualdad de los sexos y el hincapié cristiano y democrático en la
dignidad del -ser humano favorecieron las oportunidades de educación general. El
año 1890, citado por algunos como el que inició la gran expansión de las
secundarias, no puede tomarse como fecha exacta. La escuela siempre ha estado en
transición, pero ese año marca casi la mitad de su historia y en la última parte los
cambios fueron mayores y se sucedieron con más rapidez que en los primeros
tiempos. Veamos cifras al respecto: actualmente hay diez veces más secundarias
que entonces y treinta veces más alumnos. Las puertas de la escuela secundaria se
han abierto de par en par.
El año 1890 fue también cuando el país estableció sus fronteras. Por
entonces ya era dueño de las tierras más ricas. La maquinaria y la química agrícola
empezaban a emplearse. La revolución de la agricultura había comenzado. Los
agricultores producían una sucesión de cosechas cada vez mayores, mientras la
mano de obra era menos necesaria. Las escuelas secundarias rurales empezaron a
preparar a los jóvenes del campo para la tarea de mejorar las cosechas y la vida
rural misma, pero también prepararon al excedente de la juventud campesina para
hacer carrera en la ciudad. Pero en las urbes escaseaban los trabajos para los
muchachos menores de veinte años. Así, durante la depresión de 1930, cuando
apenas se podía hallar trabajo, tuvo lugar una asistencia extraordinaria a las
escuelas secundarias. Para con seguir que los muchachos dejaran de vagar por las
calles durante aquella época, las legislaturas aprobaron leyes más rigurosas de
asistencia obligatoria a las escuelas y aumentaron la edad a este respecto. De todo
esto podría deducirse que el aumento del número de alumnos se debió a
condiciones poco comunes, pero sería una conclusión errónea.
A partir de 1890, el número de estudiantes ha ido en aumento y ha seguido
siendo muy elevado exceptuando el período de la guerra. Hay razones sociales
fundamentales de esto y ya hemos mencionado algunas. Una de estas razones
debe tenerse en cuenta de manera especial y es que la escuela secundaria es la
continuación de la primaria. Su tarea principal consiste en educar en forma más
cabal a los ciudadanos de una sociedad libre. Acepta el reto que Lincoln lanzó en
Gettysburg para demostrar que los norteamericanos son capaces de vivir como
hombres libres y esperan educar a su juventud en tal forma que desdeñe convertirse
en esclava.
En este capítulo trataremos de los orígenes y comienzos de la escuela
secundaria. Para ello será necesario tener presente que desde un principio la
secundaria dependió de la escuela común. En muchos casos derivó directamente de
ella y, en todos, las secundarias pudieron madurar solamente en la medida en que
se nutrieron de las escuelas comunes.
3. Orígenes de las escuelas secundarias
Las primeras escuelas secundarias surgieron de tres maneras o más:
mediante su establecimiento según un plan definido; mediante la transformación de
una academia en una secundaria pública y mediante el desarrollo paulatino del
trabajo superior en las escuelas primarias hasta que llegó a formarse una
organización aparte. Este último proceso evolutivo parece común y natural. El
maestro empeñoso que tuviera alumnos capaces debió sentirse dispuesto a
introducir clases avanzadas en el programa de su escuela. Esto sucedió
frecuentemente, incluso en las escuelas carentes de grados en donde tal vez las
cosas no pasaron de ahí. En las escuelas más grandes esos esfuerzos fueron,
posiblemente, el origen de la escuela secundaria. Las materias favoritas eran el
álgebra, la filosofía natural y el latín. Estas materias eran enseñadas en la mayoría
de las academias y muchos maestros las habían estudiado. Otras pudieron añadirse
hasta que se estuvo en condiciones de ofrecer un año completo de estudios
superiores. Luego se propusieron dos años en un aula separada y que empleaban el
tiempo completo de un maestro. Finalmente se creó el curso completo de estudios.
Las secundarias más completas y mejor equipadas fueron formadas de
acuerdo con planes elaborados con anticipación. Los mejores ejemplos se hallan en
Boston (1821), Filadelfia (1838) y Chicago (1856). A medida que el movimiento se
desarrolló y que las escuelas secundarias adquirieron uniformidad, su
establecimiento sin reservas fue común. Los informes especiales a cargo de los
superintendentes de las escuelas muestran que este proceso se llevaba al cabo pero
en muchos casos el movimiento empezó antes de que se establecieran los minis-
terios estatales. Dos de los superintendentes que presentaron informes de este tipo
fueron Henry Barnard en Connecticut y Thomas Burrowes en Pensilvania. Ambos
.describieron la enseñanza de materias secundarias en las escuelas comunes. Lo
mismo fue observado en Iowa y en California y esas condiciones debieron existir
también en muchos otros estados. Un ejemplo del proceso que tuvo lugar en San
Bernardino, California, ha sido descrito por Porter Sargent (1872-1951) en su obra
Handbook of Private Schools. Tal como se cita en la edición de 1951- 1952 dice así:
Mis únicos estudios secundarios consistieron en siete meses, en unión de otros seis
alumnos, en un aula de una escuela primaria que constaba de ocho, en una
pequeña ciudad de California, en 1887. Fue el primer año de una secundaria nueva,
innovación debida al director de la escuela primaria, que no fue muy bien acogida,
Este hombre era oriundo de Kansas, algo rudo y habla estudiado en una normal;
era vivo, delgado, parecido a Lincoln y tenía la mirada brillante y una energía
tremenda. Leíamos a Shakespeare en voz alta, lo que para él constituía una
novedad y le producía enorme placer. "¡Caramba¡ Esto sí que es bueno!" Si se
trataba de geometría, siempre iba dos lecciones adelantado. Como era terreno
virgen para él, nos transmitía su interés. Ignoraba las ciencias pero tenía un gran
deseo de saber al respecto y con entusiasmo leíamos las "Catorce semanas de
Geología", "de Zoología" o de "Química", de Steele, con una caja de aparatos, en
un pequeño cuarto adyacente. Habría sido capaz de patalear de gozo y alegría. Era
algo contagioso. Era el mejor maestro porque se instruía a sí mismo y nos
contagiaba su propio entusiasmo.
En Pensilvania y Ohio se aprobaron leyes especiales que permitían establecer
secundarias en ciudades particulares. Hacia 1850 gran número de estados
promulgaron leyes para permitir la formación de uniones de distritos o de escuelas o
la enseñanza de materias avanzadas. A menudo carecemos de información precisa
sobre el particular pero en algunos casos la labor de las escuelas secundarias
comenzó antes de que se adoptaran las leyes permisivas. En Ohio tenemos pruebas
de que una serie de escuelas secundarias ya funcionaban antes de que fuera
aprobada la ley Akron de 1847. En 1827, Massachusetts dio el paso insólito de exigir
que las ciudades de ciertas proporciones impartieran enseñanza en estudios
secundarios. Esta ley no menciona la escuela secundaria pero su intención era
proporcionar esta instrucción e incluso los estudios preparatorios para ingresar en los
colegios si se trataba de ciudades importantes.
 El valor de la secundaria
El caso de Kalamazoo, ya mencionado, fue un litigio amistoso para determinar
si la ciudad tenía el derecho legal de establecer una escuela secundaria, de emplear
un superintendente de escuelas y recabar impuestos para mantener estos servicios.
En otros estados hubo pleitos parecidos que se llevaron ante la Suprema Corte para
que dictara su fallo. Si el caso de Kalamazoo ha sido histórico se debe, tal vez
principalmente, al elocuente fallo pronunciado, en 1874 por el Presidente de la Corte
Suprema, Thomas M. Cooley. Este fallo (30 Mich. 69) concordaba con el de
Pensilvania de 1851 y con los de todos los estados en que se dirimió esta cuestión.
Era con el fin de que al establecer un sistema de escuelas públicas o comunes, los
legisladores no fijaran límites al número de años que abarcarían ni restringieran los
cargos y funcionarios que pudieran ser necesarios para su debido funcionamiento.
Pero Cooley se enfrascó en un relato de la historia de la educación pública y arguyó
que al establecer las escuelas comunes y una universidad estatal, la legislatura debió
tener la intención de crear un sistema completo de escuelas, de lo que se deducía la
necesidad de crear una escuela secundaria para allanar el camino a la universidad.
Este argumento siempre ha sido del gusto de los historiadores de la educación. En
Illinois y, al menos en siete estados más, se fallaron casos similares del mismo modo
pero quizá en ninguno de ellos hubo un jurista tan elocuente.
