Este documento critica la globalización y la desigualdad que genera. Señala que la globalización reduce el internacionalismo a la humillación y que la injusticia se ha multiplicado en el siglo XX. También critica que se vea a los pobres como una amenaza y no como una promesa, y que los organismos internacionales practican el terrorismo contra los países pobres con impunidad. Finalmente, indica que el imperialismo se disfraza ahora de globalización y que a las víctimas del imperialismo se les llama países en desarrollo.