Carmen esperaba a su padre pescador en el puerto de Barbate cada tarde. Un día, su padre le trajo un viejo cofre cubierto de algas y moluscos que había encontrado enredado en sus redes. Carmen pasó la tarde limpiando el cofre misterioso y descubrió unos extraños símbolos en su superficie que le recordaban a unos jeroglíficos que había visto antes en una piedra de la ermita de San Ambrosio. Decidió que iría a la ermita para comprobar si los símbolos coincid