Sin duda no fue por accidente que el caso de Kalamazoo sucediera en una
época de escándalos financieros y de escasez. Poca gente se preocupó de la
secundaria: mientras fue pequeña y estuvo confinada a las ciudades ricas y, tal como
dijimos antes, durante mucho tiempo fue principalmente una escuela urbana. Los
malos caminos y la población escasa fueron factores que contribuyeron a mantenerla
al margen de las zonas rurales. Misuri, el vigesimocuarto Estado de la Unión, y la
primera secundaria norteamericana nacieron en el mismo año de 1821. La mitad de
los Estados Unidos estaba aún en manos de los indios. Los exámenes de admisión,
los estudios académicos y los niveles altos hicieron que muchos niños no ingresaran
en las escuelas existentes. El sistema de distrito impidió el establecimiento de la
escuela secundaria. Tal como se decía, era verdad que toda la gente pagaba por la
enseñanza secundaria pública de unos cuantos. ¿El valor de la secundaria
correspondía a su costo? ¿Quién recibía sus beneficios? Estas preguntas suelen
hacerse en épocas de recesión económica cuando escasea el dinero. La década de
1890 fue una de ellas y coincidió con la afluencia de alumnos a las escuelas. Durante
esos años se duplicó el número de alumnos y el profesorado tuvo que aumentar en
un período en que las juntas de educación se hallaban en aprietos. Varias juntas de
ciudades importantes despidieron a sus directores y propusieron un año escolar más
corto y el abandono de los estudios que resultaban más costosos. Se renovaron las
viejas acusaciones: la escuela secundaria no es necesaria, no es democrática y,
sobre todo, es demasiado cara. Europa empezó a decir que el público
norteamericano ya no podía hacer frente al costo creciente de su amplio programa
de enseñanza secundaria.
La década de 1930, durante la gran depresión, fue también una de estas
épocas. Entre 1910 y 1930 el ingreso en las secundarias se duplicó y luego volvió a
duplicarse. Y durante la gran depresión aumentó en el cincuenta por ciento más. La
ironía de la situación era que, desde el punto de vista económico, las escuelas fueron
una carga mayor en los tiempos malos, cuando más necesarias eran. En esas
épocas, los jóvenes que no podían encontrar trabajo permanecían en la escuela
además de los que debía haber normalmente.
En los libros de historia, la gran depresión ha hecho palidecer a las crisis de
1890 pero no debemos olvidar que entonces fue cuando el desarrapado ejército de
Coxey, constituido por gente sin empleo, marchó sobre Washington, y cuando Bryan
luchó por la libre acuñación de la plata. La escuela secundaria fue atacada entonces
como en la década anterior bajo el partido populista. Una vez más se afirmó que esta
institución no formó parte del plan original de la educación pública y ello a pesar del
hecho de que nunca existió tal plan. La secundaria resultaba cara porque llegaba
cada: vez a mayor número de alumnos; pero incluso entonces se arguyó que el
público no tenía por qué pagar por una escuela que únicamente servía a una
minoría. En algunas ciudades, los periódicos contribuyeron a proteger a las escuelas
de economías injustificadas.
Número total de alumnos admitidos en las escuelas secundarias públicas y particulares
Año Matriculación
Grados 9-12
posgraduados
Población
14-17 años
de edad
Número
matriculado por
100 de población
14-17 años de
edad
1889-1890 359,949 5,354,653 6.7
1899-1900 699,403 6,152,231 11.4
1909-1910 1,115,398 7,220,298 15.4
1919-1920 2,500,176 7,735,841 32.3
1929-1930 4,804,255 9,341,221 51.4
1939-1940 7,123,009 9,720,419 73.3
1941-1942 6,933,265 9,749,000 71.1
1943-1944 6,030,617 9,449,000 63.8
1951-1952 6,596,351 8,525.000 77.4
1953-1954 7,108,973 8,878,000 80.1
1955-1956 7,774,951 9,229,000 84.2
Según el Biennial Survey of Education in the United States, 1955-1956, por el
Ministerio de Educación de los Estados Unidos, Cuadro 16, pág. 30.
Fue en ese período cuando el Estado de Massachusetts planteó sus
exigencias respecto a las escuelas secundarias. El disgusto ante tal política hizo que
en 1898 el secretario de la junta estatal Frank A. Hill expresara su convicción de que
estas instituciones devolvían con creces cuanto costaban. En 1891, el Estado había
dado ciertos pasos legales importantes. La nueva ley de ese año hizo que todas las
escuelas secundarias fueran gratuitas para los niños del mismo municipio en donde
estaban asentadas y exigió que cada municipio que careciera de secundaria pagara
las cuotas correspondientes a los niños que acudieran a la de otro municipio. Abolió
la categoría de segunda clase o escuelas secundarias incompletas. Otra ley,
aprobada en 1896, exigió la graduación en una escuela secundaria o un plantel
equivalente como requisito para poder ser admitido en una normal del Estado. Estas
leyes colocaron a las secundarias de Massachusetts en un lugar más avanzado del
que ocuparon bajo la ley de 1827.
El Secretario Hill hizo hincapié en el estímulo que la escuela secundaria da a
la primaria y a sus alumnos. Dijo que por el solo hecho de existir escuelas
superiores, los alumnos de primaria tenían un concepto más elevado de la educación
y empezaban a trabajar considerando tan altos ideales. En 1896, la secundaria fue
un factor en la preparación de los maestros de primaria. Hasta entonces llegaban a la
escuela profesional con una preparación elemental y sólo sabían lo que habían
aprendido en las escuelas en las que enseñarían. El Secretario estaba convencido
de que las escuelas elementales se beneficiarían de la preparación avanzada, al
igual que los alumnos. Henry Barnard había expresado esta misma opinión.
A quienes asistían a la escuela secundaria Hill ofreció una variedad de
estudios. Señaló que de este modo cada estudiante podría obtener una mejor
comprensión de sus capacidades así como cierto entrenamiento especializado.
Declaró que la escuela secundaria ofrecía una preparación para la vida mejor que la
que se dio hasta entonces. No obstante, propuso otras mejoras. Dijo que el valor de
esta institución podía acrecentarse si se colmaba la laguna existente entre ella y la
escuela elemental. La mejor preparación: para la vida y la mayor continuidad entre
las fases primaria y secundaria de esa preparación serían temas primordiales
durante los años siguientes. EI Secretario Hill escogió hábilmente dos problemas
críticos para exponerlos al público.
La mejor preparación para la vida se fomentaría mediante las nuevas
materias de estudio que se empezaron a introducir. La enseñanza de artes y oficios
fue puesta de manifiesto por la muestra rusa en la Exposición del Centenario que
tuvo lugar en Filade1fia en 1876; escuelas de artes y oficios se crearon en Baltimore
(1883) Y en un centenar de ciudades hacia el año 1900. Una escuela de agronomía
fue creada en 1888, vinculada a la Universidad de Minnesota. Otras se establecieron
en el Norte pero se difundieron con mayor rapidez en los estados sureños. En
muchos lugares se añadieron cursos de dibujo y otras artes plásticas, música y
economía doméstica. Los cursos comerciales de las escuelas secundarias debían
enfrentarse a la dura competencia de los colegios mercantiles particulares que a
menudo estaban mejor equipados y tenían el estímulo de sus grandes utilidades
para seguir adelante. Fue en el período que siguió a la guerra civil cuando la cadena
de colegios mercantiles de Bryant y Stratton quiso obtener el monopolio de este tipo
de educación. La guerra con España, la resultante introducción de la lengua
española en las secundarias, ostensiblemente para preparar a los jóvenes para
futuras transacciones comerciales con Hispanoamérica, y la introducción de
departamentos de administración de negocios en las universidades, todo ello
fomentó el desarrollo de los cursos de comercio en las secundarias. Hacia 1900 la
escuela pública secundaria empezaba a llevar la delantera a las instituciones
particulares. Todo esto es ejemplo del esfuerzo para desarrollar lo que puede
considerarse como una preparación mejor para distintas ocupaciones. Estos
cambios y la secundaria llamada “junior” (escuela intermedia entre la primaria y la
preparatoria), cuyo propósito era el de lograr la segunda de las mejoras propuestas,
serán tratados en el Capítulo XV.
 Las escuelas secundarias uniformes
Ningún país tiene tantas escuelas secundarias como los Estados Unidos. Para
ser válida la comparación debe tenerse en cuenta que las escuelas europeas están
uniformadas por funcionarios que obligan a cumplir las leyes nacionales. En los
Estados. Unidos, los requerimientos del Estado han sido indulgentes y se han
establecido muchas secundarias incompletas o con niveles inferiores. Estas
instituciones pueden ofrecer gran variedad de cursos, muchos de ellos elementales o
profesionales en comercio, agronomía, conocimientos industriales, música, bellas
artes, artesanías, etc. Es posible que estos cursos tengan valor real para los niños de
una comunidad, pero los colegios, al finalizar el siglo pasado y comenzar el actual,
no querían dar créditos de admisión por tales conceptos.
