La superpoblación causa una densidad de población más alta que empeora el entorno y la calidad de vida. El crecimiento demográfico se debe a la agricultura y la revolución industrial. Los problemas incluyen la migración a las ciudades, la escasez de alimentos y agua, y la degradación ambiental como la deforestación y el calentamiento global. A medida que la población continúa creciendo, se pronostican mayores demandas de recursos y más contaminación.