El documento resume las claves para lograr el progreso a través de la educación según el autor Andrés Openheimer. Algunas de estas claves son invertir en educación preescolar, mejorar la formación y estatus de los maestros, crear acuerdos políticos sobre reformas educativas, y romper el aislamiento educativo mediante la globalización del conocimiento. Openheimer concluye que se debe adoptar una actitud de innovación constante y humildad para reconocer los avances de otros, en lugar de complacencia, para mejorar la calidad educativa
1. ¿Cómo llegar al progreso desde la educación?
Por Luis Mesa.
Algunas claves presentadas por el periodista y escritor Andrés Openheimer en su libro Basta de
Historias, muestra claramente que el progreso no se puede vislumbrar desde el punto de vista
economista, si no desde el un foco educacional. Algunas de sus claves se podrían resumir groso
modo de la siguiente manera.
Es interesante denotar que Openheimer hace una remembranza de una anécdota jocosa por parte
del ex presidente Uruguayo Julio María Sanguinetti, quien se vale de esa situación para establecer
un símil entre un mago y un ministro de educación, denotando astutamente que la magia debe
estar en el lado de la educación y no de la economía para llegar a un progreso certero.
Partiendo del aforismo planteado por Openheimer “romper con la ceguera periférica, y mirar
menos al espejo y más por la ventana”, permite entender la pregunta ¿cómo hacer para comenzar
a mirar hacia el futuro?, de tal manera se plantea, que el progreso de una nación no está en ver
sobre los propios errores y pescar en aguas cercanas, s no observar que se hace en otras partes
exitosamente, retomando esos principios y adaptándolos al contexto local.
Es utópico pensar que la educación va a progresar si confiamos en la política únicamente, quienes
están más interesados en proyectos productivos económicamente hablando. Es necesario pensar
en “hacer de la educación una tarea de todos”. Si se da un vistazo a países como Brasil e Israel, en
los cuales han creado poderosos movimientos ciudadanos apoyados por grandes empresarios,
medios de comunicación, premios novel artistas y deportistas famosos, quienes se sientan junto a
sus ministros de educación estableciendo metas concretas y medibles periódicamente en pro de
que la educación logre avances importantes para la comunidad.
De todas maneras, la economía podría ayudar a vislumbrar posibles problemas de la educación
que no son perceptibles claramente. Esto deja en el tintero la invención de un pib educativo
(producto interno bruto) con el fin de determinar fenómenos como el aumento salarial que se le
paga a un trabajador por haber salido de la escuela, beneficio social, contagio educativo y lo que
podría producir un individuo educado en relación con su contexto. El crecimiento económico por sí
solo no va a erradicar la pobreza, a menos que vaya acompañado de una mejora en la calidad
educativa dice Openheimer.
Otra clave para pensar en el progreso es invertir en la educación preescolar. El cerebro de los
niños los primeros años es como una esponja dispuesto a absorber información vital para su
formación y su conocimiento futuro, por tal motivo el sistema educativo debería estar
encaminado a que los profesores mejor preparados se encuentren en estos contextos,
garantizando una educación de calidad y mejor formación para los estudiantes en sus edades
tempranas.
2. Por lo tanto se debe guiar el foco hacia la concentración en formar buenos maestros. Para nadie
es un secreto que la calidad educativa, y los buenos resultados académicos por parte de los
estudiantes depende enormemente de la preparación de los maestros.
Otra posible barrera a al progreso de una sociedad a través de la educación es recobrar el estatus
social de los docentes. Esto se podría lograr viendo las experiencias de países aventajados en esta
materia. Se vislumbra de dos formas; a) haciendo una exhaustiva selección antes de ingresar a la
universidad y b) incentivos salariales.
Openheimer formula ¿por qué no exigir a nuestro políticos que lleguen a acuerdos básicos en
materia educativa? Sería una clave vital para hacer pactos nacionales para realizar reformas
educativas certeras para la sociedad.
Para crear una cultura de educación es necesario que antes se cree una cultura familiar de
educación. Es decir, vincular a toda la comunidad educativa partiendo de la idea que los padres
deben motivar la educación de sus hijos y ser exigentes ante las políticas educativas que sean
generadas en sus contextos inmediatos.
Otra clave importante es romper con el aislamiento educativo y empezar a ponernos a la par con
resto del mundo y la globalización educativa. No es posible pensar que mientras en otros países
como china, Singapur entre otros, envíen a sus estudiantes en programas de intercambio desde
sus primeros años de estudio, y que en los países latinoamericanos apenas si existen programas
para hacer lo mismo solamente a nivel universitario. Es hora que estemos a la par de la
globalización del conocimiento.
Crear ambientes propicios, es decir precompetitivos para que las inversiones lleguen según Mario
Camoh, director de la comisión Económica para América Latina y el Caribe de las naciones unidas
(CEPAL), podría atraer inversiones de alta tecnología. Es decir, crear conciencia en investigación
tecnológica para crear resultados productivos y hacer que inversores se sientan motivados a
participar en estas índoles educativas.
Un movimiento mundial que evalué constantemente la calidad educativa (preescolar, primaria,
secundaria y universitaria), sistemas de formación de maestros, las remuneraciones de los
maestros, serviría para ayudar a que los países den un vistazo a otros, ayudando a crear un
ambiente de educación internacional con la necesidad de mejorar la calidad educativa.
Finalmente, Openheimer concluye con la proclama “abajo la complacencia, arriba la paranoia”,
tratando de decir que se debe tener la humildad de reconocer que nos estamos quedando atrás y
tomar la paranoia como una característica de innovación y de inseguridad permanente a que los
otros están en avance constante. De igual manera concluye Openheimer, no es necesario que se
tenga un mago como ministro de educación, si no, profesionales, padres de familia, políticos,
economistas, artistas, deportistas, periodistas, que piensen verdaderamente en un cambio y en la
creación de una cultura educativa que presione a los gobiernos para mejorar la calidad educativa.
Es urgente pensar en el futuro. Todo lo demás son historioas “Andres Openheimer”.