En la mayoría de las comunidades los jóvenes desean prepararse para
ingresar en el colegio y la gente espera que la secundaria local esté en condiciones
de impartir los cursos requeridos. Esto es precisamente lo que no podía cumplir la
secundaria de nivel inferior, en muchos casos. En tales circunstancias surgió en
todas partes la demanda de secundarias uniformes, cuyos graduados serían
aceptados por los colegios sin necesidad de exámenes o, si éstos eran requisito
indispensable, estuvieran preparados para pasarlos con buenas calificaciones. La
gente deseaba una respuesta a la pregunta: ¿Qué es una escuela secundaria
modelo? La contestación sólo se hallará en la historia de la institución.
Los colegios han procurado contestarla subrayando las funciones
preparatorias de la escuela secundaria. Pero los requerimientos de los colegios
siempre han pesado más en las pequeñas secundarias que sólo podían ofrecer unos
cuantos cursos y tal vez un solo plan de estudios. La opinión pública obligó a estas
pequeñas escuelas a tomar las medidas necesarias para la labor preparatoria y no
pudo hacer mucho al respecto. Como resultado, las pequeñas escuelas secundarias
no pudieron servir a todos los jóvenes de su comunidad, en muchos casos. Tenían
que preparar a unos cuantos jóvenes de ambos sexos para su ingreso en el colegio,
aunque, consecuentemente, la gran mayoría se quedar sin enseñanza secundaria.
Uno de los primeros medios que los colegios utilizaron para determinar el
verdadero sentido de la palabra "escuela secundaria" fue el sistema acreditativo. En
1871, la Universidad de Michigan empezó a enviar comisiones de profesores de
visita por las distintas secundarias y los graduados de las instituciones aprobadas
eran admitidos en la universidad sin necesidad de pasar examen. Otras
universidades comenzaron a aceptar la acreditación de departamentos de educación
del Estado. Este plan se difundió rápidamente porque liberaba al profesorado de la
carga que representaban los exámenes de admisión y el colegio no arriesgaba
mucho ya que 106 estudiantes eran admitidos a prueba. Las buenas secundarias
consideraron un honor figurar en la lista de escuelas acreditadas.
Al mismo tiempo, la acreditación solía estar reconocida solamente en un
Estado y no eliminaba la necesidad de preparar a los alumnos en los estudios
particulares requeridos por los colegios que escogían. En la School Review del mes
de octubre de 1898 se afirmaba que la tabla de los requerimientos de unos 500
colegios demostraba que no había dos idénticos.
Las asociaciones regionales uniformadoras realizaron un gran esfuerzo para
fomentar mayor uniformidad y mejorar la enseñanza secundaria en general. Estas
asociaciones son uniones voluntarias de colegios y secundarias que se reúnen para
considerar los problemas comunes y establecer las normas que guiarán a sus
miembros. La Asociación de la Nueva Inglaterra fue fundada en 1885; la de los
Estados Centrales y la de Maryland en 1892; la del Norte Central en 1894; la de los
estados del Sur en 1895; la del Noroeste en 1918 y la del Oeste en 1930. Las
escuelas que, una vez inspeccionadas, satisfacían las normas de sus propias
asociaciones regionales, quedaban acreditadas y los colegios de la asociación
aceptaban a sus graduados. 'Las normas varían según la región y todavía no hay
cooperación total entre las asociaciones. Además, una gran mayoría de las
secundarias de la nación no están acreditadas por ninguna asociación.
Un tercer sistema para determinar la eficacia de las secundarias en la labor de
preparar a sus alumnos para el colegio fue desarrollado por la Junta de Exámenes
de Admisión del Colegio fundada en 1899 por la Asociación de los Estados del
Centro. Una sugerencia parecida fue indicada en 1842 por George B. Emerson y
más recientemente por el rector Barnard, de la Universidad de Columbia y otros. Esta
Junta fue muy pronto una organización independiente y, desde hace mucho tiempo
dirige los exámenes de admisión de los colegios de todos los Estados Unidos y
también en países extranjeros. Estos exámenes son pasados por los alumnos de las
escuelas secundarias públicas o independientes.
La Asociación Nacional de la Educación también se interesó en la relación que
debía existir entre las secundarias y los colegios y en 1892 nombro el Comité de
Diez, presidido por el rector de Harvard, Charles William Eliot. Puesto que la
comisión y las distintas subcomisiones estaban constituidas por rectores, profesores
universitarios, maestros particulares y no incluían ninguna mujer, es sorprendente
que llegaran a la conclusión de que la tarea primordial de la escuela secundaria no
es la de preparar a sus alumnos para el colegio sino para la vida, tanto si pensaban
ingresar o no en el colegio. Convinieron en esto porque creyeron en la disciplina
formal y en la transferencia general del aprendizaje. Creían que las mismas materias
enseñadas en la misma forma proporcionarían la mejor preparación para el colegio y
para la vida. Por ello no asombra que estos académicos hicieran hincapié en las
materias académicas. El informe fue de miras estrechas, a juicio de algunos
miembros de la comisión, y el rector James H. Baker, de la Universidad de Colorado,
escribió otro que expresaba el disentimiento de la minoría. El informe principal recibió
gran acogida y fue objeto de muchos debates, pero sus efectos prácticos fueron
escasos. Las escuelas siguieron ampliando sus programas, aumentando sus cursos
facultativos y estableciendo diferencias marcadas en su modo de tratar a los jóvenes
destinados a los colegios y a los que no pensaban seguir cursos superiores.
Ampliación de la secundaria
El movimiento para reorganizar grandes áreas del sistema educativo dio una
nueva respuesta a la pregunta sobre el carácter de la escuela secundaria. El
movimiento iniciado para dar carácter de uniforme a las preparatorias fue un paso en
esta reorganización y ,él siguiente fue el empeño en definir las relaciones entre las
escuetas elementales, las secundarias y las de estudios superiores y para estrechar
los lazos entre estas instituciones, El deseo de lograr esta vinculación fue una de las
razones que dieron lugar a: la "junior high" (o intermedia entre la primaria y la
secundaria) y al colegio llamado también "junior" o escuela semisuperior en que se
cursan solamente los dos primeros años de estudios superiores.
Unos cuantos ejemplos indicarán en qué consistía el problema. En tiempos
más antiguos, muchas academias impartían enseñanza elemental, muchas escuelas
elementales tenían algunos alumnos capaces que estudiaban álgebra, geología o
latín. Muchas secundarias eran incompetentes para impartir la preparación necesaria
para el colegio o los estudios profesionales y ni siquiera podían proporcionar una
buena educación secundaria; otras podían rivalizar con los colegios de su época. Al
mismo tiempo, algunos colegios no eran más que academias o escuelas secundarias
con distinto nombre mientras que otros mantenían niveles elevados. Tales
condiciones existieron hasta 1900 y aun después.
Cuando las ciudades desarrollaron escuelas elementales uniformes, cuando
las asociaciones de escuelas secundarias y colegios definieron la naturaleza de la
secundaria y cuando la Asociación de Universidades Norteamericanas, después de
1900, elaboró una lista de colegios aprobados, las cartas quedaron boca arriba. Ya
no pudo decirse que los términos básicos de la educación norteamericana fuesen
indefinidos. El sentido de las palabras "escuela secundaria" y "educación secundaria"
se hizo más claro.
Las definiciones pusieron de manifiesto las diferencias entre la educación de
los niños, de los jóvenes y de los hombres y mujeres maduros. Evidentemente las
serie de los tres tipos de escuelas dejaba ver las lagunas existentes en la educación
por debajo y por encima de la institución intermedia. Se necesitaba tender un puente
entre la escuela primaria y la secundaria que hiciera la transición más fácil. Para este
fin fue creada la "junior high school". Por entonces (en 1910 o 1920) el público había
llegado a la convicción de que el mayor número posible de niños debía cursar
estudios secundarios y por ello se precisaba ese puente.
En el extremo superior de la escuela secundaria se propuso una solución
diferente. Se creía que muchos graduados de secundaria no debían cursar los cuatro
años de estudios de colegio pero que podrían beneficiarse de un curso de dos años
de estudios superiores. Era en ese punto cuando se requería una enseñanza que
preparase a los jóvenes para una ocupación o completaran dos años de estudios
liberales. Esto indicaba la necesidad del colegio "junior".
Muchos dirigentes universitarios consideraban el final del segundo año como
el punto de mayor diferencia en los estudios superiores. A su juicio, los dos primeros
años de colegio correspondían a estudios propios de la escuela secundaria.
Únicamente los jóvenes de ambos sexos capaces de seguir adelante por sí mismos
sin necesidad de vigilancia, deberían ser estimulados a proseguir los estudios
ulteriores de colegio. Así, el colegio "junior", como la secundaria del mismo nombre,
tendería también un puente necesario y, al igual que ésta, constituiría una unidad de
enseñanza secundaria. En tal caso la educación secundaria proseguiría desde los
doce a los veinte años de edad. En el Capítulo XV, al tratar de las "escuelas
secundarias de último modelo", volveremos a hablar de los movimientos que hicieron
posible la creación de secundarias y colegios de tipo "junior".
