La posibilidad de que cierren tres refinerías de Pemex es una de las opciones barajadas en el seno del Sindicato Petrolero (STPRM).
La principal razón que esgrimen varias secciones sindicales es la falta de dinero para poder realizar labores de mantenimiento; en suma, dicen, hay un problema de seguridad industrial real en al menos 50% de las instalaciones de las refinerías de Pemex que se están convirtiendo en bombas de tiempo.
2. La posibilidad de que cierren tres refinerías de
Pemex es una de las opciones barajadas en el
seno del Sindicato Petrolero (STPRM).
La principal razón que esgrimen varias
secciones sindicales es la falta de dinero para
poder realizar labores de mantenimiento; en
suma, dicen, hay un problema de seguridad
industrial real en al menos 50% de las
instalaciones de las refinerías de Pemex que se
están convirtiendo en bombas de tiempo.
3. La actual gerencia de Pemex cree que puede revertir
este deterioro por medio de alianzas y asociaciones; de
hecho esto es parte –al menos conceptualmente
hablando– del Plan de Negocios en preparación y que
difícilmente se tendrá mientras no se apruebe el
presupuesto; más aun, habría una versión preliminar que
será modificada.
El STPRM hasta ahora no ha visto afectada su base. En
el 2013 Pemex tenían 111,000 trabajadores de base y
unos 27,000 de confianza, en total 138,000 empleados. La
meta era recortar 15,000, aunque lo ideal, de acuerdo con
el análisis de la empresa, era tener unos 90,000
trabajadores en total.
4. Desde entonces sabían de los sobrantes 50,000
trabajadores; se informó desde el gobierno
anterior, que no hizo los cambios primero porque
no pudo, luego porque no quiso.
Hoy, con todos los cambios, idas y venidas, vueltas
y revueltas, el número total de trabajadores
alcanza los 125,598; un recorte, frente a enero del
2013, de más de 12,400 trabajadores y, si para el
2017 esta cifra será de 116,601, el despido será
de 21,400 trabajadores. Es decir, casi todos los
que eran de confianza en enero del 2013.
5. Como sea, siguen sobrando casi 30,000, pero ésos son
sindicalizados y son parte de la ecuación para llevar cabo
las alianzas. Una de las condiciones platicadas con las
empresas que podrían ser socias, conversaciones hasta
ahora informales, es que el pasivo laboral tendría que
ser asumido por la petrolera y por eso, de alguna
manera, es que para el sindicato no sería una muy mala
noticia parar ahora las refinerías.
Hay dos hechos reales, no hay dinero para
mantenimiento y las condiciones de algunas
instalaciones de refinación son críticas; dos, la
apertura despertó el interés de petroleras en al menos
cuatro sitios: Tula, Salamanca, Cadereyta y Minatitlán.
6. El dilema es ahorrarse 40 millones de dólares o
hacer enojar al director de PEP, Javier Hinojosa
Puebla. El asunto es que este funcionario
insiste en que Somer haga el bombeo tipo jet
para pozos petroleros pese a que Carlos
Treviño, director de Administración, presiona
para cancelar, básicamente porque es una
empresa sin experiencia y pueden
conseguir ese servicio con menos costo.
7. Por cierto, a quien le van a mandar una
auditoría es a PEP por parte de la
Comisión Nacional de Hidrocarburos para
medir si, en efecto, es puro petróleo lo que
está contando o, de nuevo, tiene agua en el
sistema. Por lo pronto, para el año que
entra la producción estará debajo de los
2 millones de barriles, un nivel no visto
desde los 80.
8. Se dice que en las siguientes semanas se
iniciará una tercera ronda de revisiones de
los contratos con los proveedores de
servicios petroleros. De nuevo, pasarán
por todos los contratistas grandes aunque
ahora el margen es mínimo histórico.
9. En esta semana, se supone, deberían de
empezar a pagar los primeros factorajes
que se tienen acordados entre Nafin y
contratistas de Pemex; por cierto, el rumor
es que en la dirección general de la
petrolera están enojados con Greensill, el
fondo dirigido por Ricardo Ortiz, que pese a
todo se mantiene enfocado en el sector.