El documento habla sobre la cohesión y coherencia en los textos. Define la cohesión como la propiedad de un texto de desarrollarse sin repeticiones innecesarias y de manera clara para el lector, lográndose a través de conectores, sustituciones y elementos de puntuación. La coherencia se refiere a la relación lógica entre las ideas dentro de un párrafo y entre los párrafos del texto. También menciona errores como repeticiones y falta de orden o desarrollo de las ideas que afectan la co
2. •La cohesión es la
propiedad que tiene un
texto cuando su
desarrollo no presenta
repeticiones innecesarias
y no resulta confuso para
el receptor.
COHESIÓN
3. Conectores temporales o lógicos que implican la
repetición de ideas o conceptos que son
esenciales para el tema que se está tratando
Sustituciones gramaticales y léxicas que evitan la repetición
innecesaria de términos, permitiendo a la vez, que cada frase
sea interpretada en relación con las demás.
La utilización de los siguientes elementos aporta
cohesión al texto
4. El uso correcto de signos de puntación, conectores,
verbos, pronombres y sinónimos, permiten
la cohesión dentro del párrafo.
Se consigue cohesión en un párrafo, cuando todas las
oraciones se articulan de forma ordenada y
comunican un mismo mensaje.
Tiempos verbales: La utilización de los tiempos
verbales apropiados aporta una sucesión cronológica
de los hechos narrados.
5. La coherencia hace referencia a la relación que mantiene
el párrafo con el eje temático del texto y, dentro de él, a
la relación de las ideas secundarias con la idea principal.
Un párrafo coherente presenta las ideas de forma
ordenada e intencional; informa suficiente sobre el tema
a desarrollar.
La coherencia se refiere a las relaciones de contenido que tienen
las ideas, es una cualidad semántica existente al interior del
discurso, que busca que el texto presente una estructura o un
sentido lógico.
6. ALGUNOS ERRORES DE LA COHESIÓN Y LA
COHERENCIA TEXTUAL
Repeticiones y desórdenes: Se
mencionan más de una vez en el
mismo párrafo palabras o
expresiones que incomodan al
lector.
Se recomienda que los párrafos no
sean extensos ni complejos debido
a que se puede perder la unidad
del párrafo y puede resultar
fatigante para el lector.
Cuando no se tiene definida la
idea que se quiere expresar, se cae
en rodeos y se da información
innecesaria.
Se pasa de una idea a otra, sin que
la anterior se haya desarrollado lo
suficiente.
7. Lea con atención el siguiente párrafo y organícelo de manera correcta.
. A los niños modernos, zombies en la computadora, nadie los conmina a leer.
Muy pocos padres «negocian» con ellos para que se apliquen en la lectura de,
por ejemplo, un buen libro de aventuras, y por ahí engancharlos. Ese es otro de
los grandes bulos de estos tiempos: no se puede obligar a los niños a que hagan
algo. Si lee por iniciativa propia, perfecto, y si no quiere hacerlo, qué se le va a
hacer.
En una charla reciente, ante estudiantes y padres de una escuela de Cupey, la
escritora Magali García Ramis dijo algo muy cierto sobre el hábito de lectura.
Dijo que mal podían los niños habituarse a leer en un hogar donde jamás veían a
sus padres con un libro en las manos. Sobre todo si, encima, notaban que a esos
padres les iba bien en la vida. Irles bien, acoto yo, es tener un techo, un buen
carro, y permitirse un cierto número de paseos
A lo mejor puede que se permita una ropita cara, pero serán arados. Y no hay
carro ni ropas que compensen la tragedia de pasar por esta vida, nacer y
morirse, inmersos en la bobada y la ignorancia.
Pues bien: ninguno, de entrada, va a querer leer. ¿Qué niño, que no se ha
familiarizado aún con los libros, va a preferir sentarse con uno de ellos en la
falda, y esforzarse por imaginar los rostros y las situaciones, cuando tiene el pan
comido y masticado de la televisión y los juegos electrónicos? Y el caso es que, si
no leen, les irá mal en lo esencial. Quizá, con suerte, lleguen a manejar un carro
de lujo. Pero carecerán de mundo interior, de riqueza verbal, de ortografía.
8. En una charla reciente, ante estudiantes y padres de una escuela de Cupey, la escritora
Magali García Ramis dijo algo muy cierto sobre el hábito de lectura. Dijo que mal podían los
niños habituarse a leer en un hogar donde jamás veían a sus padres con un libro en las
manos. Sobre todo si, encima, notaban que a esos padres les iba bien en la vida. Irles bien,
acoto yo, es tener un techo, un buen carro, y permitirse un cierto número de paseos. A los
niños modernos, zombies en la computadora, nadie los conmina a leer. Muy pocos padres
«negocian» con ellos para que se apliquen en la lectura de, por ejemplo, un buen libro de
aventuras, y por ahí engancharlos. Ese es otro de los grandes bulos de estos tiempos: no
se puede obligar a los niños a que hagan algo. Si lee por iniciativa propia, perfecto, y si no
quiere hacerlo, qué se le va a hacer. Pues bien: ninguno, de entrada, va a querer leer. ¿Qué
niño, que no se ha familiarizado aún con los libros, va a preferir sentarse con uno de ellos
en la falda, y esforzarse por imaginar los rostros y las situaciones, cuando tiene el pan
comido y masticado de la televisión y los juegos electrónicos? Y el caso es que, si no leen,
les irá mal en lo esencial. Quizá, con suerte, lleguen a manejar un carro de lujo. Pero
carecerán de mundo interior, de riqueza verbal, de ortografía. A lo mejor puede que se
permita una ropita cara, pero serán arados. Y no hay carro ni ropas que compensen la
tragedia de pasar por esta vida, nacer y morirse, inmersos en la bobada y la ignorancia.
9. Un pleonasmo es una expresión en la que
aparecen uno o más términos redundantes. Por lo
general el uso de pleonasmos dificulta o
entorpece al texto, razón por la cual la cohesión y
coherencia se puede ver afectada.
No obstante, se debe resaltar que en algunos casos
el pleonasmo tiene valor expresivo y se utiliza
como recurso estilístico.
10. Ejemplo de pleonasmos:
Lo vi con mis propios ojos.
Métete adentro.
Sube para arriba.
Baja para abajo.
Sal para afuera.
Entra para adentro.
Un viejo anciano.
Regalos gratis.
11. Pleonasmo como recursos estilísticos:
Te echaré cordón de seda
para que subas arriba;
si la seda no alcanzare,
mis trenzas añadiría.
Allí arriba en aquel cerro
hay un lindo naranjel
que lo cría un pobre ciego,
pobre ciego que no ve.