La escuela secundaria norteamericana, a diferencia de la europea, es también
una escuela secundaria, es decir: no está destinada solamente a las clases
privilegiadas. Su historia puede dividirse en dos períodos tomando al año 1890 como
el punto de división. Durante el primer período, las escuelas que poseían los medios
necesarios hicieron gran hincapié en la labor preparatoria para el colegio o bien
intentaron convertirse en colegios del pueblo.
La secundaria norteamericana ha podido conservarse como escuela común
gracias al apoyo de la numerosa clase media y no hay clase privilegiada lo
suficientemente poderosa para hacerla suya. La escuela, como Anteo, ha renovado
sus fuerzas mediante el contacto con la gente común. Las primeras secundarias
fueron frecuentemente excrecencias de las escuelas comunes, academias
reformadas o, incluso en algunos casos raros, estuvieron planeadas delibera-
damente. En 1827, Massachusetts aprobó una ley que obligaba a ciertos municipios
a impartir enseñanza secundaria y hacia 1850 muchos estados promulgaron otras
que podían aplicarse en favor de la creación de estas instituciones.
El estudio de la formación de varias de las secundarias primitivas ilustra lo que
hemos dicho anteriormente y revela la gran diversidad de nivel y medios que
tuvieron. Casi en todas partes se reconocieron dos propósitos: la preparación para el
colegio y para la vida y se incluyó uno más: la preparación de maestros. El estudio
de diversos casos muestra también que las primeras escuelas de este tipo fueron
improvisadas y que la uniformidad sólo se logró paulatinamente y todavía no es
completa en la actualidad. La revolución urbana e industrial tuvo efectos poderosos
en el movimiento, así como en el carácter de estas escuelas. Las escuelas
secundarias posteriores siguieron el modelo de las primeras.
Hacia 1890 o tal vez antes empezó un nuevo período. El programa de
estudios comenzó a ampliarse, se rompieron las viejas barreras académicas así
como todas las marcas de matriculación de alumnos. Cada uno de estos factores es
a la vez causa y efecto. La enseñanza profesional empezó a ser común pero es
curioso que en una nación agrícola el estudio de la agronomía tardara en aparecer.
La escuela secundaria tuvo que enfrentarse a una gran oposición y conquistó
a sus enemigos al satisfacer las necesidades de sus hijos. Se puede decir que este
fue un gran cambio. La oposición aún existe, especialmente en épocas malas.
La uniformidad de las secundarias fue intentada por los colegios en la década
de 1870. Luego, los colegios y las secundarias se combinaron para crear pautas
regionales que han tenido cierto éxito aunque es cierto que, todavía hoy, sólo una
minoría de secundarias pueden satisfacer esas normas. Las comisiones de la
Asociación Nacional de Educación quisieron definir el propósito y la función de la
escuela secundaria. La Comisión de la reorganización de la enseñanza secundaria
(1918) tuvo gran influencia. Pero la verdadera reorganización a base de dividir la
enseñanza secundaria en "junior" y "senior" (escuela secundaria inferior y superior) y
el colegio "junior" secundaria ha tenido los mayores resultados al definir de nuevo la
enseñanza secundaria en aquellas partes del país en donde estas instituciones se
han establecido. El resultado total no ha consistido en hacer más uniforme la
educación secundaria. Más bien ha acentuado las diferencias que desde un principio
fueron inherentes al proceso de libre desarrollo.
Cuestionario
1. ¿Por qué la primitiva educación secundaria tuvo más prestigio que la
educación elemental o común? ¿Estaba esto justificado total o parcialmente?
2. ¿Qué pruebas demuestran que la formación de la secundaria fue la expresión
libre e impremeditada del deseo popular?
3. ¿Por qué el movimiento de la secundaria empezó súbitamente en la segunda
década del siglo XIX? ¿Explican esos mismos factores la rápida expansión
ulterior a 1890?
4. ¿Por qué las materias académicas tienen más prestigio que las profesionales?
Compare usted el antiguo hincapié que se hacía en el latín, el griego y las
matemáticas con la demanda común de una educación más general y
humanista.
5. ¿Por qué las muchachas asistieron (y asisten) a las escuelas secundarias en
tan gran número? Compare la cantidad de muchachos y jovencitas matricula-
dos y el número de muchachos y jovencitas que se gradúan en algunas
secundarias que usted conozca.
6. ¿Se opuso la gente durante mucho tiempo a la educación pública, a la
asistencia obligatoria o a las escuelas secundarias? ¿Por qué ha menguado
esta oposición? ¿Debido a la costumbre, a la propaganda, a la experiencia y
convicción o a otras razones?
7. ¿Por qué sería bueno (o malo) que las secundarias se uniformaran
rigurosamente mediante las asociaciones regionales (o mediante el Estado) y
al cabo de algunos años se clausuraran todas las secundarias que no
siguieran las mismas normas?
8. ¿Por qué favorecería usted (o se opondría) a la extensión del colegio "júnior"
público?
9. ¿Qué es una escuela secundaria?

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  • 1. Auge de la escuela secundaria Harry G .Good Aunque la escuela secundaria norteamericana es bastante más reciente que la inglesa, la francesa u otras de la Europa occidental, ha sufrido mayores cambios que ellas. Empezó como escuela para muchachos, pero pronto admitió jovencitas también. Empezó como escuela especializada y se ha convertido en una institución polifacética. Empezó como escuela terminal, parecida a la academia realista; pronto asumió las funciones preparatorias para los colegios clásicos; a medio camino tomó a su cargo la educación profesional y hoy, según la opinión de algunas personas, debería ser una escuela general para toda la juventud norteamericana. La mayor parte de esta revolución ocurrió a partir de las últimas décadas del siglo pasado, cuando fue transformada en una escuela común de tipo superior cuya tarea principal ya no consiste en preparar a los jóvenes selectos para los estudios del colegio sino en preparar a la juventud "para la vida real". Es significativo que esta cita pertenezca a un viejo documento de una de las primeras academias, la Phillips Andover. Pero la vida real y los medios de prepararse para ella han cambiado mucho desde 1787 y la escuela secundaria ha limitado sus estudios clásicos y al tiempo que ampliaba los de carácter realista añadía a su programa vocaciones y actividades. Se ha convertido en el centro de la actividad de las comunidades y en orgullo de las mismas. En muchas ciudades es posible afirmar que el edificio de la escuela secundaria es el mejor de todos. Esta institución se ha propagado desde las ciudades a los distritos rurales y pronto estará al alcance de todos los niños. 1. El significado de la educación secundaria La escuela secundaria pública no es la única institución de este tipo en los Estados Unidos. La educación secundaria es un término devasto alcance que abarca las escuelas particulares y públicas para la enseñanza de los adolescentes. Entre ellas hay academias militares, escuelas preparatorias caras y selectas y numerosas academias y secundarias controladas por la Iglesia. Antiguamente, y todavía hoy en muchos países, sólo se llamaban escuelas secundarias aquellas secundarias generalmente dedicadas a un sector selecto de las clases superiores únicamente. Por ejemplo, en Francia la escuela secundaria norteamericana sería considerada como una mezcla de secundaria y primaria superior: secundaria por lo que tiene de preparatoria y primaria superior porque continúa la labor de la escuela elemental. Un pasaje informativo del Report (1839, pág. 450) escrito por Alexander DalIas Bache revela su propio criterio liberal norteamericano a propósito de esta
  • 2. definición y el desacuerdo existente entre los principales educadores franceses. Bache escribió lo siguiente: "Es habitual limitar el título de escuelas secundarias a aquellas que preparan para aprender una profesión y desde este punto de vista la única instrucción secundaria en Prusia es la que imparte el gymnasia en donde se hacía gran hincapié en los antiguos clásicos." Pero Bache, contrario a esta opinión, afirmaba que las 'escuelas Reales' (Realschulen), tenían igual derecho a ser llamadas secundarias porque la edad de sus alumnos y el nivel de conocimientos que tenían eran los mismos que los de los alumnos de aquellas instituciones". La objeción de algunos educadores respecto a las Realschulen se basaba en que excluían a los clásicos y hacían hincapié en los idiomas modernos, en las matemáticas y en las ciencias. Estas escuelas surgieron en Alemania el siglo XVIII y las academias inglesas y norteamericanas tuvieron mucho en común con ellas. Bache decía que los graduados de la Realschulen ingresaban en escuelas de arquitectura, ingeniería o industriales y que esas escuelas profesionales mantenían un nivel tan elevado como el de las universidades. Por esta razón Bache consideraba a la Realschulen como escuela secundaria aun cuando muchos de sus alumnos no asistieran luego a instituciones superiores sino que entraran directa- mente en "la vida real". Bache incluyó también en la categoría de secundarias a las escuelas superiores de artes y oficios porque tenían un nivel comparable al del gymnasium clásico. Bache dijo que F. P. G. Guizot, historiador y educador francés, estaba de acuerdo con él pero no así Víctor Cousin. Es indudable que tampoco estarían de acuerdo los funcionarios y administradores franceses. Quizá Bache llegó a tan liberales conclusiones porque había sido educado en West Point, no en un colegio clásico a la antigua usanza. La escuela secundaria norteamericana, cabalmente desarrollada, encaja en el concepto que Bache tuvo de esta institución. La secundaria norteamericana tuvo muchas características que la distinguieron de las escuelas europeas de este tipo. La principal de ellas consistía en su relación con la escuela común. Las escuelas comunes, las normales y las secundarias se desarrollaron al mismo tiempo y estuvieron estrechamente relacionadas; pero la escuela común fue básica para las otras dos porque les proporcionaba alumnos. Desde un principio la escuela secundaria norteamericana fue una escuela común superior, pero a medida que transcurrió el tiempo fue quedando bajo el control de les colegios en gran medida. Algunas veces solamente aquellas secundarias que tenían la aprobación de los colegios eran consideradas dignas de ostentar ese título. La resistencia a esta tendencia, la expansión de su programa y el restablecimiento de su antigua alianza con la escuela elemental es lo que ha hecho de ella una institución única.
