La caída del gobierno de Ibáñez se debió a la crisis económica de 1929, que provocó quiebras, desempleo y protestas sociales. Ibáñez no pudo implementar reformas para enfrentar la crisis. Los partidos políticos y movimientos sociales se opusieron cada vez más a su gobierno. Esto llevó a la renuncia de Ibáñez en 1931 y su reemplazo por Juan Esteban Montero, quien tampoco pudo gobernar ante las fuertes protestas, originando un golpe de estado en