  • 3. Hacia 1890, que podemos tomar como fecha que separa el período antiguo del posterior, la inscripción de alumnos era, en promedio, inferior a un centenar por cada escuela y únicamente el tres por mil de la población total asistía a ellas. El movimiento para consolidar las escuelas rurales se vigorizó al finalizar el siglo y se establecieron muchos planteles de este tipo. Esto tendió a mantener bajo el promedio de inscripciones debido a que las escuelas rurales solían ser pequeñas. Pero en las ciudades el número de alumnos aumentó en forma creciente y frecuentemente fue necesario crear varias escuelas en una sola ciudad; hacia 1930 no solamente tres, sino más de cuarenta por mil de la población total asistía a las escuelas. Este aumento prodigioso, cabalmente indicado en el cuadro que damos más adelante, ha sido una sorpresa para las personas legas y profesionales por igual. Seguramente se ha debido a las poderosas fuerzas educativas y económicas. 2. Otra puerta abierta En muchas partes del mundo civilizado y hasta tiempos recientes, las escuelas secundarias eran para muchachos solamente y aun para los que pertenecían a las cIases acomodadas, nobles, profesionales u oficiales. Estos niños privilegiados quedaban separados de los hijos de los trabajadores y campesinos y esta separación continuaba durante el resto de sus estudios y también durante toda su vida. De este modo las escuelas secundarias, en la vieja acepción de la palabra, cerraban las puertas a la gente común y contribuían a mantener la estructura de cIases de la sociedad de la que eran exponentes. La sociedad norteamericana también tuvo y tiene sus clases pero han sido menos permanentes y separadas entre sí que las de los países más viejos. fue fácil adquirir riquezas pero como no existía la antigua ley de transmisión al mayorazgo, las familias podían conservarlas a duras penas. Las corrientes económicas cambiantes han creado muchas fortunas nuevas y disipadas las viejas. Y, por otra parte, ha habido muchas oportunidades para adquirir competencias. Ese ha sido el resultado de las invenciones, de la explotación de los recursos naturales en los campos, el carbón, el petróleo y otros, así como de la competencia en la ampliación del mercado nacional. En el siglo XIX aumentó el número de familias que podían arreglárselas sin el trabajo de sus niños y muchos de ellos asistieron a las nuevas escuelas secundarias. Hubo otras razones para la ampliación de la educación, como, por ejemplo, el sufragio universal y la difusión de las escuelas elementales. Las secundarias entrenaron maestros y a medida que se fueron articulando mejor con las primarias,
  • 4. abrieron nuevas posibilidades a los -alumnos de los grados superiores. En muchos casos, pero no siempre, la prensa favoreció a las secundarias. Hay una razón obvia de que los periódicos favorecieron la difusión de la educación. Las organizaciones obreras también tenían buenas razones para apoyar no sólo a las escuelas comunes sino también a las secundarias. La idea de la igualdad de los sexos y el hincapié cristiano y democrático en la dignidad del -ser humano favorecieron las oportunidades de educación general. El año 1890, citado por algunos como el que inició la gran expansión de las secundarias, no puede tomarse como fecha exacta. La escuela siempre ha estado en transición, pero ese año marca casi la mitad de su historia y en la última parte los cambios fueron mayores y se sucedieron con más rapidez que en los primeros tiempos. Veamos cifras al respecto: actualmente hay diez veces más secundarias que entonces y treinta veces más alumnos. Las puertas de la escuela secundaria se han abierto de par en par. El año 1890 fue también cuando el país estableció sus fronteras. Por entonces ya era dueño de las tierras más ricas. La maquinaria y la química agrícola empezaban a emplearse. La revolución de la agricultura había comenzado. Los agricultores producían una sucesión de cosechas cada vez mayores, mientras la mano de obra era menos necesaria. Las escuelas secundarias rurales empezaron a preparar a los jóvenes del campo para la tarea de mejorar las cosechas y la vida rural misma, pero también prepararon al excedente de la juventud campesina para hacer carrera en la ciudad. Pero en las urbes escaseaban los trabajos para los muchachos menores de veinte años. Así, durante la depresión de 1930, cuando apenas se podía hallar trabajo, tuvo lugar una asistencia extraordinaria a las escuelas secundarias. Para con seguir que los muchachos dejaran de vagar por las calles durante aquella época, las legislaturas aprobaron leyes más rigurosas de asistencia obligatoria a las escuelas y aumentaron la edad a este respecto. De todo esto podría deducirse que el aumento del número de alumnos se debió a condiciones poco comunes, pero sería una conclusión errónea. A partir de 1890, el número de estudiantes ha ido en aumento y ha seguido siendo muy elevado exceptuando el período de la guerra. Hay razones sociales fundamentales de esto y ya hemos mencionado algunas. Una de estas razones debe tenerse en cuenta de manera especial y es que la escuela secundaria es la continuación de la primaria. Su tarea principal consiste en educar en forma más cabal a los ciudadanos de una sociedad libre. Acepta el reto que Lincoln lanzó en Gettysburg para demostrar que los norteamericanos son capaces de vivir como hombres libres y esperan educar a su juventud en tal forma que desdeñe convertirse en esclava.
  • 5. En este capítulo trataremos de los orígenes y comienzos de la escuela secundaria. Para ello será necesario tener presente que desde un principio la secundaria dependió de la escuela común. En muchos casos derivó directamente de ella y, en todos, las secundarias pudieron madurar solamente en la medida en que se nutrieron de las escuelas comunes. 3. Orígenes de las escuelas secundarias Las primeras escuelas secundarias surgieron de tres maneras o más: mediante su establecimiento según un plan definido; mediante la transformación de una academia en una secundaria pública y mediante el desarrollo paulatino del trabajo superior en las escuelas primarias hasta que llegó a formarse una organización aparte. Este último proceso evolutivo parece común y natural. El maestro empeñoso que tuviera alumnos capaces debió sentirse dispuesto a introducir clases avanzadas en el programa de su escuela. Esto sucedió frecuentemente, incluso en las escuelas carentes de grados en donde tal vez las cosas no pasaron de ahí. En las escuelas más grandes esos esfuerzos fueron, posiblemente, el origen de la escuela secundaria. Las materias favoritas eran el álgebra, la filosofía natural y el latín. Estas materias eran enseñadas en la mayoría de las academias y muchos maestros las habían estudiado. Otras pudieron añadirse hasta que se estuvo en condiciones de ofrecer un año completo de estudios superiores. Luego se propusieron dos años en un aula separada y que empleaban el tiempo completo de un maestro. Finalmente se creó el curso completo de estudios. Las secundarias más completas y mejor equipadas fueron formadas de acuerdo con planes elaborados con anticipación. Los mejores ejemplos se hallan en Boston (1821), Filadelfia (1838) y Chicago (1856). A medida que el movimiento se desarrolló y que las escuelas secundarias adquirieron uniformidad, su establecimiento sin reservas fue común. Los informes especiales a cargo de los superintendentes de las escuelas muestran que este proceso se llevaba al cabo pero en muchos casos el movimiento empezó antes de que se establecieran los minis- terios estatales. Dos de los superintendentes que presentaron informes de este tipo fueron Henry Barnard en Connecticut y Thomas Burrowes en Pensilvania. Ambos .describieron la enseñanza de materias secundarias en las escuelas comunes. Lo mismo fue observado en Iowa y en California y esas condiciones debieron existir también en muchos otros estados. Un ejemplo del proceso que tuvo lugar en San Bernardino, California, ha sido descrito por Porter Sargent (1872-1951) en su obra Handbook of Private Schools. Tal como se cita en la edición de 1951- 1952 dice así: Mis únicos estudios secundarios consistieron en siete meses, en unión de otros seis alumnos, en un aula de una escuela primaria que constaba de ocho, en una
  • 6. pequeña ciudad de California, en 1887. Fue el primer año de una secundaria nueva, innovación debida al director de la escuela primaria, que no fue muy bien acogida, Este hombre era oriundo de Kansas, algo rudo y habla estudiado en una normal; era vivo, delgado, parecido a Lincoln y tenía la mirada brillante y una energía tremenda. Leíamos a Shakespeare en voz alta, lo que para él constituía una novedad y le producía enorme placer. "¡Caramba¡ Esto sí que es bueno!" Si se trataba de geometría, siempre iba dos lecciones adelantado. Como era terreno virgen para él, nos transmitía su interés. Ignoraba las ciencias pero tenía un gran deseo de saber al respecto y con entusiasmo leíamos las "Catorce semanas de Geología", "de Zoología" o de "Química", de Steele, con una caja de aparatos, en un pequeño cuarto adyacente. Habría sido capaz de patalear de gozo y alegría. Era algo contagioso. Era el mejor maestro porque se instruía a sí mismo y nos contagiaba su propio entusiasmo. En Pensilvania y Ohio se aprobaron leyes especiales que permitían establecer secundarias en ciudades particulares. Hacia 1850 gran número de estados promulgaron leyes para permitir la formación de uniones de distritos o de escuelas o la enseñanza de materias avanzadas. A menudo carecemos de información precisa sobre el particular pero en algunos casos la labor de las escuelas secundarias comenzó antes de que se adoptaran las leyes permisivas. En Ohio tenemos pruebas de que una serie de escuelas secundarias ya funcionaban antes de que fuera aprobada la ley Akron de 1847. En 1827, Massachusetts dio el paso insólito de exigir que las ciudades de ciertas proporciones impartieran enseñanza en estudios secundarios. Esta ley no menciona la escuela secundaria pero su intención era proporcionar esta instrucción e incluso los estudios preparatorios para ingresar en los colegios si se trataba de ciudades importantes.  El valor de la secundaria El caso de Kalamazoo, ya mencionado, fue un litigio amistoso para determinar si la ciudad tenía el derecho legal de establecer una escuela secundaria, de emplear un superintendente de escuelas y recabar impuestos para mantener estos servicios. En otros estados hubo pleitos parecidos que se llevaron ante la Suprema Corte para que dictara su fallo. Si el caso de Kalamazoo ha sido histórico se debe, tal vez principalmente, al elocuente fallo pronunciado, en 1874 por el Presidente de la Corte Suprema, Thomas M. Cooley. Este fallo (30 Mich. 69) concordaba con el de Pensilvania de 1851 y con los de todos los estados en que se dirimió esta cuestión. Era con el fin de que al establecer un sistema de escuelas públicas o comunes, los legisladores no fijaran límites al número de años que abarcarían ni restringieran los cargos y funcionarios que pudieran ser necesarios para su debido funcionamiento. Pero Cooley se enfrascó en un relato de la historia de la educación pública y arguyó que al establecer las escuelas comunes y una universidad estatal, la legislatura debió
  • 7. tener la intención de crear un sistema completo de escuelas, de lo que se deducía la necesidad de crear una escuela secundaria para allanar el camino a la universidad. Este argumento siempre ha sido del gusto de los historiadores de la educación. En Illinois y, al menos en siete estados más, se fallaron casos similares del mismo modo pero quizá en ninguno de ellos hubo un jurista tan elocuente. Sin duda no fue por accidente que el caso de Kalamazoo sucediera en una época de escándalos financieros y de escasez. Poca gente se preocupó de la secundaria: mientras fue pequeña y estuvo confinada a las ciudades ricas y, tal como dijimos antes, durante mucho tiempo fue principalmente una escuela urbana. Los malos caminos y la población escasa fueron factores que contribuyeron a mantenerla al margen de las zonas rurales. Misuri, el vigesimocuarto Estado de la Unión, y la primera secundaria norteamericana nacieron en el mismo año de 1821. La mitad de los Estados Unidos estaba aún en manos de los indios. Los exámenes de admisión, los estudios académicos y los niveles altos hicieron que muchos niños no ingresaran en las escuelas existentes. El sistema de distrito impidió el establecimiento de la escuela secundaria. Tal como se decía, era verdad que toda la gente pagaba por la enseñanza secundaria pública de unos cuantos. ¿El valor de la secundaria correspondía a su costo? ¿Quién recibía sus beneficios? Estas preguntas suelen hacerse en épocas de recesión económica cuando escasea el dinero. La década de 1890 fue una de ellas y coincidió con la afluencia de alumnos a las escuelas. Durante esos años se duplicó el número de alumnos y el profesorado tuvo que aumentar en un período en que las juntas de educación se hallaban en aprietos. Varias juntas de ciudades importantes despidieron a sus directores y propusieron un año escolar más corto y el abandono de los estudios que resultaban más costosos. Se renovaron las viejas acusaciones: la escuela secundaria no es necesaria, no es democrática y, sobre todo, es demasiado cara. Europa empezó a decir que el público norteamericano ya no podía hacer frente al costo creciente de su amplio programa de enseñanza secundaria. La década de 1930, durante la gran depresión, fue también una de estas épocas. Entre 1910 y 1930 el ingreso en las secundarias se duplicó y luego volvió a duplicarse. Y durante la gran depresión aumentó en el cincuenta por ciento más. La ironía de la situación era que, desde el punto de vista económico, las escuelas fueron una carga mayor en los tiempos malos, cuando más necesarias eran. En esas épocas, los jóvenes que no podían encontrar trabajo permanecían en la escuela además de los que debía haber normalmente. En los libros de historia, la gran depresión ha hecho palidecer a las crisis de 1890 pero no debemos olvidar que entonces fue cuando el desarrapado ejército de Coxey, constituido por gente sin empleo, marchó sobre Washington, y cuando Bryan
  • 8. luchó por la libre acuñación de la plata. La escuela secundaria fue atacada entonces como en la década anterior bajo el partido populista. Una vez más se afirmó que esta institución no formó parte del plan original de la educación pública y ello a pesar del hecho de que nunca existió tal plan. La secundaria resultaba cara porque llegaba cada: vez a mayor número de alumnos; pero incluso entonces se arguyó que el público no tenía por qué pagar por una escuela que únicamente servía a una minoría. En algunas ciudades, los periódicos contribuyeron a proteger a las escuelas de economías injustificadas. Número total de alumnos admitidos en las escuelas secundarias públicas y particulares Año Matriculación Grados 9-12 posgraduados Población 14-17 años de edad Número matriculado por 100 de población 14-17 años de edad 1889-1890 359,949 5,354,653 6.7 1899-1900 699,403 6,152,231 11.4 1909-1910 1,115,398 7,220,298 15.4 1919-1920 2,500,176 7,735,841 32.3 1929-1930 4,804,255 9,341,221 51.4 1939-1940 7,123,009 9,720,419 73.3 1941-1942 6,933,265 9,749,000 71.1 1943-1944 6,030,617 9,449,000 63.8 1951-1952 6,596,351 8,525.000 77.4 1953-1954 7,108,973 8,878,000 80.1 1955-1956 7,774,951 9,229,000 84.2 Según el Biennial Survey of Education in the United States, 1955-1956, por el Ministerio de Educación de los Estados Unidos, Cuadro 16, pág. 30. Fue en ese período cuando el Estado de Massachusetts planteó sus exigencias respecto a las escuelas secundarias. El disgusto ante tal política hizo que en 1898 el secretario de la junta estatal Frank A. Hill expresara su convicción de que estas instituciones devolvían con creces cuanto costaban. En 1891, el Estado había dado ciertos pasos legales importantes. La nueva ley de ese año hizo que todas las escuelas secundarias fueran gratuitas para los niños del mismo municipio en donde estaban asentadas y exigió que cada municipio que careciera de secundaria pagara las cuotas correspondientes a los niños que acudieran a la de otro municipio. Abolió la categoría de segunda clase o escuelas secundarias incompletas. Otra ley, aprobada en 1896, exigió la graduación en una escuela secundaria o un plantel equivalente como requisito para poder ser admitido en una normal del Estado. Estas leyes colocaron a las secundarias de Massachusetts en un lugar más avanzado del que ocuparon bajo la ley de 1827.
  • 9. El Secretario Hill hizo hincapié en el estímulo que la escuela secundaria da a la primaria y a sus alumnos. Dijo que por el solo hecho de existir escuelas superiores, los alumnos de primaria tenían un concepto más elevado de la educación y empezaban a trabajar considerando tan altos ideales. En 1896, la secundaria fue un factor en la preparación de los maestros de primaria. Hasta entonces llegaban a la escuela profesional con una preparación elemental y sólo sabían lo que habían aprendido en las escuelas en las que enseñarían. El Secretario estaba convencido de que las escuelas elementales se beneficiarían de la preparación avanzada, al igual que los alumnos. Henry Barnard había expresado esta misma opinión. A quienes asistían a la escuela secundaria Hill ofreció una variedad de estudios. Señaló que de este modo cada estudiante podría obtener una mejor comprensión de sus capacidades así como cierto entrenamiento especializado. Declaró que la escuela secundaria ofrecía una preparación para la vida mejor que la que se dio hasta entonces. No obstante, propuso otras mejoras. Dijo que el valor de esta institución podía acrecentarse si se colmaba la laguna existente entre ella y la escuela elemental. La mejor preparación: para la vida y la mayor continuidad entre las fases primaria y secundaria de esa preparación serían temas primordiales durante los años siguientes. EI Secretario Hill escogió hábilmente dos problemas críticos para exponerlos al público. La mejor preparación para la vida se fomentaría mediante las nuevas materias de estudio que se empezaron a introducir. La enseñanza de artes y oficios fue puesta de manifiesto por la muestra rusa en la Exposición del Centenario que tuvo lugar en Filade1fia en 1876; escuelas de artes y oficios se crearon en Baltimore (1883) Y en un centenar de ciudades hacia el año 1900. Una escuela de agronomía fue creada en 1888, vinculada a la Universidad de Minnesota. Otras se establecieron en el Norte pero se difundieron con mayor rapidez en los estados sureños. En muchos lugares se añadieron cursos de dibujo y otras artes plásticas, música y economía doméstica. Los cursos comerciales de las escuelas secundarias debían enfrentarse a la dura competencia de los colegios mercantiles particulares que a menudo estaban mejor equipados y tenían el estímulo de sus grandes utilidades para seguir adelante. Fue en el período que siguió a la guerra civil cuando la cadena de colegios mercantiles de Bryant y Stratton quiso obtener el monopolio de este tipo de educación. La guerra con España, la resultante introducción de la lengua española en las secundarias, ostensiblemente para preparar a los jóvenes para futuras transacciones comerciales con Hispanoamérica, y la introducción de departamentos de administración de negocios en las universidades, todo ello fomentó el desarrollo de los cursos de comercio en las secundarias. Hacia 1900 la escuela pública secundaria empezaba a llevar la delantera a las instituciones particulares. Todo esto es ejemplo del esfuerzo para desarrollar lo que puede
  • 10. considerarse como una preparación mejor para distintas ocupaciones. Estos cambios y la secundaria llamada “junior” (escuela intermedia entre la primaria y la preparatoria), cuyo propósito era el de lograr la segunda de las mejoras propuestas, serán tratados en el Capítulo XV.  Las escuelas secundarias uniformes Ningún país tiene tantas escuelas secundarias como los Estados Unidos. Para ser válida la comparación debe tenerse en cuenta que las escuelas europeas están uniformadas por funcionarios que obligan a cumplir las leyes nacionales. En los Estados. Unidos, los requerimientos del Estado han sido indulgentes y se han establecido muchas secundarias incompletas o con niveles inferiores. Estas instituciones pueden ofrecer gran variedad de cursos, muchos de ellos elementales o profesionales en comercio, agronomía, conocimientos industriales, música, bellas artes, artesanías, etc. Es posible que estos cursos tengan valor real para los niños de una comunidad, pero los colegios, al finalizar el siglo pasado y comenzar el actual, no querían dar créditos de admisión por tales conceptos. En la mayoría de las comunidades los jóvenes desean prepararse para ingresar en el colegio y la gente espera que la secundaria local esté en condiciones de impartir los cursos requeridos. Esto es precisamente lo que no podía cumplir la secundaria de nivel inferior, en muchos casos. En tales circunstancias surgió en todas partes la demanda de secundarias uniformes, cuyos graduados serían aceptados por los colegios sin necesidad de exámenes o, si éstos eran requisito indispensable, estuvieran preparados para pasarlos con buenas calificaciones. La gente deseaba una respuesta a la pregunta: ¿Qué es una escuela secundaria modelo? La contestación sólo se hallará en la historia de la institución. Los colegios han procurado contestarla subrayando las funciones preparatorias de la escuela secundaria. Pero los requerimientos de los colegios siempre han pesado más en las pequeñas secundarias que sólo podían ofrecer unos cuantos cursos y tal vez un solo plan de estudios. La opinión pública obligó a estas pequeñas escuelas a tomar las medidas necesarias para la labor preparatoria y no pudo hacer mucho al respecto. Como resultado, las pequeñas escuelas secundarias no pudieron servir a todos los jóvenes de su comunidad, en muchos casos. Tenían que preparar a unos cuantos jóvenes de ambos sexos para su ingreso en el colegio, aunque, consecuentemente, la gran mayoría se quedar sin enseñanza secundaria. Uno de los primeros medios que los colegios utilizaron para determinar el verdadero sentido de la palabra "escuela secundaria" fue el sistema acreditativo. En 1871, la Universidad de Michigan empezó a enviar comisiones de profesores de
  • 11. visita por las distintas secundarias y los graduados de las instituciones aprobadas eran admitidos en la universidad sin necesidad de pasar examen. Otras universidades comenzaron a aceptar la acreditación de departamentos de educación del Estado. Este plan se difundió rápidamente porque liberaba al profesorado de la carga que representaban los exámenes de admisión y el colegio no arriesgaba mucho ya que 106 estudiantes eran admitidos a prueba. Las buenas secundarias consideraron un honor figurar en la lista de escuelas acreditadas. Al mismo tiempo, la acreditación solía estar reconocida solamente en un Estado y no eliminaba la necesidad de preparar a los alumnos en los estudios particulares requeridos por los colegios que escogían. En la School Review del mes de octubre de 1898 se afirmaba que la tabla de los requerimientos de unos 500 colegios demostraba que no había dos idénticos. Las asociaciones regionales uniformadoras realizaron un gran esfuerzo para fomentar mayor uniformidad y mejorar la enseñanza secundaria en general. Estas asociaciones son uniones voluntarias de colegios y secundarias que se reúnen para considerar los problemas comunes y establecer las normas que guiarán a sus miembros. La Asociación de la Nueva Inglaterra fue fundada en 1885; la de los Estados Centrales y la de Maryland en 1892; la del Norte Central en 1894; la de los estados del Sur en 1895; la del Noroeste en 1918 y la del Oeste en 1930. Las escuelas que, una vez inspeccionadas, satisfacían las normas de sus propias asociaciones regionales, quedaban acreditadas y los colegios de la asociación aceptaban a sus graduados. 'Las normas varían según la región y todavía no hay cooperación total entre las asociaciones. Además, una gran mayoría de las secundarias de la nación no están acreditadas por ninguna asociación. Un tercer sistema para determinar la eficacia de las secundarias en la labor de preparar a sus alumnos para el colegio fue desarrollado por la Junta de Exámenes de Admisión del Colegio fundada en 1899 por la Asociación de los Estados del Centro. Una sugerencia parecida fue indicada en 1842 por George B. Emerson y más recientemente por el rector Barnard, de la Universidad de Columbia y otros. Esta Junta fue muy pronto una organización independiente y, desde hace mucho tiempo dirige los exámenes de admisión de los colegios de todos los Estados Unidos y también en países extranjeros. Estos exámenes son pasados por los alumnos de las escuelas secundarias públicas o independientes. La Asociación Nacional de la Educación también se interesó en la relación que debía existir entre las secundarias y los colegios y en 1892 nombro el Comité de Diez, presidido por el rector de Harvard, Charles William Eliot. Puesto que la comisión y las distintas subcomisiones estaban constituidas por rectores, profesores universitarios, maestros particulares y no incluían ninguna mujer, es sorprendente
  • 12. que llegaran a la conclusión de que la tarea primordial de la escuela secundaria no es la de preparar a sus alumnos para el colegio sino para la vida, tanto si pensaban ingresar o no en el colegio. Convinieron en esto porque creyeron en la disciplina formal y en la transferencia general del aprendizaje. Creían que las mismas materias enseñadas en la misma forma proporcionarían la mejor preparación para el colegio y para la vida. Por ello no asombra que estos académicos hicieran hincapié en las materias académicas. El informe fue de miras estrechas, a juicio de algunos miembros de la comisión, y el rector James H. Baker, de la Universidad de Colorado, escribió otro que expresaba el disentimiento de la minoría. El informe principal recibió gran acogida y fue objeto de muchos debates, pero sus efectos prácticos fueron escasos. Las escuelas siguieron ampliando sus programas, aumentando sus cursos facultativos y estableciendo diferencias marcadas en su modo de tratar a los jóvenes destinados a los colegios y a los que no pensaban seguir cursos superiores. Ampliación de la secundaria El movimiento para reorganizar grandes áreas del sistema educativo dio una nueva respuesta a la pregunta sobre el carácter de la escuela secundaria. El movimiento iniciado para dar carácter de uniforme a las preparatorias fue un paso en esta reorganización y ,él siguiente fue el empeño en definir las relaciones entre las escuetas elementales, las secundarias y las de estudios superiores y para estrechar los lazos entre estas instituciones, El deseo de lograr esta vinculación fue una de las razones que dieron lugar a: la "junior high" (o intermedia entre la primaria y la secundaria) y al colegio llamado también "junior" o escuela semisuperior en que se cursan solamente los dos primeros años de estudios superiores. Unos cuantos ejemplos indicarán en qué consistía el problema. En tiempos más antiguos, muchas academias impartían enseñanza elemental, muchas escuelas elementales tenían algunos alumnos capaces que estudiaban álgebra, geología o latín. Muchas secundarias eran incompetentes para impartir la preparación necesaria para el colegio o los estudios profesionales y ni siquiera podían proporcionar una buena educación secundaria; otras podían rivalizar con los colegios de su época. Al mismo tiempo, algunos colegios no eran más que academias o escuelas secundarias con distinto nombre mientras que otros mantenían niveles elevados. Tales condiciones existieron hasta 1900 y aun después. Cuando las ciudades desarrollaron escuelas elementales uniformes, cuando las asociaciones de escuelas secundarias y colegios definieron la naturaleza de la secundaria y cuando la Asociación de Universidades Norteamericanas, después de 1900, elaboró una lista de colegios aprobados, las cartas quedaron boca arriba. Ya no pudo decirse que los términos básicos de la educación norteamericana fuesen
  • 13. indefinidos. El sentido de las palabras "escuela secundaria" y "educación secundaria" se hizo más claro. Las definiciones pusieron de manifiesto las diferencias entre la educación de los niños, de los jóvenes y de los hombres y mujeres maduros. Evidentemente las serie de los tres tipos de escuelas dejaba ver las lagunas existentes en la educación por debajo y por encima de la institución intermedia. Se necesitaba tender un puente entre la escuela primaria y la secundaria que hiciera la transición más fácil. Para este fin fue creada la "junior high school". Por entonces (en 1910 o 1920) el público había llegado a la convicción de que el mayor número posible de niños debía cursar estudios secundarios y por ello se precisaba ese puente. En el extremo superior de la escuela secundaria se propuso una solución diferente. Se creía que muchos graduados de secundaria no debían cursar los cuatro años de estudios de colegio pero que podrían beneficiarse de un curso de dos años de estudios superiores. Era en ese punto cuando se requería una enseñanza que preparase a los jóvenes para una ocupación o completaran dos años de estudios liberales. Esto indicaba la necesidad del colegio "junior". Muchos dirigentes universitarios consideraban el final del segundo año como el punto de mayor diferencia en los estudios superiores. A su juicio, los dos primeros años de colegio correspondían a estudios propios de la escuela secundaria. Únicamente los jóvenes de ambos sexos capaces de seguir adelante por sí mismos sin necesidad de vigilancia, deberían ser estimulados a proseguir los estudios ulteriores de colegio. Así, el colegio "junior", como la secundaria del mismo nombre, tendería también un puente necesario y, al igual que ésta, constituiría una unidad de enseñanza secundaria. En tal caso la educación secundaria proseguiría desde los doce a los veinte años de edad. En el Capítulo XV, al tratar de las "escuelas secundarias de último modelo", volveremos a hablar de los movimientos que hicieron posible la creación de secundarias y colegios de tipo "junior". La escuela secundaria norteamericana, a diferencia de la europea, es también una escuela secundaria, es decir: no está destinada solamente a las clases privilegiadas. Su historia puede dividirse en dos períodos tomando al año 1890 como el punto de división. Durante el primer período, las escuelas que poseían los medios necesarios hicieron gran hincapié en la labor preparatoria para el colegio o bien intentaron convertirse en colegios del pueblo. La secundaria norteamericana ha podido conservarse como escuela común gracias al apoyo de la numerosa clase media y no hay clase privilegiada lo suficientemente poderosa para hacerla suya. La escuela, como Anteo, ha renovado sus fuerzas mediante el contacto con la gente común. Las primeras secundarias
  • 14. fueron frecuentemente excrecencias de las escuelas comunes, academias reformadas o, incluso en algunos casos raros, estuvieron planeadas delibera- damente. En 1827, Massachusetts aprobó una ley que obligaba a ciertos municipios a impartir enseñanza secundaria y hacia 1850 muchos estados promulgaron otras que podían aplicarse en favor de la creación de estas instituciones. El estudio de la formación de varias de las secundarias primitivas ilustra lo que hemos dicho anteriormente y revela la gran diversidad de nivel y medios que tuvieron. Casi en todas partes se reconocieron dos propósitos: la preparación para el colegio y para la vida y se incluyó uno más: la preparación de maestros. El estudio de diversos casos muestra también que las primeras escuelas de este tipo fueron improvisadas y que la uniformidad sólo se logró paulatinamente y todavía no es completa en la actualidad. La revolución urbana e industrial tuvo efectos poderosos en el movimiento, así como en el carácter de estas escuelas. Las escuelas secundarias posteriores siguieron el modelo de las primeras. Hacia 1890 o tal vez antes empezó un nuevo período. El programa de estudios comenzó a ampliarse, se rompieron las viejas barreras académicas así como todas las marcas de matriculación de alumnos. Cada uno de estos factores es a la vez causa y efecto. La enseñanza profesional empezó a ser común pero es curioso que en una nación agrícola el estudio de la agronomía tardara en aparecer. La escuela secundaria tuvo que enfrentarse a una gran oposición y conquistó a sus enemigos al satisfacer las necesidades de sus hijos. Se puede decir que este fue un gran cambio. La oposición aún existe, especialmente en épocas malas. La uniformidad de las secundarias fue intentada por los colegios en la década de 1870. Luego, los colegios y las secundarias se combinaron para crear pautas regionales que han tenido cierto éxito aunque es cierto que, todavía hoy, sólo una minoría de secundarias pueden satisfacer esas normas. Las comisiones de la Asociación Nacional de Educación quisieron definir el propósito y la función de la escuela secundaria. La Comisión de la reorganización de la enseñanza secundaria (1918) tuvo gran influencia. Pero la verdadera reorganización a base de dividir la enseñanza secundaria en "junior" y "senior" (escuela secundaria inferior y superior) y el colegio "junior" secundaria ha tenido los mayores resultados al definir de nuevo la enseñanza secundaria en aquellas partes del país en donde estas instituciones se han establecido. El resultado total no ha consistido en hacer más uniforme la educación secundaria. Más bien ha acentuado las diferencias que desde un principio fueron inherentes al proceso de libre desarrollo.
  • 15. Cuestionario 1. ¿Por qué la primitiva educación secundaria tuvo más prestigio que la educación elemental o común? ¿Estaba esto justificado total o parcialmente? 2. ¿Qué pruebas demuestran que la formación de la secundaria fue la expresión libre e impremeditada del deseo popular? 3. ¿Por qué el movimiento de la secundaria empezó súbitamente en la segunda década del siglo XIX? ¿Explican esos mismos factores la rápida expansión ulterior a 1890? 4. ¿Por qué las materias académicas tienen más prestigio que las profesionales? Compare usted el antiguo hincapié que se hacía en el latín, el griego y las matemáticas con la demanda común de una educación más general y humanista. 5. ¿Por qué las muchachas asistieron (y asisten) a las escuelas secundarias en tan gran número? Compare la cantidad de muchachos y jovencitas matricula- dos y el número de muchachos y jovencitas que se gradúan en algunas secundarias que usted conozca. 6. ¿Se opuso la gente durante mucho tiempo a la educación pública, a la asistencia obligatoria o a las escuelas secundarias? ¿Por qué ha menguado esta oposición? ¿Debido a la costumbre, a la propaganda, a la experiencia y convicción o a otras razones? 7. ¿Por qué sería bueno (o malo) que las secundarias se uniformaran rigurosamente mediante las asociaciones regionales (o mediante el Estado) y al cabo de algunos años se clausuraran todas las secundarias que no siguieran las mismas normas? 8. ¿Por qué favorecería usted (o se opondría) a la extensión del colegio "júnior" público? 9. ¿Qué es una escuela secundaria?